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『 CAPITULO XX 』

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ARCO 4

LA ASESINA Y EL CABALLERO


A la mañana siguiente se sentía una gran ola de frio, la lluvia había dejado un clima entre cálido y gélido. El bosque Galloway era tan grande que incluso tenía sus propias estaciones del año, no se sabía si era mágico por sí solo o fue un poderoso hechicero o mago que puso un encantamiento. Los rayos de sol comenzaron a molestarle, abriendo sus ojos esmeraldas encontrándose con una pequeña habitación que desconocía, no recordaba que las paredes eran decoradas con tela con bordes entre blancos y dorados, no se imaginaba al herrero tejiendo. Se levantó un poco de la cama, lo segundo que había capturado su atención no fue otra cosa que notar que estaba vendado del torso al pecho, no usaba su camisa blanca, solo su pantalón marrón.

—¿No fue un sueño? —Se preguntó asimismo poniendo su mano sobre su alborotada cabellera verde.

—La palabra correcta es pesadilla —se abrió la puerta asustando al chico moviéndose muy rápido de la pequeña cama. Cuando se dio cuenta que era una anciana no sintió que estaba en peligro, pero su curiosidad creció.

—Dígame en donde estoy, señora. ¿Qué ocurrió? ¿Cómo llegue aquí? —La mujer dio unos pasos hacia adelante dejando la tarja en el buró y le dio la taza que Midoriya aun dudoso aceptó —¿Dónde está Ochako?

—Hablas de la hechicera, esa jovencita realmente oculta un gran poder —Midoriya arqueó una ceja. —Fueron atacados por un nomu, es una bestia creada por el Señor Demonio y no actúan solas, vienen en manadas comandadas por un súbdito del Señor Demonio. Que el nomu este en solitario es un enigma.

Midoriya se alteró un poco, tocó su mano y brazo, buscaba entre los rincones su mochila. Tenía que encontrar la lacrima para ver a su madre, si lo que la señora dice era cierto, esas criaturas podrían estar merodeando su aldea y si apenas pudo con una, con una manada estaba seguro que moriría.

—¿Todo bien? Tus pertenencias deben estar en el carruaje —el chico bebió un poco del líquido enterándose que era chocolate caliente —la hechicera vino aquí porque tu maná fue absorbido.

—¿Usted me curó? —Dejo la taza en la tarja que trajo la señora. La mujer negó —¿Entonces...?

—Tu estabas a nada de morir —el rostro del pecoso palideció —, usar mi magia en ti es inútil porque incluso para curar debo de absorber un poco de maná para recuperar mi fuerza, se podría decir que es un cobro obligatorio —una media sonrisa se formó en el rostro de la señora —por eso digo que esa jovencita tiene un gran poder. Ella accedió a dar de su maná para que tu vivas —pero el chico lo entendió mal y comenzó a toser —ella está bien —le hizo saber entre risas —solo que es muy obstinada y te dio más maná del que le dije, insistió en dejarte completamente sano. Ahora ella está en la otra habitación durmiendo, quedo muy agotada físicamente.

Midoriya se puso de pie de inmediato y se abotonó su camisa de forma apresurada.

—¡Ahh! —Se quejó, sentía dolor en su pecho. La señora se cruzó de brazos —¿es normal que duela?

—¿Es normal que en tu cruzada vayas a sacrificar algún miembro de tu cuerpo? Para que sepas, Izuku —el chico pestaño un par de veces porque la mujer conocía su nombre sin habérselo dicho —tienes lo que se le llama desgaste de maná, el dolor se te quitara en unas horas, pero ahora mismo eres como una bomba de tiempo —Midoriya frunció el ceño.

—¿Soy qué?

—No se lo dije a tu amiga para no preocuparla, pero el que te hayan absorbido el maná te ha dejado en un desequilibrio. No sé si antes podrías hacer magia tan fácil, pero ahora te costará más, si usas demasiada magia la marca se extenderá por todo tu cuerpo matándote y no habrá nada que se podrá hacer, el peor error que hiciste fue que cuando absorbían tu maná liberar una gran ola de este mismo, fue tu válvula de escape, por eso me imagino que el nomu murió en una explosión de maná. Escucha bien, todos los humanos tenemos una presa de maná, otros podrán tenerla más grande o pequeña, el maná es como la sangre, fluye por todo tu cuerpo, por eso es vital, y el maná sale desde la parte del corazón, fluye como en un hilo, en pequeña cantidad, pero ahora que hay un desequilibrio en tu cuerpo, fluirá al triple de esto.

—Soy nuevo con el tema de la magia, hace poco me entere que tengo una bendición muy antigua que, usando algún arma, como una espada, puedo liberar mi poder, no puedo hacer magia, estoy confundido, ¿voy a... —paso saliva asustado —morir si uso demasiado mi poder? —Como respuesta, la anciana asintió.

—Tendrás que aprender a controlar que tanto maná quieres que fluya por todo tu cuerpo y que tanto vas a desprender para usar tu bendición, tienes una tarea muy importante.

La anciana abrió la puerta y Midoriya cruzó con ella.

—Le agradezco mucho por salvarme, sabe a qué me refiero, y me gustaría que mantengamos en secreto la conversación. Hizo bien en contarme solo a mí, note que sabe mi nombre, ¿Cuál es el suyo señora?

—Llámame Recovery Girl.

Midoriya sonrió de lado, un poco nervioso. «Es que a todos los adultos les gusta ser llamados por un seudónimo, también esta Power Loader, debieron de ser famosos en su juventud dorada».

—Esta es la habitación de la hechicera —detuvieron su paso, Midoriya miro hacia donde se encontraba la habitación donde había pasado la noche y notó que fue un tramo extenso la distancia —dos jovencitos no pueden compartir una misma habitación, deben estar casados, además de que cada paciente debe tener su propia cama.

El rostro del chico de hebras verdes enrojeció de golpe. ¿Casarse con su amiga? Con la chica que ama, si, era algo que lo emocionaba, pero al mismo tiempo lo hacía sentir tan avergonzado, porque el día anterior durmió con ella, bueno en la misma habitación, pero no en la cama. (Eso cree él, pero la realidad es otra).

—¡No me refería a eso! —Gritó nervioso y ruborizado.

La puerta se abrió, Midoriya entro antes que Recovery Girl, mirar a Ochako durmiendo le parecía tan dulce y tranquilizador.

—Es probable que duerma por lo menos unas seis horas más —el de hebras verdes miro a la anciana sin ocultar su sorpresa. —Aunque —dibujó una media sonrisa en su rostro de arrugas —no creo que para ella sea así.

—Por cierto, no ha visto un conejo blanco, venia con nosotros.

—La hechicera vino en carruaje, no traía a nadie más —la mujer se acercó a Ochako y le dio un beso en la frente, al usar su magia un destello verde apareció por unos segundos y la chica se movió un poco, —lo siento, pero tu beso en los labios no funcionaria.

—¡Oiga, ya basta! —Volvió a decir nervioso, solo que esta vez sus mejillas eran las que estaban rojas.

Recovery solo rio, le parecía muy gracioso tener de pasatiempo burlarse de los jóvenes enamorados.

—¿Por qué tanto ruido, cabellos rizados? —Bostezó un poco la chica, pero antes de abrir por completo sus ojos fue abrazada por su amigo, poniéndola roja del rostro y orejas.

—Muchas gracias, Ochako —le susurró cerca del oído sonriéndole. La chica sintió un cosquilleo en su espalda —me salvaste.

Su sonrojo se esfumó poco a poco, y también sonrió de forma dulce abrazándolo.

—Me alegra que estes bien, Izuku —pero rompió el abrazo, su rostro cambio a uno triste —no se si lo podrás recordar, pero... —fue interrumpida.

—El nomu, si lo sé, al menos está muerto, tendré más cuidado para la próxima y prometo entrenar —miro hacia todos los lados —mi mochila está en el carruaje, al igual que la espada y Snowey ¿no?

Recovery Girl abandonó la habitación, sabía que tenía que darles su espacio, ya se hacía una idea de la trágica noticia que le darían al chico de ojos esmeralda.

Ochako cerró los ojos, y después los abrió para solamente negar, Midoriya se confundió y aún más cuando la hechicera tocó sus manos, sentir la suavidad de estas sin los guantes era un tacto que asemejaba tocar el algodón.

—Izuku... Snowey murió —dijo por fin en un tono melancólico. —Lo siento mucho, fue mi culpa, debí de haber reaccionado más a tiempo, pero quedé asustada —se quedó callada cuando sintió que sus manos fueron apretadas por el chico.

—Es cierto, Ochako. Cuando viste al nomu tu cuerpo temblaba, era como si hubieras visto a la muerte, sea lo que sea que hayas tenido en el pasado te hizo desconcentrarte —Midoriya se acercaba más a Ochako, pero no se sentía de esa forma tonta que la hacía ruborizarse, se sentía acorralada —¿ya antes lo habías visto no? —La chica solo se quedaba callada mirando la furia en los ojos de esmeralda de su amigo —te distrajiste, y tienes razón. Snowey murió por culpa tuya —las lágrimas recorrían las mejillas de la hechicera.

Midoriya se había separado de Ochako, y le dio la espalda mientras que también le limpiaba unas cuantas lágrimas.

—Los nomus masacraron a mi pueblo. Ocurrió durante un atardecer y no iban solos —comenzó hablar entre titubeos la hechicera, lo que había llamado la atención de Midoriya —seguían las ordenes de una bruja llamada Toga Himiko, sin previo aviso ni decir por qué; comenzó a usar su magia para destruir los refugios donde se ocultaban los ancianos y los niños. A una corta edad me tocó presenciar la muerte de mis padres, no sé cómo sobreviví, recuerdo que se me ocurrió ponerme la sangre de las personas en mi ropa, esconderme entre los trozos de madera que esas criaturas rompieron y bajar mi respiración, lo único que quería era morir, porque estar sola podría terminar con personas muy malas —Midoriya se dio la vuelta y se mostraba entre triste y asombrado. —Y si —se levantó de la cama y lo encaró —al volver a tener al nomu frente a mí; me hizo sentir vulnerable, me hizo revivir ese recuerdo, aunque haya reaccionado tarde al menos esta vez pude salvar a una persona, y no solo ir a esconderme para sobrevivir.

Sintió unos brazos rodearla, Midoriya abrazaba el delgado y delicado cuerpo de Ochako, pero se sentía diferente, la chica no sabía cómo explicarlo, aun así, le transmitía el dolor que su amigo sentía y también la culpa por decirle aquello.

—Perdóname, no quería decirte eso. Me sentí tan molesto, pero no es contigo, me siento tan miserable por no ser lo suficientemente fuerte para derrotar al nomu sin poner mi vida en riesgo, me duele la muerte de Snowey, quería que mi mamá lo conociera —aun mantenía el abrazo, la chica le dio unas caricias en su espalda. —Ochako, ¿te das cuenta?

—¿Sobre qué?

Midoriya rompió el abrazo, la miraba firme, la hechicera no entendía nada.

—Si tú me hubieras contado sobre un poco más de tu pasado, las cosas pudieron tener un final diferente —le dio un beso en su frente, sus latidos aumentaron más su ritmo, y un tono carmín adornó sus mejillas —hay que pensar sobre eso.

Salió de la habitación dejando más roja a la hechicera que un tomate maduro, puso sus manos en sus mejillas y sonrió de lado.

—Ay —dio un golpe al suelo con su pie, se sentía frustrada —¡¿es que acaso es inevitable sentir esto?! —Se rascó la nuca y se cruzó de brazos dándole la espalda a la puerta.

—Si querida, todos caen rendidos a una bella sonrisa o una muestra de afecto —la hechicera se dio la vuelta y frunció el ceño —sobre todo si viene de la persona que amamos.

—No estoy enamorada, anciana —volvió a decir molesta cruzándose de brazos y frunciendo sus labios. Recibió un golpe en la pierna con el bastón —¡Auch! —Se quejó y tocó su pierna.

—Mas respeto a tus mayores, jovencita. Como sea —sacó de su bata un par de guantes negros y se los entrego.

—¿Y esto? —Confundida pregunto recibiendo los guantes. —¿Por qué me los da, Recovery Girl?

—Ay pequeña, soy una mujer que tiene más conocimiento y experiencia que tú. Se bien quién eres —la chica dio un paso hacia atrás asustada —no te preocupes, no le diré a nadie. Tienes que tener mucho cuidado en usar tu magia, cubres tus manos para no mostrar tu identidad, no lo arruines. Fue bueno conocerte, hechicera —le guiñó un ojo y salió de la habitación.

La sanadora tenía consigo dos capas para que los chicos no pasaran frio, una de color negra y la otra roja. Midoriya las tomó y se puso la negra dejándola la roja a su amiga, subió al carruaje esperando a Ochako le entregara el oro a Recovery Girl. Mientras observaba con la lacrima a su madre y sonreía al saber que ella estaba bien, después se dio cuenta que un gorrión de color castaño venia hacia la dirección de él, pero tenía algo que le llamó mucho la atención al de orbes esmeralda.

Aquel gorrión tenía en su pico un sobre amarillento sellado con cera rosa, el ave aterrizo en la rodilla del chico, y dejo caer el sobre en el regazo, Midoriya arqueo confundido la ceja, el pequeño señaló el sobre con su ala.

—¿Mio? —El gorrión asintió.

Ochako se subió al carruaje y dio marcha a que el caballo caminara.

—¿Sera de Shinso? —Preguntó sin mirarlo, ya que su vista seguía recta al camino. —Ábrelo, es una carta, recuerda que los gorriones pueden encontrar la esencia de la persona que va dirigida la carta solo si el remitente ha tenido contacto. Un extraño no te puede mandar una carta, tranquilo.

—Había olvidado eso —rompió el sobre por un lado y sacó la carta que venía doblada en tres partes. La letra en un estilo cursiva le sorprendió.

—»Querido Deku. Ha pasado mucho tiempo desde que nos hemos visto, lamento mucho si nunca te escribí, mi abuelo no me dejaba, siempre estaba al pendiente de que era lo que escribía. No tengo mucho tiempo y me estoy arriesgando al escribir esto justo ahora, pero no me puedo quedar de brazos cruzados cuando veo que el pueblo donde estoy está siendo saqueado y gobernado por un grupo de individuos que se hacen llamar La Ley Arcana. Se que no te lo debería de estar pidiendo, pero, te necesito, dos artesanos podremos crear un artefacto que derrote a esos imbéciles. Soy la única que no ha sido capturada, mis inventos lograron distraerlos y así pude estar en un lugar a salvo. Te explicare a más detalle cuando vengas...

Mei Hatsume.

Terminando de leer, en la parte de atrás venia dibujado un mapa de la localización exacta del pueblo de la chica Hatsume. Midoriya se encontraba atónico, no sabía cómo debía de reaccionar.

Mei Hatsume era una de sus compañeras-amigas en la aldea, pero su abuelo se la llevo lejos cuando sus padres fallecieron, para ese entonces él tiene ocho años, sentía un gran aprecio por ella, porque, así como él, esa niña tenía unas ideas tan extrañas y divertidas, y se la pasaban entre risas mientras construían la primera idea que cruzaba por su mente.

De su mochila saco el mapa con dirección a la cueva de la espada legendaria, lo posiciona abajo del dibujo de la carta y coincidía con la ruta que tomarían para llegar a la cueva, lo que indicaba que, pasarían de forma natural por esa aldea.

—Ochako, tenemos que hacer una parada —dijo con voz seria sin despegar sus ojos del mapa, tachaba la ubicación del pueblo.

—Espero que no sea en el bosque porque al fin salimos de él, hasta los árboles se movieron para dejarnos cruzar, eso fue asombroso —hizo una pausa y miró por el rabillo del ojo a su amigo —¿Qué decía Shinso?

—No es Shinso, una vieja amiga necesita mi ayuda —la chica frunció el ceño —La Ley Arcana ha atacado su pueblo —la hechicera detuvo al caballo.

—La Ley Arcana son un grupo de personas que están conformado por hechiceros o brujos, es muy arriesgado para ti, sobre todo porque casi mueres —lo miró un poco molesta, no sabía porque se sentía de esa forma desde que mencionó a esa amiga.

—No puedo ignorar cuando alguien pide ayuda, mucho menos a una amiga.

Ochako hizo una mueca disgustada, y asintió derrotada, sabía que no podía hacerlo cambiar de opinión, si ya lo hizo con el pueblo de Shinso y sin conocerlo, claro que ayudaría a una vieja amiga.

Sonrió de lado, cerrando sus ojos lo que hizo desconcertar a Midoriya.

—Nunca había tenido tantos encuentros en mi vida —susurró soltando una risa, el chico arrugó sus cejas mirando hacia los lados.

La hechicera se puso de pie, movió su báculo en circulo y con la punta dio un golpe a la tierra, todo a su alrededor fue sacudido por un gran viento, pero el carruaje, el caballo, Midoriya y ella lucían intactos. Unas sombras se movieron entre los árboles de forma muy rápida, ambos chicos bajaron del carruaje.

—¿Así que no son solo viajeros? —Dijo una voz varonil —Deben ser refuerzos de esos herejes que atacan al pueblo que está a un par de kilómetros.

—¿Piensas atacar a todos aquellos que tienen un maná diferente a los pueblerinos? Necesitas trabajar más en ocultar tu presencia —respondió Ochako con una sonrisa burlona.

La hechicera no lo logro ver, pero era como un rayo que se movía a máxima velocidad, se escuchó el choque de dos espadas, cuando se giró hacia atrás vio como un hombre con armadura de plata había detenido el ataque de Midoriya, no se podía mirar quien era el hombre porque el casco le cubría el rostro, pero si noto algo sobre sus hombreras, el símbolo de un reino, el más conocido, una llamarada entre colores anaranjados y rojizos. Sus ojos achocolatados no le gusto lo que había visto.

—¡Izuku! —Dijo sorpresivamente, apunto con su báculo al hombre de armadura, pero fue golpeada por detrás cayendo al suelo —¿había otro? ¿Por qué no lo sentí? —Murmuró poniéndose de pie.

—Tranquila, Ochako, puedo con esto —le aseguró. No iba a negar que aquel hombre más alto tenía una gran fuerza.

La hechicera había sido nuevamente golpeada, fue muy rápido que no se percató de donde venían los ataques, sin tener paciencia, uso su báculo para expulsar un torbellino de viento hacia los troncos de los árboles derribándolos, pero fue sujeta por un lazo color rosa quedando inmóvil.

—¿Te rindes? —Preguntó una dulce voz femenina, pero su tono parecía neutral, no se le podía identificar alguna emoción.

La hechicera achico los ojos y vio como el camuflaje de la joven desapareció, aquella chica estaba trepada a un tronco, pero los ojos de la hechicera se abrieron de horror al notar que lo que la sujetaba era la lengua tan larga de la joven.

—¡Ahhh, que asco! —Infló las mejillas sintiendo repugno —¿Quiénes son? ¿Por qué nos atacan?

El hombre sonrió un poco, pero no se le miraba sus gestos por el casco.

—Mi nombre es Tenya Iida, miembro de la orden directa del rey Endeavor, soy un caballero sacro —dijo orgulloso de tener ese título.

—Tsuyu Asui, trabajo para el reino Todoroki, soy una asesina de brujas, kero —trato de sonreír, pero solo hizo que diera más miedo. 

>> ¿Cómo la ven c:?

Al fin! Después de muchos capítulos tenemos a nada mas y nada menos que Asui e Iida. Este arco es similar al primero, este arco es para conocer a las personas. Al caballero sacro Iida y la asesina Asui.

Así que los cuatro personajes van a convivir y conocerse, mientras que sucede algo.

Como habrán notado ya se mencionó a Hatsume, si, ella aparecerá en el siguiente arco, donde las cosas se podrán aun mas buenas.

Y hasta aquí llegaron las actualizaciones seguidas, nos vemos en un tiempo que pueda escribir y actualizar.

¡Eclipsa, fuera! ♥

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