Capitulo 8. No siempre son las...
Capítulo 8
Bueno, no se que puedo decir ¿lamento la demora? La verdad es que este capitulo me ha tomado horrores acabarlo, partes que reescribí muchas veces y no termino tanto como deseada o como iba en un principio, pero al menos abarque un porcentaje de lo que quería...
Debo decir que este capitulo es algo controversial por unos temas que toco aquí, como el de la homosexualidad, no busco ofender a nadie, solo es un punto de vista que yo quise es ciertos personajes tengan ¿de acuerdo? Somos personas y tenemos el derecho de pensar como queramos y este es un fanfic y como autora puedo hacer que los personajes piensen como yo quiera.
Pero no está demás avisar, también, desde el primer capitulo puse una nota larguísima que hablaba de las parejas que manejare y como terminaran así que evítense las quejas o comentarios fuera de lugar, los ignorare, y claro si su opinión no es en poste a ofender si no a dar su punto ya sea a favor o en contra de como manejo las "mentalidades" es bienvenido, siempre me gusta conocer la opinión ajena, hasta los insultos o malos comentarios, pero se evitan problemas si se evitan los malos comentarios.
EN FIN, los dejo con el capítulo. Gracias por esperar y perdón por la tardanza.
Aclaraciones:
<Pensamientos>
— Diálogos —
(Interrupciones de la autora o aclaraciones)
(Complementos... algo corto como palabras, objetos, fechas, nombres etc.)
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Capitulo 8. No siempre son las mejores formas de enterarnos o decir las cosas.
— ¿Ocurre algo Shinichi? —pregunto Kaito al ver a su amigo con la mirada perdida, sostenía el celular entre sus manos, el de ojos índigo se acercó con cuidado sentándose a su lado, Shinichi lo miro.
—Kaito —murmuro suavemente, Kaito noto la tristeza y el vacío en su voz, se limitó a sonreírle y pasarle un brazo por los hombros acercándolo más a él, Kudo acomodo su cabeza en su hombro y suspiro. —Hattori me mandó un mensaje, dice que viene mañana, que si puedo ir por el a la estación —empezó a contarle, sin dejar de hablar en tono bajo. Algo que el de ojos azules a veces no comprendía era la facilidad con la que podía decirle algo a su compañero de cuarto, solo necesitaba el otro preguntar o mirarle y comenzaba a hablar.
A veces Shinichi sentía que ante Kaito era como un libro abierto.
— ¿De visita? —pregunto tranquilamente, aunque una parte de él estaba molesta ¿no le había bastado con hacerlo sentir mal por teléfono?
Shinichi asintió antes de soltar un suspiro pesado y frustrado. Kaito noto que el castaño iba a seguir hablando así que se quedó en silencio, esperando, él siempre le daría su tiempo, sabía perfectamente que, si Shinichi era presionado, podría explotar con facilidad o desesperarse y ahora lo que menos quería era hacer sentir peor a su ex detective.
—Seguro quiere ayuda con el caso que tiene en manos —dijo después de un rato en silencio.
—Pero ya le habías dicho que no por teléfono —comento Kaito mirándolo, pero Shinichi tenía su mirada perdida en algún punto de la habitación.
—Sabes lo insistente que puede ser —no pudo evitar suspirar resignado, dándole la razón, vaya que el detective de Osaka era alguien obstinado cuando quería.
—Lo se... —acepto deslizando su mano por el brazo del contrario —Dime algo Shinichi.
— ¿Sí?
— ¿En verdad ya no sientes interés en resolver casos? —el mencionado lo miro algo sorprendido por la pregunta, sus miradas se conectaron unos segundos antes de que los ojos azules rompiesen el contacto, cosa que el de ojos índigo agradecía siempre, ya que si se perdida en esos precioso orbes terminaría haciendo algo que no le agradaría a Shinichi, como robarle un beso, solo el sabia todas la veces que lucho contra sí mismo para no asaltar esa boca.
—A veces lo pienso —la voz del castaño le hizo salir de sus pensamientos —Todavía hay interés porque aún siento emoción cuando leo un libro de misterio, pero... el solo recordar lo que paso, el solo pensar que volveré a arruinarlo todo, lo perdí todo Kaito, absolutamente todo debido a mi arrogancia y soberbia, a mi orgullo...—se llevó las manos al rostro dejando caer el teléfono —todo por pensar que podía con todo y no necesitaba a nadie... mi egoísmo y egocentrismo lastimo a todas las personas que me importaban... me excuse en proteger a todos para hacer lo que quería sin ayuda y sin que me dijeran nada... Soy de lo peor.
—No vuelvas a decir eso, jamás —dijo Kaito seriamente tomando el rostro del ex detective entre sus manos, obligándolo a descubrir su rostro para verlo —No lo vuelvas a decir, porque eso no es cierto.
—Es que...
—No Shinichi, escúchame —le interrumpió juntando sus frentes, Shinichi se sonrojó sutilmente por lo cerca que estaban uno del otro, pero no podía apartar sus ojos de la seria y penetrarte mirada de su amigo —No es verdad lo que dices, las personas cometemos errores, nos equivocamos y muchas veces dañamos a quienes más nos importan sin darnos cuenta, tú eres una persona que cargo con todo por sí solo, que quiso proteger a la mayoría aun si eso te llevaba por un camino de peligro, preferiste alejarte, vivir lleno de mentiras para que nadie fuera afectado más de lo necesario...
—Kaito...
—Y al final de todo, cargaste con toda la culpa y la responsabilidad. Aceptaste culpas que ni siquiera eran tuyas, tomaste todo el daño, dejaste que todos los demás te culparan para sentirse mejor, porque así somos los humanos, siempre buscamos un culpable y tu mi querido zafiro, eres de las pocas que acepta y carga con todo... —le sonrió dulcemente al joven que lo miraba sorprendido y con sus ojos cristalinos —no eres de lo peor, eres maravilloso, tienes un alma y un corazón tan grande que con tal de que todos estuvieran bien, saliste de sus vidas, elegiste seguir un camino lleno de soledad y tristeza... Una mala persona jamás haría eso.
Shinichi aun sintiendo sus ojos levemente húmedos los cerro y llevo sus manos sobre las de Kaito que seguían en sus mejillas, era en esos momentos en los que agradecía haber dejado al de cabellos alborotados quedarse y entrar más en su vida, si le hubieran dicho un tiempo atrás que terminaría siendo consolado por Kaitou Kid no lo hubiera creído, pero ahora allí estaban los dos, sentados en la cama de Shinichi, en la habitación que ambos compartían, con las cálidas manos de Kaito sobre sus mejillas, se limitó a quedarse así unos momentos más, por algún motivo le gustaba tener ese tipo de contacto con Kaito. En algún momento le escucho tararear y no pudo más que reír muy suavemente.
Ambos abrieron sus ojos mirándose fijamente, Kaito estaba contento de haber quitado esa expresión y ahora ver esos zafiro que tanto adoraba brillar aunque sea un poquito, además de esa pequeña pero bonita sonrisa, mientras que Shinichi agradecía tener a Kaito a su lado, en verdad que no sabría que hubiera sido del si en verdad se hubiera quedado completamente solo, porque sí, cuando todo lo que tuvo que ver con Conan y la organización de los hombres de negro termino, quedo solo, pero a los pocos meses se encontró con ni más ni menos que Kaitou Kid, pero en su apariencia de civil y sin dudarlo el mago se le acerco, a pesar de que Shinichi se comportó un poco reacio a relacionarse con él, la insistencia del castaño le hizo ceder y contarle todo por lo que pasaba, Kaito le abrazo y consoló durante un buen rato esa tarde, le seco sus lágrimas y le regalo una sonrisa, algo que sin saberlo, Shinichi Kudo necesitaba.
—Gracias —dijo por fin el de ojos azules después de un rato de solo estar mirándose, con suavidad retiro las manos del otro de su rostro, sin embargo, no las soltó —En verdad gracias Kaito, no sé qué es lo que sería de mi ahora...
—No pienses en eso, para eso estamos los amigos —a pesar de que lo dijo con una sonrisa, a ambos les dejo una extraña sensación más a Kaito, él no quería a Shinichi como un amigo, pero sabía que lo que su zafiro necesitaba en esos momentos era eso, un amigo, un consejero, un consuelo y él lo seria, el seria todo por su Shin-chan, solo esperaba que algún día el también fuera todo para el otro.
El ex detective dejo caer su cara en el hombro ajeno, un poco frustrado y a su vez apenado, también soltó por fin más manos ajenas, Kaito se limitó a rodearlo con uno de sus brazos y acariciar su espalda suavemente, una parte de él estaba más que feliz de tener ese contacto con su castaño, por otro lado detestaba ver triste a Shinichi, pero confiaba en que solo necesitaba tiempo y apoyo, claro que Kaito Kuroba se encargaría de eso y más, ojala le dejara darle también su amor, se rio de sí mismo al imaginarse a su Shin-chan sentado en su regazo mientras que ocultaba su rostro en su cuello, en una silenciosa petición, tantas cosas que le gustaría hacer para demostrarle todo su amor.
<Paciencia Kaito... paciencia...> pensó con ánimo.
— ¿Qué es tan gracioso? —cuestiono Shinichi al escucharlo reírse sutilmente, se miraron unos segundos antes de besarle la frente y responderle.
—Es que Shin-chan eres tan dulce... que quiero comerte —ante la respuesta el más bajo se sonrojó violentamente empujando a su amigo lejos de él, Kaito no pudo evitar reírse.
—Eres un caso perdido —comento Shinichi cuando controlo su sonrojó, pero aun así se rio un poco contagiándose de las risas del otro castaño.
<Estúpido mago... siempre sabes cómo hacerme reír> pensó con cariño.
—Vayamos al comedor, seguro mi ágape nos ha de estar esperando —se levantó de la cama y le extendió la mano, Shinichi la tomo para levantarse, no tenía muchas ganas de ir, pero tampoco tenía ganas de estar solo en su habitación, así que se dejó llevar por Kaito en dirección al comedor para pasar el resto de la tarde, ya mañana temprano se haría cargo de Hattori.
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Después de pasar un rato con su hermana y ¿cuñado? Yami entro a su habitación, esperando no encontrarse con su hermano, pero parecía que la suerte no estaba hoy de su lado, al entrar se encontró a Joey y Yugi también, se limitó a dejar sus cosas en su cama y caminar hacia su ropero y dejar su capa, ignorando completamente las miradas que sentía en su espalda.
—Oye Yami... —alcanzo a escuchar, pero haciendo como si no escuchara entro el baño para cepillarse los dientes y refrescarse un poco.
—Vamos, no puedes huir toda la vida —se dijo así mismo antes de salir del baño. Se miro con los otros tres, intento forzar una sonrisa, pero no pudo, así que solo suspiro y camino de regreso al ropero ¿debería cambiarse la playera?
—Yami —le llamaron a su espalda, cerro los ojos y conto hasta 10 antes de responder.
— ¿Sí? —pregunto mientras sacaba una camisa y se quitaba la que traía puesta.
— ¿Crees que podamos conversar viejo? —ahora la pregunta venia del rubio, Yami volteo a verlos mientras se acomodaba la camisa, estuvo a punto de responder, pero su celular sonó, rápidamente se acercó a tomarlo.
— ¿Sí? Ah, Hikari, si dime —dijo mientras les daba las espaldas y conversaba con la bicolor mientras se cambiaba los zapatos y se acercaba su mueble para tomar su perfume, sentía las miradas y la molestia de su gemelo, pero lucho por ignorarla, haciendo todo lo posible por bloquear lo más posible su vínculo con Atem. —Voy para haya, nos vemos entonces —dijo antes de colgar tomo lo que necesitaba para irse a encontrar con la bicolor y el par de castaños.
—Yami por favor, no podemos seguir así —dijo Yugi sentado en la cama de Atem, le miro unos segundos, esos ojitos.
—Si viejo, hablemos.
—Miren, las cosas están claras, pensamos de forma diferente y creo que para no terminar en conflicto como la vez anterior —empezó a decir mirando de reojo a su hermano —Pienso que es mejor que las cosas estén así.
—Pero Yami. —dijeron Yugi y Joey al mismo tiempo.
—No puedo entenderlos chicos y ustedes tampoco a mi —les interrumpió desviando la mirada, en verdad le dolía, habían sido sus amigos y habían compartido muchas cosas juntos, además de que Yugi significaba demasiado para él.
—No sé qué hay que entender Yami —dijo Atem serio, cruzándose de brazos, Yami le regreso la mirada —Defiendes a Heba y apoyar a un... —se calló.
— ¿Qué? Dilo, a un chico que le gusta otro chico, a un homosexual —dijo Yami acercándose unos pasos a ellos —Yo soy el que no entiende como pueden ser tan... porque no dejar a cada quien, con su vida, es la vida de Heba no la suya.
—Está enamorado de mí, por eso me afecta —Atem hizo un ademan algo exagero, Yami entrecerró los ojos, comenzando a molestarse nuevamente.
—La verdad deberá replantearse MUY seriamente sus sentimientos —tanto como Yugi y Joey se pusieron alerta por si Atem se ponía de pie, para evitar que llegaran a los golpes. Otra vez.
—Por favor viejo, entiéndenos un poco, es raro eso —dijo el rubio acercándose a Yami, este le miro y suspiro tratando de bajar la tensión en sí mismo.
—Los entiendo, al menos en ese sentido, sé que no es algo común como las relaciones hetero, no digo que en algún momento tuve mi rechazo hacia eso, pero no es justo que una persona como Heba que solo busca entretener, divertir, hacer que la mayoría la pase bien sea juzgado y tratado como un fenómeno cuando no lo es —Yami les miro antes de cruzarse de brazos —Mi problema no es el hecho de que ustedes sean todos unos homofóbicos son libres de pensar lo que quieran, mi problema es que piensen que pueden denigrar y lastimar a los demás. Que se burlen o busquen cualquier forma de humillarlo.
—Todo esto no es por lo de la Homofobia ¿verdad? —dijo Yugi bajando el rostro —Todo esto es por Heba ¿No es así? —cuestiono alzando la mirada, Yami no supo identificar lo que Yugi le quiso transmitir.
—No lo ven como yo —respondió antes de negar con la cabeza —Díganme algo, los tres.
— ¿Qué? —preguntaron los 3 confusos.
—Si yo repentinamente salieron con... —dudo un poco antes de responder, desviando la mirada hacia algún lado de la habitación —No se algo como... "Yugi, estoy enamorado de ti" ¿Qué harían al respecto?
Los tres se quedaron completamente callados, procesando la información recibida, sabían que solo había sido una pregunta al azar, pero el significado era lo importante al menos para ellos tres, Yami solo resoplo y negó con la cabeza antes de salir de la habitación sin más, ya lejos de la vista de los 3, golpeo su cabeza contra una pared y se maldijo internamente, sabía que ellos lo tomarían como un simple ejemplo, pero el... él sabía que era toda una verdad. Acaba de revelar el secreto mejor guardado que tenía.
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Después del viernes social, la mayoría de los alumnos se fueron a sus respectivos hogares, otros se quedaron y el sábado temprano saldrían para sus casas, mientras que unos pocos se quedarían en el instituto por sus diversos motivos.
En el caso de los chicos.
Kaito, Shinichi: El de ojos azules y el oji vino se quedaron el viernes en la habitación de los castaños, Kaito se había ido después de que terminara el evento en el comedor con Hikari, ya que tenían noche de películas, Shinichi salió el sábado temprano junto con Yami, el tricolor para irse a buscar a su hermana, ya que quedaron de regresar a su casa juntos, mientras que Kudo se fue a la estación para recibir a su amigo de Osaka.
Los hermanos Kaiba: Tanto el pelinegro como el castaño, poco antes de que finalizara, se retiraron para irse rubo a la mansión, un poco antes de que callera el sol, llegando justo para la hora de la cena.
Yugi, Malik y Ryou: El tricolor se quedó a dormir, en el instituto, pero en la habitación de Atem, junto con Joey, ya que el sábado saldría con los demás y ya después pasaría a su casa, en el caso de Malik y Ryou, este invito al albino a ir a su casa y pasar el fin de semana, aunque el albino no quería por vergüenza, al final acepto, así que se fueron el sábado por la mañana.
Los hermanos Thief: Estos se fueron a su hogar el viernes saliendo del evento, Akefia tenía planes para salir con su novia, mientras que Bakura iría a jugar con algunos amigos.
Luis y Kenta: El pelirrojo se pasaría el fin de semana en casa de su mejor amigo, debido a que su madre estaba de viaje, así que el pelinegro le invito para que no estuviera solo, además de aprovechar para que le ayudara con su tarea.
Los hermanos Miyamoto: Marik y Odion se decidieron quedar en el instituto, debido a que Marik quería ayuda para una de sus clases, y como no había hecho planes con su novio ese fin de semana porque la pasaría con el albino bueno, no tenía otra cosa que hacer. De igual forma Odion, no había hecho planes con su novia, debido a que ella tendría a su padre en casa y no quería incomodar.
Mahad: Solo estuvo un rato disfrutando de la música y el ambiente, pero a mitad de fiesta se retiró, tenía que llegar a su casa porque el sábado temprano debía ir a ver a su novia.
Duke, Tristán y Joey: Ninguno paso la noche en su habitación, el rubio se fue con Atem y Yugi y paso la noche en la habitación del tricolor de piel morena, mientras que el pelinegro y el castaño se fueron a sus respectivos hogares.
Con las chicas.
Dany y Hikari: La bicolor se fue el viernes con su mejor amigo, debido a que era su noche de películas, la pelinegra la despidió, ella se quedaría esa noche y el sábado saldría temprano con su Moonshine para su casa.
Mana y Rose: La albina no vio en ningún momento a la castaña, al menos no después de la comida, durante el viernes social no la vio y cuando regreso a la habitación tampoco, al parecer se había ido temprano, ella se quedaría el fin de semana en el instituto como el anterior, aunque ahora si tenía algo que hacer, debía llevarle algo a la castaña a su casa.
Akako y Shadow: Ambas pelinegras se quedarían el fin de semana, ya que habían planeado una pijamada con las demás chicas.
Tea y Miho: Ambas despidieron a sus amigos, y novio (en el caso de Miho), ya que pasarían el fin de semana en el instituto, pijamada de chicas.
Ishizu y Mai: la hermana mayor de Malik, se fue después de clases, mientras que Mai se quedó, debido a que otras chicas también lo harían, además que el domingo tenía una cita.
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—Entonces estas preocupado por Shinichi —comento la bicolor mientras metía otra bolsa de palomitas al microondas, el castaño asintió mientras llenaba un tazón con dulces.
—Un mensaje o llamada de parte suya lo afecta demasiado, ahora imagínate una visita —comento antes de suspirar, le paso un tazón vacío a su amiga para que echara las palomitas. Mientras preparaban sus bocadillos para pasar la noche viendo películas, Kaito empezó a contarle a su mejor amiga lo que había pasado con el ex detective y que lo tenía preocupado y algo pensativo.
—Pero Shinichi quiere ir ¿no? —opino la oji café sirviendo las palomitas.
—Si, cuando Yami y tu fueron a la barra por otras bebidas me dijo que lo había pensado mucho, pero que al final, acepto verse con Hattori —dijo el de ojos índigo mirando el tazón lleno de dulces.
—Elpys... cálmate un poco, tal vez no sé del todo como se pone, pero si noto que lo pasa mal y cuando esta decaído.
—Si, lo se... pero no puedo evitar preocuparme o frustrarme porque, lo que yo tardo en animarlo y hacerlo reír, ese detective de Osaka con un solo mensaje arruina todo —se quejó recordando las veces que hacía reír a su meitantei o cuando este se levantaba de un gran humor y estaba alegre, y solo con un mensaje o llamada todo cambiaba de golpe. Claro que siempre conseguía el regresarle su preciosa sonrisa, pero Kuroba pensaba que no había necesidad de que esos precisos ojos se pusieran tristes.
—Kai nosotros no sabemos todo lo que se ha obligado a cargar —comento la bicolor y el castaño no pudo evitar el darle la razón. —Hattori es medio idiota, pero seguro él tampoco es consciente del estado de Shinichi, puede que ni siquiera se dé una verdadera idea.
—Tienes razón ágape, mi Shin-chan se guarda demasiadas cosas todavía —acepto antes de volver a suspirar, sabía que su zafiro sufría y en ocasiones no sabía cómo ayudarlo, también había detalles que no le contaba a Hikari debido a que eran cosas que Shinichi preferiría que se quedaran entre ellos, tal vez no eran grandes cosas, pero Shinichi se lo había pedido. —Solo sé que mañana ira a verse con Hattori y espero que mi Tantei-kun regrese bien o le ira muy mal a ese detective.
—Cuenta conmigo —le dijo Hikari compartiendo una sonrisa, ambos amigos siguieron preparando todo para sentarse después de un rato en la sala de la casa del castaño y ponerse con su maratón de películas.
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Dio otra vuelta en su cama antes de suspirar, por más que se acomodaba no podía conciliar el sueño, se cubrió el rostro con su brazo antes de intentar volver a dormir. Podía escuchar los ligeros ronquidos de su amigo que se encontraba en el sillón de la habitación, su cabeza era un completo caos las palabras de su gemelo no dejaban de rondar su mente, opto por tomar su móvil y los audífonos, coloco una canción al alzar e intento perderse en la canción esperando dormirse.
Al parecer funciono, de pronto se sentía completamente ligero, después de perderse en la inconciencia sintió algo extraño, alguien lo miraba desde algún punto, intento abrir los ojos, pero estaba tan oscuro que no supo si en verdad lo tenía abiertos, quiso moverse, pero no estaba seguro de si lo hacía, ni siquiera podía ver su mano frente a él, si es que la movía.
Punto de Vista Atem.
No entendía que era lo que pasaba, una sensación extraña recorría mi cuerpo, mas no me sentía en peligro, no podía ver nada, no sentía, ni siquiera estaba seguro si podía hablar o escuchar, no sé si estoy hablando o pensando, esta oscuridad es demasiado extraña.
—Duerma alteza, deje de pensar en las palabras del príncipe —escuche que me decía una voz, pero no podía identificarla —Duerma, todo estará bien, yo estaré a su lado siempre, ya sea en la cima o en el lodo, jamás le dejare solo... Por favor duerma, no se preocupe por su vínculo... Ya no le molestará ni le dolerá... Hasta que ustedes lo quieran...
La voz sonaba como si fuera el viento, mientras decía eso aparecían dos símbolos extraños frente a mí, uno era algo que parecía un sol y el otro imagino que una luna, después apareció un símbolo y luego otro, una brisa cálida me llego después una brisa fría que me provoco escalofríos, de pronto pude verme, me encontraba flotando en un espacio completamente negro y de un momento a otro apareció Yami, parecía encontrarse en la misma situación que yo. Quise llamarlo, pero no pude, mi voz no salió, de un momento a otro una extraña barrera comenzó a formarse en medio de ambos, volví a intentar gritar, pero nada.
Podía ver a mi hermano otra vez de la barrera, pero era algo borroso, extendí mis manos en su dirección, pero no podía moverme, de un momento a otro el desapareció y después yo fui jalado hacia atrás, fue tan fuerte y repentino que cerré los ojos, y cuando los abrí...
Me encontraba en mi habitación, me levante con cuidado mirando a mi alrededor, Yugi se encontraba dormido sobre la cama de Yami, mientras que Joey estaba en el sillón grande, suspire un poco antes de tomar mi celular y observar la hora en celular, era temprano todavía, suspire pesadamente, no sé qué demonios había sido eso.
—Solo un sueño —me dije a mi mismo, volví a recostarme para volver a dormir. Esperaba que sí, solo hubiera sido un sueño extraño.
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—Buenos días —saludo el castaño al tricolor que se estiraba ya sentado en la cama.
—Buenos días Kudo —saludo antes de bostezar, Shinichi acaba de salir del baño después de tomar una ducha, secaba su cabello mientras se acercaba a una repisa.
—Te he dicho que me llames Shinichi —le recordó, Yami rio un poco perezoso.
—Perdón... —se disculpó antes de ponerse en pie, busco su celular para ver la hora, ya que había quedado a una hora con su hermana, mientras lo buscaba otra cosa llamo su atención, había una bonita rosa azul en un mueble. — ¿Qué hace esa rosa aquí? No la vi cuando llegué —dijo en voz alta antes de tomarla con cuidado, pero debajo había una nota.
—Oh, es para mí —dijo el castaño acercándose a tomarla junto con la nota, Yami le miro algo confundido mientras Shinichi leía la pequeña nota, lo vio sonrojarse y guardarla.
Cuando duermes... Te confundo con un ángel... ¿Lo eres?
Decía la nota, Shinichi se sonrojo con fuerza antes de resoplar y poner la nota en un cajón, seria avergonzó que el tricolor la leyera, enserio que Kaito era un bobo, ¿Cómo se le ocurría hacer eso? Sabiendo que Yami estaba aquí, estaba bien que aceptara sus bromas, por más pesadas o raras que fueran, siempre y cuando estuvieran solos, para ahora parecía que Kaito se descaraba demasiado frente a Yami.
—Eh... Shinichi —le llamo Yami después de un rato, ya se había aseado y mensajeado con su hermana para poner la hora, el mencionado alzo la mirada de su celular, pensó en sentarse a su lado y preguntar, pero descarto la idea y se sentó en la silla del escritorio, la rosa estaba en la mesita del oji azul, imagino que no tenía nada para poder ponerla en agua.
— ¿Pasa algo Yami? —cuestiono mirándolo, había dejado el teléfono de lado.
—No... bueno... es que... —dudo, el castaño ladeo el cabeza confundido al verlo nervioso — ¿Puedo hacer una pregunta algo personal?
—Claro, no te aseguro responderla, porque no sé qué tan personal sea, pero lo intentare —le respondió Shinichi extrañado, pensando en que podría ser lo que quisiera preguntarle Yami.
—Kuro... Kaito y tu... bueno...
— ¿Sí?
— ¿Son solo amigos? —le soltó repentinamente, Yami se sintió muy entrometido después de soltar la pregunta, además de sonrojarse un poco ¿Quién era el para preguntar eso? Si Kuroba y Kudo eran pareja u otra cosa al que le importaba. ¿Y si se molestaba? Yami miro al castaño algo preocupado, pero este le miraba divertido.
— ¿Por qué preguntas eso? —pregunto antes de sonreír, Shinichi no pudo evitar sorprenderse por la pregunta, pero el ver la cara que puso Yami se rio al final, parecía que el tricolor al final se había arrepentido de preguntar, aunque no le extrañaba del todo la pregunta, Kaito tenía toda la culpa, por ser así de bromista.
—Bueno... la verdad es que... dan un poco esa impresión —titubeo al hablar, tomo aire antes de seguir, ya que Shinichi no parecía molesto —Como te habla, te abraza y ahora la rosa.
—A Kaito le gusta hacerme bromas —dijo restándole importancia —Pensé que ya habías notado que es todo un coqueto —agrego mientras se levantaba y se acercaba a la cama de Kaito buscando algo, al parecer no lo encontró, tomo su celular, se imaginó que le mandó un mensaje a Kaito.
—Si, yo sé que es coqueto... pero con chicas —Shinichi le miro no entendiendo por donde iba el tema, Yami sonrió un poco incomodo —Bueno... que solo es coqueto contigo... me refiero a... en género masculino.
Shinichi solo negó divertido mientras tendía la cama donde había dormido, Yami hizo lo mismo con la otra cama, además de guardar su ropa sucia en una bolsa para meterla en la pequeña maleta que tenía aun lado de la cama, después de un rato en silencio donde el tricolor se temió que su amigo se hubiera molestado o incomodado.
—Kaito y yo nos conocemos de ya hace un buen tiempo —comenzó a hablar de pronto —Tenemos una historia algo larga y curiosa —sonrió con tristeza ante eso —Sabe muchas cosas sobre mí que nadie más sabe, puede que sea la persona que mejor me conozca, incluso más que mis propios padres, tenemos una... conexión... algo particular, le quiero y me quiere —aseguro mirando una foto que había de ambos —No de forma romántica.
—Oh...
—Le gusta bromear con eso para molestarme, así es el, me he acostumbrado a sus bromas y les veo el lado divertido en ocasiones —Yami sonrió un poco al ver la mirada relajada y divertida del oji azul —A veces da esa impresión, pero no, solo somos amigos...
—Entiendo.
—Además, aun sí en verdad Kaito quisiera conmigo —dijo desviando la mirada —No solo el, cualquier persona... le rechazaría sin duda alguna.
— ¿Por qué?
—Solo supe lastimar y hacer llorar a la persona que amé.
—Entonces tu...
—No podría hacerle eso de nuevo a alguien y menos a Kaito —le interrumpió sin notarlo, Yami no pudo seguir conversando debido a que al castaño le entro una llamada del tal Hattori y no siguieron con la conversación, además que ya iba a ser hora en la que se vería con su hermana. Al final solo se despidieron con una seña de mano y cada quien se fue a hacer sus respectivas cosas.
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Dany salió de su habitación al mismo tiempo que miraba a Rose salir de la suya de igual manera, se miraron unos segundos antes de que le sonriera, la albina de acerco a saludarla para alegría de la pelinegra.
— Buenos días —saludo acomodando un bolso en su hombro.
—Buenos días Rose —le saludo de regreso — ¿También vas a tu casa?
—No, en esta ciudad están mis padrinos, así que Ryou y yo deberíamos pasar el fin de semana en casa de ellos, pero están de viaje —respondió alzando los hombros —Iré a casa de Mana, Mahad me pidió que le entregara algo, pero ayer no la alcance a ver ya que se fue terminando las clases, iré a verla hoy.
—Oh, entiendo —dijo la peli negra, noto un sutil tono de fastidio en su voz, cuando menciono a sus padrinos, le recordaba al tono de voz que usaba Seto para referirse a su padrastro. ¿Rose tendría una situación parecida a la de su amigo castaño?
— ¿Y tú? —pregunto Rose. Ambas comenzaron a caminar, después de todo iban por la misma dirección.
—Voy a mi casa, quede de verme en la entrada con mi hermano menor, para irnos juntos. Iremos a un restaurante a almorzar con nuestro padre —siguieron caminando por los pasillos hasta salir de los dormitorios —Como tiene poco tiempo y yo ya tenía planes para esta tarde, mi padre quiere pasar la mañana conmigo y con Yami.
— ¿Y tú otro hermano?
—Pues mi papa me dijo que, Atemu se negó, ya que hizo planes con su madre —respondió alzándose de hombros —Seguro también le hablo a Yami, pero como está peleado con Temu, no va a querer meter o preocupar a su mama.
—Sonara muy entrometido, pero ¿Tu mama y la de ellos no es la misma? —Dany negó en respuesta y le sonrió amable, al ver que la albina sentía que sonaba entrometida.
—No, mi madre murió poco después de que naciera yo, después mi padre se casó con otra mujer y ella tuvo a mis hermanos, jamás le he visto como mi madre, la aprecio y respeto —dijo mientras se detenía a ver unas flores, la albina se detuvo con ella —pero... se separó de mi padre unos años después al ver que éramos tres, fue hace como 10 años, Yami, Atemu y yo no queríamos separarnos así que ella se fue por su lado y nos quedamos con papa.
—Supongo que se le hizo pesado el tener 3 hijos y no pudo con eso —dijo Rose mirando a la pelinegra, ella alzo los hombros ligeramente.
—Papa se dedicó a nosotros, completamente y no se volvió a casar, hace unos años la madre de mis hermanos regreso pidiendo perdón, le costó, pero la perdonaron y le dejaron estar en su vida —siguió platicando mientras seguían su camino —Antes de distanciarnos los 3 íbamos juntos a verla, convivíamos los 4, no la veo como mi madre, pero es... como una figura materna que tuve en su momento.
—Entiendo eso... Al menos a cierto punto —Dany miro a Rose y guardo silencio esperando a que continuara —No se mucho de mis padres realmente, mi madre murió en el parto y lo poco que me han contado son cosas, no muy gratas, mientras que mi padre, solo dicen que era alguien pasajero en la ciudad —empezó a contar tratando de abrirse un poco con su compañera.
—Oh...
—Quienes estuvieron a cargo de mí, fueron los padres de Ryou, el padre de Ryou era hermano de mi madre, Ryou y yo crecimos juntos, cuando su hermana menor nació su mama enfermo debido a que quedo muy débil, yo para ese tiempo lleva a ya mi educación como "princesa" aunque en ese tiempo pensaba que iba a ser genial ser una —la mirada de Rose se volvió fría y sin expresiones —Mi prima y tía fallecieron cuando Ryou iba a entrar a la adolescencia, él se quedó a cargo de nuestra abuela y yo de mis padrinos ya que su padre entro en una total depresión...
—Lo siento...
—No te preocupes, paso hace tiempo —suspiro para continuar —Hace como un año y medio fue que Ryou y yo regresamos a ser cercanos, cuando entro a mí misma escuela, nos veíamos poco, solo cuando había reuniones o mi tío nos citaba para vernos, al entrar a la misma escuela nos acercamos y después de tener algunos problemas el decidido dejar esa escuela y buscarse otra, quiso alejarse de todo y yo no planeaba dejarlo solo, conseguimos entrar a esta escuela y bueno... aquí estamos. —sonrió un poco haciendo un ademan para corroborar sus últimas palabras, Dany no pudo evitar reírse ligeramente.
— ¿Puedo saber el motivo de su cambio? —se animó a preguntar, esperando no estar cruzando el límite y que la albina se molestara, esta se quedó meditando un momento, buscando las palabras para responderle.
—En esa escuela han asistido la mayoría de los Shirogan, así que teníamos familia en esa escuela, además de una "fama" que cuidar o tener, fue algo pesado para él, además de recibir mucha presión por parte de su padre y que, entre varones, hay una estúpida competencia por quien es más fuerte y tiene más logros —respondió rodando los ojos con fastidio —En serio que los hombres a veces son como niños.
—Bueno, no puedo evitar estar de acuerdo contigo. En algunas ocasiones se comportan como unos niños —sonrió al ver la expresión de la albina —Algunos son un poco infantiles.
—Por favor, preséntame a uno que no lo sea —comento Rose antes de hacer una expresión exagerada que causo la risa de la pelinegra y después una risita en la albina.
—Cuando lo encuentre te lo presento, lo prometo —aseguro antes de que ambas volvieran a reírse, Dany estaba contenta de escuchar a la albina reírse, era suave y sutil, pero una risa, era una risa, ambas siguieron caminando hacia donde se vería con su hermano, hablando de otras cosas, descubriendo que tenían ciertas cosas en común, como el gusto por las compras.
...
—Bueno Rose, nos vemos el lunes —se despidió la pelinegra antes de irse con su hermano, Yami solo le sonrió amable a la albina haciendo un gesto de despedida.
—Claro, nos vemos el lunes, que les vaya bien —dijo Rose antes de subirse a un taxi que el tricolor amablemente le había detenido.
—Gracias, igualmente —dijeron ambos Sennen, antes de irse también.
Rose miraba por la ventana, disfrutando del paisaje, desde que había llega hace tan solo un mes no había tenido el tiempo de disfrutar de toda la ciudad, solo conocía el centro y un camino de la casa de sus padrinos a la escuela, le había dado la dirección al taxista así que solo se quedó disfrutando del paisaje, esperaba poder recorrer la ciudad pronto, tal vez el próximo fin de semana le diría a Ryou que salieran a buscar algún lugar turístico o le preguntaría a Dany o a Akefia para que le recomienden alguno, aunque en el fondo, le gustaría recorrer la ciudad con más personas, siempre mantenía un margen con todas las personas, siempre evitaba lo más que podía, pero a su vez intentaba a toda costa... el acercarse a las personas.
<Siempre he deseado tener amigos... pero también es a las cosas que más temo...> pensó antes de suspirar ligeramente <Aunque ahora... Ya no hay nadie para vigilarme, sigo prisionera en esta jaula, pero al menos, ya no me vigilan... por ahora>
Después de un rato de viaje el taxi se detuvo frente a una casa, Rose pago antes de bajarse y agradecer por el viaje, miro la casa unos momentos, eran pequeña en comparación a la que tenían sus padrinos, aun así tenía un bonito color de pintura y un pequeño jardín bien cuidado, cruzo la calle acercase para comprobar la dirección, además de mirar su celular y revisar los mensajes que le había mandado Mahad donde le daba una descripción de la casa, además de una foto donde se podía apreciar esta, suspiro antes de guardar su teléfono.
—Debe ser esta —dijo antes de caminar hacia la puerta, con delicadeza todo el timbre, después de unos segundos una mujer de piel morena, cabellos castaños y ojos café le abrió la puerta, le sonrió amable.
—Buenos días ¿Puedo ayudarte en algo jovencita? —pregunto con amabilidad.
—Buenos días, si... estoy buscando a Mana Miyamoto, me dieron esta dirección —respondió tranquilamente, la mujer le abrió la puerta.
—Pasa por favor, es mi hija —le abrió la puerta, permitiéndole el paso, Rose asintió mientras entraba, la señora cerró la puerta y la guio por la casa.
—Permiso —murmuro antes de seguir a la mujer hacia la sala.
—Deja le llama, está en su habitación, debes de traerle los apuntes ¿No? —comento con una sonrisa, Rose la miro ligeramente confundida ¿Apuntes? —Me preocupaba que nadie haya venido a verla en todo este tiempo, ha estado muy enferma, apenas ayer se compuso —agrego antes de caminar hacia las escaleras. Rose la perdió de vista unos momentos.
¿Mana enferma? Ahora sí que la albina no estaba entendiendo nada, si su compañera de dormitorio estaba en su casa enferma ¿Quién estuvo con ella en la habitación? ¿Quién había ido a la escuela? ¿Desde cuándo esta Mana en su casa? ¿Estaría mintiendo? Eran algunas de las preguntas que se hacía Rose mientras se sentaba en un sillón, pasaron unos minutos y luego volvió a bajar la mujer adulta.
—Ahora baja, es que se estaba bañando —dijo la mayor.
—No se preocupe —dijo Rose antes de mirar su celular ¿debería decirle a Mahad?
— ¿Gustas algo de beber? —pregunto asomándose por la cocina, Rose la miro y sonrió un poco. —Tengo agua natural, te helado o un refresco.
—Él te helado está bien, gracias.
—Perdona si sueno un poco metiche, pero... no recuerdo haberte visto jamás en la escuela —se acercó a colocarle el vaso en la mesita, Rose la miro antes de responder.
—Tengo muy poco tiempo que me transferí a la escuela, soy compañera de dormitorio de Mana, me llamo Rose Shirogan, un gusto —le extendió la mano, la mujer la tomo.
—El gusto es mío, mi nombre es Maat Miyamoto —se presentó, Rose solo asintió regresando a sentarse, la castaña camino de regreso a la cocina, al parecer estaba preparando algo, imagino que el almuerzo por la hora que debía ser. Minutos después se escucharon pasos por la escalera, donde apareció la castaña de ojos verdes vistiendo un vestido floreado que le llegaba a las rodillas.
—Mama ¿Quién dijiste que...? —la joven se quedó sin habla al ver a la albina sentada en su sala.
—Tu amiga vino a verte —hablo desde la cocina.
—Rose... ¿Qué haces aquí? —pregunto sorprendida acercándose a la albina, esta tomo del vaso antes de mirarla.
—Mahad me pidió que te trajera algo —dijo la de ojos rojos sacando de su bolso una caja —Como tenía que irse a ver a su novia, me pidió de favor si podía dártelo yo, el medio la dirección de tu casa —continuo mientras le extendía la caja, Mana la miro y la tomo antes de suspirar y bajar la mirada.
—Pensé que, si se los pedía, el me los traería... Solo quería que viniera a verme —dijo en un suspiro.
— ¿Podemos hablar en un lugar más privado? —pregunto Rose mirando unos momentos hacia la cocina, además de alejar el vaso. Mana se extrañó por eso, pero asintió antes de hacerle señas y tomar el vaso ya casi vacío.
—Subiremos a mi habitación —aviso Mana a su madre dejando el vaso en el fregadero.
—Claro hija, en un rato les subo algo para que almuercen —dijo con su atención puesta en la estufa, la menor solo hizo un sonido de afirmación antes salir de la cocina y subir las escaleras con Rose detrás, ambas chicas caminaron hacia la habitación de la castaña.
Era de color naranja pastel, una pared estaba pintada de blanco igual que el techo, había varios poster de algunas bandas y de otras cosas, además de un estampado de flores en la pared blanca y el techo, en la ventaba la joven tenía un mini jardín con flores pequeñas, había varias decoraciones de flores, las cortinas, las sabanas algunos cojines, camino y se sentó en un banquito que había en la habitación, que imaginaba era del tocador, los muebles eran de madera, pintados de blanco, Mana se sentó en la cama de frente a Rose.
— ¿Querías conversar conmigo no? —pregunto algo nerviosa ¿de qué podría querer hablar Rose con ella? Tomo una de sus almohadas en forma de flor y la abrazo.
—Tu madre dijo que estabas enferma —dijo la albina mientras miraba un mueble donde había algunos libros, fotografías y una que otra cosa de la castaña.
—Si, como desde el jueves o viernes de la semana pasada comencé a sentirme mal, la verdad no lo recuerdo bien, tenía mucha fiebre así que no me acuerdo de mucho, la enfermera me dio salida así que Mahad que estaba conmigo cuando me desmayé debido a la fiebre me trajo a mi casa, esta no había querido ceder desde el fin de semana, así que estuve en cama... Pensé que Mahad te había comentado... Me dijo que te dio mis cosas para que las dejaras en la habitación —dijo Mana algo extrañada al ver que Rose no decía nada.
—Ya veo... dime algo Mana... Cuando Mahad te trajo a tu casa ¿regreso a la escuela?
—Creo que si ¿Por qué? —pregunto confundida al ver la mirada seria de Rose.
—Mana, a mí no me dieron tus cosas, es más, no te traigo los apuntes... porque se supone que esta semana tomaste clases normalmente —respondió seriamente, la castaña la miro sorprendida.
— ¿Qué?
—Lo que escuchas, nadie sabía que estabas enferma, porque se supone que has estado en clases, comiendo en el comedor y durmiendo en tu habitación —explico mientras miraba hacia otra dirección tratando de dar una respuesta a todo.
—Eso no puede ser Rose, yo he estado aquí en mi casa toda la semana, apenas ayer la fiebre se quitó del todo y hoy me siento perfectamente, pensaba ir mas tarde por mis cosas a la escuela y ver si había tarea. —Mana la miro algo confusa y preocupada ¿Qué demonios había pasado? —Si lo que me dices es verdad, Heba o Mahad debieron notarlo.
—Tú y Heba no se hablan desde el viernes y Mahad, bueno está en la luna y no lo ha notado —dijo Rose antes de llevarse una mano al mentón —Sabía que había algo extraño contigo, le pregunte, pero el solo dijo que casi no te había visto y no habían hablado, quien me hizo algunas preguntas en realidad, fueron Malik y Marik, parecían algo interesado en ti, podría decir que hasta preocupados.
—Te importaría contarme todo
— ¿Por dónde comienzo?
...
..
.
— ¡¿Tu ya lo sabias?! —cuestiono el tricolor de piel clara mientras miraba con reproche al mayor, este comenzó a reírse un poco antes de llevarse un trozo de comida a la boca y asentir. La pelinegra solo sonrió un poco apenada, confirmando de igual manera.
—Por supuesto que ya lo sabía.
—Pero...
—Hace tiempo que sabía que mi princesita tenía novio, hemos quedado para comer algunas veces, es un muchacho agradable. —dijo el hombre adulto con una sonrisa mientras miraba a su hija mayor.
— ¿Es enserio? —Yami no podía con su sorpresa, estaban en un restaurante almorzando con su padre y mientras conversaban sobre sus planes para el resto del día, su hermana había comentado que por la tarde saldría con su novio y su padre como si nada le daba permiso, nada más diciendo 'Ya sabes a qué hora te quiero en casa' Ahora resulta que es el último en enterarse de todo, bueno casi.
—Por supuesto, incluso antes de que ella me lo dijera, yo sabía que había algo —comenzó a contar —más bien alguien que hace sonreír a mi bella hija, soy su padre después de todo, cosas así no se me escapan, más si durante ese tiempo ella estaba algo decaída por el alejamiento de sus hermanos. —agrego antes de darle su sorbo a su taza de café, Yami solo desvió la mirada unos segundos, aun se sentía mal por ello, hasta su padre que era un hombre ocupado había notado la tristeza de su hermana.
—Pensé que debía contárselo, aunque dude en hacerlo y cuando el me pregunto —comenzó a decir la oji café con una sonrisa —Es mi padre al final del camino, tenía que saberlo, además que Akefia estaba dispuesto a venir a hablar con el directamente para conversar sobre su relación conmigo, así que cuando le conté...
—Hice un espacio en mi agenda para poder conocer al novio de mi hija —a completo el mayor antes de reírse al ver la cara de su hijo menor —Vamos Yami, quita esa cara, es normal que traté con las parejas de mis hijos.
—Nada más falta que ya hayan tenido cena familiar —dijo con sarcasmo el tricolor.
—Mi agenda no se ha podio acomodar para ello —dijo el padre de ambos jóvenes haciendo que el menor se exaltara y su hija comenzara a reírse, al final él se unió a sus risas.
—Parece que me he perdido de muchas cosas —dijo el de ojos color vino antes de suspirar un poco, Dany había ido un momento al baño, el adulto solo sonrió llevando una de sus manos a su hombro.
—No se toda la historia sobre el problema entre ustedes, y no insisto porque respeto su privacidad y sé que es algo que ustedes deben arreglar, por desgracia ya no son unos niños pequeños, pero siguen siendo mis hijos y me preocupan, no digo que al principio tuve mis dudas sobre el novio de tu hermana, pero él la hace feliz de una manera que nosotros no podemos Yami, además que ver a mi hija feliz y resplandeciente, después de verla tan triste y decaída —Yami miro a su padre unos momentos antes de suspirar pesadamente.
—Lo se... eso lo entiendo, Atem y yo le hicimos mucho daño, la dejamos sola, la dejamos de lado, a pesar de que ella siempre ha estado para nosotros, ha sido muy duro darme cuenta de todo eso, no supe cuándo comenzó a usar ese collar, cuando comenzó a maquillarse, cuando es que se hizo novia de Akefia... —comenzó a decir apretando sus manos.
—No te atormentes por ello Yami, ella es tu hermana y siempre te va a querer, así como tú a ella, a pesar de que tengan sus diferencias o se lleguen a distanciar, sus lazos jamás se van a romper —le consoló mientras palmeaba su espalda, el oji vino le sonrió a su padre —En lugar de torturarte y atormentarte, mejor usa todo eso para mejorar y ser un buen hermano.
—Si, tienes razón, no vale la pena seguir con eso, no lo voy a cambiar, así que solo me queda el compensarlo de todas las formas que pueda —dijo decido, ya no iba a pensar en ello de forma negativa, si no en como compensar a su hermana por todo.
—Así se habla hijo, otra cosa.
— ¿Sí?
—Quiero pedirte que hables con tu hermano, no es bueno que estén peleados, no sé cuál fue el problema ni nada, pero sé que están en muy malos términos —Yami suspiro ante la mirada de su progenitor.
—Dime papa... ¿Qué dirías si de pronto Atem o yo te salimos con un novio? —la pregunto tomo por sorpresa al mayor, este se quedó pensando un momento, reflexionando la pregunta.
—Quiero ver si entendí bien, dijiste 'novio' —el menor asintió con una mirada seria, pero a su vez preocupada — ¿Qué puedo decir? No sé a qué viene esa pregunta...
—Solo responde.
—Diría que es una sorpresa total, que no me lo esperaba siendo sincero... pero...
— ¿Pero? —el oji vino tembló ante el silencio de su padre.
—Son mis hijos al final del camino y no por eso dejaría de amarlos —respondió al final después de pensárselo un momento —Si piensas que me provocarían asco o vergüenza, no es así Yami, pero si me daría un poco de tristeza y preocupación, debido a la discriminación que podrían llegar a sufrir, a pesar de que los tiempos han cambiado y la sociedad se ha vuelto más abierta y flexible... sigue existiendo mucha gente que está en contra de ello... Es un camino difícil de recorrer y aunque quiera evitarles todo daño, cada quien debe librar sus propias batallas.
—Gracias papa —dijo Yami con una sonrisa, se sentía más tranquilo y su corazón mucho más ligero —Mi problema con Atem va un poco ligado con ello... —agrego para comenzar a contarle a su padre, a grandes rasgos el problema que tuvo con su gemelo, no paso mucho para que su hermana regresara y se uniera a la conversación.
...
..
.
—Lo siento — murmuró débilmente, limpiado sus lágrimas, Rose le extendió un pañuelo, la castaña lo agradeció en voz baja la albina solo asintió antes levantar unas cosas para acomodar las cosas de la charola que la madre de la castaña había traído con unos bocadillos para ambas.
—No te preocupes, a cualquiera le pudo pasar —comentó la oji rojo.
— ¿Enserio?
—Si —respondió Rose mirando por la ventana —El mundo está lleno de falsedad y de mentiras.
— ¿Me ayudarías a aclararlo?
—Por qué no, no tengo nada que hacer y no me gusta que alguien entre a nuestra habitación. — respondió ella alzando los hombros — Como si fuera la suya.
—Si — dijo Mana antes de levantarse y limpiarse las lágrimas.
Rose la miró algunas fotografías que tenía la castaña en una repisa. La persona que había hecho todo ese lio ¿Como se atrevió? Estaba segura que todo tenía un inicio y una persona responsable y que giraba en torno a Mana. Tal vez esa tal Vivian, ¿Y si Mahad tenía que ver también en el teatro? Enserio que eso le molesto en sobre medida. Aun mas el ver la mirada ilusionada de Mana y después su cara triste, sumándole lo mal que estaba haciendo quedar a la de ojos verdes y peor aún, estaban involucrándola en un juego del cual ni enterada.
— ¿De dónde la conoces? — cuestionó la albina sin siquiera mirarla. Mana se acercó a Rose para ver las fotos. —Una vez te vi con ella.
— ¿Eh? Es la novia de Mahad — respondió — Y soy amiga de la infancia de Mahad.
—Eso lo se... pero dime ¿Cómo se tratan Sin Mahad de por medio?
—Bueno... bien, solo... como conocidas.
— ¿Te han dicho que eres pésima mintiendo? — preguntó Rose mirándola fijamente, Mana tembló ante la fría y penetrante mirada, como si viera dentro de ella.
—Bueno...
—Está bien, no es mi intención incomodarte.
—No, está bien... — murmuró bajando la mirada.
—Solo me dio la sensación de que se conocen sin Mahad de por medio, pero tal vez sean cosas mías — comentó Rose alzando los hombros, regresando su atención a la mesita de noche antes de acercarse para tomar asiento, sería una descortesía el dejar lo que la madre de Mana les había traído. Mana suspiro, tomó un cojín y se sentó en el suelo, recargando su espalda en la cama, jalo su almohada en forma de flor y la abrazo, pasaron un rato en silencio.
— Voy a presentarte a esa...~ — murmuró en voz baja, Rose la miró, pero no estuvo segura de escuchar algo. — la que se duerme en su cama... La que es toda una dama, no le pide nada... Pero le gusta lo mejor~ —volvió a susurrar mirando el suelo con sus ojos lagrimosos otra vez.
Rose se quedó mirando a Mana murmurar otra vez. Confirmando que esa si era Mana, tenía más de una semana que no escuchaba esa canción y ahora parecía tener sentido el motivo de 'su gusto' por ella.
— Voy a presentarte a esa... La que dice que lo ama, la que nunca dice no... la que daría hasta la vida con tal de hacerlo feliz. ~ —Mana alzó la mirada sintiendo las lágrimas bajar por sus mejillas. — Esa mujer fue mi amiga... Maldito sea aquel día... Robo lo que más quería... ~ —se le corto la voz tratando de no llorar— Y todo por ambición~
— Yo sé que ella está Tan Bonita... ~
—Que hasta parece bendita...~
Mana volteo mirando sorprendida a la albina, Rose sólo le sonrió suavemente mientras se levantaba para acercarse a ella, se inclino un poco hacia ella antes de extenderle su mano.
—Pero es un ángel caído~ —tarareo suavemente antes de guiñarle, la castaña le miro unos momentos directamente a los ojos, esos ojos rojos que le recordaron a las rosas rojas que era las favoritas de su madre, le sonrió un poco antes de aceptar su mano. — ¿No? —le guiño.
—Ella es una maldición... —dijo en voz baja levantándose.
...
..
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—Escucha Kudo, sé que no quieres saber nada, pero... —empezó a decir el de piel morena mientras seguía de cerca a su amigo castaño que caminaba por la cera tratando de ignorarlo un poco.
<Tal vez si fue mala idea el aceptar verlo> pensó con irritación el de ojos azules.
—Escucha Hattori, me da gusto verte en persona después de un buen tiempo, a pesar de que hablamos seguido por teléfono y por video llamadas, pero, aunque estemos de frente, mi respuesta seguirá siendo no —dijo mientras volteaba a verlo de frente, esperando que por fin su amigo entendiera —Y no estés de insistente que solo me obligaras a patearte la primera cosa redonda que me tope.
Hattori retrocedió un poco ante la amenaza del oji azul, sabiendo lo peligrosos que eran los balonazos del detective del este, teniendo la fortuna de no recibir hasta la fecha uno, bueno al menos no con mucha fuerza, rio un poco nervioso antes de caminar para alcanzarlo debido a que este ya había comenzado a avanzar nuevamente.
—Está bien, ya no hablare del tema —dijo con resignación —Solo te digo que, si no fuera serio, en verdad que no estaría pidiendo tu ayuda.
—Existen más detectives, como los detectives del Norte, Sur y Este —dijo alzando los hombros, deteniéndose frente a un cruce, esperando el cambio del semáforo.
—Tu eres el del Este —reclamo el pelinegro.
—Ya no más Hattori, así que deja de insistir o mandare cartas a todos los detectives que conozco, pidiendo de tu parte ayuda y explicando lo que me has dicho del caso, incluyendo a Kogoro Mouri —le amenazo antes de cruzar la calle, el detective de Osaka corrió detrás de él, después de salir de su sorpresa.
—No te atreverías... —murmuro dudoso, este le miro unos momentos, llevándose sus manos a los bolsillos del pantalón.
—Quien sabe, después de todo aun recuerdo algunas direcciones y uno que otro fax, aunque seguro en algún lado de mi casa tengo mi libreta con todas las direcciones de las agencias de detectives y estaciones de policía de las que tengo conocimiento —comento alzando los hombros.
—Para eso deberías regresar a Beika —recrimino con una sonrisa socarrona —Y no creo que seas muy bienvenido por esos rumbos he Kudo —se burló, pero sin medir sus palabras, Shinichi desvió el rostro, no era muy grato que le recordaran algo que sabia de memoria, lo tenía más que claro.
—Hablando de Beika y mi casa... —empezó a decir en tono bajo, Hattori le miro un poco confundido, no entendiendo el cabio en su voz — ¿Cómo están todos?
—Bueno... La verdad no se mucho, la que sabe más es Kazuha que habla con tu chica casi todos los días después de la escuela —comenzó a decir mientras que Shinichi se detenía en medio de un puente peatonal a mirar el rio, Hattori se paro a su lado, pero dándole la espalda al barandal —Se que los niños están bien, siguiendo sus días de escuela con normalidad, ella estudiando, junto con su otra amiga, el profesor con sus inventos extraños y demás...
—Me alegra que todos sigan su vida con normalidad.
—Es lo único que se puede hacer Kudo, seguir con nuestras vidas, a pesar de todo lo que ha pasado o que tan difícil sean las cosas, uno debe de seguir.
—Lo sé y es lo que más intento hacer. —admitió antes de suspirar y mirar las pocas hojas que caían al agua seguir el camino de la corriente.
—Si tanto te preocupas ¿Por qué no regresas? —miro con curiosidad y un poco de esperanza, aunque los ojos azules de su compañero no le miraron.
— ¿Para qué? En ese lugar ya no me necesitan —le respondió con la mirada perdida —ni soy bienvenido.
— ¿Y aquí sí? —cuestiono ligeramente serio y sarcástico, ¿Cómo no se bienvenido? Él lo extrañaba, él lo necesitaba, ¿no era suficiente? ¿acaso ya había alguien que lo tuviera?
—Al menos aquí tengo un motivo —Shinichi paso por alto el tono de Hattori, y sonrió suavemente al recordar a los chicos, Yami, Hikari y en especial a ese castaño tonto —Vamos.
— ¿A dónde?
—No me estabas molestando estos últimos días, de que querías conocer un buen lugar aquí en Domino, pues ven, te llevare a un buen restaurante.
...
—Kudo...
— ¿Sí?
—Tu... ¿Quieres salir conmigo?
— ¿Eh? Pero si estamos saliendo Hattori, que no fuimos a comer y ahora quieres que te dé un tour —respondió Shinichi mientras caminaba a su lado, el moreno se sonrojo un poco antes de negar.
—No, si no seguir saliendo, juntos.
—No te estoy entendiendo Hattori, si vienes de visita y tengo tiempo es obvio que saldremos juntos, ni modo que te deje vagar solo si has hecho un viaje para visitarme —el castaño le sonrió un poco antes de seguir caminando — ¿Quieres conocer uno de los templos? ¿O el centro comercial?
—Me refiero a... si quieres salir... conmigo... como algo más que amigos... que si puedo hablarte... por Shinichi... y si puedo... tocarte... —balbuceo mientras se sonrojaba con fuerza, el oji azul detuvo a para verlo extrañado y después comenzó a reírse.
—Lo hubieras dicho antes idiota —dijo entre risas —No tengo problema en que me llamas por mi nombre Hattori y tampoco que te acerques más a mí, después de todo somos amigos, bueno casi mejores amigos —comento antes de palmear el hombro del detective y seguir caminando mientras seguía preguntando si prefería conocer un poco de la historia de Domino o sus atracciones más modernas.
Hattori lo siguió en silencio, no sabia si Shinichi le había rezado indirectamente directo por accidente o por gusto y en lo personal, pensaba que no quería saberlo.
— ¿Pasa algo Hattori?
—No, nada...
...
..
.
Rose suspiro pesadamente, mientras se replanteaba si había sido buena idea el dejarse llevar por Mana esa tarde de domingo, el sábado la habían pasado revisando las cosas en su habitación del instituto y después de revisar todo con magia y claro cambiar el "candado" de la habitación, Mana le convenció de irse con ella a pasar el domingo, después de todo Rose no tenía mucho en la ciudad y parecía que sentía una curiosidad por recorrerla aunque fuera un poco, al final la albina había aceptado dejarse llevar por la castaña un rato, lo que no había esperado es que terminaría de fiesta con la misma, desde un principio se extrañó cuando la de ojos verdes recibiera una llama un poco extraña a su opinión, y después una curiosa conversación que escucho por error entre su mama y ella, pero su curiosidad pudo más y prefirió no opinar al respecto de lo que le había dicho a la mujer adulta, otra cosa que vio extraño fue la forma en la que la morena elegia su ropa, aceptando todas las opiniones de la albina, pero el conjunto no era algo... común para los ojos de Rose, al menos no precisamente en su forma de vestir. Aun así, acepto usar la ropa de Mana.
Tenía que admitir que esa falda de mezclilla le quedaba como minifalda debido a la diferencia de altura que tenía con la castaña, en realidad toda la ropa le queda un poco ajustada, pero no incomoda en realidad, se miró al espejo sorprendiéndose de su "cambio" tenía que admitir que le gustaba, aunque una parte de su mente pensó en las cien formas en las que su madrina le criticaría, después de todo, Rose no salía de los vestidos cuando su madrina estaba presente, no es que no le gustaran, pero había veces en los que le gustaría usar unos jeans o una falda corta como una joven común, no solo con la parte inferior si no también la superior.
Mana miro la ropa que Rose había elegido después de muchas sugerencias de ella y combinar varios conjuntos, tomando en cuenta que se vieran bien con los botines negros que calzaba, la oji verde se sintió ligeramente celosa, a Rose le quedaba demasiado bien su ropa, la albina vestía una falda de mezclilla (después de todo era lo único que podía vestir, ya que los pantalones le quedaban cortos), usaba una blusa de tirantes color negra, debajo de una blusa ombliguera, que caía por sus hombros, dejando estos descubiertos ligeramente, era de un color azul rey con lentejuelas azules y plateadas. Mientras que ella usaba una blusa de color negro descubierta de la espalda, solo con unos tirantes para anudarlos detrás del cuello y otros dos que cruzaban su espalda, dándole figura a esta, una minifalda de olanes color beige y un par de tacones dorados, que hacían juego con el cinturón de su mini falda y sus accesorios.
Eligio recoger la mitad de su cabello blanco, dejando caer la mitad por su espalda y la otra trenzarla, mientras que a Mana le ayudo a rizar sus cabellos castaños, además de maquillarla, la albina no estaba muy segura de a donde irían, ya que la castaña solo dijo que a una fiesta y que la iban a pasar bien, por lo que la de ojos rojos no pregunto mucho al respecto, salieron de la casa de Mana mientras la mujer adulta había salido un rato a hacer unas cosas, después de un viaje en taxi, llegaron a su destino.
Rose conoció por primera vez un antro o discoteca.
La música sonaba con fuerza, era el tipo de música que su familia siempre había discriminado y criticado por "vulgar" o "corriente" pero parecía que las personas de este lugar les gustaba, podía ver la pista llena, el lugar estaba oscuro y a su vez iluminado, un montón de luces de neón parpadeaban de un lado a otro, siguió de cerca a la castaña, no quería perderle de vista en ese lugar desconocido, Mana se reía un poco mientras le explicaba, aunque tenía que gritarle para que se escuchara debido al sonido de la música, minutos después se encontró frente a una mesa con varios jóvenes con edades similares a las de ellas, que eran amigos de la castaña, después de unos saludos simples (donde no menciono su nombre y los nombres que escucho de los demás, eran alias).
—Entonces florecita ¿Dónde conociste a este ángel? —pregunto uno de los amigos de Mana, que miraba a la de cabellos blancos, mientras que esta miraba el lugar.
—Bueno galán, es una amiga de otra ciudad, tiene poco que se mudó —respondió con una sonrisa coqueta antes de hacerle una seña a un mesero — ¿Qué te gustaría tomar? —le pregunto a la albina, esta le miro.
—No lo sé... ¿Alguna recomendación? —pregunto mirándola, Mana pensó un momento antes de responder.
—Dos margaritas —el mesero asintió antes de retirarse.
—Vamos florecita, no me digas que vas a empezar con tus fresadas como esta de acá —se burló antes de señalar a una de las rubias de la mesa.
Eran 5 personas aparte de ellas en la mesa, 3 hombres y 2 mujeres, uno era moreno de cabellos negros, otro rubio de piel clara y el tercero, tenía el cabello rojizo, mientras que las dos mujeres eran rubias, una natural y la otra estaba segura que tenida, ambas vestían un vestido ceñido a su cuerpo y demasiado corto, uno de color rojo y el otro rosa, además de tacones altos y mucha joyería a su opinión, pero no comento el respecto. Mientras que los chicos vestían pantalones ajustados y camisas de "vestir"
—No veo lo malo en comenzar con una margarita —comento con una sonrisa, Rose noto el cambio en su voz y su manera de sonreír.
...
—Debo decir que estoy sorprendida —comento la albina cuando el baño se quedó vacío, la castaña frente al espejo rio un poco.
—No sé qué decir... Una forma de salir de mi zona de confort —dijo mientras se retocaba el maquillaje.
—Mas bien de 'ti misma' quien te viera diría que eres otra persona —hablo antes de suspirar y sacar su propio espejo para revisar su maquillaje —No soy entrometida así que no preguntare al respecto.
—No tengo problema en compartirlo contigo, después de todo, eres una de las personas que me acompaña a estos lugares y convive con mis amistades... La primera fue quien me trajo a este lugar, quien me enseñó a beber, bailar y varias cosas más, quien me enseñó a andar en estos lugares por así decirlo, después me presento con su padilla y me uní a ellos...
— ¿Estos?
—Vamos Rose, ¿enserio crees que es la única discoteca? Bares, casinos, salones, cabaret, carreras de autos, motos, fiestas, entre otras cosas —dijo mientras guardaba sus cosas —Esa persona me llevo por todo ese tipo de lugares... aunque después de que 'sentó cabeza' se comenzó a alejar de todo, como casi toda su pandilla, solo el pelinegro que me hizo platica primero es el único que queda de ese grupo. Los demás sacaron pareja y se alejaron de estos lugares.
—Oh...
—Se fueron por el 'buen camino' si así lo quieres decir, aunque es algo estúpido digo, salir de todo este ambiente lo respeto es elección propia, pero... ¿Salirse solo para que su pareja no lo sepa? Tonterías.
—Supongo que si lo quieres guardar como un 'oscuro secreto' es aceptable, pero...
—Al final todo sale, más si eran famosos por estos rumbos, pero bueno, ese no es mi problema, volvamos que ya va a comenzar la música por la que vine —Mana tomo la muñeca de la albina antes de jalarla hacia fuera del baño —No todo el tiempo hacen una especie de 'homenaje' a los éxitos pasados de Don Omar.
No supo en qué momento en realidad fue que termino siendo influenciada por la castaña y el otro grupo para tomar una botella de las que habían pedido, una botella de cerveza, también habían pedido latas, Rose si conocía los diferentes tipos de bebidas alcohólicas, después de todo su padrino y su tío (el padre de Ryou) era unos alcohólicos empedernidos, uno amante de las botellas de licor y el otro de la cerveza. No supo si en la 5ta cerveza fue que comenzó a reírse con los demás, o si fue al segundo vasito de ¿tequila? ¿vodka? La verdad que no había entendido de que era la botella solo que el líquido era blanco, tal vez para la 8ta cerveza o el 6to ¿shop? Si parecía que así le habían llamado, fue que termino en la pista con la de ojos verdes intentando imitar sus movimientos o los de las demás chicas que miraba bailar.
La verdad no supo a qué hora fue que salieron del lugar, solo supo que iban en una camioneta conducido por uno de los chicos y que 3 del grupo ya iban dormidos y mucho más perdidos que ella, las habían dejado unos pasos antes de la casa de la castaña, ambas riendo sutilmente se despidieron antes de caminar hacia la casa, entraron y se fueron directamente a la habitación de la cama, no pudo evitar soltar a reír cuando Mana tropezó y se fue de bruces al suelo, Rose se dejó caer el sillón de la habitación antes de quitarse sus botines y simplemente dejar que la curiosa sensación de tener alcohol en su sistema la llevara a la inconciencia, escucho a su compañera levantarse y el sonido de algo caer a la cama, pero eso fue lo último antes de perderse.
A esto se le podían llamar las ¿malas compañías? Pues si era así, que sean bienvenidas.
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Llego al fin del capítulo, espero y valiera la pena su espera, gracias por leer.
No se si debo aclarar, pero veré que puedo aclarar... Lo de Atem, si fue un sueño, pero tiene un significado y puede que venga en el siguiente capítulo, pero quien tenga una teoría es bien recibida aquí.
Kaito y Shinichi, buenoooo... amo el Kaishin la verdad y si a Shinichi le toma tiempo, pero tiene todo una razón y un recuerdo de su pasado desagradable que no lo deja seguir del todo, eso lo atormente y lo persigue, pero para estamos los demás que serán sus amigos y claro Kaito que le dará todo su amor para ayudarlo a dejar ir y seguir adelante.
Con Shinichi y Hattori, ya se, se pasó, pero bueno Shinichi Kudo es una maldita piedra, tiene que decirle varias veces o besarlo para que le caiga el 20 de lo que pasa o de que lo amaban, primero Kaito y a hora Hattori, si el otro también es un tonto, originalmente ama a Kazuha, pero está en TANTA negación al respecto que prefiere hacerle caso a sus nacidos sentimientos por Shinichi, en pocas palabras, para mi Heiji si ama a Kazuha, pero tiene un Crush con Shinichi.
En Yami y su padre, bueno la verdad fue la conversación que más me tomé el tiempo de procesar y reescribir la verdad, le pensé en ponerla, pero creo que al final lo hice bien a mi parecer y si, como se dijo el padre de Dany y Yami fue de los primeros en saber sobre su relación y si lleva buena relación con Akefia y todo.
En mi caso con Mana, bueno Mana se ha dejado llevar, a pesar de ser todo lo que es en la escuela, se siente sola y vacía, así que le gusta sentirse libre o diferente saliendo de "rumba" por así decirlo, beber y bailar, en el caso de Rose, ella es una joven reprimida toda su vida, que la han obligado e impuesto ser una dama, una princesa y como todo joven reprimido de alguna manera busca salir, pero si, puede que a base el alcohol no sea una manera adecuada, pero Rose busca un camino con desesperación, digamos que eso de "las malas compañías" es mas para remarcar la desesperación en la que esta Rose y que quiere salir y sentirse libre de alguna manera, que pueda valerle todo y hacer lo que quiera al menos por un rato.
Sin mas que decir, gracias por leer, cuídense mucho con esta pandemia que no hace mas que extender la cuarentena y los números subir de infectados. Cuídense mucho y a sus seres queridos.
Rose Shirogan.
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