《IX》
《Sentimientos 1》.
-ya veo.
La santa solo miro impaciente al lord ante ella.
Luego de llegar cansada a la mansión Alfierce, paso un agradable momento con su hija hasta que se fueron a dormir juntas. Al otro día keiran fue a visitarla como de costumbre, al parecer se había enterado que se quedó a dormir en el palacio.
-y...qué piensas? -jugo con sus dedos nerviosa mirando curiosa al lord.
Éste parpadeo y sonrió levemente.
-es un tema delicado, ya que al parecer no quieres ir a vivir al palacio pero no puedes desobedecer la orden del emperador.
Ante eso ella fue rodeada de un aura oscura llena de tristeza.
-...no quiero dejar sola a zenit, sé que son tres días pero si me pierdo parte de su infancia sé que más adelante me arrepentiré....todo por ese arrogante rubio! -sin poder evitarlo apretó sus puños enojada recordando la sonrisa pervertida y arrogante del rubio.
Al recordar lo sucedido en la habitación del emperador se sonrojo de golpe y escondió su cara en una almohada.
Ante su vergüenza keiran la miro neutral para luego sonreír de lado y volver a beber el té.
-...entonces deberías de aprovechar al máximo el tiempo con zenit, cuándo irás al palacio?.
Ella suspiro y se sentó volviendo a tomar el té.
-hoy me llego una carta del palacio, dentro de 2 días debo de ir al palacio.
Antes de seguir hablando la puerta fue abierta dejando ver al duque y a los niños.
-mami! -la oji celeste corrió hacia su madre.
La santa sonrio alegré y le devolvió el abrazo.
-mami, puedes venir a jugar con nosotros? -sus ojos brillaron de alegría mientras kiel se acercó a ellas.
-claro pequeña, pero antes saluda a keiran.
La oji celeste al notar la presencia del azabache sonrio amable igual que su primo.
El hombre al pararse fue abordado con un abrazo por parte de la menor. Todos se sorprendieron pero ella sonrio alegré.
-bienvenido lord keiran!.
Al despegarse volvió al lado de su madre tomando su mano.
-bien, ya voy pequeña...-al mirar al azabache éste solo le sonrio comprensivo y ella le devolvió la sonrisa.
Al salir los tres el duque suspiro derrotado.
-te dije que dejes de venir tan seguido, no hará falta esperar mucho a que Ariana se dé cuenta de tu parentesco con el emperador.
-no eres quién para darme órdenes -el azabache lo miro con burla ante la depresión del duque.
-....ahora que el emperador ordenó eso parece que Ariana en serio capturó su atención -se quedó pensativo aunque un poco satisfecho por lo que estaba pasando.
Ante lo dicho el lord guardo silencio y empezó a caminar hacia fuera del living.
-me quedaré unos días en la mansión.
Sin más que decir salio de allí dejando al albino con los nervios de punta.
Si ese hombre seguía demostrando su interés por Ariana los planes de Roger no iban cumplirse.
Ariana debía de estar con claude así zenit tenía más oportunidades de entrar al palacio y cuando lo haga comenzaría la destrucción del emperador. Pero si keiran estaba interesado en la santa dudaba mucho que le deje el camino libre a claude.
Parece que los planes del duque se estaban complicando.
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.
.
El lord camino con serenidad por los pasillos de la mansión. Miro hacia el jardín donde estaba la hermosa santa con los dos niños jugando.
Se quedó mirándola por unos momentos.
No tenía buenos atributos, era una mujer normal, era hermosa lo aceptaba, tenía unos bellos esmeralda que eran totalmente diferentes a los de sus hermanas.
Qué tenía ella que le llamaba la atención?.
Tal vez su amabilidad, sus expresiones divertidas al burlarse de ella?, o tal vez el que ella era la primer mujer que lo trató con neutralidad cuando lo conoció y lo miraba sin temor, si bien mentía cuando sonreía y trataba a todos con amabilidad fingida ella lo hacía sonreír de verdad.
Ella a medida que pasaba el tiempo lo hacía sentir distinto. No lo entendía.
Su sonrisa lo había cautivado.
Sus burlas, su risa, sus ojos llenos de bondad y amabilidad, sus palabras llenas de amor.
Sonrió con burla hacia si mismo y apoyo su mano en la ventana.
Se había enamorado de la santa.
Él, quien trataba como si no fueran nada a las mujeres, quien usaba a todos para su beneficio, él que ni siquiera le importaba que aquellos a los que usaba fueran de su propia sangre.
Era un hombre frío, oscuro, alguien que no tenía compasión por nada ni por nadie, alguien que le gustaba ver el sufrimiento de los demás. Alguien que hizo sufrir a miles.
Y se había enamorado de una santa.
Que irónico, él era un hombre despreciable y ella es un Ángel, una persona que ayudaría a los demás sin dudarlo.
Tal vez siempre necesito una luz en su vida y esa luz es Ariana.
-Ariana.
Lo aceptaba.
Estaba totalmente rendido a los pies de la bella santa.
Él, el ex emperador de obelia, un mago oscuro, Athanasio de Alger Obelia, la reencarnación del antiguo emperador Athernitas de Alger Obelia.
Estaba enamorado de La santa Ariana Yedith.
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