Pov Irina

Las manos pararon por unos dos minutos antes de que su voz resonara en la mazmorra.

- Agrega otros veinte por ponerse el plug sin permiso-la exigencia de Iván me sacó de la agradable nebulosa en la que me encontraba.

Una mano golpeó mi culo ya dolorido otra vez. Ya siquiera sabía cuál de todos golpeaba de lo entumecida que se encontraba la zona. Dios, ¿cómo voy a aguantar otros veinte? Ellos iban a obligarme, y este hecho envió una ola de placer que golpeó con fuerza directamente en mi centro. Jadee cuando unas manos grandes y masculinas, las de Iván pensé, me separaron los glúteos, antes de que algo frío goteara encima de mí apretado anillo de músculos.

- ¿Está lista?-preguntó Josef con la voz cargada de lujuria.

Me tense y mi estómago se anudo. Yo sabía de lo que ellos estaban hablando. Josef había deseado tomarme de esa forma por un tiempo pero la idea no acaba de agradarme, ciertamente tenía miedo de que me hiciera daño, mi chico era grande y rudo en casi todos los aspectos. Estaba nerviosa, sí, pero también me encontraba lista. Esta iba a ser la primera vez que me tomaran por todos los sitios posibles, pero no iba a acobardarme. Quería estar llena con ellos.

- Joder, ella va a estar tan estrecha-habló Isaac cuando sentí un nuevo plug comenzar a abrir una brecha en mi virginal agujero. Un dolor familiar comenzó. Sensaciones de inquietud me pusieron los nervios de punta y una alarma se activó en lo profundo de mí, pero decidí ignorarla, eran ellos.

-Este es un plug grande, cariño. Sabes nunca nos quedaremos sin la posibilidad o los modos de llenarte y estar todos juntos dentro de ti-hablo Ivan.

Exhale y me arquee hacia atrás, hacia la presión. El plug se deslizó en su sitio. Nunca les negaría lo que ellos necesitaban.

- Muy bien, mi reina -Me halago Josef. Una sonrisa cálida le iluminaba el rostro y su voz se había enternecido, pero eso no duro mucho- ¿Estás tratando de evitar el último conteo?

Negué con la cabeza.

- No. Lo quiero. Quiero todo lo que me quieran dar, los necesito- admití- Pero luego saben lo que les daré si no me complacen- dije algo amenazante.

Él se río entre dientes y me besó la frente con dulzura.

-Todos sabemos quién está realmente al mando- declaro- Dáselos. Me estoy muriendo por llegar a la parte donde hacemos que se corra- comentó Josef a sus hermanos.

La azotaina comenzó otra vez, Iván e Isaac parecían contentos de turnarse. Cuando el calor se hundió en mi piel, me acariciaron con sus manos suave pero firmemente. Uno de ellos presionó y jugó con el plug mientras el otro encontraba mi clítoris. Lloriquee ante la sensación de los dedos hábiles atormentando mis pliegues, rozándome el clítoris por un instante antes de retirarse. Luego la zurra volvió a comenzar. El proceso se repitió una y otra vez hasta que estaba tan excitada que pensé que gritaría si no me dejaban correrme. Finalmente, después de lo que pareció toda una vida, Iván terminó de contar, y acto seguido volvió a atormentarme entre las piernas.

- Está muy mojada, chiquilla. Creo que a nuestra pequeña swich extrañaba que la zurrásemos- señalo Isaac.

Pero la respuesta era, si, muchísimo. Me encontraba tensa por la excitación, mi cuerpo casi gritando de necesidad, la excitación manchando mis muslos y los labios hinchados de mordérmelos para evitar despertar a toda la mansión.

-Por favor- rogué.

Josef se inclinó hacia mí.

-¿Qué has dicho, reina?- sonsaco.

- Por favor, tómenme, los necesito- suplique.

Los labios de Josef se separaron en una amplia sonrisa. El toque de Isaac era suave. Sentía sus dedos presionar contra mi clítoris. Pero no era suficiente para hacer que me corriera.

-Ella está desesperada por correrse. ¿Vamos a darle permiso a nuestra pequeña e indisciplinada swich para que lo haga?- pregunto Isaac a sus hermanos.

- Diablos, no -insistió Josef sonriendo con crueldad. Esa sonrisa generalmente me encantaba pero justo ahora era la cosa que más odiaba en el mundo.

- Por favor, Iván- suplique, en busca de compasión.

Un ceño fruncido le cruzó el rostro y supe que lo había jodido.

- No hasta que estemos dentro de ti -sentencio- ¿Cómo se supone que me llames cuando no estoy en tu interior?- insinuó Iván algo irritado.

Tal vez él no era tan blando conmigo después de todo.

- Amo - suspire decepcionada. Inmediatamente Isaac me tomaba en sus brazos. Le eche los míos al cuello mientras me llevaba a la cama.

Iván y Josef caminaban uno al lado del otro. Ambos se habían quitado las ropas, y sus magníficos cuerpos en los que destacaban impresionantes erecciones, se exhibían por completo ante mí. Isaac me dejo en la cama de rodillas y volví mi cara hacia él.

- ¿Segura que estás lista para esto, cariño? Hoy vamos a ser exigentes- cuestiono Isaac.

No jodas, mis glúteos rojos y sensibles podrían dar alegato de ello.

- Puedo tratar con los tres a la vez- dije segura.

Él se inclinó y rozó su boca contra la mía, lamiendo mis labios hasta que permití que su lengua se deslizara contra la mía en una sensual danza. Mientras besaba a Isaac, sentí otro cuerpo a mis espaldas.

- Dame un poco de eso, mi reina -Una mano ruda me volvió la cara hacia la derecha, una rudeza que rivalizaba con el beso suave, largo y lento que me daba Josef mientras Isaac jugaba con mis senos y las joyas que colgaban de mis pezones.

- Creo que me estas olvidando, cariño-Iván me atrajo hacia él con fuerza hasta que estuve pegada a su pecho, mis pies descalzos en la alfombra y sus manos sujetando mi cintura. Me besó con fuerza, su boca dominando la mía con poder de mando y seducción.

- Es hora, cariño -Me soltó Iván- Monta a Isaac.

Mire hacia la enorme cama. Isaac estaba acostado sobre la suave sabana de satén rojo, sosteniendo su gran erección hacia arriba, esperando que la envolviera con mi cuerpo.

- Vamos, amor-me instó Josef a avanzar, su mano acariciando mi torturado trasero.

Subí a la cama, con cuidado para conservar el plug dentro. Bese mi camino a través del cuerpo de Isaac, desde los muslos fuertes, la cintura estrecha y ese abdomen impresionante hasta llegar a sus labios.

- Bésame también, cariño-Dijo Ivan tomando su lugar en la cabecera de la cama. Su gran erección empujaba hacia mí y le permitía saquear mi boca una vez más. Las manos fuertes y ásperas de Josef me rodearon las caderas. Él plantó suaves besos a lo largo de la piel sensible de mi cuello, haciéndome estremecer. Logrando que me sintiera tan adorada como siempre se encargaba de hacer. Isaac tenía esa enorme polla, acariciándose contra mis pliegues mientras se preparaba para llenarme.

-Ven aquí, cariño. Déjame entrar en ti- exigió

Ivan me sujetó las manos y Josef movió mis caderas a la posición correcta. Solo pude suspirar cuando la enorme polla se deslizó en mi vagina empapada con suavidad.

-Dios, me encanta cómo te sientes- expresó Isaac y me empujó hacia abajo, metiéndose más profundo en mí cavidad- Si esta tan estrecha con el plug no quiero imaginar cuando dos de nosotros estemos dentro de ti- aseveró.