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Capítulo 15

Miro al guía turístico sin saber cómo reaccionar. ¿Cómo llegó hasta aquí? Supongo que se sabe el laberinto de esta reserva de memoria o de otra manera, nada de esto tendría sentido.

—¿Estás bien? —es lo primero que pregunta y asiento con la cabeza. De su bolsillo saca un walkie talkie—. Encontré a los muchachos. Sigan las luces.

Al principio no sé a qué se refiere, pero luego veo que saca unas luces de bengala de una mochila vieja y luego dispara al cielo, creando una explosión en hermosos tonos rojos que apenas se ven por la luz del día. Pero en mi estado actual, estoy lejos de disfrutar aquel espectáculo.

Agacho la vista al chico que en estos momentos está recostando su cabeza sobre mis muslos. Su intento de valentía terminó en un completo fracaso. El cuello con algunas cenizas que se negaron a salir en el agua, los dedos raspados por la caída de ayer y las mejillas rojas por la fiebre, eran señales de la fatídica aventura que tuvimos.

—Ayúdelo, por favor —murmuro al borde de la desesperación.

El hombre dijo unas cuantas cosas más por la radio y para mi alivio, saca una botella de agua de entre sus cosas y me lo pasa.

—Ten, refréscate, pero no abuses o podría hacerte mal con lo sediento que probablemente estás.

—Olvídese de mí, es a Greg a quien debe atender —le ruego.

—¡Dominik! —de entre los árboles, la voz de mi padre me llena el pecho de un sentimiento que no sé cómo describir.

—¡Papá! ¡Estoy aquí!

En cuanto mi padre se hace visible para mí, me desmorono por completo.  Él llega y me aprieta en un abrazo tan fuerte, que casi me roba el aliento. Pero no lo rechazo, por el contrario, lo aprieto con la misma intensidad diciéndole con aquel gesto cuánto lo necesité todo este tiempo.

—Dominik, me alegra tanto que estés bien —Mi padre rompe el abrazo y me mira a los ojos. El desasosiego que veo a través de él me deja sin palabras.

—Es un alivio que los hayamos encontrado a tiempo—Grande es mi sorpresa al encontrar a la señora Sanders tocando la frente de Greg. Por lo visto llegó con Dave—. No tenemos nada para contrarrestar la fiebre, debemos movernos ahora.

—Ya avisé a sus padres por la radio, deben estar cerca de aquí —comenta el guía.

—Clayton, creo que lo mejor es decirles que vayan al hotel y junten todo lo que necesitamos, si vienen más personas aquí, solo nos retrasaremos —El guía, que por lo visto se llama Clayton, toma la radio de nuevo y le comunica a los demás lo que mi padre le dijo, pero hubo algo que llamó mi atención en lo que mencionó.

—¿Los padres de Greg están aquí? —pregunto.

Mi padre y Sabrina se dan una mirada que no presagia nada bueno. Luego aleja la vista de ella. Entonces, Clayton le pide ayuda y Sabrina junta fuerzas para poner a Greg en la espalda del hombre.

—Dominik, muchas cosas sucedieron desde que se perdieron, pero creo que lo mejor es hablarlo cuando estemos a salvo —me toma del brazo y me apoya contra él para poder llevarme con más comodidad.

—Papá, necesito saber qué pasará con Greg —Si sus padres están en el hotel en estos momentos, significa que la noticia de nuestra desaparición se extendió más de lo que pensé.

—Primero toma esto —me da de nuevo la botella de agua que rechacé hace un momento. Viendo como Greg estaba siendo llevado por Clayton y Sabrina cargaba las demás cosas que seguramente utilizaron en su búsqueda, me tranquilizo lo bastante como para poder beber. El agua se desliza por mi garganta y me vitaliza por completo. Pero incluso así, no me animo todavía a caminar por mi cuenta—. Estuve tan preocupado por ti, Dominik —murmura mi padre en cuanto me ve bebiendo con fuerza el agua.

—Lo siento, papá. Greg y yo estábamos corriendo para escapar de Zack y los demás, pero cuando quisimos regresar, ya no supimos dónde nos encontrábamos.

—Lo sabemos —comenta Sabrina, quien se acerca a nosotros para poder corroborar que todo está bien—. Fred nos dijo todo lo que ocurrió —el rostro de Sabrina se ensombrece—, jamás pensé que haría algo así.

—Lo obligaron —replico inmediatamente, Sabrina no se veía muy convencida—. Zack es un completo idiota, él aterrorizó a Fred a tal punto que no tuvo opción. Por favor, no lo castigue.

Dave me mira con sorpresa. A lo mejor pensó que estaría molesto con él, pero solo es una víctima. Como lo fue también Isabella. Los conozco y entiendo por qué actuaron de esa manera. El que no se ve muy contento es Dave.

—Nada es excusa para actuar de manera tan egoísta. En especial cuando se trata de ti.  —Sabrina agacha la cabeza. Quise decirle a mi padre que no fuera tan duro, pero su expresión me deja aturdido. Nunca lo he visto tan molesto.

La conversación se termina luego de eso, Sabrina no parecía muy cómoda con nosotros, Dave no fue muy considerado que digamos. Pero en el fondo, mi lado egoísta se alegró al ver que me defendía a tal grado.

Caminamos mucho más. En un momento, Clayton intercambia lugares con mi padre, dejándolo a él a cargo de Greg, quien no daba indicios de recobrar la conciencia. Me duele verlo en ese estado. Lo único que quiero es que vuelva a sonreír y hacer sus tonterías como siempre, pero no había forma de lograrlo.

—Ya llegamos —me tranquiliza Sabrina. Le devuelvo una sonrisa de agradecimiento queriéndola hacer entender que no estoy molesto con ella.

—Los otros equipos de búsqueda prepararon todo lo que necesitamos —confirma Clayton.

Asiento con la cabeza y me embarga un júbilo enorme al ver el hotel frente a nosotros. En frente, esta estacionada una ambulancia con las sirenas prendidas como si solo estuviese esperando nuestra llegada.

—¡Gregory! —una mujer adulta se acerca corriendo hasta nosotros. Lleva unas gafas de marco cuadrangular y el cabello muy corto. A su lado, un hombre alto y de aspecto canoso también grita su nombre.

Los paramédicos también se acercan y ponen a Greg en una camilla, luego se acercan a mí para poder auxiliarme. Luego de eso, las cosas pasaron con bastante rapidez. Los padres de Greg discuten fuertemente con mi padre, a los gritos inclusive, pero yo lo siento tan distante, que ni siquiera puedo comprender las palabras que se están diciendo. Mi concentración solo está en Greg, quien ingresó a la ambulancia ni bien llegamos. Uno de los paramédicos, me pone una manta encima y revisa mis heridas, pero todas son superficiales. El único que importa aquí es Greg, ¿por qué se molestan tanto por mí y no se apresuran a llevarlo al hospital? El paramédico le dice algo a mi padre y este, con una mejilla roja que probablemente fue a causa de la madre de Greg, asiente con la cabeza y con un gesto en la mano, le dice que pueden irse. Por fin podrían atender a Greg.

Unas cuantas personas más se acercan a mí. A duras penas puedo reconocer a Stixx, quien me da un abrazo y me mira preocupado. Me siento tan raro, que ni siquiera puedo hacer una expresión, solo me quedo ahí, estático y mirando a las luces de la ambulancia que ahora están alejándose con rapidez. A lado de Stixx, está otro chico. Daniel. Lleva la palma de su mano de un lugar a otro como si quisiera que reaccionara a él. Pero no lo ignoro porque quiero, simplemente, los sentimientos que quiero expresar no salen. En mi mente solo tengo dos palabras. Gregory Foster. No puedo perderlo. No puedo dejar que otra persona más sea arrebatada de mí.

Mi padre se acerca luego de dar unas instrucciones a los demás padres de familia que hicieron la búsqueda y supongo que también los deja a cargo del regreso de los demás, porque luego, su atención ahora solo se centra en mí. Me levanta del lugar donde estoy y me lleva hasta su vehículo. No sé a dónde conduce, pero estoy bastante seguro de que es al hospital. Me dice algo más en el camino, pero no lo escucho.

Cuando nos alejamos lo suficiente de aquel lugar al que no quiero volver a ver lo que me resta de vida, los sonidos vuelven a mí lentamente. Escucho a mi padre decir “Hansel” y unas cuantas palabras más. Pero en cuanto abro la boca para poder decir algo, un sollozo se escapa de mí. Eso desata una avalancha de sentimientos como si hubiese accionado un interruptor. Llevo las manos en la boca para poder controlarme, pero me es imposible, las lágrimas bañan mi rostro y dejo escapar todo el horror que viví. A mi lado, Dave se desconcierta y estaciona el vehículo. Quiero decirle que siga, que no pare hasta llegar a casa, pero no puedo. Estoy llorando como si hubiera vuelto a ser un niño pequeño. Dave lleva mi rostro a su pecho y me abraza desde su asiento. Tenerlo así me da la seguridad que no sabía que necesitaba. Pongo mis manos a su alrededor y él pasa una de las suyas sobre mi pelo y la otra frota mi espalda.

—Estás a salvo ahora, hijo. Desahógate todo lo que quieras —me dice.

Me siento como un niño pequeño, pero no puedo parar. Dejo salir todo el miedo que tuve, la tensión que no me abandonó en ningún momento, aquel terror de pocas horas. Dave me consuela en el auto y me da palabas de aliento. Nunca me he alegrado tanto de tenerlo.

—Lo siento —digo luego de soltar las últimas lágrimas.

—No vuelvas a disculparte por lo que pasó. Sé que no fue fácil para ti, aquí el único que debe pedirte perdón, soy yo.

—¿Tú? ¡Pero si nada de esto es tu culpa! —le digo cuando termino de secarme el rostro.

—Tú no querías venir y yo te obligué a hacerlo. Esto no tendría que haber pasado.

—Exacto, papá. Nada de esto tendría que haber pasado, pero no eres tú el causante. Fueron Zack, Asha y sus cómplices quienes deben ser castigados.

—Y lo harán —sentenció con una voz escalofriante—. Esta vez, no habrá consideración por ellos —me alegra saber que por fin tendrán el castigo que merecen—. Todo aquel que estuvo involucrado en esto, será expulsado.

—Papá, por todos, ¿te refieres también a…?

—Me refiero cada uno que estuvo en el momento en que Greg y tú desaparecieron —Mi padre no se veía nada contento, pero aquella resolución suya me estaba empezando a asustar.

—Pero también estuvieron un grupo de chicas, Isabella y Fred. Ellos no hicieron nada malo —Mi padre no pronunció nada más y encendió de nuevo el motor para poder continuar con el viaje. Eso solo podía significar una cosa—. Papá, ¿me estás escuchando?

—Ya lo dije, Dominik. No hay nada que haga cambiar mi opinión.

Mi papá no dice nada más sobre el tema en todo el viaje, así que resignado, cambio la conversación y aprovecho la oportunidad para que me hable de cómo se enteraron todos de lo que nos pasó.

—La menor de los hermanos Beltrán vino hasta mí y me contó todo. Si no fuera por ella, estoy bastante seguro de que nadie hubiera dicho nada —dice con enojo—. En ese mismo momento, llamé a todos y junto con los demás padres, los llevamos al hotel. La señora Sanders me dijo que lo mejor era esperar un poco antes de hacer algo, que a lo mejor solo estaban escondidos en algún lado.

—¿Ves? Isabella no hizo nada malo. Papá, no puedes expulsarla —Dave no responde, por lo que decido intentarlo por otro lado— ¿Qué pasó con Fred en todo ese tiempo?

—Él confesó lo ocurrido porque lo interrogué —me contesta—. En ese momento, él estaba en el hotel con su hermana menor. La señora Sanders estaba bastante sorprendida por el comportamiento de su hijo, por lo que se ofreció a hacer cualquier cosa a su alcance para enmendar aquel error.

Me es fácil imaginar todo lo que pasó. Isabella yendo desesperada, todos alarmándose y luego planeando lo que iban a hacer dentro del hotel, con la esperanza de que Greg y yo apareciéramos en cualquier momento.

—La noche era muy fría, por lo que no me quedé esperando mucho tiempo. El guía, Clayton, nos proveyó de radios y formamos grupos de dos para poder buscarlos. Aunque como Clayton conocía la zona, se ofreció a ir solo —ahora entendía por qué cuando nos encontró no estaba con nadie más—. Buscamos hasta poco más de la media noche. Sin embargo, tuvimos que parar cuando los demás ya no podían avanzar del frío. Quise buscarte por mí mismo, pero Clayton dijo que no era buena idea.

—Tal vez te hubieras perdido también. Greg y yo caímos por un barranco muy empinado, te hubieras lastimado como nosotros. A todo esto, ¿cómo se enteraron los padres de Greg?

—Tuve que llamarlos. No tenía otra opción —Lo entendía, después de todo, Dave era el encargado del grupo—. Como si todo esto no hubiera sido suficiente, me enteré en ese momento de que Greg jamás tuvo el permiso de venir al viaje.

—¿Qué? ¿De qué estás hablando? —pregunto alarmado y confundido por lo que acaba de decir.

—Así como lo escuchaste —Dave mantuvo su vista en el camino—. Greg falsificó la firma de sus padres y vino sin siquiera decirles nada. Ahora, imagina tener que decirles que estaba perdido.

—No lo puedo creer, papá. No sabía nada de esto.
¿Greg hizo todo eso por un simple viaje? ¿Fue capaz de mentirnos a todos? Ese chico tendrá que escucharme.

—Ellos se molestaron tanto que dijeron que van a demandar no solo al instituto por aquella negligencia, sino que también a mí por no corroborar que el permiso era falso y además, permitir que se perdiera en el bosque.

Me quedé helado al escuchar esto. ¿Van a demandar a mi padre? ¡Pero si él no tuvo la culpa de nada! Eso pondría en juego no solo a su persona, sino también su trabajo.

—¿Qué vamos a hacer? —pregunto. Esto no puede ocurrir. Mi papá no se merece nada de lo que le está sucediendo.

—Por el momento, solo me queda hablar con el director y explicarle lo que sucedió. No te mentiré, Dominik, esto me deja en una muy mala situación —Dave frunce el entrecejo, preocupado por nuestro futuro—. Pero antes de ser despedido, expulsaré a los responsables. No le dejaré aquella tarea a nadie más.

—¡No serás despedido! Tenemos que hacer algo, cualquier cosa. Tal vez si yo hablo con los señores Foster…

—Es mejor que no lo hagas —me corta, yo me quedo dubitativo por aquella sentencia—. Verás…creo que ellos podrían no estar de acuerdo en que vayas a verlo —confiesa en cuanto lo miro para que me dé explicaciones.

—¿Pero qué demonios? ¡Por supuesto que iré a verlo! —Mis ganas de ver a Greg aumentan. No dejaré que nadie me arrebate de nuevo a las personas que quiero.

—Por el momento no podemos hacer nada. Él será atendido de urgencia. Te permitieron venir conmigo solo porque tus heridas eran menos severas o de lo contrario, también hubieras ido en aquella ambulancia.

Me siento impotente de nuevo. No al nivel de lo que sentí al ver herido a Greg, aquella vez, no tenía idea de qué hacer. Pero ahora que estoy en un terreno más seguro, no dejaré que las cosas se escapen de mis manos nuevamente.

El hospital al que llevaron a Greg no era el mismo al que nos íbamos. Esto lo confirmé muy tarde. Dave me dice que por el momento será atendido en un lugar más cercano al hotel y que luego, cuando pasara el peligro, lo llevarían al de la capital. Me calmo ante la idea de que todo esto es por su bien. Greg estará mejor dentro de poco y podré verlo de nuevo. Mientras tanto, me hicieron unos análisis para saber en qué estado me encuentro, pero por suerte, solo necesitaba un poco de suero para poder hidratarme, en todo lo demás, estoy relativamente bien.

Mi padre recibía un montón de llamadas mientras me ponían la intravenosa. En cuanto colgaba, su celular volvía a sonar. Así estuvo el resto del día. Me cuenta que dejó a los demás a cargo del viaje de retorno, tal y como lo supuse. Por lo menos no fue el único adulto en venir con nosotros. Algunos profesores y padres de los estudiantes también nos buscaron un montón el día anterior.

—Dominik, será mejor que nos vayamos a casa a descansar —me dijo Dave en cuanto los doctores me dieron el visto bueno.

—Todavía no llega Greg, no puedo irme sin saber de él —me niego rotundamente. Dave me mira preocupado, pues mis ojeras y mi aspecto terrible le indican que necesito un buen descanso.

—Él probablemente no volverá hoy, el aspecto de su pierna no era nada bueno.

—Pero papá, necesito…

—Dominik, escúchame. Incluso si traen a Gregory hoy, no podrá recibir visitas. Lo mejor es que descanses lo suficiente y mañana volvamos con todas las energías renovadas. ¿No te parece? —Dave me habla como si fuera un niño chiquito. Lo cual me hace darme cuenta de que estoy actuando como uno.

A regañadientes, acompaño a mi papá al estacionamiento.

—Los demás llegaron bien. Pero tengo una cita con los padres de los alumnos involucrados mañana —me comenta Dave en un intento de distraerme.

—Sigo sin estar de acuerdo con la idea de que expulses a todos. Eso es muy injusto —trato de hacerlo reflexionar, pero Dave no me escucha y en cambio, enciende el vehículo y nos lleva por el camino a casa—. Te diré mi punto de vista de lo que ocurrió, y luego de eso decides, ¿está bien?

—¿Por qué demonios eres tan terco? —suspira de frustración.

—Pues en ese punto, tal vez seamos más parecidos de lo que creemos —replico y por primera vez desde que Dave me rescató, lo veo sonreír—. Ese gesto es un sí.

—Apúrate o cambiaré de opinión —se resigna por fin.

—Zack ha estado molestando a Fred desde hace muchísimo tiempo. Él es un bully y Fred, lastimosamente, es su víctima principal. Le hace cosas horribles y ante el menor indicio de enfrentamiento por parte de Fred, él lo castiga. ¿Crees que confabularía con Zack para hacerme daño? Él no es así, no lo conozco de hace mucho tiempo, pero sé que no lo haría —Dave se queda pensativo.

—Sé lo que es eso. Yo también sufrí de bullying cuando estuve en secundaria —Aquel era un dato que desconocía—. Pero jamás hice nada para lastimar a los demás. Eso simplemente no tiene lógica.

—¿Por qué te hacían bullying? —pregunto interesado. Dave no es de los que suelen abrirse a los demás, por lo que aprovecho la oportunidad.

—Era obeso. Recibí millones de insultos, todos los apodos que se te vengan a la cabeza, fueron usados conmigo. Los abusadores aprovechaban cada oportunidad que tenían para dejarme en ridículo y hacerme cosas denigrantes ante todos —Lo miro anonadado por la información. Ya lo he oído una vez cuando hablaba con Sabrina sobre el tema, pero tenerlo aquí confesándome eso, era como si lo escuchara por primera vez—. Jamás pude librarme de ellos en la secundaria, donde sea que vaya, ellos estaban ahí. Es por eso que cuando me convertí en prefecto, me juré a mí mismo que no dejaría que nada de eso volviera a ocurrir. Sin embargo, lo que pasó con Daniel fue la primera muestra de que no estaba haciendo las cosas tan bien como creía.

—Lo de Daniel no lo pudiste evitar, pero hiciste todo lo posible para poder remediarlo.

—Pero no eliminé el problema —me corta Dave, resuelto a llevar aquella carga sobre sus hombros—. Cuando Sabrin…la señora Sanders vino a mí diciendo que su hijo estaba siendo víctima, le prometí que lo resolvería de inmediato. Pero aquel chico ni siquiera tenía la intención de confiarme nada, era como si estuviera resignado a sufrir. Yo jamás tuve a nadie que luchara por mi causa, ¿por qué él no cooperaba si quería cambiar su situación? ¿Sabes por qué no delató a Zack, Dominik? —Me quedo quieto en mi asiento procesando todo lo que me estaba contando—. Porque él estaba resignado ante la idea de ser la víctima. Está tan sumergido en la autocompasión, que no deja que nadie más lo ayude, aunque por dentro esté gritando auxilio. Ese tipo de personas, ya no pueden ser socorridas.

—¡Te equivocas! —exclamo. Las palabras de Dave se clavan en mí como si fueran cuchillas, pero me negaba a creer lo que estaba diciendo de Fred—. Él solo es un chico que no tuvo la valentía de enfrentar sus miedos. Únicamente contaba con su familia, pero jamás tuvo amigos. Alguien que sufrió tanto, no tiene idea de en quien confiar. Pero para eso estamos los amigos, para decirle que nosotros siempre daremos la cara por él. Que no lo dejaremos solo de nuevo. Papá, él necesita de nosotros, solamente no sabe cómo salir de su cascarón y confiar en nuestras intenciones —Aprovecho el silencio de Dave para agregar más—. ¿Y qué hay de Isabella? Ella fue quien te buscó cuando todo pasó. La utilizaron y no se dio cuenta hasta que fue tarde. ¿Está bien castigarla por haber cometido un error que tuvo la valentía de enfrentar?

Dave se queda callado un buen rato más, el camino a casa es silencioso después de lo que dije, pero eso es lo que realmente siento. Finalmente, llegamos a casa y casi lloro de felicidad. Pero ya tuve suficiente con el vergonzoso llanto de horas atrás.

—Ve y date un buen baño, creo que lo necesitas. No te preocupes por tus cosas ni por Hansel, yo me encargo de todo.

Aquellas palabras fueron como un bálsamo. No espero ni siquiera a que apague el motor, yo ya estoy a pasos de mi habitación. Al abrir la puerta, la calidez me invade por completo. Siento que han pasado años desde que estuve en este lugar. Dejo todas mis cosas tiradas y sin importarme el desorden por primera vez en mi vida, voy directo al baño.

Me saco la suciedad hasta de lugares inimaginables. En medio de aquel placentero momento, me detengo a observar la pulsera de tela negra que siempre llevo conmigo. Se la compré a un hombre en la calle, días después de perder a Aqueron y decidí que lo usaría en señal de luto, ya que no me quedó nada más de él. Solo Hansel es la prueba de que alguna vez tuvimos algo. Pero ahora, la pulsera está atestada de suciedad, descocida y maltratada, por lo que, por primera vez, me la saco. Quizas esperaba sentir algo de tristeza o nostalgia, pero no pasa nada de eso. Todavía siento a Ashton dentro de mi corazón, sus recuerdos continúan donde siempre los podré atesorar. Aquel era solo un objeto material que no representa absolutamente nada. Lo importante ya lo tenía conmigo. Siendo consciente de todo eso, lo tiro en el bote de basura y le pongo fin a mis años de dolor.

No sé cuánto tiempo estuve dentro, quizás media hora o más, solo el sonido de la puerta siendo azotada me saca de aquel maravilloso momento.

—Dominik, te preparé algo de comer por si tienes hambre —me dice mi padre y sonrío contento.

—¡Iré en unos segundos! —termino de quitarme el litro de champú que me puse y salgo de la bañera.

Jamás pensé que disfrutaría tanto de ponerme ropa recién lavada. Tal vez el miedo a la suciedad que tenía disminuyó un poco, pero eso no significa que me sienta cómodo con eso. Por lo visto mi padre trajo a Hansel cuando me tocó la puerta porque lo veo paseándose por la cama.

—Tú también debes estar hambriento —le digo. Lo llevo hasta el alféizar de la ventana y lo dejo ahí para que pesque unos sabrosos bichos y me prometo comprarle más de ellos para que vuelva a alimentarse bien luego de lo ocurrido. Aquella travesía debió ser traumático para él. Tal vez lo lleve de paseo con Dorothy. Recordando a Stixx, conecto mi celular para poder tener batería más adelante. El chico debió quedarse angustiado luego de haberme visto en shock. Daniel probablemente también lo esté. A lo mejor ya le estará contando todo lo ocurrido a su familia o a Leah, quien se anotó para otra fecha debido a los cupos. Aunque ahora dudo mucho de que el resto de los estudiantes vaya de viaje.

Voy hasta el comedor para saber qué preparó Dave. Parecía un banquete. No sé si todo esto podrían comerlo dos personas. A quién engaño, esto me lo devoraría yo solo. ¿Pero cómo lo hizo en media hora? Ante el primer bocado, casi se me escapa un gemido. De inmediato pienso en Greg, me gustaría que él estuviera aquí para poder disfrutar de todo esto conmigo. ¿Lo habrán atendido bien? ¿Estará aún con fiebre? ¿Le dolerá mucho la pierna? ¿Cuándo podré volver a verlo? Si por mi fuera, las interrogantes me estarían invadiendo más y más, pero pronto las dejo de lado cuando escucho que mi padre está hablando con una persona al teléfono y no parecía una plática muy amigable.

—¡Señor, estas cosas ya escapan de mis manos! —grita y me quedo en silencio queriendo entender—. ¿Cree que cometería semejante error cuando se trata de mi propio hijo? Además, fue usted quien me dio el permiso para poder hacer el viaje. Era eso o dar una interminable charla que solo hace dormir a los alumnos —hace una pequeña pausa y luego vuelve a agregar—. Lo sé, pero la idea era crear lazos de amistad para que ese tipo de cosas no volvieran a ocurrir. ¿Cómo iba a saber que todo esto terminaría así? —La persona al otro lado de la línea vuelve a decir algo—. Esta bien, que pase lo que tenga que pasar. Tengo que atender a mi hijo ahora —luego de eso, cuelga.

Voy hasta Dave y lo veo llevando la mano para taparse los ojos en señal de frustración. Me acerco a él y en vez de hablar, lo abrazo de nuevo. Nunca he sido muy cariñoso con él, ni él conmigo y de alguna forma, eso funcionaba para los dos, pero en momentos como este donde no hay nada que decir para poder revertir los problemas, solo nos queda demostrar apoyo.

Siento la preocupación de Dave. Sé que él, a pesar de todo, ama su trabajo. Se queda horas en el instituto, planea hasta el más mínimo detalle para que las cosas salgan bien, hasta se sabe el apellido de la mayoría de los alumnos. El instituto significa más para él de lo que cualquiera podría imaginar. Pero ahora tiene el riesgo de perderlo todo.

—Lo resolveremos —prometo, deseando que hubiera una forma de que eso se cumpla con solo desearlo.

—Vamos a cenar, la comida se está enfriando —me dice después de un momento.

—A propósito, ¿cómo lo has hecho tan rápido? ¿Eres algún tipo de mago? —bromeo y él se relaja.

Nos vamos a la cocina y disfrutamos del momento. Mañana pensaríamos en la forma de solucionar todo, mientras tanto, me tomaría un momento de paz para disfrutar que por fin estoy en casa. Hablaré con los padres de Greg sin importar qué, solo espero, que luego de eso, todavía me permitan volver a ver a su hijo.

Hola a todos, espero que les haya gustado el capítulo. Está un poco triste, pero pronto las cosas se pondrán mejor (no es cierto).

Pronto estaremos entrando a la recta final 💔 ¿Qué piensan que pasará?

¡Nos leemos pronto!

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