Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

capítulo 14

Llegó el día tan ansiado para Lucía, Guillermo y el poeta misterioso. Ya eran las 4:30 pm y Guillermo aún no estaba listo para la cita. Lucía estaba bellísima, se había peinado de trencitas; generalmente no usaba maquillaje pero esta vez se había arreglado un poquito. Era casi natural un lápiz labial de color rosa suave, era como un brillo labial, la piel de Lucía siempre estaba suave, era finita, parecía una niña reflejaba ternura y dulzura. Era una mujer atractiva y radiante su ropa estaba ceñida al cuerpo : un blusita pequeña de color celeste con un escote algo discreto. Ese sería su día decisivo, el día del encuentro con Guillermo sería a las 5:00 pm y con el poeta a las 6:00 pm ella esta vez estaba en el lugar, 15 minutos antes de las 5:00; mientras que Guillermo no llegaba, a las 5:15 Lucía se puso incómoda e inquieta, ya que esta vez el tiempo para ella, era muy valioso. Ya había perdido 15 minutos, por alguna extraña razón Guillermo se hizo tarde y llegó a las 5:28 casi 5:30, ya cuando Lucía estaba por irse.

— De verdad discúlpame Luci, tuve un contratiempo.

— No te preocupes Guillermo, lo importante es que ya estás aquí, dime para qué soy buena o ¿para qué me citaste?

— Pero por qué tanta prisa ¿tienes algo que hacer? No, no es eso, solamente que me intriga, que me hayas citado aquí...

— Bueno estoy un poco agitado porque vine corriendo, dame un segundo y te voy diciendo.

Guillermo había traído un fólder con unos papeles, las puso en su costado, mientras Lucía se intrigó aún más con ese detalle y no dudó en preguntar...

— ¿Qué traes allí?

— A su tiempo lo sabrás...

— ¿Ya estás calmado?

— Sí pero insisto en que parece que estas apurada o inquieta por algo.

— No, olvídalo y sigue cualquier cosa puede esperar.

— Bueno entonces te diré.

Luego de una pausa y un suspiro comenzó a hablar, despacio dirigiéndose a Lucía.

— Quería agradecerte, no lo hice antes por ciertas circunstancias, pero sinceramente gracias a ti: por existir, por estar siempre allí cuando te necesito; por ser tan bella y tan encantadora que a pesar del tiempo siempre estuviste aquí en lo más profundo de mi corazón; porque tu amistad significa mucho para mí y que todos los momentos que pasamos fueron deliciosos y especiales pues, nunca los podré olvidar...

— ¿Por qué dices eso, te vas a ir de viaje?...

— No, no es eso, pero te expreso todo lo que siento, porque sé que es necesario.

Lucía había reunido los poemas que había recibido de su poeta y lo tenía en su bolso en un cuaderno, y curiosamente allí también estaba la Extraña carta perdida, era el único escrito de Guillermo ante muchas de su poeta, aunque ese detalle era algo doloroso para ella. Mientras miraba la hora a cada minuto, esto ponía nervioso a Guillermo.

— Disculpa, continúa Guillermo...

— sé si es bueno contarte estas cosas, y a estas alturas, pero te las diré: Cuando estuvimos de enamorados pues yo era Feliz, por todo lo que había encontrado en ti.  Me di cuenta que a ti te gustaban los detalles.

No sabes cuánto luché conmigo mismo para cambiar por ti; a veces ensayaba cosas para sorprenderte, para romper con la rutina cruel que te ofrecía. Siempre fui predecible, pero me amabas aunque temía que en te cansaras de todo eso.

No podía hacerlo, quizá porque no estaba acostumbrado, porque no era mi forma de ser. A veces trataba de ser más atento, pero también temía que te burlaras porque se notaría una diferencia abismal y sería demasiado visible, casi un milagro.

Por otro lado estaban mis amigos y era una lucha diaria, te amaba tanto que intenté hacer algo por ti. Comencé a leer libros de poemas, de novelas románticas, trate de empaparme de todo eso. Le pedí a alguien que escribiera algo para ti, pero luego desistí porque no era bueno ya que mejor prefería hacerlo yo mismo.  

Busqué a un amigo que me enseñara a escribir, quizá algunas técnicas para hacer poemas, quería hacerte un poema pero mi esfuerzo era inútil, cada verso que escribía lo desechaba, ya que sentía que no era digno de ti, me devoré 8 libros de poemas y no encontré un solo poema que describiera tu belleza, o lo que tú me haces sentir cuando te veo.  

No sabía qué hacer, escribí mil versos estúpidos que arranque y quemé al instante de leerlos, hasta que de tanto practicar me animé a escribir algo para ti, era como una especie de carta. Creo que el inmenso amor que sentía por ti, me inspiró, pues cualquiera lo haría si tú eres la musa.

Sentí que empezaba a fluir como algo natural solamente tenía que ser sensible y escuchar la voz de mi corazón y ahí estaba un cartita que sufrió mil modificaciones pero iba quedando, escogí una noche para dártelo o leértelo, pero extrañamente se me perdió.

A partir de ahí comenzó mi desgracia no me acuerdo ni siquiera que más hice mal o que hice mal exactamente; pero desde ahí comenzaron los problemas y nuestra relación, la que yo estaba intentando revivirla, se terminó. Todo resultó un fracaso. Y lo peor es que no sé a dónde fue a parar esa carta.  En realidad no la terminé de escribir me faltaba algo más pero se me cayó del bolsillo no sé, no me explico donde, lo busqué, pero nunca lo encontré.

Creo que allí, con esa pérdida comienza la pérdida de tu amor, pero recuerdo tanto las cosas que escribí en esa carta que se me extravió...

— Espera me dices que ¿era como una carta?— interrumpió, Lucía.

— Sí como una carta ...¿por qué?.

— Es que no entiendo por qué una carta, sino estábamos alejados el uno del otro.

— Ya lo sé, es que ése era un detallito.

— Y ¿por qué dices que te sabes de memoria?

— Es que me costó mucho hacerlo y la corregí tantas veces y al final cuando ya estaba lista la releí muchas veces me gustaba como había quedado para ser la primera vez que escribía era aceptable...

— ¿Recuerdas tanto esa carta?....

— Sí, es como el primer beso que te di, como las primeras palabras que aprendes a pronunciar cuando eres bebé, que lo memorizas no por obligación sino naturalmente porque es parte de ti.  Eso significaba para mi esa carta, A veces cierro mis ojos y trato de dibujarla de nuevo en mi mente  y te la voy diciendo mientras tú me escuchas. Esto lo iba a hacer hace tiempo, pensé en escribirlo de nuevo porque me la sabía de memoria; pero con todo lo que nos pasó realmente como que no tenía sentido...

— Quiero escucharlo por favor...

Entonces Guillermo cerró sus ojos suspiró suavemente y era como si lo estaría leyendo de algún lugar, las palabras comenzaron a fluir naturalmente, mientras Lucía apenas podía creerlo y escuchaba atentamente.

— La primera parte la obviaré pero lo más importante comienza algo así:

— eh ... “he ensayado miles de veces en mi mente y ahora al fin por la fuerza que me da mi sentimiento hacia ti, me atrevo a plasmarlo en este papel...

Lucía estaba emocionadísima era tan dulce escuchar aquella carta recitada en la voz de Guillermo. Esa misma que lo había leído tantas veces con una mezcla de resentimiento y romanticismo, porque ella estaba segura de que esta carta  estaba dirigida a Martha.  

Aquellas hermosas palabras que la habían hecho sufrir y que le habían herido tanto ahora lo sentía como agua viva que refrescaba su ser, era como un manantial pequeño y a la vez poderoso que recorría todo su ser. Comenzó a curar parte por parte, cada herida, cada rincón oscuro y ese dolor que albergaba en su corazón. Le era reconfortante escuchar esa carta pero más aún sabiendo que era para ella.

Guillermo seguía con los ojos cerrados pronunciando con mucho cuidado y delicadeza cada palabra de aquella extraña carta perdida, como si lo susurrara al oído de Lucía, tomando cada pausa con calma y luego comenzando nuevamente con fuerza y dulzura...

Cada noche te veo por mi ventana, como estrella fugaz y no cierro mis
ojos hasta sentir en mí el último destello de lucecita de tus ojos, ése
que me das cada día, tu voz esta en mí como un dulce canto que se repite sin cesar hasta adormecerme y encontrarte nuevamente en mi sueño, y en la mañana siento una rayito de luz algo débil y tímido, eres tú, es tu mirada, es tu sonrisa que me despierta como luz de alborada, me acaricias en la mañana, y mi ventana te da le bienvenida sonriente y te invita a entrar para que luego me digas en la voz del trinar de los pajarillos...

buenos días. — Continuó, interrumpiendo  Lucía, mientras leía la carta.  

Lucía había sacado la carta de su bolso; Guillermo abrió los ojos sorprendido y no supo que decir. Lucía continuó mientras Guillermo la observaba, ella leía la carta cuidadosamente y con mucha emoción.

"entonces se que ese día será maravilloso, se que eres tú mi único motivo, cada noche, cada día y cada instante simplemente tú, la que le da vida a mi vida, la que la llena de alegría, de paz y esperanza. Tú, la que me inspiró a desnudar mi alma en este papel y decirte que eres lo más importante que me ha sucedido y que esta es la respuesta a tus dulces preguntas y aparentes reclamos, no soy lo que te mereces pero si me dieras una oportunidad podría mostrarte que puedo ser como tu quieres por amor a ti... que este sea el inicio de algo mágico y tierno y ahora te propongo a aventurarte vivir esta historia junto a mí, solo eso te pido mi dulce ilusión, tu y yo en un mundo nuevo que he construido para nosotros ven conmigo y ..."

Se quedó allí porque ahí se interrumpía la carta.  Guillermo sonrió y continuó pues, él era el único que sabía lo que seguía…

…te enseñaré lo que he aprendido, en lo que me he convertido por amor a ti, tu belleza y tu amor me inspiraron y ahora seré solamente : un poeta, pintor, artista o quizá, un loco, romántico y soñador; de esos que están en peligro de extinción. Todo lo haré por ti y para ti, mi dulce princesa; mi pequeña Lucía.

Con amor, para tus ojos y tu corazón.

El que te ama de verdad.

— Está preciosísima. — Suspiró profundamente emocionada. - es un detalle muy bonito de tu parte, que pena que recién pueda disfrutar de esto.

— ¿Pero, cómo llegó a tus manos esa carta?— Preguntó sorprendido Guillermo.

— Se te cayó un día cuando nos despedíamos...

— Y ¿por qué no me lo dijiste?

— Pensé que no era para mí sino para tu "amiguita" Martha.

— Pero, ¡cómo pudiste pensar eso!, si solamente te amaba a ti...

— ¿Me amabas?— Preguntó Lucía, algo asustada por temor a la confirmación.

— Te amaba, sí con toda mi alma.

Lucía sentía que se le hacía trizas su alma en un segundo, pero tomando todo el valor que le quedaba, y mientras transcurría los segundos más largos y decisivos, suspiró y volvió a preguntar...

— Y ahora ¿ya no me amas como antes?

— No, ya no te amo como antes...

Lucía sintió podía oír las esquirlas de su mundo se desmoronado, que todo oscurecía, que se hundía en un inmenso lago de fango. Mientras, Guillermo suspiro pausadamente, y mirándola fijamente le dijo

— Ahora te amo más que nunca, y sé que tal vez es tarde para decirlo pero nunca dejé de amarte y espero que hayas escuchado eso de mí

— ¿Escuchado? ¿A qué te refieres?

— A mis miradas, a mi voz cuando te hablaba, a mis suspiros, a mis manos temblorosas, a mi alocado corazón, a mi sonrojado rostro cada vez que me mirabas...¿te parece poco?

— No, pero no se qué decir...

Lucía sentía que su corazón estaba a punto de estallar; quería decirle que ella también sentía lo mismo por él; que parecía que nada había cambiado; que hoy cuando se arregló para la cita estaba tan nerviosa como la primera vez y que y que aún le hacía estremecer la voz de Guillermo cuando éste le hablaba...

— No te preocupes no tienes nada que decirme si es que no lo quieres, sé que te va a sorprender pero he cambiado mucho y no te preocupes que entiendo que en ti la cosas no sean iguales. Acepto lo que tú determines, quizá sólo te lo dije porque quería hacerlo, porque era algo que no podía estar dentro de mí por más tiempo, porque sentía que iba a explotar con todo lo que tenía en mí...

— ¡Guillermo...! basta, no sigas por favor.

De pronto de manera casi inconsciente vio el reloj, y se inquietó demasiado. Guillermo notó esto y puso algo de resignación en su mirada

— Creo que tienes que ir a algún lugar más....

— Sí, son las 6:00 pero antes tengo algo que decirte. Bueno de verdad que estoy halagada por todo lo que has hecho por mí. La carta es bellísima y me emocionó mucho. Gracias por tu amor y de verdad que me encantaría seguir aquí contigo pero tengo otro compromiso. No sé quizá nos podamos ver otro día...

— Sí, quizá, si es que no me voy a Lima...

— ¡Queé! ¿Cuándo te vas?

— Aún no lo sé depende, pero yo te aviso no te preocupes...

— Pero yo solamente quiero un poco de tiempo, no sé quizá unos días ¿podrías?

— Creo que sí…

— Bueno gracias por tu comprensión de verdad que, me haces sentir muy bien.

— Ahora no te quito más tu tiempo, ve y no lo hagas esperar más...

— ¿Qué? - respondió sorprendida-  ¿Cómo sabes que tengo una cita con alguien?

— No preguntes el cómo, solamente lo sé y será mejor que te apures ¿no?. Quizá se cansa de esperar y se va.

— Pero es que, se supone que de esto solamente saben dos personas : Él y Yo.

— ¿Sí? , y dime antes de que te vayas, ¿te puedo hacer una pregunta final?

— Claro dime, aunque yo tengo más preguntas porque estoy más confundida.

— ¿Lo amas?...

— No lo sé, creo que tú no eres la persona más indicada para saber esto ¿no?

— Entonces, es cierto, sí lo amas...

— No, yo no dije eso, no malinterpretes mi respuesta.

— Pero entonces ¿por qué no hablas claro?

— Guillermo, mejor no hablemos de eso porque ni yo misma sé ahora lo que siento.  Cada vez estoy más confundida por favor no me presiones más...

— Una pregunta más...

— ¿Sabes algo? Me da miedo pero está bien, lánzala ya

— Qué harías si tú si la persona a la que vas a ver, nuevamente te deja plantada

— ¿Qué? ¿Cómo sabes eso?, ¿lo conoces? .

— Respóndeme a la pregunta, yo pregunté primero. — Replicó Guillermo-

— En primer lugar no creo que suceda eso, porque él me lo prometió y además yo confío en él; pero si sucediera, creo que no creería más en él y no iría más si me cita otra vez...

— Ahora respóndeme tú, ¿lo conoces?, ¿de dónde? , ¿quién es?.

— Uno por uno no te apresures....

— Pero es que... ya es 6:10...

— Bueno en primer lugar te diré que, estoy seguro de que él no podrá ir a la cita, porque no puede estar en dos lugares a la vez.

— ¿Qué? háblame claro por favor...

— ¿Confías en mí?.

— Sí...claro que sí

— ¿Más que en tu poeta?

— Sí, creo que sí.— Mientras suspiraba intentando calmarse.

— Bueno entonces siéntate de nuevo, te aseguro que él no irá

— ¿Por qué tan seguro de eso?...

— Porque lo sé, él ahora está en otro lugar...

— ¿Lo conoces? ...

— Sí, lo conozco

— ¡Dios mío qué encrucijada!...

— Lo conozco más de lo que te imaginas. Y no sé cómo vas a reaccionar luego de que te lo diga, porque, es alguien a quien tú también conoces.

A Lucía se le comenzaron a pasar por su mente todos los nombres de sus amigos o  los posibles conocidos que podrían ser. Ella casi temblaba, estaba experimentando una sensación de misterio y miedo, de enfrentar a la realidad.

— Antes de que te diga el nombre, te diré algo:  Tu poeta, sabía o sabe de nuestra cita, por eso no irá al lugar en el que quedaron. Puedo asegurarte de que te ama con todo su corazón, ningún verso es inventado sin razón, todos los versos que él te envió fueron inspirados en ti, y además solamente reflejan el amor que siente él por ti.

Lucía estaba cada vez más confundida, no entendía nada, es más se le cruzaban muchas ideas por la cabeza, por ejemplo: ¿cómo Guillermo conocía tanto a su poeta? Él no era el más indicado para hablarle sobre este misterioso personaje. Se supone que sería como un rival porque hace unos minutos Guillermo le había confesado su inmenso y sublime amor y ahora le estaba hablando del amor que siente por ella, el otro. ¿Qué le pasaba a Guillermo?, ¿Acaso no se hacía daño con todo eso?.

— No entiendo nada. —Balbuceaba Lucía para sí misma mientras movía la cabeza y fruncía las cejas de vez en cuando.

- Espera que ya te explico. Como te estaba diciendo, él te ama con locura sino, no te hubiera escrito tantos versos, todo ese detalle fue hecho con mucho amor. Por eso es que te preguntaba si lo amabas o no. Pero creo que digas lo que digas, sientes algo por él, eso es obvio.

— Sí, no sé si es amor pero sí, no lo puedo negar, que siento algo por él...

— Lo sabía, sino no hubieras aceptado ir a la cita.

— Pero por qué es tan misterioso, por qué no se da a conocer, qué es lo que esconde, qué es lo que pasa, mira no se quizá el hecho de no conocerle personalmente hace de que no sean claras las cosas en mis sentimientos.

— Claro es, que él tiene miedo, a ese encuentro...

— ¿Miedo? ¿A qué? ...

— A tu reacción, porque como te digo, es alguien a quien tú conoces...

— Pero no entiendo por qué tiene miedo, ah y ¿por eso es que no quiso venir a la cita?

— Mira no es fácil decírtelo, pero lo haré...

— Claro que tienes que decírmelo.

— Aquí en este fólder tengo parte de la respuesta a tus preguntas y no te preocupes que al final no te arrepentirás por no ir a la cita con tu poeta, y mucho menos de que no haya venido.

— Bueno yo confío en ti...

— Te voy a contar una historia, para explicártelo y contarte todo, pero por favor no me interrumpas, hasta que termine...

— Lo que sea, con tal de que respondas a mis preguntas.

Entonces Lucía se dispuso a escuchar, su mente era una maraña de ideas, conjeturas y preguntas y ella intentaba mantener la calma a ese mar de ansiedad que le inundaba.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro