-ahh...una nueva vida- dijo Akira, ella y sus dos mejores amigas habían llegado a su nueva escuela, y estaban frente a la gran puerta de madera que las separaba de su denominada "nueva vida".
Un joven de ojos morados y cabello naranja les indicó que entraran , y después de mucho papeleo perdón se dirigieron a su habitación.
-podrán ver que la escuela abarca un enorme territorio...- explicó pain el subdirector, que ya se había presentado con las chicas. Natsuki prestaba mucha atención pero Akane y Akira estaban en su propio mundo.
Llegaron a su cuarto, que parecía una casita rústica, había muchas Cabañas así que apuntaban sus ventanas a un jardín con una fuente. Pain las dejo solas.
-ahhh! Espero que haya chicos guapos!- dijo Akira emocionada, mientras se tiraba en la cama que ya había determinado suya. El cuarto era como una pequeña y hermosa casa.
Al entrar, alado de la ventana (que estaba a la derecha de la puerta) estaba la cama de Akira, luego la de Akane y hasta atrás la de Natsuki. Enfrente de la segunda cama estaba un pasillo con armarios y el baño. Este sería su nuevo hogar.
Natsuki estaba desempacando y Akane estaba encerrada en el baño cuando tocaron su puerta. -tu ve Akira!- le grito Natsuki a la chica. -quieeeen?- gritó Akira acostada en su cama, al parecer no tenía planes de levantarse de ahí. -ustedes son las alumnas nuevas?- preguntó una voz masculina. Akira se levanto de un salto y abrió la puerta con cara pervertida.
Era un chico de cabello rubio que le tapaba un ojo. Tenía un bello par de ojos azules.
-eh... Si....- contestó la chica de ojos caramelo. -este... Te doy esto, un- dijo mientras le daba el horario de las clases. Después de esto se alejó sonrojado.
Al parecer Akira ya tenía motivos para seguir estudiando.