━━━━━━✧ ❀ ✧━━━━━━

Cuando Izuku se dio cuenta de lo que estaba pensando alzo una ceja confundido y negó haciendo una mueca de lado.

«Supongo que... —miró hacia el techo y suspiro con pesadez mientras que se alejaba de la mesa estirando sus brazos, —estar tanto tiempo solo y sin convivir con personas de mi edad me hizo querer tener una amistad» —se inclinó hasta atrás y la silla de movía mientras que el comenzaba a mesearse.

Era verdad.

Izuku realmente quería hacer amigos, esperaba que por lo menos al salir de su aldea en búsqueda de alguna aventura o explorar lugares se encontrará a personas maravillosas. Si, ese era su plan, pero, nunca creyó que saldría de su aldea durante un día lluvioso huyendo y con lágrimas en sus ojos sintiéndose impotente.

Arrugó sus cejas molesto, cerró su mano y dio un golpe a la mesa que hizo que los platos y vasos brincaran. Tocó el puente de su nariz y cerró sus ojos.

—He regresado, cabellos rizados —escuchó la voz de la hechicera detrás del y se reincorporó en su asiento. Acercó más la silla a la mesa.

La señorita retiró los platos y vasos alejándolos de la mesa y puso lo que era un papel amarillento arrugado y con cortes asimétricos.

Izuku miró con asombro y tocó el papel. Lo que tenía frente era un mapa, se veían los bosquejos de canales de ríos, aldeas, montañas y bosques.

Tomó el pergamino que tenía y lo puso al lado derecho del papel amarillento. Un par de sonrisas se hicieron presentes.

—¡Eureka! —Grito el de hebras verdes. Tenía un brillo en sus ojos. La hechicera lo miró, nunca había escuchado esa palabra, pero sonrió aún más al ver cómo el rostro de su invitado era muy iluminado.

Notó que sus ojos esmeraldas estaban muy brillosos tanto así que estaba segura él estaba por llorar.

—¿Estás bien? —Dijo nerviosa ocultando su preocupación. Él la miró y asintió mientras limpiaba las pocas lágrimas con su antebrazo.

—¡Muy bien! Entonces estaba en lo cierto, el mapa que tenía solo era una pieza del real. ¡Perfecto! Ahora podré seguir la ruta hacia la cueva.

La hechicera tomo la parte de su mapa con brusquedad arrugando más el papel provocándole un gran susto al de hebras verdes.

—¡Oye! ¡¿Qué crees que haces?! Trata bien el pedazo del mapa. Si su tinta se borra o se rompe no podré encontrar la cueva —se levantó de la silla molestó frunciendo el ceño.

—Cabellos rizados —habló en un tono pausado, —olvidas que esto —refiriéndose a lo sujetaba en su mano, —es mi parte del mapa. No te pertenece. Es mío.

Ambos adolescentes se miraban serios mientras guardaban silencio. El de ojos esmeraldas fruncía el ceño mirando molesta a la chica que tenía frente a él de pie cruzada de brazos mirándolo mientras achicaba los ojos.

Como ninguno decía nada y únicamente ante el silencio se escuchaba sus pesadas respiraciones y la llama de las velas consumiendo la cera, fue así como la hechicera harta del duelo de miradas y cerro los ojos y suspiro derrotada con una ligera pisca de molestia en el acto.

—¿Qué puedo hacer para que me des la parte de tu mapa? —recalcó las últimas dos palabras en un tono molesto lo que hizo fruncir las cejas a la joven hechicera. Ella se toco el puente de su nariz y volvió a suspirar.

—Dudo que tengas una bolsa con 300 monedas de oro contigo —comenzó a reír y el de ojos esmeralda hizo una mueca, —tu estómago rugía por devorar alimento —cubrió ella su boca con su mano sin borrar la sonrisa divertida.

Izuku se sonrojo por lo mencionado y revolvió sus alborotados cabellos verdosos con frustración. Si, no tenía nada de plata consigo, mucho menos oro. ¿Solo por eso iba a perder la oportunidad de salvar a su madre junto a su aldea? Era patético.

—N-no... —bajo la mirada, sus pecas se perdían entre el carmín de su sonrojo. —¡Pero! —Levantó la voz y miro los ojos marrones de la hechicera, ella se sorprendió por su cambio de actitud y noto como esos ojos jade brillaban por contener las lágrimas, —¡no me puedo rendir sin haberlo intentado! No, —corrigió, —no debo rendirme. Si hay manera de salvar debo hacerlo. —Se inclino ante la hechicera asustándola o poniéndola nerviosa.

—¡Oye! ¡¿Qué haces?! —Preguntó en un grito de sorpresa cuando noto que el chico delante suya se inclinaba ante ella como los caballeros se inclinan ante su rey o reina.

—No tengo nada de dinero, se que no te puedo ofrecer nada de valor, ante mi soy un simple forastero. Un humano común, que no le puede ser de utilidad a una hechicera, pero, te ruego que me des el pedazo del mapa que llevas consigo y te prometo que serás recompensada, señorita —levanto la mirada para ver los ojos de la chica.

Ella lo miraba perpleja y sintió un nudo en su garganta, no sabia porque, pero esas palabras llenas de inquietud y determinadas habían tocado su corazón sintiendo la necesidad de derramar lágrimas por un desconocido. Nadie ante se había inclinado ante ella y mucho menos tratarla de ese modo.

Ese chico era muy diferente; era especial y también interesante al recordar lo que había hecho en la taberna. Si le daba su parte de su mapa quizá podría encontrar la cueva o morirá en el camino.

Izuku Midoriya era interesante, y solo la hechicera lo había notado, ahora quería saber más del, o precisamente quería verlo crecer en ese viaje.

—¡Por favor! —Le pidió en un tono de voz afligido mientras tocaba la suave mano de la chica, ella pestañeo un par de veces.

La hechicera oculto sus ojos con el flequillo de su cabello y frunció sus labios. La joven también tenía asuntos pendientes, pero, si ese chico estaba buscando lo mismo que ella, podrían...

«Solo por esta vez... —apretó su mano libre con fuerza, —permitiré estar acompañada»

—Al menos podrías preguntarme por que no me deshago de este mapa o por que lo tengo —el la miro atentamente guardando silencio y después sonrió.

Se puso de pie y aun tocando su mano continuo: —Dígame, hechicera, ¿Por qué tiene usted un pedazo del mapa que lleva a la cueva de All Migth?

Ella soltó su mano y sonrió mientras que alzaba la mano y su báculo llego a ella junto con su sombrero.

"¡Prometo que te salvaré, maestra!". La voz de cuando ella era pequeña mientras le lloraba resonó en su mente.

Se paralizó por una fracción de segundos, pero volvió en sí y sonrió.

—Porque estoy escribiendo un libro mágico sobre la historia de la cueva. —Extendió sus manos al aire, —imagina, el primer libro sobre la verdad absoluta del Caballero Sacro All Migth.

Los ojos de Izuku brillaron, entonces la hechicera era en pocas palabras una exploradora o una investigadora, casi como él.

—¡Eso es estupendo! —Asentía sin ocultar su emoción, después se tranquilizó, —espera, ¿Qué tratas de decirme?

La hechicera rio y le dio un toquecito en su frente.

—Significa que seré tu compañera de aventuras, cabellos rizados —le sonrió de lado.

—Entonces a partir de ahora oficialmente somos amigos, ¿verdad, Ochako?

La hechicera le dio la espalda y sonrió como nunca antes lo había hecho, como si fuera la primera vez que lo hacía. Esa palabra "amigo" le producía un calor en su pecho, pero, no quería encariñarse con nadie a pesar de que su corazón se lo pedía.

—Si, si, amigos, colegas, compañeros, es lo mismo —movía la mano sin darle importancia.

—No es lo mismo —la chica hizo una mueca triste —un amigo es capaz de dar la vida por el otro; con un amigo puedes compartir las risas, los triunfos, las victorias, pero también las lágrimas, el dolor, los malos ratos, porque los amigos nunca se abandonan sin importar lo que pase, siempre estarán ahí apoyándote y apoyándose.

Ella lo miro con una extraña mezcla entre tristeza y alegría.

—Suena más a una familia...

—Bueno, después de todo dicen que los amigos son tu otra familia. Mi mama solía decirme que hogar es no un lugar físico sino donde el corazón esta, que tu hogar puede ser una persona —dijo desviando su mirada hacia las decoraciones de las paredes, la hechicera frunció sus cejas.

—¿Solía? —él suspiro, —no te lo he preguntado antes. ¿Por qué buscas la cueva de All Migth?

La hechicera apretó el mango de su báculo y mostró una sonrisa de lado, miro hacia la ventana y asintió.

—Ya está anocheciendo, será mejor dormir. Mañana nos iremos a primera hora —dijo mientras subía las escaleras, —solo hay una habitación, duerme en algunos de los sillones. Descansa, cabellos rizados.

━━━━━━✧ ❀ ✧━━━━━━

>> Ando más inspirada con esta historia que con la otra de Orpheus. Y creo que así será por un (corto) tiempo.

Quiero centrarme más en esta, porque al ser un universo alternativo es contar un nuevo mundo. Conocen a los personajes, saben cómo lucen, de que color es su cabello, etc, pero las localizaciones y los nuevos "poderes" no.

Y hay que dejar en claro muchas cosas. La personalidad de Ochako es un poco distinta debido a la trama, pero como dije es porque es un universo alternativo.

¡Eso es todo!

Hasta la siguiente actualización! 💕