Había pasado un poco menos de una semana, pero aún así Shuhua había sentido como si la ansiedad se la fuera a tragar en cualquier momento.

La pelinegra sabía que debía dejar la nota el lunes, temía que si dejaba la viernes los de limpieza acabaran por tirarla y, de momento, su enamorada solo se comunicaba con ella de lunes a miércoles, así que sabía que el martes para cuando fuera a dejarle el refresco como todas las mañanas, podría ver lo que Soyeon le había ayudado a escribirle.

Pero no había dejado un pequeño papel como antes, esta vez Shuhua se había tomado la molestia de escribir prolijamente en una hoja, la cual dobló y guardó en un sobre. Para que fuera evidente escribió "De: Shuhua. Para: como-sea-que-te-llames".

"No había notado lo importante que era para mi tu nombre hasta que decidí escribirte. Estoy aquí, queriendo dirigirme a ti, y siento como un pequeño bloqueo.

Gracias por todo, por la flor -que tiene un buen lugar en mi habitación- y los refresco de la semana, pero ya no quiero que gastes en mí. Si quieres regalarme algo, que sean -al menos- cinco minutos contigo.

Con cariño, Yeh Shuhua."

Sintió la vergüenza apoderarse de su cuerpo cuando aseguró el sobre con cinta sobre su mesa, pero estaba decidida. Aquello era lo que realmente quería.

El martes cuando llegó y vio la tan familiarizada bebida sobre su mesa experimentó un sentimiento agridulce, por un lado estaba feliz de haberlo recibido, pero por el otro sólo podía pensar en que debía esperar otro día más para obtener una respuesta.

Por fortuna se había equivocado; cuando sacó sus libros y su carpeta de la mochila, ya en la comodidad de su hogar, notó un papel intruso que había caído en el suelo. Al principio creyó que era una de las notas viejas que conservaba, ya que era incluso de aquel color amarillo. Pero al recogerlo notó que se trataba de uno nuevo.

"No empecé con esto creyendo que ibas a interesarte en mí, lo hice porque no quería que tuvieras una primavera sin flores.... Entonces después noté que llegabas cansada a clases, y no te veía beber nada hasta a la hora del almuerzo.

Quise asegurarme de que estuvieras bien, porque te quiero... y te quiero porque ya te he regalado más de cinco minutos.

Averigua quién soy. :)"

Shuhua tuvo sentimientos encontrados. Por un lado quería gritar y patalear de alegría, pero por otro se sintió indignada. ¿Averiguar? ¿Ella? Odiaba las adivinanzas. ¡Por algo le había preguntado su nombre y no por una pista!

Se dejó caer en la cama, leyendo una y otra vez la nota mientras se esforzaba por atar los cabos sueltos en su cabeza.

El nombre de Kim Minnie apareció de nuevo.