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『 CAPITULO XVIII 』

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Todo el trayecto fue sumamente silencioso, lo único que se escuchaba era las hojas de los árboles cuando eran golpeadas por el viento, las pisadas del caballo, los silbidos de las aves, hasta incluso sus propias respiraciones.

La hechicera quería ignorar que entre ambos se sentía una tensión, sabía que las dudas que tenía Izuku sobre porque no usaba sus poderes era lo que había generado está extraña situación entre ambos, pero no podía arriesgarse.

Desde que llegó tenía una corazonada.

Su instinto le decía que algo los observaba, ella nunca fallaba con sus corazonadas, se consideraba experta; estar siempre sola la había hecho muy sensible a cualquier sonido o presencia rara.

Pero, había aprendido a no llamar la atención, pasar desapercibida entre la multitud; mezclarse entre los no-mágicos cuando era necesario, y así despistar a su cazador.

—Ochako —llamó él en un tono cansado —¿crees que es necesario todo esto?

La chica lo miró frunciendo el ceño, sabía que podría ahorrarse la molestia si le contaba toda la verdad, pero no se atrevía, porque eso significaba tener que alejarse de él, y además tenía otras intenciones con la espada legendaria. Tanto tiempo guardando la mitad del mapa que la guiaría a la cueva, no se podía arriesgar, tenía ya mucho trayecto recorrido junto a Midoriya. No podía perder ese tiempo invertido.

Una de sus grandes aspiraciones en este mundo era cobrar venganza sobre la bruja Toga Himiko, pues no solo fue ella la culpable de la aniquilación de su pueblo, también aquella vil bruja la había perseguido todos esos años hasta dar con la hechicera provocando las ruinas del castillo flotando de su maestra, perdiendo un hogar, a una familia de nuevo.

Le hizo creer a Midoriya que estaba de acuerdo con llevar a Toga hacia al reino Todoroki y que pagara por sus crímenes, pero fue una mentira; quien sería la única que acabaría con la vida de Toga seria Ochako por todo el tormento que la hizo pasar desde que era una niña.

Además, tenía en mente otra cosa, necesita el poder de la espada legendaria para deshacer el hechizo que Toga le puso a su maestra en esa batalla del castillo. Estaba consciente que solo la misma bruja puede deshacer el hechizo que lanza, pero la espada legendaria, otorgada por los dioses era la clave para liberar a su maestra. Podría presentarse de buena manera ante Midoriya y pedirle su espada para liberar a su maestra, pero sabía que si usaba el poder de la espada esta se rompería quedando inútil.

Ochako Uraraka podría parecer una chica dulce y gentil, pero ocultaba sus verdaderas intenciones ante todos y escondía más secretos; sabía que si la espada se rompía Midoriya ya no podría usarla para salvar a su aldea...aun así era un sacrificio que estaba dispuesta aceptar.

Solo que había un inconveniente, su corazón está dudando de hacer su propósito, no creía que enamorarse de Midoriya sucedería y que sus planes se vean comprometidos por ese detalle. Había pasado cuatro largos años buscando alguna pista sobre la espada legendaria y ocultándose de Toga Himiko, cuatro años de sufrimiento en el que su maestra estaba convertida en piedra en el castillo flotante.

—Es necesario —respondió en un tono frio apretando la correa del caballo, —he estado en alerta desde que llegamos al bosque, algo no me gusta —arrugó sus cejas.

—¿Qué quieres decir? —Preguntó un poco asustado mirando a su alrededor.

—Nos está acechando, no puedo diferenciar si es una persona, y si así lo fuera sabe exactamente como camuflar su maná para parecer el de un animal, esas personas son más de temer —respondió centrada mirando hacia enfrente.

—¿Y por qué no salimos volando? Si esa persona no puede volar como tu estaremos salvados —insistía.

Ochako pasó saliva y mostro un semblante preocupado.

—¿Pero, y si sabe volar? —Preguntó aterrada mirándolo.

El caballo dejo de caminar y se detuvo cuando noto la niebla rodeándolos.

—Mierda —masculló la hechicera cuando se dio cuenta que su indecisión la había acobardado.

—E-es un bos-bosque encantando, debe ser normal, Ochako —su voz temblorosa no servía de mucho para convencer a su cuerpo de no sentir miedo.

Ambos adolescentes habían sentido que la temperatura cambió, sus cuerpos comenzaron a tiritar, el aire que exhalaron fue notorio, de un momento a otro sentían una corriente helada. La neblina cubrió en su totalidad el bosque, o por lo menos donde ellos se encontraban, los animales se mostraban inquietos, presentían que algo malo estaba por ocurrir.

La hechicera mostrando un semblante serio y asustada bajo del carruaje, sujetaba con fuerza su báculo. Caminaba a paso lento sin hacer ruido, únicamente sus respiraciones se oían, todo era tan silencioso que parecía tan anormal, porque después de todo estaban en un enorme bosque.

Midoriya también se bajo del carruaje y miraba hacia los lados por si había alguien oculto, sus ojos apreciaban la figura de los anchos troncos de los árboles, por instinto sacó su espada y la apuntaba hacia al frente.

—Ochako —susurró el chico sin mirarla, ya que su amiga estaba en frente del caballo —usa tu magia de vendaval y quita la niebla —su tono demandante parecía que él ahora estaba al mando.

La hechicera trago saliva, la idea de Midoriya era buena, después de todo se daría cuenta que era lo que había tras esa densa neblina. De sus labios salió un suspiro, apretando mas su báculo lo apunto hacia enfrente, pero algo la detuvo.

Un sonido rítmico, Ochako pensaba que era idéntico a cuando se rechinan los dientes, como si dos cuarzos se golpeaban sin cesar.

No había alternativa, las gemas de su báculo brillaron por un instante formando un círculo en la punta del báculo, para después expulsar en línea recta una gran ventisca de aire, la neblina se dividió en dos partes. El sonido se detuvo, el corazón de la hechicera sintió alivio al no ver nada extraño.

Dibujo una media sonrisa en su rostro y dejo de apuntar hacia enfrente con su báculo, se cruzo de brazos.

—No era nada —murmuró para ella misma, paso uno de los mechones castaños detrás de su oreja, se giró para ver a su amigo y le sonrió con nervios —¡Solo era los extraños comportamientos del bosque Galloway, Izuku!

La sonrisa de Midoriya se esfumó por completo cuando miró como del cielo descendía una enorme criatura de piel negra. Corrió hacia su amiga lo más rápido que pudo, y la aventó cayendo ambos en el césped.

Dicha criatura cuando aterrizo al suelo dio un fuerte gruñido, el caballo asustado se movía de un lado a otro intentando huir, Snowey se había escondido adentro del carruaje.

—¿Estas bien, Ochako? —Preguntó el chico estando arriba de ella, con su mano derecha la tenía en la nuca de la hechicera para que con la caída no se diera un golpe, mientras que su otra mano, la palma de esta estaba sobre el césped donde tocaba la espada.

La hechicera se movió un poco empujando a Midoriya y únicamente asintió, busco con desesperación su báculo y lo encontró a unos cuantos metros a lado de la criatura, elevó la vista, y su corazón se aceleró, a pesar de que se sentía frio, Ochako comenzó a sudar y temblar.

—¿Qué es esa cosa tan horrible? —Midoriya preguntó sintiéndose asqueado.

La criatura de por lo menos dos metros de altos, parecía tener el cuerpo formido de un hombre, su piel tan lisa y de color carbón con un par de cicatrices en brazos y cuello, pero lo que Midoriya le daba asco, era que, en la parte superior de la criatura, en su cabeza tenia un enorme pico de un color entre negro y amarillo, con el cerebro al descubierto, sin ojos, teniendo únicamente el hocico con los colmillos de su pico.

Midoriya giró su cabeza para ver a su amiga, pero ella se encontraba estoica mirando con temor a la criatura, su cuerpo temblaba y sus labios igual. El de hebras verdes creyó que era una respuesta normal al ver una criatura tan diferente y atemorizante. Él no podría creer que una criatura así existiera, sabía que no conocía nada de la magia y creía que podría existir seres difíciles de asimilar que existen, pero, aun así, la apariencia de esa bestia no parecía concebida por la misma naturaleza, algo tan grotesco y asqueroso no podría ser creado de la nada.

—¿Qué es, Ochako? — Midoriya no se rendía al conocer la respuesta, la hechicera simplemente lo miro por un instante para después volver su vista a la criatura que rugía.

—Un... nomu... —dijo en un hilo de voz que al chico le costó poder oírla.

Midoriya no lo entendía, si Ochako conocía de la existencia de esa criatura no debería de estar tan atemorizada, y podría conocer su punto débil, cosa que no se mostraba en ella, lucia como una niña indefensa.

El de hebras verdes apretó la empuñadura de su espada, había entendido que buscar respuestas era inútil y mas cuando el estado de Ochako no era normal, podría ella decirle el punto débil de esa bestia, pero mientras la hechicera no tuviera entre sus manos el báculo no podría hacer nada.

Mientras que Midoriya se las arreglaba para combatir a la criatura de nombre nomu, la hechicera dejo de sentir frio para pasar a sentir una ola de calor, ver de nuevo a la criatura la hizo tener que recordar un momento trágico de su niñez, el punto donde su vida cambio de forma abrupta sin poder disfrutar de una infancia normal.

Por supuesto que iba a reconocer a esa criatura, después de todo fueron ellos quienes masacraron a su pueblo quedando únicamente ella con vida, pero lo que recordaba es que esas criaturas no actúan solas, siempre hay una persona que les ordena como actuar.

Ochako, aun mas asustada de pensar que su cazador estaba escondido se puso de pie y camino hasta el carruaje, miraba a todos los lugares de los árboles, creía que así podría encontrar a la persona que se escondía.

La preocupación la hizo sentir un dolor en su estómago, como si sus entrañas se contraían y se separaban rápidamente lo que la hizo caer sentándose en el césped.

Elevo la vista donde observo como Midoriya peleaba con el nomu, a pesar de que esa criatura tenía cicatrices, las estocadas del chico no le hacían ni un corte a la piel del nomu. Sabia muy bien que la piel de esos demonios era tan resiste como las escamas de un dragón, pues recordaba que los pueblerinos los atacan con palas, tridentes y azadas, pero solo lograban que sus herramientas se rompieran y terminaban devorados por esa criatura.

Y, Midoriya no era un experto en usar la espada, no sabia como despertar su poder y podría acabar herido, un hecho que la hechicera quería evitar. Mordió su labio sintiendo impotencia y después se percato de algo que paso por alto, si podría usar magia... miró sus manos frunciendo el ceño se quito los guantes, las yemas de sus dedos tenían una pequeña almohadilla, sabia que si usaba su propia magia todo empeoraría, pero la vida de Midoriya estaba en riesgo.

«Si uso mi magia —pensaba la chica mirando sus temblorosas manos, —si uso magia... ella vendrá por mi —gotas caían en sus manos, sus lágrimas recorrían sus mejillas —pero no quiero que Izuku este herido —se toco sus sienes y cerraba sus ojos».

"Es inútil maestra. Todos en el pueblo están muertos, Toga y compañía se volvieron a escapar".

"No, no todos lo están". La mujer de cabellera rubia miraba con una sonrisa una pequeña niña que estaba bajo las tablas de una choza.

"¿Una niña sobrevivió al ataque de una bruja?" Preguntó asombrada la joven.

"Si lo hizo es porque es especial. Hay que llevarla al castillo".

Un grito la hizo abrir sus ojos. Vio como Midoriya había sido capturado, el nomu lo sujetaba del cuello dejándolo tocar del suelo, con las fuerzas que le quedaban atacaba al nomu con la espada, pero la criatura apretó mas su cuello dejándolo sin aire bajando sus brazos y soltando la espada.

Ochako se puso de pie asustada, y se limpió las lágrimas, sintió un cosquilleo en su pierna, se trataba de Snowey que con sus orejas sujetaban el báculo, ella se lo arrebato y apunto a la bestia.

—Al menos ahora puedo hacer algo y no solo esconderme —concentro su magia en un solo punto, le daría justo en el cerebro que tenía descubierta, donde era su punto débil, cuando estaba por lanzar un vórtice de aire, abrió mas sus ojos sorprendida. El cuerpo de Midoriya comenzó a envolverlo un aura celeste y esa aura terminaba en el cuerpo del nomu aumentando su musculatura —Absorbe el maná, ¿desde cuándo? —Snowey le dio un ligero golpe en la pierna haciéndola reaccionar —tienes razón —la magia se concentro en el báculo de la hechicera —¡Sera mejor que lo sueltes, Nomu!

El vórtice de aire golpeo a la criatura, deteniendo el proceso de absorción del maná del chico. Midoriya cayó al suelo, se le notaba cansado y pálido. El nomu rugió molesto y se enfoco en la hechicera, la chica que aún no tenía sus guantes puestos se concentró para que sus manos brillaran de color rosa y esa magia se canalizo en el báculo, apuntando al nomu haciéndolo levitar.

Midoriya tosió, intento moverse, pero le era inútil sentía pesado y cansado su cuerpo, sus articulaciones tardaban en responder. Aun en el aire, el nomu rugía poniendo nerviosa a la hechicera, su cuerpo y manos temblaban, pero no bajo la guardia, usando una gran ventisca de aire aventó por lo menos un kilometro de distancia a la criatura.

Miro a su amigo y corrió hasta él, lo toco de las mejillas, preocupada arrugó sus cejas. Snowey se acercó rápidamente y toqueteaba la pierna del chico, Midoriya le daba unas caricias a su pelaje.

—Oh no, luces tan mal —dijo ella angustiada.

—Al menos tu te encuentras mejor, eso es lo que más me importa. —El chico le sonrió de lado para que la preocupación de la hechicera bajara y no se atormentara más, ella lo miro con tristeza, no le gustaba que se la protegiera si su vida corría peligro.

—Sera mejor irnos —dijo en un tono de voz bajo, pero se sorprendió cuando fue arrojada hacia la derecha cayendo al césped.

Frunció el ceño molesta, levanto la cabeza para mirarlo y así regañarlo por el mal trato, su semblante cambio entre una mezcla de preocupación y miedo. Midoriya había detenido el golpe del nomu con la hoja del espada. El pecho de Ochako subía y bajaba, su cuerpo no reaccionaba, se quedó inmovilizada, sus manos le temblaban.

El de hebras verdes se puso de pie, del filo de la hoja brillo de un color esmeralda y corto el brazo del nomu, la bestia rugió de dolor, y con su otro brazo le dio un golpe a la costilla de Midoriya, el impulso lo hizo chocar contra el tronco de un árbol, de la boca del chico salió un poco de sangre.

Snowey frunció el ceño, brinco hacia las ramas del árbol hasta lograr aterrizar en la parte superior del nomu y sin pensarlo mordió la parte descubierta de la cabeza de la criatura haciéndola rugir aun mas molesta dejando de herir a Midoriya. El nomu sacudió su cuerpo haciendo tirar a Snowey, pero el conejito de pelaje blanco no se rindió y cuando salto para volver atacarlo, el nomu dio un gran mordisco perforando el cuerpo de Snowey.

—¡No, Snowey! —Gritó de impotencia y dolor el chico, la sangre de su amigo había caído en su mejilla y parte de su ropa.

Por su parte, Ochako ahogo un grito de miedo cubriendo su boca con sus manos, vio como el nomu escupió a Snowey y el conejito no se movió, ahora el pelaje blanco como la nieve fue cubierto por el tono carmesí de su sangre. Midoriya esta vez molesto, su cuerpo fue cubierto por rayos verdes, le dio una apuñalada al nomu en el torso, y la energía verde que Midoriya desprendía era consumida por el nomu, el chico no se detenía, la cantidad era tan grande que el cuerpo del nomu aumentaba se deformaba hasta que explotó.

Midoriya cayo desmayado, Ochako corrió hasta el percatándose que los latidos del chico eran débiles y su tono de piel más pálida, cargo a Midoriya usando su magia y lo llevo al carruaje, tomo su báculo y sepulto a Snowey. Subió hasta la parte delantera del carruaje, limpio sus lágrimas con su antebrazo y parteo en búsqueda de una sanadora.

Una mujer de cabellera ondulada rubia salió entre los arbustos, rechisto molesta y toco el medio cuerpo del nomu muerto, echo un vistazo a sus brazaletes.

—Así que esa es la niña que busca mi Lady —miraba hacia la dirección donde el carruaje fue —estará muy feliz de que al fin la encontró —se puso su capucha —Ochako Uraraka... tu magia se unirá pronto a la bruja más poderosa.

Y se perdió entre el bosque. 

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>> Hola, ¿qué tal? Creo que han pasado dos meses desde el anterior capítulo, pero al fin ya está aquí.

¿Les pareció inesperado toda esta situación?

Bueno, con la novedad de que ya tengo también el capítulo 19, pero tiene 4,700 palabras, así que les pregunto, ¿Lo publicó completo o en dos partes?

Poco a poco van a ir apareciendo más y más personajes de todo el universo de bnha;)

¡Eclipsa, fuera!

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