Peach conoce a Rosalina
Al día siguiente tanto Mario como Luigi se prepararon para sus respectivos compromisos, siendo el hermano de verde el primero en salir de la casa. Con el ramo de flores en su mano derecha y aún siendo una bola de nervios, Luigi se dirigió a la salida de la casa con Mario siguiéndole el paso, quien venía con una juguetona sonrisa de oreja a oreja.
Luigi (voltea repentinamente al estar frente a la puerta) : No lo sé, Mario ¿Seguro que ... que luzco bien?
Mario (pone una mano sobre el hombro derecho de Luigi) : Te ves bien, hermano. No vas a ir a una cena formal o algo por el estilo, es solo una visita casual.
Luigi (respirando profundamente) : Claro, claro, solo ... solo una visita casual ... ... ¿¡Pero y si no lo es y Daisy se ofende de que halla pensado eso!?
Mario (sonríe) : ¿Alguna vez se ha ofendido porque le hallas hablado sin llevar puesto un esmoquin?
Luigi (calmándose de nuevo) : Sí, ti~tienes razón.
Mario : Vamos, solo diviértete y sé tu mismo. Si eso no le gusta a Daisy, entonces ella no es la indicada. No le vendas una mentira, o te verás obligado a vivirla de aquí en adelante.
Luigi : De acuerdo ... gracias, hermano.
Mario : No hay de que. (le da una palmada en el hombro) ¡Ve por ella, tigre!
Ambos hermanos soltaron una suave risilla, tras lo que Luigi respiró profundamente antes de dar media vuelta y salir de la casa, dejando a Mario solo. Entonces el hermano de rojo se dirigió a su habitación para tomar el regalo que había comprado para los destellos en la mañana, el cual era casi tan grande como él, y se dirigió a la sala a ver un poco de televisión en lo que Rosalina llegaba. La madre de los destellos no tardó mucho en aparecer frente a la casa de los hermanos, dándole un par de suaves golpes a la puerta para avisar de su presencia. Mario rápidamente apagó la televisión y se levantó del sofá, llevando el regalo entre su brazo derecho y su cuerpo, y fue inmediatamente a abrir la puerta.
Mario (sonriendo) : Hola Rosalina.
Rosalina (le devuelve la sonrisa) : Hola Mario ¿listo?
Mario (cierra la puerta detrás de él) : Por supuesto. (deja el regalo en el suelo y asegura la puerta bajo llave) ¿Y tu?
Rosalina (suspira) : Más o menos. Es solo que esta sería la primera vez que regreso al castillo desde ... bueno ...
La rubia no pudo terminar su oración, lo cual no fue necesario para que el bigotón entendiera de qué estaba hablando.
Mario : Oye, todo va a estar bien ¿de acuerdo? Sé que a veces puede dar algo de terror regresar a un lugar familiar para ti, sabiendo que las cosas pueden ser muy diferentes a como las recuerdas, pero creo que esto te puede ayudar dar por cerrado el capítulo de tu vida en que te aislaste del mundo. Piénsalo como un nuevo inicio.
Rosalina : Es lo que intento, pero aún así se siente raro. No es solo un lugar más que visitaba regularmente ... fue mi hogar. Y aunque he intentado ignorar ese sentimiento desde que acepté reunirme con Peach, sigue estando allí, molestando cada tanto.
Mario : Te entiendo, pero no te preocupes, Peach es muy comprensiva. Si le dices que te sientes un poco incómoda en el interior del castillo seguro que te lleva al jardín trasero para hablar.
Rosalina : Lo tendré en mente. (desvía su mirada hacia el regalo y lo señala) ¿Y eso?
Mario (levanta la caja con ambas manos) : Es para los destellos, para que jueguen. Espero que no te moleste.
Rosalina (suelta una risilla) : Para nada. Eso es muy lindo de tu parte. Estoy segura de que les va a encantar.
La madre de los destellos extendió entonces su mano derecha hacia Mario, quien la tomó sin dudarlo luego de acomodar el paquete en su brazo izquierdo, tras lo que ambos desaparecieron del lugar envueltos en un fuerte destello de luz. De inmediato, ambos aparecieron sobre el pequeño jardín alrededor del mirador, en el planetario. Mario soltó la mano de Rosalina y se despidió de ella, tras lo que la rubia se transportó al castillo de Peach, el cual por suerte aún estaba donde ella recordaba. Mario entonces dio media vuelta y se topó de inmediato con Polari, quien venía flotando rápidamente hacia donde él se encontraba.
Polari : Hola, Mario; no sabes cuanto te agradezco que te ofrecieras a ayudarme.
Mario (algo sorprendido) : Eh, claro Polari, no tienes ni que mencionarlo. Es un placer ayudar ¿Dónde están los demás, por cierto?
Polari : Rosalina los dejó en la biblioteca haciendo unos dibujos, y será mejor que empecemos a movernos. (empiezan a dirigirse a la biblioteca) Ahora que hay destellos tan jóvenes siempre se complica cuidar de ellos, especialmente cuando empiezan a aprender a flotar. Son inquietos debido a que no saben muy bien como controlar su energía estelar, y dudo mucho que yo solo habría sido capaz de vigilarlos.
Mario (ríe suavemente) : Tranquilo, para eso estoy aquí. Yo me encargaré de mantenerlos entretenidos, y quien sabe, a lo mejor los termino cansando.
Polari (ríe) : Yo más bien creo que te van a cansar a ti. Rara vez Rosalina ha conseguido cansarlos antes de sentirse exhausta, incluso cuando todavía era una niña.
Para ese entonces ambos habían llegado a la biblioteca, por lo que antes de que Polari pudiera preguntar sobre que había dentro del regalo que Mario traía bajo su brazo, los destellos dentro de la biblioteca los vieron entrar, y saludaron al héroe de rojo. Los destellos más grandes lo saludaron desde donde estaban, los que acababan de nacer hace unas semanas balbucearon desde su lugar un intento de saludo, imitando a sus hermanos mayores, y el destello maestro en particular salió volando hacia Mario para saludarlo, causando que este comenzara reír.
Mario : ¡Hola a todos! También me da gusto verlos de nuevo.
Destello M. : ¡Vamos .. a ... divertir ... mucho!
Mario (ríe) : Así es compañero, nos vamos a divertir un montón ... especialmente con lo que traigo para ustedes.
El pequeño héroe entonces sacudió el regalo que llevaba bajo su brazo izquierdo para llevar la atención del destello maestro al mismo. Los demás destellos ya habían notado el paquete, por lo que se quedaron sentados en el suelo a la espera de que Mario revelara que había dentro. El fontanero entonces caminó hasta estar en el centro de la biblioteca y colocó el paquete en el suelo, colocando sus manos sobre el mismo.
Mario : Muy bien, este es un regalo de mi parte para todos ustedes ... espero que les guste.
Los destellos más grandes se acercaron a la caja con curiosidad luego de agradecerle a Mario por el regalo, tras lo que comenzaron a darle vueltas buscando por dónde debían abrirla. Al darse cuenta de esto Mario soltó una risilla mientras se acercaba a la caja envuelta.
Mario : Supongo que nunca han visto un paquete envuelto (pellizca un pedazo del papel para envolver y lo arranca), primero tienen que desenvolverlo.
Luego de ver a Mario darles el ejemplo, los destellos no tardaron en empezar a rasgar y arrancar pedazos del papel para envolver mientras sus hermanos más jóvenes observaban con atención, la curiosidad por saber que había dentro de la caja manteniéndolos atentos. Una vez que terminaron de desenvolver el paquete se toparon con una caja de color rojo brillante, adornada con varias calcomanías que mostraban a niños a la par de varios objetos armados con bloques de madera de varias formas y colores. Los destellos entonces procedieron a abrir la caja, y su mirada de emoción fue reemplazada por una de confusión al ver que dentro de la caja solo habían un montón de bloques de madera.
Destello amarillo : ¿Bloques de madera?
Mario : Oh, no son solo bloques de madera, son importantes piezas de construcción.
El fontanero de rojo entonces comenzó a sacar algunos bloques de la caja y a acomodarlos uno sobre otro hasta construir un pequeño castillo parecido a la vista frontal del castillo de Peach, utilizando bloques triangulares para las puntas de las torres y un par de bloques con forma de semiarco para la entrada del castillo.
Mario : Y con ellos pueden construir lo que sea ... en versión miniatura, claro. (se rasca la cabeza, levantando su gorra) El límite es el número de bloques que trae la caja jajaja.
Los destellos, al ver que podían usar los bloques para intentar replicar sus dibujos en el mundo real, comenzaron a sacar bloques de la caja, entusiasmados. Mientras, Mario tomó una buena cantidad de bloques y los apartó para llevárselos a los destellos más jóvenes y ayudarlos a construir unas cuantas cosas sencillas. De vigilar que los más grandes no se pelearan entre sí se iba a encargar Polari, mientras que Mario mantenía entretenidos a los más jóvenes.
Volviendo con Rosalina, luego de que apareció al frente del castillo le dio un buen vistazo, pues la primera vez que lo vio su mente estaba ocupada en cosas más urgentes. Por fuera lucía casi igual que como lo recordaba, aunque el vitral con la silueta de Peach en definitiva era nuevo. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios mientras los recuerdos comenzaban a fluir por su mente, sin embargo, no se quedó demasiado tiempo admirando el castillo, por lo que rápidamente flotó hasta la gran puerta y le dio un par de golpes algo fuertes para hacer notar su presencia. Casi de inmediato escuchó a Peach gritar "ya voy" desde el otro lado de la puerta, y en cuestión de segundos esta se abrió de par en par. Al verse cara a cara, ambas quedaron impresionadas, pero por motivos completamente diferentes. Al igual que había pasado con Mario cuando conoció a Rosalina, Peach quedó impactada por el imponente aspecto de la madre de los destellos, quien a propósito había colocado una ligera aura de luz a su alrededor, haciendo que tanto su vestido como su cabello y hasta su piel emitieran un leve brillo, apenas perceptible en su cercanía. Su mirada rápidamente se clavó en el único ojo visible de la mujer del vestido celeste, siendo la primera persona a la que Peach tenía que ver a los ojos levantando el rostro. En el caso de Rosalina, su mirada se dirigió de inmediato a los aretes circulares de la monarca del reino Champiñón, los cuales eran casi idénticos, por no decir los mismos, que su madre usaba, lo que la dejó con muchas dudas.
Peach (se aclara la garganta) : Buenas tardes ... (nota la corona de Rosalina) su majestad. Es un honor poder tenerla en mi reino, en mi hogar.
Rosalina reaccionó cuando escuchó a Peach referirse a ella como "su majestad", pues aquello la tomó también por sorpresa. Y sin cambiar mucho su serena expresión, la madre de los destellos colocó sus dos manos sobre su regazo, sosteniendo su varita con ambas manos, y le dedicó una pequeña venia a su anfitriona.
Rosalina : El honor es mío, princesa. No todos los días puedo visitar un reino tan hermoso como el vuestro ... aunque lamento que nos hallamos conocido por tan desastrosas condiciones.
Peach (con un poco más de confianza) : Sí, pero bueno, será mejor no hablar de ello, no queremos amargarnos la tarde ¿verdad? (ambas sueltan una suave risilla) Bueno, pase adelante. Siéntase como en casa.
Rosalina : Muchas gracias, princesa. La sigo.
Peach dio media vuelta y entró al castillo, con Rosalina caminando justo detrás de ella. Luego de cerrar la puerta, la princesa del reino comenzó a guiar a su invitada al comedor del castillo, mientras que la madre de los destellos observaba a sus alrededores con atención. Del interior del castillo nada era como lo recordaba, aunque tenía sentido, después de tantos años era normal que las decoraciones hubieran cambiado.
Peach : Por cierto, puede llamarme solo Peach, alteza. (con algo de nervios) Mario olvidó mencionar que era de la realeza.
Rosalina : Gracias por la cortesía, princesa. Usted también puede referirse a mí solo como Rosalina, si así se siente más cómoda; por mi parte, prefiero mantener las formalidades. Respecto a mi corona, que supongo es el motivo de su pregunta: sí, soy una princesa como usted, solo que renuncié a mi cargo político para dedicarme a cuidar de los destellos. Es por ello que viajo con ellos a través del universo.
Peach (fascinada) : Oh, ya veo. Debe de ver cosas increíbles en sus viajes ¿no?
Rosalina (sonríe levemente) : Así es. Pocas cosas son más espectaculares que una nebulosa de varios colores, o que una supernova.
Peach : Wow ... honestamente, que envidia jijiji.
El par de princesas continuaron moviéndose en silencio, con Rosalina flotando ligeramente sobre el suelo detrás de Peach hasta que llegaron finalmente al comedor, donde la princesa del reino dejó a Rosalina sentada a la mesa antes de dirigirse a la cocina por los platos de comida que habían dejado preparados los meseros para ambas. Una vez que regresó a la mesa y colocó el plato de Rosalina frente a ella, la madre de los destellos comenzó a hablar.
Rosalina : Lamento mucho mis negativas previas a reunirme con usted, así como las condiciones que impuse. Entiendo que debe ser una molestia enorme.
Peach (se sienta a la mesa frente a Rosalina) : Para nada, princesa Rosalina. Como dije, es un gusto poder vernos frente a frente, y entiendo que no se sienta muy cómoda con personas que no conoce. Debe ser difícil encontrar temas en común con alguien que vive en una realidad completamente distinta a la propia.
Rosalina : Muchas gracias por su comprensión, princesa.
Peach : La que debería estar agradecida soy yo. Lamento que su visita a la Tierra se halla visto empañada por un problema ajeno a usted completamente; pero estoy sumamente agradecida por toda la ayuda que le brindó a Mario a pesar de ello. De no ser por usted y de los destellos ... no estaríamos teniendo esta conversación.
Rosalina : Y aprecio mucho su gratitud. Es ese aprecio precisamente el que me tiene aquí con usted; su carta realmente me conmovió y me hizo darme cuenta de que estaba siendo descortés con usted al no querer verla en persona. Sin embargo, no creo que deba tener ese tipo de gratitud conmigo, ya que sin la ayuda de Mario tampoco habría sido capaz de llevarlo hasta el centro del universo. Mi hogar quedó casi destruido por completo, y fue gracias a su ayuda que pude repararlo y seguir adelante. (sonríe ligeramente, con una mirada llena de afecto que no pudo contener) Haberlo conocido es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.
Peach también sonrió, consciente de lo fuerte que era ese sentimiento de gratitud hacia alguien que es esencialmente la luz de la esperanza, que aparece cuando todo parece perdido.
Peach : Bueno, creo que podemos hablar sobre Mario toda la tarde, así que será mejor empezar a comer antes de esto se enfríe.
La princesa del reino entonces procedió a levantar la tapadera de la bandeja frente a ella, revelando un plato principal, una sopa, y un poco de ensalada. La madre de los destellos hizo lo mismo con su bandeja, y en cuanto el olor de aquella comida le llegó a la nariz sintió un pequeño escalofrío por todo el cuerpo, y su estómago rugió como si no hubiera comido en años. Esto causó que se sonrojara a pesar de intentar mantener la compostura, colocando la bandeja a un costado con total delicadeza mientras Peach intentaba mantenerse seria para no incomodar a su invitada.
Rosalina (se aclara la garganta) : Lamento mucho eso. Creo que mi cuerpo reaccionó así por que no está acostumbrado a este tipo de alimentos.
Peach : Oh, entiendo. Yo ... honestamente no sabía que ofrecerle de comer, ya que no tengo idea de como conseguir trozos de estrella, que es lo que Mario me comentó que come. Los pocos que se recolectaron el día del festival se acabaron a los días, ya que todos en el castillo querían un poco.
Rosalina : Entiendo; para los demás los trozos de estrella no son más que un dulce, pero para mí y los destellos es un alimento vital. Supongo que estos platillos no van a alimentarme ... así que solo espero que no le hagan mal a mi cuerpo.
Peach (ríe de forma nerviosa) : Bueno, e~en ese caso, puede dejar la comida de lado. No se sienta obligada a comer si no le gusta. Yo ... supuse que no le haría mal, por su aspecto humano.
Rosalina : Hum, buen punto ... solo queda probar, entonces. (pensando) 'Han pasado demasiados años desde que mi cuerpo fue modificado por el poder de las estrellas que no estoy segura de cómo va a reaccionar mi estómago con esto. Las galletas son ligeritas, pero esto ya es un almuerzo como tal. Aunque huele delicioso ... si no estuviera intentando ser lo más distante posible creo que estaría salivando.'
La madre de los destellos entonces procedió a darle un bocado al plato principal mientras su anfitriona la observaba atentamente, y en momento en que la comida tocó su lengua luego de cerrar la boca para masticarla, Rosalina se quedó en silencio. Fue como si sus papilas gustativas se hubieran vuelto diez veces más sensibles, y aquel platillo era la cosa más deliciosa que había comido en mucho, mucho tiempo. Su cuerpo podía estar modificado para conseguir todos los nutrientes que necesitara de los trozos de estrella, pero seguía manteniendo el gusto por la comida tradicional, es solo que luego de tanto tiempo había olvidado que aún tenía dicho gusto. Así que lentamente deslizó el cubierto fuera de sus labios y comenzó a masticar lentamente, disfrutando cada mordida como si fuera la última hasta que terminó por tragarlo todo. Entonces desvió su mirada hacia el resto de la comida y tuvo que aguantarse las ganas de comenzar a devorarse el resto como si no hubiera un mañana, y simplemente le dedicó una elegante sonrisa a su anfitriona, quien ya pudo respirar tranquila.
Rosalina (serena) : Esto está ... delicioso, princesa. Creo que es lo más exquisito que he comido nunca.
Peach (suspira aliviada) : Que bueno que le halla gustado tanto, Rosalina. Los chefs de este castillo son muy talentosos, y por suerte conseguí que prepararan dos almuerzos antes de disfrutar su día libre.
Rosalina : ¿Y no preguntaron si iba a tener un invitado?
Peach : Sí, así que les dije que Mario vendría a comer. Sorpresivamente, nadie me puso más peros ni hizo más preguntas cuando les dije que Mario vendría, solo ... aceptaron y se fueron. Supongo que es porque saben que con él estoy a salvo, y dejan de preocuparse tanto por mi seguridad.
Rosalina simplemente asintió y continuó comiendo mientras mantenía su compostura, aunque estaba tomando bocados más rápido de lo que le habría gustado. Peach, por su parte, se relajó por completo por primera vez al ver como la madre de los destellos comía con tanto gusto; ya que hasta ese entonces había estado entre nerviosa y relajada al no saber exactamente cómo se sentía su invitada. Pero ahora era evidente que se sentía cómoda, así que simplemente la dejó comer en paz mientras ella hacía lo mismo. Mientras tanto, Rosalina aún tenía la duda sobre los aretes de Peach en su cabeza, y durante todo este tiempo había estado pensando en una forma de preguntar sobre su origen sin levantar demasiadas sospechas, pues no quería dar explicaciones sobre su curiosidad por los mismos. Así que una vez que terminó de comer (mucho antes que Peach, por cierto) empujó su bandeja ligeramente hacia el frente y decidió comenzar una conversación casual con la princesa hasta poder llegar al tema que le interesaba.
Rosalina : Todo estuvo delicioso, princesa. Muchas gracias por el almuerzo, y extiéndale mi gratitud a los cocineros.
Peach : De nada, y no se preocupe, me encargaré de que sepan lo mucho que le gustó. ¿Va a desear un postre? ¿Una taza de té? ¿O tal vez de café?
Rosalina : Eh ... no lo sé, ninguna de esas dos cosas se me hacen conocidas ... aunque no quisiera abusar de su hospitalidad, especialmente cuando todavía está comiendo.
Peach : No se preocupe, es un placer poder ayudarla a degustar más de las cosas que ofrece este planeta. Aunque no la alimente, es evidente que le gusta mucho jijiji.
Rosalina (se sonroja ligeramente) : Bueno ... supongo que ya que esta comida no me alimenta, tampoco me hace sentir llena. Tengo la impresión de que podría comer más de lo que una persona normal de mi edad física puede y no me sentiría mal nunca. Supongo que mi estómago solo ... hace desaparecer la comida que no me alimenta.
Peach : Pues en ese caso no estaría mal probar un postre ¿no cree?
Rosalina (sonríe ligeramente) : Creo que no. Aunque quisiera poder preparar el postre con usted: Mario me ha comentado que hace unos pasteles delicioso, y me gustaría aprender como preparar uno para llevarle a mis pequeños. Ellos disfrutan todo lo dulce.
Peach (halagada) : Oh vamos, tampoco es para tanto, Mario a veces exagera jijiji (hace una pequeña pausa) Y será un honor poder preparar un paste con su ayuda, así podemos hacer uno que contenga lo que más le guste.
Rosalina : Claro. Y de lo otro ... creo que una taza de té estaría bien.
Peach (sonriendo) : ¡Perfecto!
Ahora que anfitriona e invitada tenían una conversación fluyendo entre ambas, Rosalina decidió llevar la conversación por donde quería, tratando de ser lo más sutil posible.
Rosalina : Por cierto, me gustan mucho sus aretes, princesa. Le quedan muy bien.
Peach : Muchas gracias, Rosalina. Los suyos también son muy bonitos, hasta me dan algo de envidia jijiji.
Rosalina (toca su arete derecho) : Gracias igualmente, princesa. Estos los hice con polvo de una estrella que colapsó, y un poco de mi magia para moldearlos yo misma.
Peach (maravillada) : Guau, eso es increíble. Es como llevar dos mini estrellas en las orejas.
Rosalina (sonríe) : Algo así. Y sus aretes ¿Cuál es su origen?
Peach (ríe) : Bueno, aquí en la Tierra la ropa y los accesorios no suelen tener un origen tan asombroso. No creo que valga la pena hablar de ello.
Rosalina : No importa. Muchas veces el valor sentimental es superior al valor material, y me gustaría saber si sus aretes tienen alguna historia detrás o simplemente los compró porque le gustaron.
Peach (traga un bocado) : Bueno, no tienen un valor sentimental para mí, pero sí para los toads. Son una réplica de los aretes que utilizó una antigua soberana de este reino.
Rosalina (con curiosidad) : Y esa antigua soberana ... ¿era humana, como usted? Digo, es un poco raro que una humana sea la gobernante de un reino habitado por toads.
Peach (ríe) : Sí, me hacen esa pregunta muy a menudo. (toca su arete derecho) En efecto, unos aretes similares fueron usados por una antigua gobernante humana de este reino, aunque no es muy claro si existió o no realmente. Es más una antigua leyenda, la cual también está conectada con el porque los toads me convirtieron en la princesa. Todo el tiempo que he tenido consciencia de mí misma lo he pasado viviendo en este castillo, bajo el cuidado de Toadsworth, quien solía ser el monarca del reino antes que yo. Honestamente, nunca he tenido curiosidad de saber de dónde vengo; desde que tengo memoria este reino ha sido mi hogar, y nada va a cambiar eso. Pero bueno, volviendo al tema central: hay una leyenda que solo conocen los líderes del reino, sobre una familia humana que reinó hace cientos de años (Rosalina se sienta erguida, perdiendo la tranquilidad por una fracción de segundo, por lo que Peach no lo nota) . Según la leyenda, el reino era próspero bajo su mandato y todos los querían, aunque no fueran toads. Sin embargo, la tragedia pronto llegó a la familia, y en un corto período de tiempo la reina murió y la princesa desapareció repentinamente. El rey y le príncipe, desolados, abandonaron el reino. Nunca se supo que pasó con la princesa, y algunos toads tenían la creencia de que ella iba a regresar tarde o temprano para reclamar su derecho al trono; así que como yo me parezco a la descripción de la princesa perdida, quien era una niña cuando desapareció, los toads asumieron que yo era la princesa perdida que regresaba para reinar. (suelta una risilla) Pero todo eso no es más que una leyenda, digo, que casualidad que la familia real era de cuatro miembros y tenían un hijo y una hija, casi parece sacado de un cuento infantil jijiji.
Rosalina (seria) : Sí ... es solo ... una ridícula leyenda.
Por mucho que intentó ocultar el echo de que le afectó escuchar la historia de su pasado convertida en una simple leyenda, así como el recuerdo del dolor que le causó a su padre y su hermano al desaparecer repentinamente, Rosalina no pudo evitar mostrar tristeza en su rostro, por lo que inclinó su rostro hacia su plato vacío para evitar que su anfitriona la viera al rostro. Peach, a pesar de estar comiendo, notó el repentino cambio de humor de su invitada, a pesar de los esfuerzos de Rosalina por ocultarlo.
Peach (preocupada) : ¿Sucede algo, Rosalina?
Rosalina (aún sin ver a Peach a los ojos) : No, nada, solo ... estoy pensando en lo mucho que me gustó la comida y me da algo de pena saber que se acabó, es ... es todo.
Peach (pensando) : 'Parece que le afectó escuchar sobre la leyenda ... será que ... ¿le recordó a algo de su pasado? Mario dijo que era un tema delicado para ella. Tal vez ... debería darle un tiempo a solas.' (suelta una risilla) Conozco el sentimiento, pero bueno, aún tenemos el postre esperándonos. (empuja su bandeja hacia el frente) Iré a la cocina a ver que tenga todos los ingredientes necesarios para preparar un pastel. Ya vuelvo.
La soberana del reino se levantó de su asiento y se dirigió a la cocina, dejando a la madre de los destellos sola en el comedor, aún observando fijamente sus platos vacíos.
Rosalina (pensando) : '¿Se habrá dado cuenta de que lo me afectó fue la historia? ¿Por eso se fue? ¿O solo esta siendo amable y yo estoy pensando demasiado las cosas? ... argh ... no lo sé.' (suspira y levanta la vista, ya calmada) 'Como sea, lo importante es que no siguió insistiendo en preguntarme que me estaba pasando. Solo espero que no vuelva a hablar del tema.'
La madre de los destellos simplemente se quedó en silencio esperando a que Peach regresara, y una vez que la soberana del reino regresó y terminó su almuerzo, ambas se dirigieron a la cocina para poder prepararse el postre.
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