Lucía y Guillermo pasarían a formar parte de la lista de los "Mártires del amor", o para algunos sólo serían dos tontos más, pues de aquel romance sólo quedaría uno que otro recuerdo algo vago y partido, además de la imagen final de Lucía y Guillermo contemplándose por última vez en aquella discreta calle, de la Mz J Lt 5 de la Urbanización "EMADI" : el hogar de Lucía.

Esta casa había sufrido muchas modificaciones; pues su padre, un brillante Arquitecto, siempre hacía cambios hasta en la misma construcción. Aunque estaba satisfecho con todo lo que había logrado, pues a parte de haberla diseñado , era el mismo quien la había construido. A veces luego de llegar de su trabajo se quedaba en la puerta contemplando por horas su casa, cuando lo hacía,  era entonces que comenzaba la preocupación para todos ; pues era cuando (según él), estaba inspirado y habrían cambios.  Por más que  trataban de hacerle cambiar de opinión , no lograban hacerlo.

Quien sufría más con estos "cambios" era Sandro, por ser el varón de la casa sería el ayudante de su padre; de otros trabajos se las ingeniaba para escapar, mas de éste no lo había logrado hasta ahora. Una vez fingió estar enfermo, su padre llamó al médico y Sandro tuvo que reponerse aduciendo que los "dolores estomacales" ya le habían calmado.

Este era el hogar de Lucía , una casa de dos pisos, y una azotea; con una sala, comedor, cocina, dos baños, un estudio y cuatro habitaciones, el de Sandro, Lucía , de sus padres, y una por si venían visitas; al entrar por la puerta antes de la sala había una pasadizo y en los costados había un pequeño jardín en cada lado donde habían tres plantitas de rosas, dos geranios naranja y rosado, lirios, tulipanes, "galán de noche", margaritas y algunas florecillas pequeñas blancas y amarillas.

Lucía hace algunos días había discutido con su padre, porque él, "sin consultarle" había mandado quitar la gran piedra; aquella que tantos recuerdos le guardaba, cada vez que regresaba de sus clases se quedaba por unos minutos contemplando aquella piedra, seguro que recordando los momentos que había pasado allí con Guillermo.

Esa era su costumbre todos los días y al no encontrar aquel elemento vital en su vida, explotó de ira contra su padre. Aunque no tenía motivos para tal reclamo, ella sostuvo que allí le gustaba estudiar por las noches, claro que tenía parte de cierto y esto le constaba a su madre quien siempre le decía que ya entre a descansar cuando la hora estaba muy avanzada y ella seguía sentada mirando su cuaderno, no se sabe si estudiando o pensando y extrañando a Guillermo.

Lucía salía casi siempre con su cuaderno, aunque quizá no sea este el motivo principal sino que su padre al quitar la piedra, se había llevado parte de sus mejores recuerdos. Obviamente esto no se lo podía decir.

Lucía sentía que esa llama de esperanza que se basaba en aquel último beso y la mirada final, se le iba apagando poco a poco ; primero había sido el alejamiento de Guillermo y ahora la piedra había sido quitada. ¿Acaso eran señales?,  parecía como si le hubieran arrancado parte de esa esperanza y ahora quedara agonizando, aunque esto le diera la vida, también se la iba quitando pues al recordarlo, contemplando la piedra, también se atormentaba demasiado, a veces hasta se ponía a llorar y aunque no tenía caso, pero lo hacía quizá para desahogar su angustiado corazón y su alma herida.

En realidad, un accidente había sido el motivo para el retiro de dicha piedra. La noche anterior, alguien se había tropezado y había caído, no se sabe si estaba borracho o no y aunque para Lucía y su madre esto no era de consideración, para su padre constituía un verdadero peligro; ya sea para los niños, los ciegos, o los borrachos; por eso había tomado tal determinación.

Ya habían transcurrido mas de tres meses desde aquel día tormentoso, cuando Lucía y Guillermo terminaran su relación. El tiempo para Lucía se había hecho demasiado largo y doloroso, sobre todo por que las cosas no le habían resultado como ella y Margot lo esperaban. Margot, ahora era su confidente y se había convertido en su mejor amiga, ya que apoyó a Lucía en sus momentos más difíciles.

Margot, con su "amplia experiencia en el amor" le había asegurado a Lucía que Guillermo volvería a pedirle perdón en un lapso de una semana... pero esto no sucedió y ya había transcurrido casi tres meses desde aquel 18 de Abril , hoy 15 de julio Lucía casi había perdido las esperanzas de volver con Guillermo claro que las cosas habían mejorado, al principio ella estaba tan resentida por lo que había sucedido que ni le saludaba y Guillermo tampoco hacía caso a todo esto, ambos se portaban como si no se conociesen, como perfectos extraños.

Por consejo de Margot , Lucía había optado por esta actitud que no le condujo a nada bueno; sin hacerle caso a Margot, un día, ella  le saludó y desde allí las cosas mejoraron.

A veces Guillermo trataba de entrar en el tema y preguntar el porqué de su actitud al terminar así una relación, pero ella le rehuía a dicho tema y cambiaba inmediatamente el tema o le hablaba claro diciéndole que no quería hablar sobre aquello ... Una vez ante la insistencia de Guillermo llegaron a discutir pero fue una altercado leve y al día siguiente ambos, ya estaban reconciliados.