Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❧ 16 ☙

Mateo 

Termino de todos mis pendientes antes del almuerzo, intenté hacerlo antes, pero se me hizo imposible. Tengo toda la intención de almorzar con Carol. Técnicamente, he desaparecido toda la mañana y gran parte de la tarde, aunque la he dejado al cuidado de mis hermanos con esperanza que no permitieran que se aburriera. No olvido que su razón principal de venir aquí es escapar del compromiso con sus padres y ambos tenemos claro que he venido a trabajar.

Sin embargo, creo que la he traído aquí con la intención pasar tiempo con ella y conocernos un poco mejor, cosa que no he hecho durante la mitad del día. Pero ahora mismo iré a la habitación para colocarme una vestimenta más adecuada para la playa. Me decido por una bermuda color gris y una camiseta blanca con cuello gris.

Intento comunicarme con mis hermanos, pero ninguno de los dos está pendiente de su móvil al parecer. Decido dirigirme hacia la recepción, los empleados siempre están pendiente de mis hermanos, sé que deben saber su ubicación y la idea ponerme a buscarlos por este inmenso lugar, me parece absurdo.

—Buenas tardes, Elis—Saludo a una de las recepcionistas.

—Hola, señor, ¿Cómo se siente?

—Bien y ¿usted?

—Muy bien, señor —Me responde con cordialidad.

—Requiero saber la ubicación de mis hermanos.

—De inmediato le consigo esa información—La veo tomar el teléfono y marcar un número—El señor Mateo, quiere saber dónde se encuentra sus hermanos —La escucho decir y el silencio de su parte, me indica que le están dando la respuesta.

Ella retira el teléfono de su oído.

—En este momento está en el restaurante de mariscos, señor. Se encuentran almorzando.

—Gracias.

—Señor, —Eso interrumpe mis intenciones de marcharme— ¿Andrés le ha dado el recado de su madre?

—¿Cuál?

—Su madre ha llamado, ha dicho que la llame lo más pronto posible.

—Está bien, gracias por todo—Esta vez si logro girarme y comienzo mi trayectoria hacia el restaurante de mariscos, the ocean, el cual se encuentra cerca. Puedo llegar caminando en unos minutos.

Tengo dos opciones: llamarla ahora o en la noche, pero prefiero conociendo a mi madre, sé que su llamada no es para alegrarme el día justamente. Entonces prefiero que, si va a arruinar algo, lo haga justo en este momento. Tengo la creencia que pasar tiempo con Carol podrá mejorar lo que ella haya arruinado.

Saco mi celular camino al restaurante, para buscar su contacto en mi celular y poder llamarla. Suena tres veces antes de ella contestar.

—Hola corazón, ¿Cómo has estado? —dice con suavidad.

Algo común en ella. Mi padre tiene la creencia que podría decirte la peor ofensa de tu vida, con ese mismo tono, él dice que es su don.

—Ha sido largo el día, —respondo con sinceridad —tú, ¿cómo estás?

—Bien, ¿te ha dado el mensaje Elis?

—Sí, ¿Qué necesitas?

—¿Por qué no me has presentado a tu novia? —Sus palabras me hacen detenerme en seco—Me parece una falta de respeto que tengo que enterarme por...

—Mis hermanos, —termino por ella— no saben cerrar la boca.

Pensé que no se rebajarían a tanto. Aunque de algo que estoy seguro es que solo Bruno se atrevería a tanto, ni siquiera puedo decir que lo ha hecho por falta de lealtad, sino simplemente para molestar y provocar a mi madre, ella es capaz de aparecer aquí en cualquier momento, no me sorprendería que estuviera en camino o aún peor, ubicada en una de las habitaciones.

—No fueron tus hermanos, espera, ¿ellos lo saben? —Ahora sí, me he tirado la soga al cuello sin ayuda de nadie más —¿Se la has presentado antes que a mí?

—Madre, no te la he presentado, porque no es el momento.

Es lo más lógico que mi cerebro logra elaborar, no tiene sentido decirle que no es mi novia. Sería una conversación perdida.

—La quiero conocer—exige.

—Pronto lo harás.

Si no le digo lo que quiere escuchar, no me dejará ni siquiera dormir en paz, la conozco.

—Quiero que sea en esta semana —dice con autoridad. Pero ni crea que existe posibilidad de que eso suceda.

—Será a mi tiempo, si la quieres conocer, tendrás que esperar.

—Oh puedo llegar allí, ahora mismo.

¿Eso fue una amenaza o un aviso?

—Por favor. —Suplico con mi voz.

—Bien, Mateo. Será como quieras—La escucho soltar un suspiro con pesadez—Pero al menos, exijo saber su nombre.

—¿Tus espías no te dijeron eso?

—No la registraste.

—Carolina.

—Apellido.

—Solo Carolina por ahora.

—Está bien, te dejo para que sigas disfrutando de tu tarde.

Me despido y luego cuelgo para retirar el celular de mi oreja, lo guardo en mi bolsillo. Llevo mi mano a mi cien para acariciar esta por unos segundos.

Sé que, si Carol y yo decimos establecer una relación, tendré que presentarla a mi familia porque la realidad es que no he tenido una sola novia que no haya llevada a casa, todas mis exnovias tienen la des fortuna de haber conocido a mi madre. No quiero que se confundan, mi madre ha hecho un gran trabajo criando a mis hermanos y a mí, aunque acepto que no apruebo sus métodos, los tres somos hombres con valores y principios.

Ella ha sido muy estricta, tiene un carácter que hace temblar a cualquiera y no es la mejor expresando sus emociones. Pero considero que ha demostrado su amor haciendo que a nosotros no nos falte nada. Para ella somos su todo y ha sido capaz de ir incluso contra mi padre, si ella considera que es lo mejor para nosotros.

Hubiera anhelado que ella luchara conmigo para que mi padre desistiera de la idea de que estudiar contabilidad, pero debo aceptar que solo tal vez, estudiar educación no hubiera sido lo mejor para mí.

Creo que tarde o temprano me hubiera arrepentido de darle la espalda a mi familia, no me perdonaría el hecho de dejar a Óscar con toda la responsabilidad y aunque una parte de Mí detesta admitirlo, mi madre tenía razón, si me terminé enamorando de lo que hago cada día, pero jamás se lo diré, lo reservaré para mí.

Al llegar al restaurante me guían hasta la mesa donde se encuentran todos. Lo primero que se fijan mis ojos es en la rubia que juega con su comida. Tiene una sonrisa en el rostro mientras conversa con Lucas de algún tema que desconozco.

Se nota que su hermoso cuerpo se ha bronceado. Su rostro está rojo por la solación, unos cuantos mechones descansan sobre su rostro, los cuales se han escapado de su cola alta que hace lucir su cuello aún más apetecible. Desde aquí puedo ver una pequeña marca que le hice esta mañana durante nuestro encuentro en la ducha. Siento como el calor en mi cuerpo aumenta al saber que no tiene ningún interés de ocultarlo.

Sigo recorriendo la mesa y me sorprendo encontrar a Amelia almorzando junto a ellos, pensaba que ya estaba de camino a Londres.

Óscar la espera, ambos tienen que asegurarse de que todo esté listo para el nuevo hotel que se abrirá allá.

Antes de poder llegar la mesa, puedo percibir como Amelia se percata de mi presencia y se levanta de su asiento pidiendo disculpas. Camina hacia mí y me toma de mi antebrazo para llevarme cerca del balcón del restaurante. Desde aquí puede ver como mis hermanos y Carol me observan, levanto mi mano y la muevo en forma de saludo. El único que me devuelve el saludo es Lucas, los demás vuelven a ponerle atención a su comida.

—¿Por qué no me habías dicho que tienes novia? —Ella cruza sus brazos sobre su pecho.

—No es mi novia.

Esa es la verdad, es muy pronto para hacerlo, aunque no negaré el hecho de que no me molestaría que en un futuro si lo sea.

—Eso anda diciendo ella.

¿Cómo?

—¿Es en serio? —Mis ojos se posan sobre la rubia que intenta concentrarse en comer su comida, pero noto como de vez en cuando nos mira.

Su simple acción hace que una sonrisa se pose en mis labios, ayer, me hizo pensar que tal vez no quiere una relación, pero sus acciones de hoy me hacen pensar lo contrario.

—¿Lo ha dicho ella? —Cuestiono con una emoción que quiero ocultar en mi voz, pero tengo a la certeza que no lo he conseguido.

—¿El qué?

—¿Ella ha dicho que es mi novia?

Amelia me observa por unos segundos guardando silencio mientras entrecierra sus ojos.

—Lo ha dicho Bruno—suelta un suspiro —Pero no lo negó y al ver tu reacción, eso te encanta.

—Un poco, nada más.

Me obligo a no sonreír.

—Entonces si dice ser tu novia, ¿está bien?

—Te lo pondré así, lo que ella diga, lo acepto, para mí es ley.

—Si dice que mañana se casarán...—No la dejo terminar.

—Pues mañana nos vamos a Las Vegas—digo de inmediato — y necesito que seas mi madrina.

—Wow, en serio te gusta.

—Lo normal—Muevo mis hombros para restarle importancia.

—Lo normal no—expresa con firmeza— No te importa que diga que es tu novia cuando no lo es. Es la primera que presentas a tus hermanos, en años, y nunca has traído a nadie, cuando tienes que trabajar. Esto no es "lo normal" —Hace comillas con sus dedos.

¿Por qué me causa pavor sus palabras?

—Primero, no me parece un crimen que diga ser mi novia, —Necesito explicarme—tal vez solo sintió celos y es su forma de marcar territorio.

—Lo cual aceptas, aunque odias que te celen.

Ignoro sus palabras.

—Segundo, la presentación con mis hermanos fue solo un incidente menor y tercero, ella necesitaba una excusa para escaparse de su familia este fin de semana, solo intento ayudarla.

—Y tú necesitabas una excusa para traerla.

—Basta.

Esta conversación comienza a molestarme.

—Está bien —Levanta sus manos en forma de paz—Solo me sorprendió que no me hayas contado nada antes.

—Es algo reciente.

—Eso dijo.

—¿Sí? ¿Qué más dijo? —digo con rapidez.

Disimula un poco.

Tarde.

—Mejor que te diga ella, —Ella esboza una sonrisa que abarca todo su rostro—debes ir a saludarla, ella tiene ganas de matarte.

—¿Por qué?

—Al llegar lo primero que hiciste fue venir hablar conmigo, en vez de saludarla.

—Me has arrastrado tú—Le recuerdo.

—Tal vez tenga parte de culpa en eso, pero será contra ti la ira, lo siento—Toda expresión se borra de mi rostro.

No puedo creer que haya posibilidades de que mi noche se arruine por culpa de Amelia.

—Despídeme de todos. Se me hace tarde para el vuelo.

—Ojalá lo pierdas.

—Eso te encantaría —Ella deja un beso en mi mejilla.

—Aunque tienes tiempo para despedirte tú misma de todos.

—Mejor no, sé cuando no me quieren en un lugar—Sus palabras me hacen arrugar mis cejas, ¿Qué ha pasado?

—¿Por qué lo dices? —pregunto con curiosidad.

—Ella sabe que estuvimos juntos y que ahora somos buenos amigos.

—¿Carol? ¿Le dijiste?

—Bruno.

Voy a matarlo. Que se prepare porque lo enterraré yo mismo y no es por el hecho de que ser amigo de una exnovia esté mal, sino porque hubiera preferido que Carol se enterara por mí, no por mi detestable hermano.

—Buena suerte, querido —Deja una palmada en mi hombro—Y pido disculpa si actué cortante con ella, creo que si le di varias razones para querer matarte.

Luego de eso, se marcha. Ni siquiera me da tiempo de preguntarle nada, ¿qué rayos hizo? Joder, Amelia, si me arruinaste esto, voy a asesinarte.

Miro a Carol pensando bien mis siguientes pasos, me acerco a la mesa tratando de medir el desastre que ha hecho Amelia, pero sé que no lograré saber nada hasta hablar en privado con Carol.

—Espero que estén disfrutando de su almuerzo—Noto un asiento libre al lado de Carol, no lo pienso ni un segundo y me siento a su lado.

—Ahora que llegas, solo lo arruinas—comenta Bruno, pero lo ignoro.

—Hola, bonita—deposito un beso sobre su mejilla.

—Hola—Ella aleja su rostro de mis labios para que el contacto sea mínimo.

Lo hace con suavidad para que mis hermanos no lo noten.

—¿Qué haremos esta noche? —cuestiona Lucas.

—Carol y yo saldremos, sin ustedes—digo de inmediato.

Mis palabras hacen que ella fije su mirada en mí y aunque tiene intenciones de hablar, no dice nada. Se limita a asentir con su cabeza.

Observo como sigue jugando con su comida mientras mis hermanos terminan de almorzar. Siento algún tipo de déjà vu, la he visto haciendo eso antes.

En la cena de sus padres.

Es cierto, ¿será que aquella vez se sentía incómoda como ahora?

Trato de tomarme el jugo de mango que pedí mientras pasa el tiempo. Agradezco cuando mis hermanos se despiden de nosotros. Necesito hablar con ellos también, pero ahora me urge hacerlo con Carol.

—¿Cómo te fue con mis hermanos? —pregunto al estar totalmente solos.

Debo pensar bien mis palabras, no quiero hundirme más.

—Bien.

—¿Te ha gustado?

—Sí.

Sus respuestas cortas me están matando.

—Me disculpo por haber llegado tan tarde, —Me coloco de pie y noto como ella imita mi acción—todo se ha extendido más de lo esperado.

—Okey.

—Carol, ¿sucede algo? —Me atrevo a preguntar al haber salido del restaurante.

—No.

La tomo del brazo para colocarla contra la primera columna que encuentro. Ella se resiste, pero no permito que se mueva.

—¿Qué sucede? —pregunto acercando mi rostro al suyo —Si tienes alguna pregunta o duda, puedes decirme.

Ella suelta un largo suspiro para luego levantar su cabeza para lograr mirarme a los ojos. Es evidente que algo sucede, sus ojos gritan que no se siente cómoda, que algo le molesta.

—¿Te sigues cogiendo a tu ex?


----------

Gracias por leer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro