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Capítulo 23: Creador

Maratón 3/6

︿︿︿︿NEGACIÓN︿︿︿︿︿
·   ·   ·   ·Estado emocional en el que una persona no puede o no quiere ver la verdad o la realidad acerca de un asunto o situación.
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Marzo, 1965.

Recordaba aquel momento como si fuera ayer mismo, escuchar que Aro le había alumbrado mucho camino tras su propia duda, y mucho después el propio Marcus con su acercamiento. Estaba tan perdida en el shock que no supo siquiera como reaccionar al primer momento, pero poco después que el mismo Rey triste la llevó a un salon de biblioteca fue cuando cayó en cuenta y reaccionó.

—¡Yo quería morir! ¿porqué lo hiciste?—gritó cayendo de rodillas al suelo.

No era nadie como para ir contra el rey de frente ancha y cabello largo, ni siquiera tenía fuerzas para darle una batalla para desmembrar a ese vampiro. El cólera y la frustración eran evidentes, nadie iba a intervenir en ello, parecían saber que aquello era una situación frecuente de pasar.

Mientras que Marcus solo se había sentado en otro sillon patron cercano para escuchar lo que la pelirroja dijera.

—Realmente no recuerdo cuándo fue, pero si no te molesta recordarmelo. Házlo como más te apetezca, tengo mucho tiempo para ello. —cedió el Rey.

Aquella simpleza hizo que la pelirroja caminara sobre sus rodillas, apresara sus manos delgadas y alargadas sobre las piernas del Rey, la visión parecía un siervo aterrado frente al Rey, pero más bien en esta situación era de horror.

—Me convirtieron el mismo día de mi cumpleaños... Cuando cumplí mis doce años, el 11 de septiembre de 1212—lo encaró con una mirada atormentada— te equivocaste... No era una persona adulta, me faltaba poco para morir, ¡Nadie quería a un fenomeno como yo!

Marcus al ver la mirada tan dolida y atormentada de la joven mujer, es cuando logra ver aquel recuerdo específico de como la conoció, al igual del motivo por el cual la convirtió. Mirandola con una lúgubre pero brillosa mirada de dulce ternura, nostalgia y cariño, ninguno era de arrepentimiento o culpabilidad.

—Lo recordó... ¡Dígame en qué pensaba cuando lo hizo!—exigió tan molesta que casi rasga la tela de la ropa del Rey.

Sin embargo, es Marcus quien toma las manos de la mujer y las resguarda entre las suyas, dejando más que estática a la pelirroja, otra vez como si fuera una cabra paralizada por temor.

—Ibas a ser una hija para mi esposa. Mi querida Didyme te vio crecer, vio como te lastimaban y deseaba tanto protegerte como ningún padre propio lo hacía contigo. Yo juré conseguirlo, pero no sabíamos cuánto tiempo estarías viva sobre los vivos, la angustia jugó en contra de nuestro razocinio y te convertí apenas tuve oportunidad. —expuso con un dolor tan agonico y añorado. Hablar de su difunta esposa le causaba tanto dolor a Marcus.

—¿Y porqué me dejaron a la deriva?—preguntó con un hilo de voz. Podía entender que quisieron protegerla de los monstruos de sus padres que la habían vendido a ese circo.

Circus Solerium, un circo para fenomenos como ella. Donde había cualquier espectáculo viviente como digna figura de lo bizarro y extrafalario, un lugar que había pagado mucho dinero por ella. Y un lugar que cayó en desgracias, tras intentar escapar pero solo la ataron e intentaron quemar viva por castigo.

—No fue nuestra intención, pero nos atacaron justo en ese momento. Los rumanos te alejaron de nuestro manto, por mucho tiempo te buscamos pero ellos mismos acabaron con la vida inmortal de mi preciosa Didyme... —gimió tan dolido con los ojos cristalizados. Recordando cuántos años suplicó a Aro buscarla, más nunca dieron con ella.

—Yo... Yo no se que pensar... ¡estuve tanto tiempo sola! Tanto tiempo enjaulada en algo que tanto deseé terminar con suplicio para luego descubrir esto... Yo... ¡No quiero ahora escucharte!, no te puedo creer...—gruñó tan histérica y dolida. No entendía porque la idea parecía reflejar entre sus pensamientos a un hermosa rubia de ojos rojos junto a él, ni mucho menos era capaz de caer en brazos hacia él, quién supuestamente debía ser su padre adoptivo.

Y por supuesto, había sido el responsable de convertirla en vampiro.

—Antes de que marches... Y no desees verme por un tiempo, quédate con esto... Sé que me lo devolverás con el tiempo. —dice Marcus, mientras tras uno o dos parpadeos busca y encuenta un libro que parece antiguo, pero que cuando el vampiro se acerca a ella, nota que no es un simple libro sino que un diario que perteneció a la mismisima Didyme Vulturi.— Ella aquí plasmó todos sus deseos e ilusiones, y ahora te lo comparto a ti, espero... No pasar mucho tiempo en espera... No todo lo que se planea sale tan cual uno desea.

Tras ello, la pelirroja tomó el libro y escapó a su habitación. Quedando días encerrada en cuarentena, alejados de todos, y tratando de sobrellevar la carga de la verdad.

¿Quién hubiera pensado que para olvidar a su compañero, tendría la oportunidad de conocer el motivo de porqué fue convirtida y quién fue su creador? Nadie en su sano juicio hubiera pensado que era a manos de Marcus Vulturi, eso estaba segura.

Ni ella terminaba de aceptar ese hecho.

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