Keung era un príncipe amado por todos, cuando la concubina imperial de primer rango dio a luz al primer príncipe del emperador, la estabilidad del harén imperial se quebró, se suponía que la Emperatriz diera a luz primero, pero no fue así, siendo el, el cuarto príncipe y el primero de la Emperatriz todo cambió de forma drástica.

—Vengo por la princesa - anunció a las damas que cuidaban las puertas de Hülya, la dama principal de la corte lo anunció y Hülya dio la aprobación, cuando ingreso le regalo una corta sonrisa, su futura esposa aun era una niña y no pretendía lastimarla nunca.

—Alteza  -realizó una reverencia —¿Que lo trae por aquí?

—Padre me dijo que debía de comenzar a frecuentar a mi futura esposa, así que pensé en que podíamos ir a caminar al jardín... ¿No interrumpo verdad? -ella sonrió contenta.

—Para nada -sonrió —Vamos - Keung le acerco el brazo y Hülya lo tomo, ambos salieron de la sección de sus aposentos.

—Veo que estas muy ocupada últimamente -ella asintió.

—Empece a prepararme para ser Emperatriz...

—Es difícil -comento —Mis clases empezaron desde que emiti la primera palabra.

—Hubo otros príncipes ¿no se detuvo a pensar antes sobre que tal vez ellos debieron?

—Muchas veces, pero madre me dijo que nací para este puesto -sonrió —quiero proteger al pueblo, darles esperanza y felicidad  -acaricio su mano y ella sonrió — Puede que sea el cuarto hijo del emperador, pero nací de la Emperatriz por lo cual es mi responsabilidad y mi deber ser emperador y llevar a mi pueblo al lado bueno.

—Es admirable el amor que le tiene a su pueblo -el asintió.

—Me gustaría verte luego de cada lección, ¿te gustaria?

—Me encantaría  -sonrió y el recorrido siguió, un ruido de espadas y una rápida respiración hizo que la curiosidad en ambos aumentará, Keung guió a Hülya hacia aquel ruido y vieron a un joven con la cara tapada entrenar.

—¿Yang-yang? - Hülya lo miró extrañado y el príncipe heredero se acercó al hombre, cuando este tocó su hombre la espada que antes estaba en el maniquí estuvo en su cuello.

—Oh eres tu -solto el hombre con pesadez, dejo caer la espada y se quito la máscara con cuidado, pero al ver la cara curiosa de Hülya se la volvió a poner —¿Quien es? No me gustan las personas chismosas.

Hülya lo miró ofendido y se acercó a paso rápido.

—Soy Hülya  -le regalo una sonrisa y estiró su mano, el la ignoro y se dio la vuelta.

—No regresen -sin decir más se fue dejándolos solos.

—Que odioso -murmuró la joven —¿Quien es?

—Es el octavo príncipe, Yangyang - Hülya asintió curiosa.

—Lo recuerdo... -Keung la miro —Cuando recién  llegue escuche a un niño llorar y tenía una cicatriz en la cara...

—No hables de esto con nadie... es prohibido siquiera mencionarlo.

—¿Por? -el negó y camino, Hülya suspiro, era curiosa de nacimiento, así que dejarla con dudas no ayudaría en nada. —Eso es crueldad -murmuró y se apresuró a seguirlo.

Ashina finalmente asistió a su primera junta de consejos, los visires estaban contentos al ver que su joven sultán era tan capaz y correcto a la hora de tomar decisiones, agradecian que la valide finalmente había dejado de dar sus órdenes absurdas.

—Majestad -dijo el gran visir — es momento de hablar de un heredero... - Ashina mordió sus labios y asintió.

—La valide Özlem ya esta en eso, allah lo quiera y pronto tendremos un príncipe en el palacio -el visir asintió y dieron por terminada la reunión.

Özlem miraba a los esclavos con tranquilidad, debía encontrar a uno que fuera idéntico a Ashina, aquella jugada era peligrosa para ella y su hija pero si no jugaba sus cartas perderían más.

—El -señaló al hombre — bañalo y dale ropas nuevas, quiero que sirva de ahora en adelante al sultán  -su dama asintió y el hombre siguió a la criada. —Tú trae a las nuevas concubinas, escogeremos a una hoy.

Ashina ingreso segundos después y beso la mano de su madre, la valide ordenó que se sentará y la miro fijamente, deseaba que fuera un niño, pasarían años y aquel deseo seguiría ahí.

—¿Ya tienes una solución?

—La tengo, encontré un esclavo con un leve parecido a ti, lo que haremos será drogar a las concubinas y dejar que el haga todo el trabajo - Ashina suspiro.

—Estamos manchando la dinastía madre.

—Tú eres la dinastia, en algún punto dejaré que tengas un hijo, y ese será el sultán, pero ahora haremos eso, dejaremos que vean que tienes favoritas y que tienes hijos... por tu bien debe de ser así.

—Madre -bufo —Esto es horrible.

—¡Es por tu bien! ¿Acaso quieres que ese príncipe con los rasgos de otra dinastía tome el trono?

—Sus rasgos no importan cuando se tiene la sangre de Ali Osman - Özlem suspiro.

—Ve a trabajar yo me haré cargo de todo y no quiero algún pero  - Ashina suspiro y salió.

Un grupo de diez mujeres ingreso a los aposentos, Özlem las observo con atención, una pelirroja llamó su atención, su cabello brillaba con fuerza y su mirada felina la cautivo, era la perfecta.

—Lleva a la pelirroja a preparar, ira esta noche con nuestro sultán  - La criada asintió y tomo del brazo a  la pelirroja.

—¿Nombre? -pregunto la kalfa cuando empujó a la joven a los baños.

—Ágata - la kalfa asintió —¿Que es lo que harán?

—Iras esta noche con el sultán, serás su primera mujer y si tienes suerte darás a luz al futuro sultán, así que se inteligente  - la pelirroja asintió y comenzó a pensar en lo que sería de su futuro.

Si daba a luz a un varón seria una sultana, no sólo eso, sería valide algún día, aquellos bonitos aposentos de la valide serían suyos. La idea le gustaba, seduciria al sultán para que fuese suyo para siempre.

—Seré sultana  -sonrió —Valide y la más poderosa ¿Es así Kalfa?

—Solo si eres inteligente y no solo habladora - Ágata sonrió contenta, seria todo lo que soñó algún día.

Un poco de la relación de Keung y Hülya, los amaran lo prometo.

¿Que creen que suceda con Ashina y la favorita?

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