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Estoy Enamorado De Mi Prometida

Estando ya con el estómago lleno, a Ranma le empezó a dar mucho sueño.

–voy a descansar un momento –dijo soltando un gran bostezo.

–yo iré a lavar los servicios –dijo Ryoga tomando los platos.

–ve, ve, ojalá te pierdas –susurro acostandose.

–en tus sueños idiota –dijo Ryoga mirándola de reojo.

Después de unos minutos regresó con los platos limpios, encontró a Ranma durmiendo plácidamente.

–yo también voy a descansar –dijo estirando los brazos.

Antes de quedarse dormido, observó el cielo unos minutos, le pareció que algunas nubes tenían formas. Muchas veces estaba solo en sus viajes, pero ahora se sentía acompañado.
Durmieron profundamente, qué despertaron dos horas antes que anocheciera.

–aaah –bostezo Ranma despertando.

Se levantó lentamente, rascándose los ojos con pereza.

–ya empezó hacer frío –dijo abrazándose así misma.

Vio que Ryoga dormia aún y decidió despertarlo, no quería irse a dormir sin cenar. Se acercó a él como pudo, todavía le dolía el tobillo.

–oye despierta bobo –dijo moviéndolo con una mano.

Pero este seguía durmiendo como una piedra, haciéndole perder la paciencia a la pelirroja.

–despierta P-chan, tengo hambre –dijo sacudiendo sus brazos.

Sin esperarselo, Ryoga estiró los brazos hacía ella, jalandola hacía él.

–por fin te encontré, te extrañe mucho –dijo Ryoga entre sueños, mientras la abrazaba fuertemente.

–suéltame cerdo apestoso –dijo tratando de romper el abrazo.

–no te dejaré ir mi amor –dijo besando su frente.

A Ranma se le subieron los colores al rostro, no quería recordar para nada aquella vez.

–¡suéltame cerdo pervertido! –grito a todo pulmón.

Ryoga despertó sobresaltado, decepcionado de dejar su hermoso sueño.

–¿que sucede? –preguntó fastidiado.

–¿podrías dejar de abrazarme? –preguntó indignada.

Al darse cuenta de que estaba abrazando a su rival, la soltó en el acto.

–lo siento, no me di cuenta –se disculpó avergonzado.

–olvídalo, prepara algo antes de que anochezca –dijo cruzando los brazos.

–iré a buscar más leña –dijo incorporándose.

–si vas solo te perderás para siempre –le recordó su mal sentido de orientación.

–no es lo que querías –dijo alzando una ceja.

–pues si, pero ahora tengo hambre –respondió indiferente.

–ya veo tus prioridades –suspiró molesto.

–bueno no perdamos más tiempo –dijo levantándola y la sento en sus hombros.

Esta vez Ranma no protesto, su cena estaba en juego. Camino buscando un buen árbol y cuando encontró el perfecto, lo cortó con su pañuelo.

–esto será suficiente –recogiendo buenos trozos de madera.

–es por allá tonto –dijo jalandolo del cabello.

–no me jales tan fuerte –dijo molesto.

–te estas equivocando de camino –le repuso.

Así estuvieron insultandose, hasta que llegaron donde estaban acampando.

–por fin –suspiraron ambos.

Ryoga la bajo de sus hombros y se puso manos a la obra.

–haré una deliciosa sopa –dijo entusiasmado.

–lo que sea, haz tu mejor esfuerzo –dijo haciendo muecas.

–pela estas verduras, mientras prendo la fogata – Ryoga.

Ranma acepto de mala gana, así la cena no tardaría mucho.

Rápidamente prendió la leña, para Ryoga era tan fácil hacerlo, tenía práctica en ello. Pico las verduras en pequeños trozos.

–parece que sabes lo que haces –dijo burlona.

–por supuesto, no es la primera vez que lo hago –respondió confiado.

Luego de que hirviera el agua, colocó las verduras en la olla, también echo un pedazo de carne, qué estaba guardando para cualquier ocasión.

–¿quieres sopa de fideos o de arroz? –preguntó queriendo saber su opinión.

–de arroz –respondió sin pensarlo mucho.

Pronto el rico olor de la sopa llego a las fosas nasales de Ranma.

–huele bien –dijo acercándose a la olla.

–¿quieres probar un poco? –preguntó Ryoga viendo su rostro.

–siii –respondió entusiasmada.

Ryoga le hizo probar la sopa, soplando antes de darle.

–esta rico, falta mucho –dijo sin poder evitarlo.

–no te desesperes, falta un poco –dijo moviendo la olla.

–esta bien –dijo decepcionada.

Luego de unos minutos la espera de Ranma terminó, para su alegría.

–por fin esta lista –dijo sirviendo para los dos.

–gracias –dijo soplando la sopa caliente.

–con calma, te puedes quemar –le previno.

–es que tengo mucha hambre –dijo haciendo pucheros.

–pero todavía es temprano –señalo.

–Kasumi me tiene acostumbrado a comer temprano –dijo recordándola.

–debes extrañarlos mucho –preguntó.

–un poco –dijo Ranma suspirando.

–ellos también deben extrañarte –suspiró Ryoga.

–supongo que si –dijo probando la primera cuchara.

Con el hambre que tenia acabó de comer, antes que Ryoga.

–quiero más –dijo dándole su plato vacío.

–últimamente tienes mucha hambre, así nos quedaremos sin provisiones.

–no exageres –dijo media molesta.

Para sorpresa de Ryoga se comió tres platos de sopa.

–¿como es que el señor Tendo te mantiene, si comes como vaca? –preguntó levantado una ceja.

–cállate cerdito –dijo molesta.

Ryoga recogió los platos y los coloco dentro de la olla, para lavarlos por la mañana. Pronto oscureció y Ryoga hizo una pequeña fogata.

–¿tienes frío Ranma? –preguntó viendo que se abrazaba asi misma.

–un poco –respondió apenada.

Ryoga entró a la carpa y demoró unos segundos.

–esto te calentará –dijo poniendo una manta en sus hombros.

–yo pude entrar a buscar una manta –dijo molesta.

–tanto te cuesta decir gracias –dijo alzando los ojos.

Ryoga decidió ignorar sus cambios de humor, se echó para observar las estrellas. Por unos momentos le pareció ver el rostro de su linda prometida en el cielo y lanzó un largo suspiró.

–¿por que suspiras así bobo? –preguntó extrañada.

–¿quien yo? –preguntó ruborizado.

–¿quien más va ser? –preguntó rodando los ojos.

–yo estaba pensando en mi prometida –respondió jugando con sus dedos.

–¿tan rápido te olvidaste de Akane? - preguntó para cambiar de tema.

–ella siempre me vio como amigo –reconoció para si mismo.

–¿entonces ya no le declararás tu amor? –preguntó sorprendida.

–ya no, después de todo es tu prometida, ahora ya tengo la mía propia –dijo dándole una gran sonrisa.

–estoy seguro que cuándo veas a Akane seguirás con tu amor obsesivo por ella –dijo cruzando los brazos.

En otras circunstancias Ranma hubiera tratado de convencerlo, para que se olvidará de Akane para siempre.

–ya no, ahora tengo una prometida a la que tengo que serle fiel –dijo decidido.

–no seas tonto, hay muchas chicas lindas por ahí, qué puedes conocer –dijo apropósito.

–pero ninguna como ella, es tan hermosa, es la chica con la que cualquier chico soñaría –dijo recordándola.

–eres muy joven para pensar en una sola chica –dijo para hacerlo desistir.

–eso no me importa –dijo alzando los hombros.

–claro que importa, ¿quien quiere estar comprometido tan joven?, ¿crees que a mi me gusta? –dijo fastidiada.

–puede que a ti no, pero a mi, si me alegra mucho tener una novia –dijo serio.

–ni siquiera la conoces bien, ¿qué tal si tiene más prometidos por ahí, como yo? –dijo para hacerlo dudar.

–no lo creo, no creo que sea una chica que juega con los sentimientos de los demás –dijo sintiéndose celoso.

–como tu amigo que soy, te recomiendo que te olvides de ella –dijo poniendo las manos en las caderas.

–¡no lo voy hacer, además los dos ya estuvimos juntos! –confesó avergonzado, sin querer.

Por unos instantes, hubo un silencio incómodo.

–¿estas enamorado de ella? –preguntó nerviosa, mirándolo fijamente.

–si lo estoy –respondió ruborizado.

–eso no puede se...r –dijo Ranma, sintiendo muchas náuseas.

–te dije que no comieras mucho –dijo Ryoga viendo como ella vomitaba.

Ranma temblaba por la confesión de Ryoga, sentía escalofríos en todo su cuerpo.

–«¡esto no puede estar pasando!» –pensó preocupada.

–toma te hará sentir mejor –dijo dándole un té caliente.

Ranma busco entre sus bolsillos, las pastillas que le recetó el médico.

–¿para que es esa pastilla? –preguntó extrañado.

–son para las náuseas –respondió.

Estuvieron un rato más, sin decirse nada más.

–ya esta haciendo más frío, será mejor que descanses, viendo que Ranma no tenía buen semblante –propuso Ryoga.

Ranma asintió con la cabeza, se sentía muy cansada.

–será mejor que te cambies de camiseta -dijo pasándole su mochila.

Ryoga salió para apagar la fogata, no quería provocar un incendio. Ranma suspiró al quedarse sola, aprovecho el momento para poder cambiarse.

–pobre Ranma, se nota que esta enfermo, ojalá pueda ayudarlo –dijo sintiéndose preocupado por su amigo.

–Ryoga cierra el cierre de la carpa, esta entrando mucho frío –exigió Ranma.

–ya voy –dijo apagando la fogata.

–tu duerme al fondo –dijo Ranma cuándo entro a la carpa.

–esta bien –dijo acostandose más allá.

Ranma se tapó con dos colchas, dejando a Ryoga solo con una. Ryoga quería decirle que compartieran las colchas, pero vio que ella tenía los ojos cerrados.

–ya se durmió –dijo poniéndose una chompa para no tener frío.

Se tapó por completo y cerró los ojos, dejándose llevar por el sueño.

–«no pudes estar enamorado de mi» –pensó Ranma antes de quedarse dormida.

¿Podrá Ranma hacerlo desistir a Ryoga de su amor por su “prometida».

Bueno este es un nuevo capitulo, espero lo disfruten.
Gracias por seguir esta historia, gracias por la espera.















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