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Capítulo 3

Abrí los ojos de par en par mientras veía la pelota rebotar, el tiempo acaba y el primer equipo en romper el hielo fue el Seirin con su festejo. Miré a Kise el cual estaba sin creerse nada al igual que muchos otros, incluyéndome. Jamás había visto perder a Kise, y estoy cien por ciento segura que de igual forma esta fue la primera vez que perdió.

-¿Yo perdí? - lo escuché.

-¡Tonto!

Kasamatsu aparece por la espalda y lo patea haciendo que casi cayera pero consiguiendo llamar su atención.

-Deja de llorar. Y vaya que tienes agallas para decir que nunca antes habías perdido. ¡Te golpearé! ¡Más te vale añadir la palabra "venganza" a ese vacío diccionario tuyo!

Kise sonríe ante las palabras de Kasamatsu, ambos equipos se forman para el saludo final. El entrenador estaba furioso que se le notaba a kilómetros de distancia pero nadie le hacía caso.

-Oye, que bien entrenan a sus jugadores. - Mencioné acercándome a Riko.

-Lo mismo digo. - sonríe.

-Algún momento yo los retaré a ustedes, será interesante...

-Cuando quieras, lo estaremos esperando.

Ambas nos dimos la mano antes de que ella se fuera con su equipo y yo me acercara a los demás chicos pero notando que Kise no estaba por aquí. Sabía dónde encontrarlo así que agarré su toalla y salí hasta las canillas de agua. Lo encontré justo cuando un chico peliverde se alejaba con otro. ¿Una carreta estirada por la bicicleta?

-Hm... y yo que te traía tu toalla... - mencioné al ver la que ya tenía en mano.

-_______cchi... - Kise me mira pero entonces parece reaccionar y lanza la toalla que ya tenía -¡No importa, puedo usar la que me trajiste!

Me reí internamente pero se la tendí y él parecía alegre de usarla, se seca el rostro y la nuca. Lo veía sonriendo poco, sabía que estaba pensando mucho en el partido y seguramente en algo que aquel chico peliverde le ha dicho... ya que no se veían muy amigables al hablar.

-Hey... - Apoyé mi mano en su hombro y aparté la mirada -. Lo hiciste bien...

No responde por un momento, yo aparté la mano pero entonces lo sentí pegado a mi, abrazándome con fuerza y llenándome de sudor y agua.

-¡Oye, suéltame! ¡Idiota!

-¡_______cchi, me hace feliz que me animes!

-¡Me estás llenando de sudor, suéltame!

Él no lo hacía y yo traté de patalear y alejarme pero al final me rendí, resoplé sonoramente y lo miré de reojo pero sonreí con diversión y negué con la cabeza.

-Eres un caso perdido. Vamos, los demás deben de estar preguntando por ti.

-No quiero...

-¿Qué?

Levanté la mirada pero él seguía abrazándome y con la cabeza gacha, se veía serio pero me mira.

-Quiero quedarme un rato más... ¿Me acompañas?

En mi interior estaba rogando porque no sintiera mi corazón alocado dentro de mi pecho, traté de calmarme y para disimular bufé.

-Si no me dejas opciones... Está bien.

-¡Gracias _______cchi!

-¡Pero despégate!

No me hacia caso, en su lugar se pegaba muchi más a mi. Si bien me asqueaba el que me estuviera bañando en sudor y agua... a la vez me sentía especial y feliz, no muchas chicas tienen esta suerte. Estaba que me moría de la vergüenza y entusiasmo pero por suerte para mí pude disimularlo... o Kise igual ni se daba cuenta.

-Está bien, está bien... ya cálmate.

Él suspira y por fin me deja libre, yo me miré y lo fulminé al instante. Me sacudí levemente y ambos nos recostamos contra las canillas, nos mantuvimos en silencio por unos segundos, hasta que él supo como iniciar una conversación y terminamos hablando por varios minutos hasta que mencionó que quería ir a hablar con Kuroko luego de la escuela, por lo que se alejó para regresar al gimnasio.

-Por cierto... _______cchi... Gracias.

Me mira por encima de su hombro y sonríe, amplía su sonrisa y se despide con la mano antes de alejarse más trotando. Yo sentía mis mejillas rojas, sacudí la cabeza y me maldecí a mi misma. Resoplé y decidí entrenar un poco antes de ir a cambiarme para luego ir al resto que me quedaba de clases. Aunque... bueno... me dormí en la mayoría, no pude hacerlo a primera hora así que no podía soportar el sueño.

Cuando menos me di cuenta, era hora de irnos a nuestras casas. Crucé frente a la plaza con la cancha en donde había destrozado a esos matones y vi a las niñas que ayudé jugando, ellas me saludan emocionadas al verme y yo solo con la mano y una sonrisa mientras seguía caminando.

-¡Llegué! - avisé al cruzar la puerta de mi casa.

-Bienvenida, cariño ¿Cómo te fue? - papá y mamá se asoman desde la entrada de la sala.

-Bien, hoy fue un equipo a jugar contra los chicos. Me divertí viéndolos.

-¿Quienes eran? - pregunta papá interesado.

-Los del Seirin, les ganaron a nuestro equipo ¿pueden creerlo?

-¿Derrotaron a Kise? Eso sí es noticia. - menciona mamá.

Asentí, me puse mis zapatos de casa y fui hasta mi habitación, me estiré y quise tirarme en mi cama pero me detuve a medio camino cuando supe que si me tiraba no iba a volver a levantarme... y realmente necesitaba un baño... Me quejé mentalmente, pero fui, y me relajé bastante.

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