Obsesión
No había otra explicación posible. V-5Alfa había estado acercándose a la Tierra mediante aquellos extraños movimientos orbitales que nadie se había preocupado en investigar. Y por algún motivo que a Génesis se le escapaba, aquella estrella se estaba acercando al planeta. Aquello cambió totalmente la forma de pensar de la científica. V-5Alfa se comportaba como una estrella. Era una estrella. Sin embargo, sus movimientos y algunos aspectos de su carácter hacían pensar que el astro estaba... vivo. Tal vez aquella fuera la clave.
Génesis, un día después de dar con este descubrimiento, contó sus sospechas a Aaron al quedar con él en la misma cafetería donde se reunían siempre. Obviamente, él no la creyó. Pero era cierto que la estrella era bien extraña. V-5Alfa se estaba acercando al planeta y aquel hecho no podía ser para nada bueno. En el mejor de los casos, se detendría antes de entrar en el Sistema Solar. En el peor, V-5Alfa llegaría hasta los planetas interiores y se acercaría aún más a la Tierra. Acabaría estrellándose contra el planeta o desestabilizando alguna órbita en el peor de todos los casos. Y a Génesis le gustaba ponerse en el peor de los casos para estar preparada ante cualquier suceso.
Aaron no la creía. V-5Alfa era lo que había comenzado a denominarse como una estrella independiente, un innovador concepto el la astronomía contemporánea. El astro seguía sus propios pasos. Pero tal vez aquellos pasos sí que podían ser perjudiciales para el planeta y para todos los que vivían en él. Aaron y Génesis, cada uno con sus propias ideas, se pusieron a trabajar en un proyecto para presentar cuanto antes sus descubrimientos a los cargos más altos de la NASA y alertar así a todos del peligro que tal vez los acechaba.
Ahora que Gabriel se quedaba con Lizzie en la comodidad de aquella mansión, Génesis y Aaron tuvieron tiempo para presentar el caso frente a su superior. Era un caso que debían tratar las eminencias de la ciencia. Además de esto, la científica quería preguntar también por la no llegada de su compañero experto en el estudio de las estrellas. Génesis y Aaron se metieron en el coche de este y desaparecieron carretera abajo.
Gabriel se quedó en la puerta hasta que su hermana se marchó. Entró en la casa y se quedó jugando al parchís, un juego que disfrutaba mucho, con Lizzie. Pero a Gabriel algo le decía que su hermana no iba a llegar a su destino. Tenía angustia en el pecho. Le contó sus preocupaciones a Lizzie, y aunque se mantuvo escéptica al principio, acabó angustiándose por las palabras del niño. Marcó en su teléfono móvil el número de Génesis, pero estaba fuera de cobertura. Llamó al de Aaron y estaba apagado. Era algo extraño porque Aaron era adicto a su smartphone y siempre lo llevaba encendido. Lizzie se obsesión con la idea de que algo raro estaba pasando. Subió al niño a un taxi y salieron por el mismo camino que habían tomado Génesis y Aaron. Mientras el taxi avanzaba rigorosamente por la carretera, Lizzie se dio cuenta de que había un coche parado más adelante que soltaba humo del motor. Estaba estampado en la cuneta, y a pesar de su mal estado, era perfectamente reconocible.
Salió del taxi y encontró una huella lineal dejada por algún líquido venido del coche. Gasolina. Lizzie corrió a sacar a su amiga y a Aaron del interior del vehículo antes de que explotara, impidiendo a Gabriel salir del taxi. Pero el coche ya estaba vacío al llegar, así que Lizzie se alejó justo a tiempo para ver el automóvil explotar en un mar de llamas. ¿Dónde estaban Génesis y Aaron? Nadie mejor que la policía para saberlo.
Tras el aviso, varios agentes buscaron en un radio de treinta quilómetros. Nada. No apareció nada referente a ninguno de los dos. El mundo de Gabriel cambió sin la protectora presencia de su hermana mayor, hasta que dos días después del accidente encontraron el cuerpo de una chica. Estaba tumbada de lado, en el lago donde un tiempo atrás su coche se estrabió. El cuerpo del chico inconsciente estaba a su lado. Una ambulancia los llevó al hospital, donde después de unas horas de descanso Génesis abrazó a su hermano por primera vez en dos días. Tenía heridas y golpes por toda la cara, como si hubiera forcejeado con alguien.
Gabriel se marchó de la habitación y se sentó en el pasillo para que Lizzie y Génesis pudieran hablar con tranquilidad de lo sucedido, solas y en la confidencialidad de aquella habitación de hospital.
- ¿Cómo es posible que se estrelle el coche y os encuentren dos días después a casi cuatro quilometros del lugar dónde os accidentarais? -preguntó Lizzie confusa.
- Creo que es V-5Alfa -susurró Génesis-. Ella tiene un poder extraño que la ciencia no puede comprender.
- ¿Esa es la estrella con la que estás obsesionada? Gabriel ya me ya hablado de eso.
- No. Esa es la estrella que quiere destruirme -aseguró la científica-. Verás, antes tenía dudas pero ahora no tengo ninguna. Íbamos bien, pero de pronto, el coche se aceleró solo y se estampó en la carretera. Aaron estaba inconsciente y me di cuenta de que el coche podía explotar, así que lo saqué fuera como pude. Me alejé, arrastrándonos por la carretera. Y entonces, un coche se detuvo frente a mí. Un hombre nos subió.
- ¿Un hombre? ¿Quieres decir que te secuestraron?
- No. Solo nos subió y ahí fue cuando perdí el conocimiento.
- ¿Y qué te hace pensar de todo eso que la estrella quiere matarte? ¿No ves más posible que tuvieras un accidente de tráfico normal y corriente?
- No lo sé. Pero algo me dice que V-5Alfa quiere destruirme. No sé porqué quiere hacerlo, pero si quiere destruirme, tengo claro que eso no es una estrella.
- Claro. Es más lógico suponer que es un OVNI. Y luego aparecerá E.T para celebrar tu cumpleaños en la galaxia Andrómeda. ¿Te has vuelto loca? No digas esas cosas si no quieres que te encierren...
- Es la verdad, Lizzie. Y ahora puedo demostrarlo. Aaron estaba conmigo. No sé qué quiere esa maldita cosa a la que llamo V-5Alfa, pero si para conseguirlo tiene que matarme, es algo a lo que aprecio mucho. Y en ese caso, no se lo daré.
Aunque Lizzie no se creyó nada de lo que Génesis le había contado, decidió ceder a su explicación, pues pensó que simplemente deliraba por la conmoción. Génesis pasó allí la noche y tras saber que Aaron ya estaba bien, se puso a pensar en qué era aquella cosa a la que llamaba V-5Alfa y qué era lo que tanto quería. Era muy importante descubrirlo, porque V-5Alfa había intentado matarla dos veces, o al menos eso creía ella, del mismo modo que no creía que pudiera contar la tercera.
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