《La princesa encuentra una joya única》.

Los ojos esmeralda brillaban con fuerza dando un aire celestial y majestuoso a esa bella dama ante las personas en ese hermoso jardín del palacio.

-princesa -su mirada llena de tristeza y amor congelaron a los presentes.

Ante esa brillante mirada la hermosa princesa se sonrojo y apretó su vestido. No lo había notado pero su padre también había quedado cautivado con esa mirada.

-"sus ojos...parecen joyas!, joyas únicas y sagradas"- apretó sus labios con fuerza.

-princesa? -el pelirrojo oji gris miro curioso a la pequeña que miro decidida a la joven santa.

-q-quiero que te quedes conmigo! -abrazo de golpe la cintura de la santa mirándola con emoción y un adorable sonrojo en sus mejillas.

. . .

-eh!.

La santa no fue la única que quedo en shok.

Parece que la pequeña princesa no solo se parecía a su padre físicamente sino que compartian el mismo interés por la santa Ariana Yedith.

Cuando Ariana recibió la carta del palacio, sobre una invitación al palacio para tomar el té con el emperador y su hija, la princesa imperial Athanasia. Había quedado en shok, jamás se espero que el emperador la llamará al palacio para otra cosa que no fueran asuntos políticos.

A pesar de que hubo personas que les alegraron esa invitación del palacio, zenim y roger, hubo algunas personas que no le agradaron para nada esa invitación al palacio.

-mmm (-3-).

Ariana miro com una gotita a su hija que estaba sentada en el sillón de la biblioteca haciendo un puchero e ignorando su mirada.

-hija, mamá solo irá por un rato al palacio y luego volverá, mientras tanto puedes jugar con kiel -trato de hacer que la mire pero la pequeña solo miro para otro lado.

Ayer ariana le había prometido a zenit que harían pasteles juntas pero luego de unos minutos llego la carta del palacio y cuando zenit se entero que su madre no podía cumplir su promesa empezó a ignorarla y a tratar de convencerla, con su adorable puchero, de que no vaya al palacio.

Ella sabía que había que respetar al Emperador y a toda la realeza pero también tenia miedo de que dicho emperador sea otro hombre que se quería robar a su mami. Y encima ella no estaría cerca para protegerla.

Ariana solo suspiro y acarició la cabeza de su hija con suavidad.

-zenit, debo de ir, sé que lo entiendes no estés enojada hija, no solo voy porque sea una invitación del emperador sino porque -ella bajo la mirada pensativa tratando de hacer entender a su hija -....estoy en gratitud con el emperador porque me dio la oportunidad de ser madre -su susurro llamo la atención de la menor.

-"el emperador le dio la oportunidad a mami de ser mi mami?"- miro curiosa a la oji esmeralda que beso su frente para luego mirar a kiel.

-cuida de ella mientras no estoy pequeño, trataré de llegar temprano para hacerles algunos dulces -sonrio alegré a su sobrino que le devolvió la sonrisa.

Cuando la santa se fue los dos niños vieron el carruaje irse tomandos de la mano.

Sus ojos desprendían tristeza, odiaban estar alejados de Ariana.

-... Kiel, sabes por qué mami dijo que estaba agradecida con el emperador de que le haya dado la oportunidad de ser mi madre?, no entiendo.

Miro curiosa al pequeño albino que parpadeo confuso para luego mirar al suelo pensativo.

-no sé muy bien a qué se refiere pero....

-eso yo lo puedo aclarar -los dos miraron al duque que estaba en la puerta de la mansión mirando con una sonrisa a la oji celeste.

-tío?.

-ven zenit, hay algo que debes saber -estiro su mano hacia su sobrina que apretó la mano de kiel con miedo.

Los ojos de su tío daban miedo y esa sonrisa le daba mala espina.

.

.

.

.

Cuando llego al palacio fue recibida por Felix quien se alegró de volver a verla, los dos charlaron levemente hasta llegar al jardín.

-estoy seguro que se llevara muy bien con la princesa.

Ariana sonrio nerviosa apretando su vestido.

-eso espero.

Cuando estuvieron frente al emperador, Ariana hizo una reverencia.

-saludos al sol naciente de obelia -sonrio levemente para luego exaltarse al ver la sonrisa de lado del rubio.

-cuanto tiempo...Ariana.

Se sonrojo de golpe ante ese llamado pero fruncio el ceño molesta.

Nuevamente un hombre la llamaba por su nombre con ese tono de voz.

Qué querían lograr al llamarla asi?.

Cuando sintió una potente mirada, miro hacia abajo y vio a la pequeña rubia que estaba al lado de su padre mirándola fijamente.

-"se parece a su majestad aunque también a su madre"- sonrio suavemente al recordar a su hija al mirar a Athanasia.

No habían pasado ni una hora y ya la extrañaba, en verdad era pegada a su hija.

-usted debe de ser la princesa Athanasia, mucho gusto soy ariana Yedith -se presento haciendo una reverencia y exaltando a la pequeña.

-"bueno no parece ser mala persona se nota en sus ojos pero...hay algo raro entre ella y papá, acaso está realmente interesado en esta chica inocente? "-miro de reojo a su padre que no había dejado de mirar a la santa -mucho gusto lady Ariana, puedes decirme Atthy!.

Su sonrisa brillante hizo sonreír a Ariana dejando sorprendida a la niña. Otra persona además de lily que no caía en sus encantos.

Las sirvientas y el pelirrojo miraban atentos la interacción de los dos rubios con la peli marrón. Era interesante ver que había una persona en el mundo que no caía ante la realeza.

-lady Ariana, es cierto que fuiste bendecida por dios? -pregunto emocionada la rubia haciendo reír a la oji esmeralda.

-así es princesa... -la santa se quedo callada cuando miro el pecho de la pequeña, la llama de su mana brillaba en su interior. Estaba claro que era hija del emperador y que él la estaba protegiendo.

Estaba claro que Athanasia tenía relación sanguínea con zenit.

Cuando se quiso dar cuenta sus ojos volvieron a brillar desconcertando a la rubia.

Lo vio todo, desde su nacimiento hasta el momento en que conoció al emperador y éste iba poco a poco cayendo ante su amor por su hija. Pero esas imágenes al final le dejaron un gusto amargo en la boca, ese dolor en esas gemas imperiales de la hermosa princesa ya crecida fue provocado por el mismísimo emperador. Y...esa horrible tragedia, en verdad ese era el futuro de la hermosa princesa?.

Los ojos esmeralda brillaban con fuerza dando un aire celestial y majestuoso a esa bella dama ante las personas en ese hermoso jardín del palacio.

-princesa -su mirada llena de tristeza y amor congelaron a los presentes.

Ante esa brillante mirada la hermosa princesa se sonrojo y apretó su vestido. No lo había notado pero su padre también había quedado cautivado con esa mirada.

-"sus ojos...parecen joyas!, joyas únicas y sagradas"- apretó sus labios con fuerza.

-princesa? -el pelirrojo oji gris miro curioso a la pequeña que miro decidida a la joven santa.

-q-quiero que te quedes conmigo! -abrazo de golpe la cintura de la santa mirándola con emoción y un adorable sonrojo en sus mejillas.

. . .

-eh!.

La santa no fue la única que quedo en shok.

Parece que la pequeña princesa no solo se parecía a su padre físicamente sino que compartian el mismo interés por la santa Ariana Yedith. 

Claude sonrio de lado al ver el nerviosismo de la santa, luego miro a su hija que sonreía brillante mirando con ilusión a la joven.

Él se intereso a primera vista por ariana y parece que con Atthy paso lo mismo.

-Ariana -ante su llamado las dos lo miraron -desde ahora deberás de asistir cuatro veces por semana para pasar tiempo con la princesa y enseñarle todo lo que quiera, y también....para hablar de algunos asuntos conmigo.

Athanasia ignoro la sonrisa coqueta de su padre y sonrio alegré abrazando con fuerza a su nueva amiga. Mientras que Ariana quedo en shock mirando al emperador que seguía mirándola divertido.

-"n-no puede ser...por qué sucedió esto?, ayudame mamá!" -a pesar de estar sonriendo por dentro estaba llorando como una niña pequeña.

Parece que había llegado el momento en que los de la realeza querían tener a la santa solo para ellos. Solo esperemos que no se desate una guerra por la posesividad de esos cuatro.

Aunque algo le decía en su interior que debía de aprovechar esos momentos de paz porque a futuro no tendría ni un minuto de paz gracias a cuatro personas que se pelearan por ella sin importarles nada.

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