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A sus pies

"Si lo que Yosano dice es cierto, ¿tenemos que dar la decima parte de todo eso?" Al parecer, Dazai tiene un contacto desde la muerte de su padre, así que el dinero que suelen ganar con el sudor de su frente es confiado a este individuo misterioso para que no tengan que transportarlo a todas partes, después de enviar algunas cartas, el paquete ya llego.

Y es mucho dinero.

"Por dios, Chuuya. ¿En serio crees que vamos a dar todo esto? ¿No quieres que les digamos que somos estafadores de paso?" Dazai rueda los ojos, su sonrisa es burlona cuando Chuuya se sonroja.

"Por eso pregunte, imbécil" 

Dazai esta vez ríe, tomando su haori del perchero y poniéndoselo encima de los hombros, Chuuya toma un fajo descuidadamente y entonces lo guarda debajo de unas tablas que aflojo desde hace un par de días para ocultarlo todo.

"¿Que dices? ¿Te gusta mi nuevo kimono para la iglesia?" Su pregunta es burlona y presumida, en realidad es una trampa, Dazai no compro un nuevo kimono, sino un haori azul. Se ve mucho mas decente que nunca, tanto que es atractivo, Chuuya desvía la mirada.

"A mi me parece como si el diablo fuera a la iglesia" Dice el pelirrojo, rodando los ojos para evitar mirar demasiado al castaño. Carraspea y cambia de tema. "¿Es totalmente obligatorio ir una hora antes?" Se queja, sentándose caprichosamente en el mueble.

"Por supuesto que lo es, ¿tienes algo mas en mente, Chuuya?" Inquiere, tarareando inocentemente. Luego acomoda un mechón de su cabello vanidoso y revolotea sus pestañas. "Eso es lo que pensé, me veo muy bien. Me pregunto que pensara Margaret."

A la mierda.

Chuuya lo mira, fijo, sus ojos están casi entrecerrados con molestia, el habla, con un tono que pocas veces usa. "Ven aquí"

Osamu corresponde su mirada, y solo sus ojos brillando con algo furioso y fervoroso no esta de acuerdo a su semblante angelical.

"Eh, Chuuya, ¿por que me hablas así? No soy tu perra" Alza una ceja, y casi hace un puchero para rematar al pelirrojo. Se acerca, solo un poco y esta frente a Chuuya sentado de piernas abiertas, llamando a Dazai a su eterna silla favorita. Malditamente injusto.

El pelirrojo exhala, y es como si mil cosas salieran de eso, así que después de un segundo, el sube la mirada por el cuerpo de Dazai desvergonzadamente y examina su rostro un momento, luego sonrió, perezoso e infernalmente atractivo.

"Ven aquí, Osamu" 

A la mierda.

Su cuerpo se mueve antes de que su mente lo piense dos veces, aprieta la mandíbula y quizá tiembla un poco mientras se traga su orgullo sentándose en el regazo de Chuuya, no demasiado arriba, Chuuya inspecciona su expresión antes de tomar su barbilla, el tinte frio y rosa en las mejillas del pelirrojo es un signo de satisfacción y quizá algo de timidez.

"Creo que ella tenia razón" Tararea Chuuya, lamiendo sus labios. "Tu" señala su rostro "Eres muy guapo" El castaño lo mira fijo ante eso, entonces sonríe. Algo entre la travieso y presumido.

"Ya lo se" Responde, intentando no parecer afectado por el cumplido, pero su corazón se acelero un poco, agradece no estar demasiado cerca de Chuuya, relativamente. Lo mas alejado que se puede estar cuando esta sentado en sus piernas.

 Lo mira con poca impresión pero un tinte de fanfarronería. Chuuya no puede estar menos en desacuerdo con esa expresión.

"Y tienes razón, cariño. No eres mi perra. Eso es terrible." Dice Chuuya, en un tono ilusoriamente reflexivo, lo mas seguro es que en realidad este pensando en como planea fallárselo. "En realidad eres un mocoso malcriado" 

Dazai ni siquiera sabe que es mas placentero, ese tono molesto y autoritario de Chuuya arrinconándolo y prometiéndole un par de minutos fuera de su cabeza contra el sofá, o el arrastre fácil que Chuuya hace con sus caderas, haciendo presión en su polla y colocándolo en la posición correcta, cerca, sobre el. 

Dazai suelta un quejido ligero desde el fondo de su garganta, cerrando sus ojos mientras baja su cabeza evitando y controlando su instinto de restregarse como un gato en celo contra el pelirrojo. Suelen afirmar que el racionamiento y el pensamiento lógico diferencia a un humano del animal.

Aunque también es vergonzoso bajar la cabeza cuando Chuuya es rudo, es aun mas vergonzoso demostrarle que eso le gusta. 

"¿Que deberíamos hacer al respecto?" Tararea, o eso intenta. 

Sus palabras se arrastran y su sonrisa de superioridad tiembla cuando Chuuya mete la mano debajo de su kimono y acaricia su muslo, subiendo hasta hacer contacto con sus caderas, parece poco, pero luego presiona piel a piel hacia abajo, y Dazai no puede evitar soltar un jadeo entrecortado y necesitado.

Chuuya sonríe, dulce, incluso con el pasar del tiempo aun se sorprende de la fuerza de Chuuya para moverlo con una mano como si fuera un muñeco de trapo.

"¿Que tal si empiezas poniéndote de rodillas para mi, cariño?"

Alrededor de una hora mas tarde, la pareja se encontraba saludando a sus conocidos mientras buscaban asientos en el templo.

El Oeste Blanco de por si no es demasiado grande, así que la iglesia solo es lo suficiente espaciosa como para todos asistan cada domingo sin estar muy apretados. ¿Esto? Es de lo que se perdieron todo el mes que han estado en el pueblo.

En la segunda fila, Margaret y quienes suponen que son la familia de Akiko los saludan, y hacen un pequeño espacio para ambos.

Al parecer, el Padre Nathaniel aun no se encuentra, se supone que debe ser el ultimo en entrar.

 Chuuya saluda amigablemente a la pequeña pelinegra a su lado con una mano simpática en su hombro.  Procurando no ser demasiado familiar debido a información recibida por la misma acerca de su madre aquí y allá. Su padrastro no es un problema. El tipo ni siquiera voltea a verlos después de la presentación.

Al ver una mueca de dolor en la pelinegra cuando roza su hombro, Chuuya frunce el ceño. 

La expresión de la menor se oscurece y sonríe forzado.

Al levantar la mirada, Chuuya descubre que la señora Akiko esta viéndolos de soslayo, y si Chuuya no supiera cuanta cantidad de fuerza exacta se necesita para romper el cuello de alguien, tendría miedo.

Así que Chuuya solo puede saborear la bilis y un nudo en su garganta ante eso.

Ella fue golpeada después de huir, y Chuuya nunca pensó que ese podría ser su destino después de que la pequeña se despidiera de ellos antes de que oscureciera ayer por la tarde. Fue un verdadero estúpido.

Dazai charla encantadoramente con Margaret acerca de algo que sinceramente le importa una mierda, así que el pelirrojo se sienta con ambos puños sobre su regazo. Carajo. No puede seguir viviendo tranquilo a sabiendas que hay una niña que conoce, una niña que ha visto sonreír y bromear, enseñar y parlotear de las cosas que sabe y que le gustan, tener la certeza de que esta misma niña es físicamente maltratada esta mal. 

La señora Yosano es una mujer relativamente joven. No debe tener mas de cincuenta años. Las arrugas no son tan prominentes en su rostro, como la maldad tampoco lo es en su sonrisa afable o su vestido amarillo narciso. Es jovial, aunque de rostro templado y ojos grisáceos. Como los de Akiko.

Chuuya sigue enojado cuando la música empieza, la gente se levanta, volteando hacia la entrada del templo. Aplauden y mueven sus manos enérgicamente.

La infancia de Chuuya estuvo bien, siempre tuvo muchas obligaciones, sus clases extracurriculares y aprendizajes de defensa personal nunca estuvieron en discusión para sus padres. Sin embargo, no es como si el alguna vez quiso refutarlas. Le gustaba. A veces era divertido ver a un hombre del doble de su tamaño sometido debajo de el. Con gracia y experiencia.

Luego su adolescencia fue cualquier cosa menos ortodoxa. De todas formas, el Feudal Dazai nunca fue nada menos que complejo y particular, y curiosamente Chuuya era su perrito favorito para matar. Es así de frívolo.

Así que cuando la gente es demasiado entusiasta, Chuuya esta confundido.

El no siente un apego a la vida que vaya mas allá del deseo de vivirla por naturaleza, por los buenos momentos, por escapar de dolor, seguir la comodidad, la felicidad y descubrir si aun la merece después de todo lo que hizo.

Y si es así, si Chuuya realmente llega a ser feliz, entonces finalmente podría entender porque Dazai afirma que vivir no tiene ningún valor o sentido mas del que un humano pueda darle. Si la iglesia esta en lo correcto, Chuuya debería estar pagando por todas las vidas que tomo, torturo y arruino. 

Tuvo que haber sentido algo, paz o satisfacción cuando mato al asesino de sus padres con sus propias manos.

Quiere vivir, porque le enseñaron a hacerlo a toda costa. Es valioso, sus habilidades son indiscutiblemente extraordinarias. Están hechas y entrenadas para proteger a los suyos. Pero, siendo sinceros, Chuuya cree que debería estar muerto. Hace mucho. 

Voluntariamente, lo mas probable es que viva por esos sentimientos positivos que lo hacen sentir bien. Aunque el mismo nunca hizo sentir a nadie demasiado orgulloso. Nunca hizo a nadie feliz. 

Cuando voltea a su lado, Dazai esta viéndolo.

Su mirada es calculadora, en el momento que el castaño sonríe, es con ironía. Burla. Chuuya siente que eso es extremadamente directo y personal.

Chuuya ignora el saludo y la bendición del padre Hawthorne una vez este esta situado en el presbiterio para carraspear y ocultar una pequeña sonrisa de Osamu desviando la mirada.

Que vergüenza. Dazai lo atrapo.

No podría estar mas feliz por eso.

"Digamos todos..." La gente a su alrededor empieza a murmurar una oración al unisono. Algo sobre confesarse ante Dios.

Y cuando la multitud termina, Dazai sigue viéndolo de reojo, probablemente esta burlándose de su expresión confundida.

El padre Nathaniel suelta algunos saludos a todos y da una bienvenida a los nuevos. Es anónimo. Nunca dicen sus nombres. Así que es realmente espeluznante que la mayoría de personas volteen a verlos con curiosidad.

Escucha a Mitchell explicarle ciertas cosas a Dazai. El solo sonríe. Chuuya no puede concentrarse en escuchar ni la mitad de lo que el padre leyó en la biblia. O en las letras de muchas canciones solemnes o entusiastas, variando de acuerdo al momento en el que se cantan. Después de otra oración de rutina para ellos, un montón de niños con canastas aparecen.

Puede ver a la gente dejando dinero en sus cestas de mimbre envueltas en mantos blancos mientras susurran cosas, así que supone que esto era de lo que Yosano hablaba. El diezmo.

Un pequeño de rostro bastante angelical se le acerca, sonriendo simpáticamente. Chuuya esta ligeramente confundido hasta que la pequeña a su lado le da un codazo.

Así que saca el fajo que trajo de casa, y lo pone.

El niño de sonrisa bonita lo observa curioso, y Yosano esta palida.

Se siente raro.

A su lado, Osamu esta viéndolo con una sonrisa extraña, esa sonrisa que le indica a Chuuya que el va a burlarse mas tarde, y con la mirada fija intensamente en el, Dazai deja algunas humildes monedas en la cesta. Mierda.

Mitchell suelta una pequeña risita, dejando al menos la mitad de lo que puso Chuuya, codeando a Dazai con un sonrojo en las mejillas.

"¿Chuuya-san esta siendo pretencioso?" Pregunta la castaña, los niños con las canastas se acercan al presbiterio, donde yace el padre, sus ayudantes y el altar. Entonces dejan todo ahí, antes de marcharse con una ultima reverencia torpe e infantil. 

Dazai suspira.

"Yo lo llamaría generoso" Ante eso, Dazai lo mira de soslayo, con una sonrisa juguetona. 

El niega con la cabeza como si estuviera muy decepcionado, sus labios finos se estiran hacia Margaret.

"Chuuya siempre es así, pero no te engañes por su cara seria. Es bastante torpe y dulce" continua Dazai. La menor de los tres se encoge de hombros, si Chuuya es sincero, es el movimiento menos elegante que le ha visto ejecutar. Pero ella aun tiene su sonrisa. Al diablo.

Yosano le enseña al pelirrojo a santificarse, simulando una cruz en la parte superior de su cuerpo. Desde su cabeza hasta su torso. 

Posteriormente a todo eso, la multitud se toman de las manos. Indiscriminadamente.

Margaret parece vacilar ante la mano que Osamu esta ofreciéndole. Sin embargo, pestañea suavemente y la toma. Esta un poco sonrojada.

Akiko toma alegremente la mano de Chuuya y murmura algo sobre sentarse siempre a la par de Chuuya. Voltea los ojos ante eso.

Un momento después, siente la mano de Dazai entrelazar la suya.

Preferiría no ser tan obvio y evitar mirar fijamente a su agarre, pero lo hace. 

Observa por un segundo al castaño, y el esta mirando a Mitchell. 

Al percibir el peso de la mirada de Chuuya, voltea y le guiña rápidamente el ojo. Bastardo coqueto.

Suspirando, Chuuya reconoce que aquí esta la única oración que entiende y sabe en toda la mañana. El padre nuestro. Pestañea un poco y sonríe, entonces empieza a murmurarlo. 

Cuando era pequeño, a veces su madre encendía una vela, tomando las pequeñas manos su hijo entre las suyas, comenzaba a rezar a la luz de las velas.

"¿Que estas diciendo?" Inquiere Akiko a su lado. Parpadeando rápidamente. Chuuya corresponde su mirada con un encogimiento de hombros.

"Padre nuestro" 

"¿Que maldito idioma es ese? ¡Auch-!" La pelinegra rueda los ojos con fastidio al recibir un codazo por parte de su madre. Por maldecir, supone. Chuuya sonríe apenado.

"No se decirlo en japones" Murmura con ademanes. Después de unos segundos, Nathaniel alza sus manos y dice algo sobre la paz. Akiko lo abraza repentinamente.

"¿Entonces eso es francés?" Los ojos de la pequeña brillan. Chuuya no se dio cuenta del momento en el que Osamu soltó su mano, hasta que recibe un pequeño empujón en el costado.

"Paz para ti, Chuuya" Saluda el castaño. Akiko hizo lo mismo al abrazarlo. Al inspeccionar su alrededor, todos están haciéndolo.

Recibe algunos abrazos y apretones de mano con perplejidad, atendiéndolos y correspondiendo cada uno de ellos. Después de eso, y otra canción entusiasta, suena una pequeña campanita. Aguda. 

Entonces todos caen de rodillas. Dazai también lo hace, y le envía una mirada inocente desde abajo. 

Si, debe ser porque el mismo estuvo así frente a Chuuya hace menos de dos horas. La coincidencia es incluso divertida.

"¿Por que no te pones de rodillas, chibi?" 

Chuuya sonríe tensamente. Maldito bastardo.

De hecho, lo hace, con un gesto cínico al contrario. La mirada de Dazai es un poco oscura,pero su sonrisa sigue teniendo la apariencia de un ser bajado del cielo. ¿Todos los demonios son así?

El pelirrojo suspira, y la misa prosigue con pocas sorpresas repentinas, aunque algunas cosas siguen siendo extrañas. Como el insípido pedazo de pan que le reparten a todos. 

"No puedo creerlo" Jadea Dazai, después de varias risitas burlonas. El trote de la yegua que Chuuya compro hace algunos días para tirar de su carreta repiquetea en el bosque apacible, de camino a casa. 

"¿Cuanto de nuestro dinero le diste a esos hedonistas conservadores?" Chuuya tira un poco de la cuerda atada a el animal, y rueda los ojos. En su defensa, ni siquiera tuvo tiempo o aviso para pensarlo.

"No fue mucho" Murmura, recibiendo muchas mas risas del castaño. Incluso la yegua resopla.

"No importa" Suspira el contrario, apoyando la mandíbula su palma. Ignorando los molestos rebotes por el camino abollado. "Podrán seguir predicando sus doctrinas falsamente pacificas y beber vino lo que resta del año gracias a tu generosidad, Chuuya"

"¿Ya eres tan animoso contra ellos después de asistir una vez?" Se burla el pelirrojo.

"Es la verdad, sus estándares dobles disfrazados de buenas intenciones están por toda la tierra. Alguien debe darse cuenta de eso y criticarlos" Murmura, frunciendo el ceño. 

"Eres demasiado geniecito, ¿eh?" Chuuya lo empuja, sin soltar las riendas. "Puede que te acusen de bruja y te quemen" 

"De todas formas, Chuuya estaría ahí para salvarme" Entrelaza sus brazos, con una sonrisita burlona y casi encantadora. Desvía la mirada para rodar los ojos y ocultar un pequeño rubor.

Después de algunos minutos de camino, entre el silencio y las peleas tontas, reciben un llamado de ayuda. 

No concretamente, solo es un hombre mayor varado en medio de la nada. Con un parpadeo, permitiéndose un segundo incrédulo, Chuuya detiene a la pequeña yegua. 

"Deberíamos ir a ver" Murmura, viendo cautelosamente al hombre arrodillado junto a una de sus ruedas.

"Deberías" dice Dazai, sonriendo dulcemente y moviéndose del asiento con intención de subir a la parte trasera de la carreta para tirarse y esperar a Chuuya.

Por supuesto, Chuuya no piensa lo mismo. Lo arrastra con el. Camina a paso rápido al hombre, sosteniendo su sombrero.

"¿Esta bien, señor?" Dazai puede oírlo saludar, el mismo hace una pequeña reverencia a lo lejos hacia el tipo, estando parado junto a un árbol. 

Observa la gentileza del hombre, aunque también es bastante serio. Con tanta presencia que probablemente haría llorar a un niño. 

Examina sus movimientos calculados y apacibles, y oh, casualmente tiene una katana en la cintura, sus manos grandes y maltratadas dan la apariencia de que sabe usarla.

Le da una sonrisa cuando Chuuya finalmente termina de ser el héroe del día. Tiene la sensación de que volverá a verlo. De que lo ha visto antes.

No esta equivocado. 




Extra:

Algunos días después, Chuuya se encuentra en Old Woods, sigue a Kenji por la entrada trasera del granero.

Detrás de ellos esta Doyle, un perro pastor negro, de pelaje largo y apariencia suave, es tan jodidamente lindo que Chuuya quiere cargarlo a su espalda y llevárselo, lastimosamente viene por gatos, no por perros. Por mas tentadora que sea la sonrisa de perro que tiene Doyle, tendra que conformarse.

Una vez entran, solo encuentran un cumulo de paja junto a la pared, pero una vez se acerca distingue el espacio que hay entre de la pared y la paja, lo cual no podía hacer antes por el angulo. Descubre cuatro gatos viviendo la vida feliz en ese lugar, su madre, que según recuerda se llama Giselle, también es de pelaje negro, y esta reposando sobre su costado con una expresión somnolienta, sus tres gatitos están jugando a su alrededor.

"Chuuya-san, te presento a Elvis, Conan y Pulgas." El pelirrojo alza su ceja, y se agacha sobre su rodilla, puede ver que los tres mininos son realmente diferentes, Elvis es un gato blanco, de apariencia ligeramente mas débil que la de sus hermanos, Conan parece ser una bola de pelo naranja y blanca llena de energía, se sube encima de su madre y juguetea con la cola negra que se menea suave y apaciblemente. Entonces esta Pulgas...

El pulgoso es de color negro con manchas blancas, parece una vaca microscópica mientras se acerca a su pie y huele su sandalia, una vez hace algo así como un escaneo de reconocimiento, se restriega contra el tobillo de su hakama y se dispone a jugar con el hasta decidir que va a usarlo como cuerda para escalar, y eso es lo que hace, escala toda su pantorrilla hasta que llega a su rodilla, se estabiliza torpemente en su muslo y...

Comienza a maullar desesperadamente, como si sollozara, tiembla y Chuuya puede intuir que tiene miedo, el muy idiota subió y ahora tiene miedo de bajar, parece un heroico y muy estúpido aventurero.

"Que tonto eres, ¿ahora te haces la dama en apuros?" Se burla Chuuya, llevando su mano a la cabecita del gato bebe, y la acaricia lentamente. Solo quiere que lo salven, le recuerda tanto a alguien.

"Parece que le gustas a Pulgas, Chuuya-san" Dice Kenji, sonriendo con una pose afable, las manos entrelazadas en su espalda y una sonrisa amigable.

El pelirrojo suspira, y carga al gatito, con sus dos manos lo acuna como si fuera un bebe, solo que este permanece boca abajo donde se siente seguro.

"El también me gusta, un poco" Admite con un pequeño sonrojo. "Supongo que... somos tal para cual." Murmura de forma lenta y nostálgica, apenas repara en el rostro perplejo del niño rubio cuando este rectifica.

"Pero... Chuuya-san, es un gato. No puedes casarte con el" Chuuya siente eso como un golpe en su estomago, suelta una apretada risa nerviosa e incomoda y frunce el ceño enojado.

"Olvida que dije eso, mocoso."

Disculpen la tardanza de este capitulo, pero intente hacerlo lo suficiente largo jjasjk. 

Si me lo preguntan, la verdad me gusta profundizar en Chuuya, siento que no es tan simple y emocional como la mayoria del fandom lo pone. Ninguno de los dos. Ni el, ni Dazai. Ademas, su pasado es ligeramente diferente y tiene un tipo totalmente diferente de intensidad. Aun asi, me gustaria recibir sus comentarios opinando al respecto 🤧! 

Gracias por llegar hasta aqui, intentare estar mas activa con esta historia 💕.

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