Alicia (N)
El principito y Zorro están atados a nuestro planeta por culpa mía. No han sospechado nada. Lo único que veo que tiene al tanto a el principito es que no duerma mucho.
Me encontraba en la biblioteca de mi padre. Estudiando Alkahestria, mi padre me había prometido enseñarme a los 12 años. Ahora el ya no está para enseñarme esto, Ni el motivo de la vida. A lado tengo unos libros de la magia de las estrella y como hacer Chimeras. No lo he abierto. Me aterra saber como hacerlas. Sólo miraba aquel libro, seguía con la decisión de si abrir el libro o no.
En eso aparece un hombre a mis espaldas. Era de piel pálida, alto rubio con ojos grises. Vestia un chaleco de color violeta sobre una camisa blanca con volantes, pantalones morados y botas grises. Lleva una chaqueta marrón claro muy largo y formal. Se acerca a mi oído.
- Abre el libro - ordenó. Sentí como sus ojos grises se volvieron amarillos como aquella vez en el asilo de enfermedades mentales. Tenía en mi mano un lápiz.
- No creo que sea el momento - propuse - Ahí alguien en la puerta. En eso se desaparece con un humo negro. Escondi rápido el libro de las chimeras.
Fui hasta la puerta abrir. Agarré al chico y lo lleve al sillon que estaba apartado de mi investigación. Me puse encima de el. Esta posición es totalmente incómoda. No se por que se me ocurrió hacerlo. Puse el farol a un lado.
- ¿Que me vez? - le pregunté enojada ya que me estaba viendo el cuerpo. El volteó a ver otro lado estaba sonrojada igual que yo pero el no lo noto.
- No... Nada - respondí con nervios - Sólo quería saber que estabas haciendo.
- Vaya... Yo... - Dije. Ahora soy yo la que tardamudea - Lo lamento si te incomode por lo que hice - Dije aún con el mismo tono de voz. Odio eso.
- Tranquila no te preocupes - dijo para tranquilizarme. Su sonrisa es como la de mil soles. ¿Pero qué estoy diciendo?. Puso su mano sobre uno de mis hombros, sólo volte a ver el tacto que hizo sobre mi. - ¿Que estabas haciendo? - volvió a preguntar.
- Estaba estudiando sobre la magia y la alquimia - suspire - Mi padre era un alquimista muy reconocido lamentablemente murió hace años - Dije nostálgica. Aún recordaba su voz, su rostro y como trabaja en sus investigaciones, han pasado años y aún lo sigo recordando. Que ironía. - Vete a dormir... Quiero estar sola - le ordene con un hilo de voz bajo pero audible. Realmente quiero estar sola. Al recordar a mi familia no puedo evitar llorar. No quiero que nadie me vea en un estado... vulnerable.
- Esta bien buenas noches, Descansa - Dije con un tono de voz similar al mío. Agarró el farol y cerró la puerta, dejándome sola.
- Muy bien hecho Querida - me susurro al oído. Volvió a parecer.
- Quieres por favor usar tu forma real, vas ensuciar el estudio - Dije aún que el mismo tono de voz.
- Descansa Querida - volvió hacer lo mismo dejándome sola. Suspire.
Fui a la sala. Me senté en la silla de el piano. Empecé a recorda una melodía que estaba en mi cabeza. Recuerdo que la cantaba mamá en los días de lluvia. Empecé a tocar.
- En un día de estos en que suelo pensar
Hoy va a ser el día menos pensado
Nos hemos cruzado, has decidido mirar
A los ojitos azules que ahora van a tu lado
Desde el momento en el que te conocí
Resumiendo con prisas tiempo de silencio
Te juro que a nadie le he vuelto a decir
Que tenemos el récord del mundo en querernos
Por eso esperaba con la carita empapada
A que llegaras con rosas, con mil rosas para mí
Porque ya sabes que me encantan esas cosas
Que no importa si es muy tonto, soy así
Y aún me parece mentira que se escape mi vida
Imaginando que vuelves a pasarte por aquí
Donde los viernes cada tarde, como siempre
La esperanza dice quieta, hoy quizás sí
Escapando una noche de un bostezo de sol
Me pediste que te diera un beso
Con lo baratos que salen mi amor
Qué te cuesta callarme con uno de esos
Pasaron seis meses y me dijiste adiós
Un placer coincidir en esta vida
Allí me quedé, en una mano el corazón
Y en la otra excusas que ni tú entendías
Por eso esperaba con la carita empapada
A que llegaras con rosas, con mil rosas para mí
Porque ya sabes que me encantan esas cosas
Que no importa si es muy tonto, soy así
Y aún me parece mentira que se escape mi vida
Imaginando que vuelves a pasarte por aquí
Donde los viernes cada tarde, como siempre
La esperanza dice quieta, hoy quizás sí
Y es que empiezo a pensar
Que el amor verdadero es tan sólo el primero
Y es que empiezo a sospechar
Que los demás son sólo para olvidar
Por eso esperaba con la carita empapada
A que llegaras con rosas, con mil rosas para mí
Porque ya sabes que me encantan esas cosas
Que no importa si es muy tonto, soy así
Y aún me parece mentira que se escape mi vida
Imaginando que vuelves a pasarte por aquí
Donde los viernes cada tarde, como siempre
La esperanza dice quieta, hoy quizás sí
A las 4 de las mañana fui a dormir. Me puse mi pijama. Y caí en los brazos de Morfeo.
En la mañana ya Estaba lista para ir al mercado y como es costumbre últimamente.
- Hija he conseguido a un buen médico para que te ayude - hablo mi abuela.
- ¡Abuela! ¡Cuántas veces te he dicho que no necesito ayuda! - vocifere.
- ¡Pero la necesitas¡ ¡Mirate! ¡No puedes recorda tu nombre! ¡No es normal! ¡No puedes ni un solo un momento en sentirte culpable de lo que sucedió! - Ella se acerca a mi y pone sus manos en mis mejillas - No es tu culpa mi niña.
- ¡Claro que lo es! - grite. Me quite sus manos de mi cara - ¡Yo fui la que puso un trozo de madera extra a la chimenea y toda la casa se encendió! - Ella volvió a poner sus manos sobre mi cara.
- ¡Por eso necesitas ayuda! - volvio a reclamar.
- ¡No! ¡Con el tiempo las heridas sanaran, podré recuperar mi memoria al estar aqui! - refuñe - ¡Más bien tu necesita ayuda! ¡Tu eres la única loca aqui!
- ¡Retira lo que dijiste Alicia Mariand Lidell Navarro! - regaño mi abuela.
- ¡No lo haré! ¡Tu eres la malvada aquí! ¡Si quieres que me vaya! ¡Bien, Felicidades lo lograste! - asoste la puerta. Menos mal, sólo quiere ir a desayunar, no dejaré que nuestros huéspedes se queden solos.
No hablamos durante el desayuno. Me cambié rápido por mi ropa que es como un kimono de sacerdotisa.
Fui hasta el lago de siempre. Había notado que me seguían durante el camino. Suspire.
- Ya pueden salir - Dije aún que seguía haciendo mi labor.
- ¿Cómo supiste que estábamos aquí? - inquirió el pequeño Zorro.
- Pude sentir que alguien me seguía, que por cierto no son nada discretos - comente tratando de no soltar una risa.
Ya que me hicieron recordar a mi primo Edwin Chester Navarro que es un chico de tez pálida, pelo corto rizado color café oscuro. Siempre viste de camisa blanca, un suéter gris de lana con una cortaba últimamente y pantalones. Ambos siempre nos metíamos en problemas. Nuestras frase siempre era :
《¿Yo? ¿En problemas? Nunca》.
El es 4 años mayor que yo. Siempre fuimos muy unidos. Jamás fuimos discretos en nuestras travesuras. En eso el güero interrumpe mis pensamientos.
- Sentimos mucho espiarte pero nos inquietan el saber porque todo el pueblo te dice... - en eso el pequeño animal interrumpe.
- Loca y bruja - dijo en el Zorro sin nisiquiera pensar que puede lastimar mis sentimientos. 《Soy humana ¿sabes que tengo sentimientos?》pensé.
- ¡Zorro! - grito el principito mirando enfadado a su amigo. Ya había visto sus pensamientos lo que pensaba. Igual sabía que no era su única duda mientras no pregunté sobre mi ojo, mejor.
- Tranquilo Kenay... - Lo mire con ternura. El me decía la verdad, me trataba bien, a cambio el hombre que me ayudó a escapar de ese lugar. No tiene compasión por mi, se hace llamar "Arturo" pero realmente me ha mentido desde su nombre. Sólo me ha engañado. - Ya estoy acostumbrada a que me digan así. Siempre ha sido así. No hay respeto o algo de bondad en las personas - volví hacer la misma expresión de anoche. Escondía mi tristeza en mi cabello - ¿Pueden llevar estas plantas a la cabaña donde tengo el consultorio?, no queda lejos sólo sigan derecho - cambie de tema. Ellos vieron mi mirar triste. No hizo preguntas.
- Claro, por supuesto - repuso el chico de los ojos bonitos. Y vaya que los tiene. Le entre la canasta.
Cuando se fueron seguía con lo mismo con la cabeza cabizbaja. En eso aparece aquel hombre pero en su forma original.
- Es hora o nunca - susurro a mi oído.
- ¡No lo haré! - vocifere aún con la cabeza baja.
- No te estoy pidiendo que lo mates - comentó - Dime ¿ojeaste el libro? - inquirió este.
- No... pero... ¡No lo convertire en una Quimera! - grite. Mis manos estaban hechas puños. Temblaba no se si de temor o de enojo - ¡Me rehusó a hacerlo! ¡Tu no tienes ninguna compasión conmigo!
- Dime ¿Quién te ayudo a escapar de las garras de un violador? - pregunto. En su rostro se dibujo una sonrisa hipócrita.
- ¡Eso no tiene nada que ver! - apreté fuerte mis manos. Deje de temblar. No iba a flaquear ante el. Ni que sintiera mi temor. - ¡Así que no lo haré! - Dije finalmente mirándolo. Esa una cobra grande. No me daba miedo. Ya que esa si parecía una quimera parlante.
- No veremos después querida - se acercó a mi y desapareció. No le temía miedo.
Fui a mi consultorio parece que se fueron. Hice algunos medicamentos y trabaje un poco en los automails. En esencial uno, la pierna izquierda completa de mi primo Edwin ya que desde pequeño se le está separado el hueso de su pierna. Los tratamientos no le han funcionado. Debo ser yo quien le corte la pierna. Es lo que más le tengo miedo, no es la primera vez que lo hago pero hacerlo a un familiar me aterra.
Mañana sería el día en que le tenga que cortar la pierna.
Horas más tardes. Estaba corriendo al restaurante. Voy a disculparme con mi abuela, fui injusta diciéndole así cuando realmente necesito ayuda. Necesito olvidar el dolor en mi alma. Sería una manera para seguir adelante.
Escuchaba como el principito y algunos de los niños hablan sobre mi. A pesar de no tener un ojo me he difícil calcular las distancias pero mi audición, mis sentido y mi olfato aumentaron más.
Llegué ante ellos. Sabía que iba necesitar mi guitarra, así que fui antes a la casa por ella. Iba a cantarles. Llevaba una semana entera contando historias y leyendas. Una que otras inventadas por mi.
- ¡Lamento la tardanza! - me disculpe.
- ¿Qué nos vas a cantar o contar de todas las historias que te sabe? - pregunto Manolo Zebris.
- Hoy les voy a cantar una canción - les informe. Acomode mi guitarra y me senté. Los niños me rodiaron - Esta no se la he cantado, espero que les guste igual que a mi - les sonreí.
- ¡Si! - gritaron al unisonido. Ya que tenía la atención de los niños empecé a tocar mi guitarra.
- Tonto el que no entienda
Cuenta una leyenda
Que una hembra gitana
Conjuró a la luna hasta el amanecer
Llorando pedía
Al llegar el día
Desposar un calé
Tendrás a tu hombre piel morena
Desde el cielo habló la luna llena
Pero a cambio quiero
El hijo primero
Que le engendres a él
Que quien su hijo inmola
Para no estar sola
Poco le iba a querer
Luna quieres ser madre
Y no encuentras querer
Que te haga mujer
Dime luna de plata
Que pretendes hacer
Con un niño de piel, Ah, ah
Hijo de la luna
De padre canela nació un niño
Blanco como el lomo de un armiño
Con los ojos grises
En vez de aceituna
Niño albino de luna
Maldita su estampa
Este hijo es de un payo
Y yo no me lo callo
Luna quieres ser madre
Y no encuentras querer
Que te haga mujer
Dime luna de plata
Que pretendes hacer
Con un niño de piel, Ah, ah
Hijo de la luna
Gitano al creerse deshonrado
Se fue a su mujer cuchillo en mano
De quién es el hijo?
Me has engañado fijo
Y de muerte la hirió
Luego se hizo al monte
Con el niño en brazos
Y allí le abandonó
Luna quieres ser madre
Y no encuentras querer
Que te haga mujer
Dime luna de plata
Que pretendes hacer
Con un niño de piel, Ah, ah
Hijo de la luna
Y las noches que haya luna llena
Será porque el niño esté de buenas
Y si el niño llora
Menguará la luna
Para hacerle una cuna
Y si el niño llora
Menguará la luna
Para hacerle una cuna
Agarre un gran boca de aire. En eso todos se quedaron callados después todos los niños me aplaudieron. Las sonrisa de los niños era lo que me alegraba cada día sin importa lo pésimo que estuvo mi dia. Después lo niños se fueron a sus casas
Los tres entramos al restaurante, mi abuela iba a cerrar. En eso voy y abrazo a su abuela.
- Lo siento tanto abuela no quize ofenderte, ni insultarte perdoname abuela - solloce - Te lo prometo buscaré ayuda para mi problema.
- No tengo nada que perdonarte querida, eres lo único que me queda - respondió mi abuela.
- Que lindo momento - dijo Zorro apunto de llorar - Es sólo que se me medio algo en el ojo - mintió Zorro. Solto una pequeña risa el principito. No me había fijado que la risa de el principito era hermosa como las estrellas.
Ayudamos a recoger todo el restaurante. Fuimos hasta la casa. Me había cambiado de ropa a la misma de siempre de el vestido azul marino.
Lo primero que hice fue ir a la biblioteca. Se había hecho una rutina ir cada noche.
Estaba tan concentraba leyendo y comprendiendo lo que dice el libro, tanto que no escuche que entrará alguien.
- ¿Qué haces? - pregunto mis espaldas. Di un brinco del susto - Lo siento no quería asustarte - solto una pequeña risa. Lo mire sería - Lo siento mi intención no era asustarte.
- Sólo hago investigaciones de una alquimia que se puede usar en método medicinal se llama alkahestria. Quiero aprenderlo. Mi papá me iba enseñar ese método a mis 12 años - volvi hacer lo mismo de aquella vez escondí mi llanto en mis cabellos negros
- ¿Qué pasó con tus padres? - pregunto. Quería estallar en llanto pero no obstante no lo hice. Tarde o temprano tenía que preguntar.
- ¿Quieres ir al techo? Te contaré todo sobre mi. - el asentio.
Nos subimos al techo. Ninguno de los necesito ayuda para subirse.
- Las estrellas se ven bien aquí arriba - comente - 《Pero tampoco está se quedan atras》- el pensó. 《¿Por qué diablos sigo diciendo esto? Es como si me dubiera hipnotizado incluso embrujado por un hechizo que me a dejado. 》 volvió a pensar. ¿Realmente piensa eso de mi?. Es la primera persona que alguien siente preocupación o querer conocerme.
- Si, Lo se las estrellas son hermosas como las apuestas del sol - seguí viendo el cielo nocturno. Sonrei dejando ver mis ojos que cambiaron de color al verde y rojo cada uno.
- Disculpa mi atrevimiento pero me vas a decir ¿Por qué en este pueblo te dicen loca o bruja? - inicio la conversación.
- Dije que iba a responder todas tus dudas así que... - suspire - aquí voy - voltie a verlo a los ojos - me dicen loca ya que estuve en un asilo de enfermedades mentales durante nueve largos años ya que sufría de alucinaciones seguro esquizofrenia pero jamás creí estar loca si no podía salir de ese lugar siniestro. Esa es la razón que me llaman loca pero lo de bruja hay ya sabrás solo por curar personas con plantas ya te consideran bruja.
- ¿Qué les paso a tus padres? ¿Por qué no duermes mucho? - 《Creo que hice mal preguntar tantas preguntas a la vez 》 penso - Lo siento si pregunto muchas preguntas.
- Esta bien, dije que iba a responder todas tus preguntas sin dejar ninguna duda suelta - abrace mis piernas - mis padres y mi hermana mayor Liz murieron en un incendio provocado por mi culpa ya que deje la chimenea encendida. Fui la única que huyó de el lugar. En mi cuarto había una ventana abierta, un gato negro está en un árbol. Veía como el humo aumentaba, salte de la ventana antes que la casa cayera y se volviera cenizas. Es una de las razones que no duermo mucho. Sólo duermo 2 horas ya que escucho los gritos de mis padres e hermana. Aún que hay una cosa que me grita mi hermana.
- ¿cuál es? - pregunto con curiosidad.
- " Mis sueños me hicieron sorda y muda. Seguí sin decir ninguna palabra. Ahnelo volver aquel tiempo. Mi hermana, la culpa es mía" eso decía ella en grito. Cada noche me atormentada esas palabras. Liz echándose la culpa cuando es mía.
- Una última pregunta - Lo interrumpi era a ahora o nunca.
- Dime, ¿Por qué me mentiste? - pregunte.
- No se de que me estás hablando - respondio confudido.
- Tu eres el Principito - dije mirándolo fijamente.
- Si lo soy. Menti porque no me diste tiempo para hablar además podría a ser la Cobra disfrazada - informo.
- Ahora si dime tu última pregunta - dije para que prosiguiera.
- ¿cuál es tu verdadero nombre? - volvio a preguntar.
- Mi verdadero nombre - me paré sin ningún problema - Es Alicia Mariand Lidell Navarro - en eso el viento sopla haciendo que mi cabello negro vuele al compás de el viento con la luz de luna atrás de mi.
- así que tu nombre no es Estrella ¿Por qué me dijiste que tu nombre era Estrella? - nuevamente volvio a preguntar.
- Por la medicinas que me daban hacían que olvidará todo. Una de las frases de el doctor principal de el asilo era "es mejor olvidar todo, que recordar el pasado doloroso" - comente - Es mejor que vayas a dormir, seguramente mañana va ser un día agitado - sugerí. Ambos bajamos de el techo, yo mientras me quede en el piso de abajo.
Me quedé en la biblioteca investigando hasta que siento una presencia maligna. Volte a ver aquel animal parlante.
- ¡Tu otra vez! - Dije con enojó.
- Te dije que iba volver por ti - hablo la cobra. En eso hace una señal a unas cosas que parecían de uno para atacarme. Yo agilmente las esquive pero la cobra fue agarró de su cola tan fuertemente. No podía safarme del agarré.
- ¡No! - grite - ¡Ahhh! - cerré los ojos como pude.
Al abrir los ojos está nuevamente en el lugar que jamás extrañaría. El maltido asilo de enfermedades mentales. Sólo miraba al frente.
Escuché unas pisadas que se acercaban a mi.
- ¿Quien anda ahí? - pregunté temblando de el miedo. En eso sentí un piquete en unos de mis brazos. Me sentía a flaquear. Sin fuerza. Caí al suelo. Mire quien estaba ahí. Era el Doctor Dumby. - ¡Tu....! ¡Maltida sea! - No pude más mis ojos. Termine inconsciente una vez más.
Al volver abrir mis ojos me encontraba en unos de las salas de "operaciones". Trate de pararme pero fue en vano estaba atada a unas cadenas que estaban en mis muñecas y tobillos. ¡Maldición!.
- Veo que ya has despertado mi bella Alicia - acaricio mi mejilla el Doctor. Sentí asco por el tacto que hizo. - Ya podemos estar solo. Puedo hacer lo que quiera - beso mi cuello. Sentí unas náuseas horribles - Vas hacer mia. Sólo mía.
- ¡Suelteme! ¡Me das asco! - grite pero el seguía haciendolo.
- Pero que dices querida - inquirió el Doctor. Se había desabotonado su camisa y pantalón. Sentí como acariciaba mi pierna derecha. Lo único que se me ocurrió fue escubirle en la cara - ¡Estúpida! - grito alejándose de mi. Fue hasta una mesita donde tenía una jeringa. La tomó y volvió a encimarse en mi. - ¡Vas hacer mia quieras o no! - con su mano libre agarró mi ojo falso.
- ¡No! ¡Ahh! - grite con dolor. Mi ojo estaba sangrando. Me agarró de el cabello traía unas tijeras que estaba a lado mío - ¡Suelteme! - volví a gritar. Había cortado mi cabello. Volví nuevamente a sentir el piquete pero ahora en mi cuello. Volví a quedar inconsciente.
Nuevamente abrir los ojos, me encontraba en el sótano de el asilo. El lugar es oscuro. Conocía bien el lugar ya que estaba en mi celda. Que tiene una puerta con una pequeña ventana de color plata ya oxidada. Mi celda seguía intacta con unas cobijas, algunos resto de comida y medicina.
Trate de sentarme pero mi cuerpo me dolía y más mis entrepiernas. Mi ropa estaba cubierta de sangre. Había abusado de mi. Lo que temia tanto. Acerqué mis manos a mi cara, sentí el hueco de mi ojo faltante, también sentí que mi cabello estaba cortado hasta mis hombros, no de una manera derecha. Me sentía débil.
En mi cabeza vinieron recuerdos vagamente. Recordé como ese maltido abuso de mi. Volvió a inyectarme otra cosa. El mismo experimento que nos hacía con todos los "pacientes" ser sus conejillos de indias. Sentia tantas náuseas. Mi cabeza sentía que iba explotar. Empecé a toser demasiado fuerte.
Escuché el sonido de unos zapatos que corrían. Me dolía escucharlo. Mis oidos están sensibles al ruido.
- ¡Auxilio! ¡Ayúdame por favor! Cof... Cof... - volví a toser. Escubi sangre al toser.
- ¡Alicia! - grito una voz familiar. Era el principito y Zorro. Abrió la puerta como si nada - ¡Alicia pensé que no te encontraría! - me abrazo. Yo lo empujo
- ¡No grite! - Dije tapandome las orejas.
- No estamos gritando - dijo Zorro.
- Lo siento - suspire.
- ¿Qué pasó? ¿ Por que... estas así? ¿ Qué te hicieron? ¡Responde! ¡Fue la cobra! - quisquillo el principito. Su voz sonaba angustiada. Al mirarme a los ojos pudo notar mi ojo faltante.
- Principito una pregunta a la vez. No seas imprudente - comentó Zorro.
- Lo siento... ¿Dime que pasó? - toco mi mejilla. Su tacto me hacía sentir un poco mejor. Sentia... paz.
- Es el experimento el Ave Fénix. Quiere hacernos inmortales pero no es posible sólo la piedra filosofal puede hacer eso. El Doctor Dumby está obsesionado con esto. Nos usa como sus ratas de laboratorio. Este experimento es un suero que causa dolor de cabeza, dolor en el cuerpo que te deja sin energía alguna, sensibilidad en los oidos, vomitar sangre incluso la muerte. Llevo dos el mezcló la primera para quedar inconsciente después el... el... - no podía hablar. No podía decirle así como así. Había salido una lágrima de mi otro ojo
- ¿El que? ¿Alicia? - el me miraba fijamente. Secando mi lágrima.
- Abuso de mi - solté mi llanto. Coloque mi cabeza en su pecho. No quería que me viera llorar. Sentia como su sangre hervia. - Lo siento mucho principito.
- ¿Por qué te disculpa? No es tu culpa - su mira se volvió a una confundida.
- Yo fui quien trajo la cobra hasta aquí - lloré nuevamente pero esta vez mirándolo a los ojos.
- No pasa nada. Si estás aquí es por alguna razón - me consolo acariciando mi cabello.
- No merezco tu perdón ¡Lo lamento mucho! - me disculpaba. Derepende el principito volvió a la misma expresión.
- Zorro - llamo la atención de el pequeño animal. Su tono de voz había cambiado a una furiosa - ¿Puedes caminar? - Yo asenti. No había usado tanto suero en mi seguramente aún me queda algo de fuerza para caminar. O si no que me cargue Zorro no peso tanto. En eso trate de pararme fue inútil me tapaleapa a un lado al otro. Iba caer pero el principito me agarró antes de caer de ocico al frío piso. El principito me cargo estilo princesa.
Hola mis corazones de Acero espero que les haya gustado el capitulo. Voten si les gustó y comentar que yo siempre los leo. Lo siento si lo público tan tarde. Mínimo el capitulo es largo. La cobra ahora se parece a Valtor unos de los villanos de Winx club.
Y sobre el primo Edwin estoy haciendo similitud a un primo mío que también se le está separado el hueso de la cadera a la pierna pero el le pusieron clavos y camina normal y todo. Pero cada año se lo quitan y se lo ponen.
Tambien me inspire en esta imagen que es un fanart de el juego de Harry potter: Hogwarts mystery. Se supone que es Chester Davies o Jacob (hermano mío en el juego) que nunca se a revelado la identidad de Jacob. Así que le voy más a Chester el perfecto de Ravenclaw.
Si soy Ravenclaw.
Bueno hasta aquí.
Bye ~ ♡
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