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-Capítulo 1-

Lograba recordar...

Sus manos temblaban, tenía a su enemigo al frente.

Soltó un grito de guerra para distraer al monstruo cuando arrojo el hacha.

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‒ ¡Emma! -la mencionada acabo mirando el piso cuando le arrebataron su libro- Ahora, es nuestra oportunidad.

Sus ojos brillaron de emoción resaltando su color verde, encontrandose con otros pares de ojos color azul, mar y cielo.

‒ ¡Vamos! -la chica se apresuro en tomar un abrigo de piel y correr detrás de los niños- ¡Esperenme!

Estos tres, eran hermanos y estaban escapando de casa, escucharon a sus espaldas el grito enfurecido de su madre obligandolos a correr más fuerte. Luego recibirán el castigo.

Iban a recibir a su padre, montaña abajo por lo que tendrán que tomar un atajo por los bosques.

La hermana mayor tuvo que parar para examinar el entorno, trepando al árbol más grande y cercano.

‒ ¡¿Los ves Emma?! -el hermano de en medio, tenía los ojos azules como el mar- No deberían tardar.

‒ Phil ¿De verdad crees que Papá volverá a estas horas? Es muy temprano -la hermana menor con ojos celestes como el cielo estaba recostada en el árbol.

‒ ¡Ya los ví! -Grito Emma y Phil sonrió con orgullo, cruzandose de brazos.

‒ ¿Decías Carol?

Eran tan diferentes tanto en personalidad como apariencia que es una sorpresa su gran colaboración en su vida diaria. Phil no solo era el único varón sino que también el único de piel morena con cabello negro, contrario a sus hermanas quienes por si tenían cabellos naranjas el de Emma brillante contrarío a Carol que es más pálido.

Lograron llegar al pie de la montaña justo cuando estaban desembarcando en la costa.

‒ ¡PA-

Carol trató de ir a buscar a su padre, pero tuvo que ser arrastrada a unos arbustos cercanos, debido a que del barco bajo él líder. Con una cara muy enfadada.

De por sí, esta prohibido salir de la aldea cuando el líder está afuera. Así que ¿Los hermanos estaban rompiendo las reglas? Si ¿Les importaba? No tanto.

Valía la pena estar escondidos.

Ya que el barco llevaba un enorme bulto en su cubierta, de color azul mar y que ante el sol daba un brillo hipnotizante.

Era un dragón.

No sorprendía la actitud de los otros tripulantes del barco qué estaban muy animados, celebraban su trofeo, así que no entendían por que solo él líder lucia enfadado con la vida.

Su líder era reconocido por matar a un dragón con sus propias manos y sin ayuda, por lo que es muy temido como respetado. Nadie es capaz de ir en su contra.

Incluso los rumores dicen que sus sentidos están mejor desarrollados que del humano normal.

Por eso, los hermanos estaban escondiéndose.

No solo por miedo al líder.

Sino que él....

También su padre.

Si hubiera puesto otra cara, Emma y sus hermanitos habrían salido corriendo a recibirlo, pero prefieren ahorrarse la regañiza.

Emma hizo señas, para volver por donde vinieron, pero una mano la sujetó de la ropa y la saco del escondite. Siendo arrastrada por la arena delante de todos.

Aún siendo de gran tamaño era muy silencioso y su apariencia, con esas marcas bajo sus ojos del mismo color negro que su cabello, considerado también un sabio por algunos mechones blancos entre su cabello. No quitaba lo intimidante a su asombrosa presencia.

Yuugo, su padre y líder, los descubrió. Con una solo mirada hizo que sus hijos mas pequeños se arrodillaran al costado de donde arrojo a su hermana.

‒ Hay.... hola Papá -Emma arrodillada se sacudia lo más que pudiera la arena- ¿Bienvenidos?

Yuugo sonrío, tenía un palo con el cual se paseaba atrás de sus hijos regañándolos, mientras los tripulantes reían.

‒ Siempre lo mismo, no les importa la preocupación de su madre... escapan, toman atajos peligrosos y todo para observar como animales a escondidas. Si igual van a hacerlo mínimo tengan el valor de enfrentarme.

‒ Lo siento... -los hermanos dijeron a la unión siendo solo Emma la que recibiera un golpe en la cabeza.

‒ ¡¿Por qué solo a mí?!

‒ Si no fuera porque escuche a Carol... ¡Hay muchas faltas! Emma eres la mayor, deberías protegerlos o no delatar su hubicación tan fácil ¡Qué hubiera pasado si-

‒ Si algo nos atacaba, que no podría defenderlos y bla bla bla ¡Ya lo sé! -desviando la mirada la chica interrumpió a su padre.

Recibiendo otro golpe, Emma se cubrió la cabeza tratando de evitar que alguna lágrima de dolor escapara.

‒ Yuugo -una de las tripulantes lo llamó- Si Diana se entera de esto no te dejará entrar a casa.

De castigo los obligo a ayudar a desembarcar. Emma se quedó admirando el cadáver del dragón, tenía cresta azul de la cabeza hasta la cola.

‒ Increíble ¿no? -John era uno de los tripulantes- Mide cinco metros.

‒ No parece tener alas -la muchacha toco el cadáver con cautela- ¿De verdad es un dragón?

‒ ¡Claro! Un dragón del mar, sus alas son también sus aletas ¿Quieres saber a cuantos metros puede volar?

‒ ¡No! -le gritaron todos los cercanos.

‒ Por última vez, no vuelan, son de mar ¡Nadan! -Nicholas se puso frente a John.

‒ Juró que lo vi batiendo las alas, no es posible que pudiera brincar tan alto ¡Son dragones, deben volar!

‒ ¡Aletas, John, fueron sus aletas! Mide cinco metros la pregunta sería si es que no pudiera saltar.

Una pelea verbal se desató entre los dos. Yuugo silvo para llamar a su hija y los alcanzará, durante su ascenso hacia la montaña se notaba como otro barco regresaba.

Pero, se habían ido tres, podría ser un retraso normal, pero cuando Carol lo recalcó, el silencio reino...

‒ ¿El tío Mike? - Emma le susurro a uno y este negó- Entiendo... ¿A eso se refería con lo de brincar?

‒ Si -interrumpió una mujer- No habría otros motivos para que la criatura saliera por completo sino es para cazar, pero cometió el error de meterse con nosotros y ya no pudo regresar al mar con vida -trataron de ser positivos al notar a Carol cabizbaja.

‒ Ya no estamos seguros ni en el mar...

‒ Emma -Yuugo alzo la voz con firmeza, la joven se estremeció de miedo y corrió para adelantarse- Esta niña...

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Había una tradición en la aldea, consiste en que si se lograba atrapar un dragón y en honor de los caídos, quemarlo hasta que no quede más que cenizas delante de toda la aldea.

No sin antes apoderarse de cualquier material que les fuera útil, ya sea colmillos o escamas.

La familia del líder no puede faltar, Emma miraba desde su ventana como el humo comenzaba a teñir el cielo del atardecer en negro; le gustaban las fiestas, pero sentía lastima por el cielo. Diana, su madre, entraba a su cuarto para ayudarla a preparase.

‒ Si tanto te gusta el cielo deberías convertirte en ave -la rubia soltó una risilla ante la mirada triste de su hija- No pongas esa cara, cualquiera pensaría que no eres feliz.

‒ Claro lo soy, pero es que... el cielo del atardecer es mi favorito... a la justa tengo una buena vista desde mi cuarto -su madre tiro de su cabello- ¡Auch! ¡Mamá!

‒ Perdona, tu cabello es un desafío -sus bellos ojos celestes como los de Carol la observaban a detalle y toco su mejilla para animarla- No será para siempre.

‒ Oh, claro que será para siempre... otra cosa que no será seguido -su madre ató su cabello y le dio un golpe en su cabeza llamándola negativa.

‒ Tanto a tu padre y a ti ¡Les falta paciencia!

Yuugo llegaba con sus otros dos hijos pequeños que entraron para molestar a Emma quién estaba vestida de una forma más sencilla que ellos, Diana se acercó a su marido, pero solo para recibir un beso en la frente y con una explicación breve, dejándola con sus hijos a solas.

‒ ¿Mamá? -llamó Emma haciendo a la rubia reaccionar- ¿Papá no vendrá con nosotros?

‒ Él.... Tiene un asunto que resolver, nosotros nos adelantaremos. Aunque si gustas podemos buscarte un mejor conjunto, esa ropa es más para cazar en el bosque.

‒ ¡Mejor nos adelantamos!

Si tan solo Emma hubiera indagado más en el tema.

Habría tenido más voz en el problema.

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Se sabía la gravedad del asunto si se menciona la palabra "Matrimonio" refiriéndose a su hija mayor delante de su familia, en la cena.

Siendo Yuugo una persona de caracter seria y protectora o hasta celosa con su familia.

‒ ¿Qué? -Diana tembló por un instante, creyendo a ver escuchado mal- Dijiste...

‒ Estuve pensando en el matrimonio de Emma, ya tiene 17 años -volvió a repetir Yuugo, notoriamente afectado.

Diana luchaba por mantener el cubierto en su mano, Emma quedo inmóvil, la bebida de Phil se le derramo en la ropa al quedarse congelado a medio camino del vaso a su boca y Carol solo masticaba más lento.

Por lo que Yuugo siguió explicando.

Las tierras en donde viven no son exclusivas, hay muchas otras aldeas tanto cercanas como lejanas, pero al tener un enemigo común, como los dragones, es que mantienen comunicación entre líderes para protegerse.

Y ahora después de tantos años sobreviviendo así, venían con un acuerdo de una unión... sagrada.

Un pacto entre todos, que asegura la ayuda y hasta protección de todos. Era ingenioso, claro... pero querer cerrar esta unión rindiendo homenaje y pidiendo protección a los dioses en los que creen.

Con una boda.

Es algo que no se lograba comprender bien. Y aunque las familias de los elegidos están más beneficiados.

A Emma no le daba nada de gracia sabiendo que es la elegida para ser la novia.

‒ ¿Y si me niego? -Yuugo agudizo su mirada- ¡No quiero casarme! ¡No aún!Tengo tantos planes, como se supone que tu heredera se case con alguien de otra aldea.

‒ No recuerdo tenerte como mi heredera - Emma se levantando casi de un brinco tirando su silla- Siéntate.

‒ No... ¡No quiero! -respondió con una voz quebrada- ¿Cómo que no lo soy? Acaso ese es el motivo por-

‒ ¡Emma dije que te sientes! -golpeo la mesa interrumpiéndola.

‒ ¡Y yo dije que no! -respondió con otro golpe a la mesa.

Las miradas furiosas, formaba una tensión que impedía seguir mirando todo. Tanto Yuugo como su hija eran tercos, no involucrarse era mejor, uno iba a ceder tarde o temprano.

Pero el silencio fue la única respuesta.

Entonces aquellos ojos verdes brillaban por las lágrimas que amenazaban por desbordarse en todo su rostro. La impotencia le invadia.

Por lo que solo pudo optar por salir corriendo para impacto de su padre que seguía en silencio.

¿Qué gana entregándome? No se supone que es él mejor guerrero -Emma solo podía recargarse en el marco de su ventana

Diana solo podía ver desde la puerta, como esta susurraba entre sollozos hasta quedarse dormida en esa posición.

Al tratar de entrar para ayudarla, su marido ingreso apartando con delicadeza y fue el mismo quien cargo a su hija para recortarla en la cama. Afirmando que se podría enfermar.

Era un líder recto y hasta aterrizaste, pero seguía siendo un padre que amaba a su familia y a su primogénita.

‒ ¿Al menos yo puedo recibir una explicación? Yuugo... -Diana se cruzo de brazos recostada en el marco de la puerta.

‒ Mis deberes se cruzan Diana -este acurruco a su hija, por más que este en edad para casarse ante sus ojos Emma seguía siendo una niña- Como líder debo proteger la aldea... y como hombre debo proteger a mi familia. En un casamiento la familia de la novia sale ganando, pero

‒ ¿Pero? Nuestra hija preferiría escoger a su marido -Diana se acercó abrazando a su esposo por la espalda- Es un problema muy grande ¿verdad?

‒ Quieren que sea Emma para asegurar mi ayuda en la unión.

‒ Aun no entiendo ¿Por qué ahora? Muchos líderes tenian hijas y somos aldeas cercanas es normal apoyarse -Yuugo trato de tomar la mano de su esposa, pero esta lo aparto- Pero ahoea solo quieren usar a nuestra hija de escudo ¿Cómo aceptaste eso?

Yuugo le hizo una seña se silencio, seguían en el cuarto de su hija y aun con el semblante enojado Diana siguió a su marido afuera para la explicación

Emma recuerda bien esa noche, en la cual los sollozos de su madre la despertaron, mejor digo a todos, se escuchaban por toda la casa y eran desgarradores.

La impotencia era el sentimiento más horrible que ni los guerreros pueden afrontar.

Los noticia no tardo en llegar a toda la aldea, al igual que la novia, ahora solo lleva el coraje en las venas. Como no buscar protección de los dioses ante un acto tan abominable.

Una aldea entera, al igual que la suya, fue aniquilada, no se sabe desde cuando o cuantos fueron solo saben la especie de los atacante, los dragones.

‒ No hay otra opción -la joven trato de sonreirle a algunas señoras de la aldea que la atendían- ¿Habrá alguna conmemorativa?

Estas atenciones repentinas eran para vigilarla. Las rondas a las afueras de la aldea, tenian más sentido ahora.

‒ Será llevada acabo en la boda, vendrán a recogerte, así que debes elegir bien el lugar.

‒ No, tiene que elegir al mejor hombre, el lugar es lo de menos.

‒ Tía Flore, Tía Anny... ¿Dondé esta mi mamá?

‒ Esta ocupada -Anny su tía de nombre sin relación de sangre le mostraba algunas prendas- Debemos prepararte.

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Con los días el entusiamos de Emma volvía a ser el mismo, aun no le gusta la idea de casarse, pero la atención de toda la aldea desde que se supo la situación era tan acogedora que sería imposible no sonreír.

De lo único que hablaban las mujeres de la aldea eran las estimas que le tenían a los pretendientes qué llegaban.

‒ ¡No! -Emma rompía un mensaje de compromiso, asustando a las mujeres- Me niego a que alguien tan repugnante, se vuelva mi esposo, es más ¡Regresenle el regalo de compromiso!

Los regalos de compromiso era como una muestra de amor, incluso si no es elegido la novia puede conservar el regalo, así que devolverlo era un golpe al ego de dicho pretendiente.

‒ Vamos Emma... -Diana recogió algunos pedazos de carta para leer- ... ¿Eh? ¡¿Hay líderes entre los candidatos?!

‒ Estoy cansada -todas las mujeres se miraron entre ellas, no llevaban ni cinco cartas- No quiero leer mas cartas y se nota que están llenas de mentiras.

‒ Te daría la razón -Diana estaba quemando la carta- pero algunos regalos si parecen ser honestos, a la mayoría ya los conoces.

‒ Pero solo de vista, no conozco realmente a alguien -una mujer le entrego una carta- La última ¿Si?

Yuugo estaba pasando por la habitación de su pequeña para informarle de algo, pero antes de tocar escucho un grito proveniente de su hija, azotó la puerta del susto solo para chocar con su hija que habría intentado escapar.

‒ ¿Qué es lo que esta pasando? -Yuugo sujeto a su primogénita, la cual solo le restrego la carta en la cara- Emma calmate.

‒ ¡No me dijiste nada sobre que vendrían!

‒ Te negarías, además solo vendrán para hablar -Emma se comenzo a reír con sarcasmo al mostrar el regalo que viene con la carta- No quieras engañarme con algo tan obvio, Papá, ahora debo rechazarlo en su cara.

Emma estaba aferrada a los ropajes de su padre cuando una silueta se hizo presente a espaldas del líder, un cabello muy claro casi color de la nieve, pero con unos ojos que no sabe si es por la intensa mirada que ese color rojo resalte tanto como un pequeño mechón de su cabello del mismo color. Era Oliver era un chico mayor que ella y con el que creció.

Eran como un primos.

‒ ¿Ni siquieras lo pensarás? -Oliver le sonreía a Emma quién de un brinquito de aparto- No te pongas así, conversemos un rato.

‒ Te parece menos ¡Somos familia!

‒ Nunca nos unió la sangre.

La situación por más extraña que sea, las adultas con una sonrisa empezaron a marcharse, arrastrando a Yuugo, fuera de la habitación.

Emma no sabia si estas avergonzada por el desorden o enfadada con Oliver por tratar de arruinar la relación familiar.

‒ Tranquilizate y negociemos con calma -Oliver le extendió la mano- Estar encerrado no es lo tuyo ¿Salimos a cabalgar? Estás pálida

‒ ¡Pues tu tienes la culpa!

Los padres de la chica solo miraban como dos caballos iban recorriendo la aldea, con los planes de alejarse de la gente, para entonces ambos jóvenes parecían conversar alegremente.

‒ ¿Crees que sea buena día? -Diana Lucía enternecida con la escena frente a sus ojos- Incluso si lo aceptamos, los otros líderes...

‒ No los une la sangre, esta podría ser nuestra última opción, al menos con alguien que conocemos no hay riesgo de traición.

‒ Querían usar a nuestra hija para ganar beneficios, al menos así nadie gana, sigue sin gustarme esta situación.

‒ Yo tampoco -Yuugo golpeo la pared para espanto de su esposa- Pero sigue siendo frustrante tener que ver como la cortejan.

‒ Este día iba a llegar quieras o no -Diana solto una risilla.

. . . .

‒ ¿Entonces? -Tras la despedida de Oliver, todos deseaban saber la desición de la joven, sobre todo su padre que la interrogaba- ¿Qué decides Emma?

‒ Yo -ella sostenía una llave que Oliver le regalo- Lo aceptaré

Hubo una gran celebración ante la noticia.

Aunque...

A los ojos de Emma todo seguía siendo tan irreal, hace unos días seguía sin preocuparle su futuro y pronto se va a casar.

Observar el cielo despejado se hizo su mayor alegría, al menos mirándolo se apartaba de los arreglos matrimoniales.

¿Tendré el tiempo para algún día ir a navegar? -murmuro mirando el amanecer- No eh dormido nada...

‒ ¿Por qué estás balbuceas? Das miedo -Phil se aparecía al costado de Emma la cual si no estuviera acostumbrada habría dado un brinco del susto- Solo queria felicitarte otra vez por el compromiso.

‒ Tan sigiloso como siempre -una risilla avergonzó al niño, pero era mal mentiroso- Anda, dime la verdad, no le diré a nadie... ni siquiera a Carol.

Con estas palabras Phil que tenía una mano a su espalda, mostro que traía su almohada algo que en un inicio sorprendió a Emma, pero luego la hizo sonreír. A la final su hermano seguía siendo un niño pequeño, era astuto y él sabía el resultado de este matrimonio. No falta mucho para que se marchará y volver, incluso si es de visita será difícil.

‒ Escuche que acompañarías a Carol hasta dormirse ¿Será que ella? -el niño se froto los ojos dando entender que no durmió nada, tal como ella- Mi boda será en primavera y estamos en invierno, se que no es mucho tiempo, pero hasta entonces ¿Quieres quedarte a dormir conmigo?

‒ Si...-sus ojos se humedecieron.

Ambos estuvieron conversando un rato sobre los regalos que Oliver había traído; aros de plata para su larga cabellera forrados con escamas de dragón, pieles de zorro blanco y un anillo con piedra preciosa de color rojo.

‒ Todo es tan caro y bonito... -Phil bostezo aun sonriéndole a Emma- Él realmente debe amarte hermana.

‒ Si... al menos se que la aldea estará en buenas manos -la palabra "amarte" era demasiado, pero no podía hacer nada, ya tomo una decisión.

Además no quería arruinarle la fantasía a sus hermanos, ellos no saben toda la verdad.

‒ Cuando sea líder haré que puedas visitarnos seguido...-Y así el pequeño quedo dormido abrazando a su hermana.

A menos que los dragones dejen de ser una amenaza eso será imposible...

Por eso Emma preferiría no pensar en eso.

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El día en que las flores comenzaron a brotar. Un mensaje llego con la fecha exacta para recoger a la novia.

Y todos se pusieron manos a la obra. Las mujeres de la aldea eran las más productivas.

Confesión del vestido, joyas, peinado y demás. Las pieles de zorro blanco había servido para una hermosa capa, su vestido era algo extravagante para su gusto.

Mangas largas con un borde color plata al igual que en el final de la falda, el vestido por suerte le dejaba ver un poco sus botas así que no debía preocuparse por ensuciarse. En su cintura estaban atando una tela que dejaba colgando una tela al centro con los símbolos de la diosa Frigg; su capa estaba unida por dos aros y cadena de plata cerca a sus hombros.

Para su cabello se usaron aquellos aros de regalo para formar una larga trenza, la cual no conformes y aprovechando la primavera, usaron flores y cintas de color claro para decorar su cabello.

‒ Estas... hermosa -todas las mujeres suspiraron encantadas.

‒ ¿En serio? -La joven no dejaba de verse en el reflejo de un espejo- Yo creo que parezco una oveja de tanto blanco.

‒ Pero si eso es natural y espera a ver los regalos que te preparé -Diana despidió a las mujeres que les daban privacidad saliendo, llegando a percatarse de los nervios de su hija- Los dioses te bendijeron con una enorme belleza Emma y harán lo mismo en tu matrimonio, sea quien sea el novio.

‒ Mamá, solo lo dices porque soy tu hija, pero espero que tengas razón...aun no asimilo esta boda.

‒ Ven a ver tus regalos, te quitarán los nervios -la rubia coloco una caja plana, pero larga sobre las manos de su hija.

Al ser abiertas se encontraban tres objetos: Un collar de esferas de color verde y plata cuyo encanto resaltaba en la esmeralda pulida y decorada con un borde dorado en el centro. Dicho objeto es muy significativo para la aldea, solo la mujer del líder puede usarla ya que representa el máximo poder de autoridad femenina.

‒ ¿En serio piensas dármela? -su madre asintió, pero Emma se negó- No podría negar un regalo de bodas de mi mamá...pero esto tiene mucho significado para la aldea, luego de la boda lo devolveré, lo prometo.

‒ Esta bien -Diana tomo el collar y se puso a espaldas de su hija para colocarselo- Lo que haces te vuelve la mujer no solo más poderosa, sino la más valiente, nadie mejor que tu podría usarlo -paso su mano por las mejillas de su hija- resalta con tus ojos.

El segundo regalo era un cinturón de plata con los símbolos de la aldea, lo impresionante era que en el centro tenia un pequeño espacio para guardar algo  entonces su madre tomo el tercer regalo, un collar de cuentas baratas cuyo verdadero tesoro era, un auténtico diente de dragón en el centro. Ese collar de por sí ya pertenecía a Emma, pero lo usaba como decoración en su cuarto.

‒ Mi segundo regalo es un objeto un cinturón capaz de albergar tu amuleto de la suerte, causado este tercer regalo, ahora podrás llevarlo durante la boda y en otras ocasiones que desees.

Un bello abrazo de madre e hija, fue interrumpido casi de inmediato por el padre de la novia que toco dos veces la puerta para ingresar acompañado de otra persona. El padre del novio y responsable de transportar a la novia a su nuevo hogar.

‒ ¡Tío Lucas! -Emma no controló su alegría y corrío a darle un abrazo- Quiero decir...

‒ Tranquila -el pelirrojo tomo las manos de Emma- Te acostumbras. Ahora ve, te están esperando afuera.

‒ Emma ¿No olvidas algo? -la joven antes de marcharse se la pensó y fue hacia su baúl sacando un hacha.

‒ Siempre hay que tener un arma a la mano, es el mejor aliado de toda persona -Yuugo solo sonrió para dejarla irse.

Al salir de su casa, se encontraban los hermanos de crianza de su futuro esposo. Ahora cargaban la responsabilidad de cuidarla durante el viaje y junto a ellos conversaban amenamente sus hermanos menores, admirando su transporte.

No se le podía llamar carreta común sino más bien un carruaje de esos elegantes que solo se ven en el sur donde casi no hay nevada...pero estando en primavera era perfecto para viajar.

Antes de poder saludar una rubia casi de su edad salto a abrazarla casi asfixiandola.

‒ Aun puedes recapacitar, mira que casarte con el tonto de Oliver ¡Solo Violet lo respeta! -sin mucho cuidado la rubia zarandeaba a la novia, provocando que alguien las separará- ¡Pauuuula!

‒ Es suficiente Gillian -Una mujer más alta le extendio su mano a Emma- Vamos, no podemos tardar.

Antes de subir, dio una ultima mirada a su casa, donde habia mucha gente de su aldea despidiendola, entre ellos sus hermanos que eran sujetados por sus padres, tal escena hizo que le sonriera a Gillian.

‒ Estoy lista.

La muchacha entendió, no dijo nada más. Solo la ayudó a subir y quedarse a su lado. Quizás Emma no ama a Oliver, pero su matrimonio tampoco estará lleno de penurias y si con eso puede ayudar a su aldea, esta más que gustosa de continuar.

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Tras horas de viaje, llego un momento en que algunos escoltas de su aldea, que por orden de su padre los acompañarían medio camino, debían volver.

Durante el viaje Emma estuvo tranquila, pero cuando se despedían deseándole lo mejor, no pudo evitar soltar algunas lágrimas y aunque trataron de evitarlo, no pudieron impedir que la chica se despidiera asomándose por la ventana y gritándole que se cuidarán.

‒ Estoy seguro que vendrán a la celebración de la boda ¿No estás exagerando? -Niguel otro de los hermanos de crianza de Oliver era golpeado por otro llamado Zack- ¡A que vino eso!

‒ No es lo mismo el verlos a convivir con ellos, dejar tu hogar incluso si te visitarán ¿Te suena agradable? - el moreno le pidió a Emma regresar al carruaje a secarse las lágrimas- Discúlpate.

‒ Iba a hacerlo sin que me lo pidieras -el rubio se acercó a más no poder a la ventana donde Gillian le daba un pañuelo a Emma- Lo siento Emma, ya no llores, ten te doy mi daga de la suerte.

‒ ¡Niguel! -el muchacho se asustó, todos a exclusión de la novia le habían

‒ Descuida Emma, haremos todo lo posible para que puedas visitar tu hogar con regularidad ¿Verdad, Papá? -Gillian le seco el rostro con el pañuelo.

Lucas se estaba riendo, queriendo darle la razón a su hija, pero los caballos que tiraban del carruaje se detuvieron empezando a golpear el piso con desesperación. Esto causo el relinchar de los demás caballos donde iban el resto.

‒ ¡Es un ataque, agachense! -Grito Zack ocasionando qué todos afuera saltaran de sus caballos.

Emma fue abrazada por Gillian, al ser las únicas en el carruaje les daba desventaja al no saber que pasaba, pero todo tuvo sentido cuando el carruaje se sacudió y fue volcado por completo.

Fue un dragón.

Un molesto pitido retumbo en su cabeza, por segundos los gritos se escuchaban como murmullos lejanos, pero el aroma de sangre era muy fuerte. Se levantó buscando a Gillian, ambas chicas tenían hachas guardadas bajo los asientos, y uno de ellos estaba incrustado en la espalda de la rubia.

‒ ¡GILLIAN! -la rubia abrió sus ojos con pesadez- Quieta...ahora mismo te ayudare.

‒ Tu... cabello -murmuro parpadeando lentamente- ¿Qué pasó?

Emma se dio cuenta que tuvo mucha suerte, su hacha había acabado a centímetros de su rostro, llevándose solamente su larga trenza, pero eso era lo de menos, con el máximo cuidado le quito el hacha, no fue silencioso, pero eso alertó al resto.

Sobre sus cabezas, Niguel se asomaba con espanto llamándolas a gritos, al ver la escena trato de ayudar, pero Gillian solo pedía que se llevará a Emma.

‒ Vete rápido -murmuro ante la incredulidad de ambos- ¡Vete Niguel!

Niguel termino obedeciendo y saco a Emma a la fuerza. Y corriendo en dirección desconocida ya que una capa densa de tierra que salto de la tierra ante la ventisca antinatural qué provoco el descenso del dragón.

Escucha, no hagas ruido, solo debo llevarte a la aldea para pedir refuerzos -entre susurros con la voz quebrada el rubio le entregaba su hacha.

Caminaban de la mano cuando algo lleno de escamas se les puso al frente, impediendoles llegar hacia los caballos que no paraban de relinchar de miedo.

Estaban mudos, pero fue inútil cuando el color azul profundo y hasta brillante resaltó entre las escamas...era su ojo, los encontró.

Niguel trato de regresar por donde vinieron, pero el rugir de dicha bestia y tomando vuelo, en ese camino entre montañas causo un derrumbe.

Cerro sus ojos al sentir su cuerpo ser protegido por el mismo Niguel, suplico en su interior qué nada les pasará.

Pero Niguel se desplomó en sus brazos luego del derrumbe, horrorizada vio una roca sobre las piernas del chico, rompiendoselas.

‒ ¡Niguel! -trato de despertarlo luego de empujar la roca de sus piernas- ¡Rápido abre los ojos!

Cada segundo de esta tragedia parecía una eternidad para Emma, comenzó a escuchar quejidos y unos pasos hacia ella. Era Zack que aún con la cara ensangrentado e impactado al ver a Niguel, no se tardo en subirlo a sus hombros y tomó del brazo a Emma.

Ella se soltó y corrió en busca de su hacha, por más que Zack le pidiera marcharse, Emma no se iría sin su arma, sin luchar.

‒ Nos iremos de acá juntos -finalmente encontró su hacha- Si sigo intacta es por algo...

‒ No estarás pensando en pelear ¿no? Emma nuestro deber es-

‒ Hice lo que me pidieron hasta ahora, obedecer, al menos intentemoslo. Yo lo distraeré.

‒ Cómo sabes si funcionará -los rugidos volvieron a escucharse a la distancia.

‒ Mi padre me dijo que ellos no se van a menos que tengan una presa.

Zack no tuvo otra opción, ambos tomaron caminos opuestos. Mientras Emma esperaba visualizar a dicha bestia, Zack buscaba movilizar a sus hermanos y padre, heridos o inconscientes.

Una vez que estuvieron bastante lejos, la ventisca la golpeo, a la justa pudo mantener el equilibrio y quedo impactada...la bestia le estaba dando la espalda.

Lo normal es que si ven a una presa sola, irían tras ella, pero este dragón iba más por la multitud...no importaba, si le daba el chance era mejor.

Incluso si temblara, bastaría para que los deje en paz, solto un grito de rabia al arrojar el hacha hacia la espalda del dragón de escamas blancas.

Todo pareció acabar, aunque Emma perdió un hacha, al menos aquella bestia se marchó soltando rugidos de dolor.

Había funcionado, ahora estaban bien, ahora...

‒ Emma... -un leve llamado que gracias al silencio pudo escuchar- ¿Estás bien?

Se trataba de Lucas que apoyado en Sandy uno de sus hijos, se dirigía hacia la joven que solo tenía el vestido sucio, no tenía heridas a diferencia de él. Como manejaba el carruaje recibió la peor parte al estar desprotegido.

Aun así estaba de pie.

Emma sonrio y comenzo a correr en su dirección casi llorando.

‒ ¡EMMA AGACHATE! -el pelirrojo se soltó del soporte de su hijo que solo lo haría caer, pero estaba desesperado.

No tuvo tiempo de reaccionar, ni de voltear, al segundo se sintió más liviana y los gritos llamándola se hicieron lejanos casi de inmediato.

Fue muy rápido, la estaban rapando y para mayor sorpresa, al sentir las garras apretando sus costillas con fuerza no puedo evitar retorcerse del dolor.

‒ No... -lágrimas cayeron por sus mejillas.

El agarre empeoraba mientras más se movía, Emma juraba escuchar sus huesos crujir antes de que todo se volviera negro

¿Cómo fue que llegué a esto?
























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AVISO: Este fanfic tendrá los capítulos más largos porque no cambiare la trama si no que le agregare escenas, así que agradeceré mucho a aquellos que lo vuelven leer y volver a comentar.

Le tengo tanto cariño a esta historia, pero me sigo preguntando ¿Cómo se me vino esto a la mente? ¿Qué me habré fumado?

También les pregunto: ¿Les gusta el cambio?

Hasta el próximo cap <3

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