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Irina POV

La noche se cernía en el firmamento, había pasado la mayor parte del día con la vista puesta en la ventana y la mano sobre mi imperceptible vientre. Las palabras de Milenka daban vueltas en mi cabeza al igual que la traición de Josef, en este momento quisiera matarlo, pero algo en mi interior me lo impide. Tengo miedo de traer a esta criatura al mundo, soy una asesina, no sé cómo ser madre, no me dieron la misma infancia que al resto de los niños por lo que no sabría que carajos hacer con un bebe, con Perla y Milenka es fácil, están quebradas igual que yo. Por más esperanzas y confianza que me hubiera dado Mile me siento incapaz de hacerlo. Un recuerdo vuelve a mi mente justo en ese instante.

Había tomado mucho tiempo que mi madre convenciera a mi padre y a Yakov para que nos dejaran intentar ir a la escuela, los servicios sociales habían estado en casa algunas veces para saber el por qué no lo hacíamos y papá les había sobornado para que dejaran de incordiar, pero esta vez había cedido, aceptando una propuesta de Anelka en caso de que no funcionara.

Por lo que el primer día de clases de lo que se consideraría nuestro primer año de bachillerato nos enviaron al infierno conocido como escuela, de más esta decir que no salió nada bien.

La escuela estaba bien, el problema fueron las personas en ella, no más llegar todo fue una mierda, Josef y yo habíamos decidido llegar solos por lo que mi padre nos dio un auto que me aseguro no llamaría mucho la atención, su Audi Q7 realmente era una belleza, pero no nos libró de que los pijos comentaran que no era el auto del año o alguna mierda de poca importancia.

El primer altercado del día no espero a la primera clase, íbamos por el pasillo hacia nuestro salón cuando a alguien se le ocurrió tocarme el culo y ahí todo se fue al carajo, Josef levanto al tipo del suelo por el cuello con la facilidad de todos los días y para cuando nos dimos cuenta estábamos en la dirección siendo reñidos por macarras ya que atacamos al niño lindo de la escuela, su hijo. El director definitivamente no sabía lo que significaba la palabra macarra, pero lo aprendió luego de que nos fuimos de allí.

La segunda y tercera clase fueron bien pero para cuando llego el almuerzo el chisme del altercado se había extendido por todo el puto colegio y el equipo de animadoras decidió venir a por mí ya que el estúpido era el novio de su capitana.

Nuestra mesa estaba bastante alejada del resto, pero eso no impidió que se acercaran a fastidiar.

-Oye, tú, la nueva- grito una mocosa desde el otro extremo del comedor mientras aceleraba su paso hacia mí.

No me gire y simplemente volví a quitarle el cigarrillo a Jos para darle otra calada cuando una mano se posó en mi hombro.

-Quitala- susurre pero aun así no lo hizo- Te dije que quitaras tu asquerosa mano de mi- exclame comenzando a irritarme

-Y que harás si no lo- antes de que pudiera terminar de hablar ya había apagado el cigarrillo en su mano- Zorra- grito mientas intentaba calmar el dolor, pero sus amigas no se cortaron ni un pelo tratando de golpearme.

Así que para el final del día habíamos acordado no regresar pero antes dejaríamos un regalito al director.

-Crees que sea buena idea, tu madre pondrá el grito en el cielo- se burló Jos antes de besarme.

-Hubiera preferido montármelo sobre el auto del director, pero hacer volar el bonito Maserati de su hijo será más divertido- alegue antes de forzar la puerta y preparar todo mientras Jos se encargaba.

Una hora después justo cuando desbloqueo las puertas del auto este voló por los aires, dando por concluida nuestra aventura escolar…

Un disparo me saca de mis pensamientos, y luego del primero una lluvia de ellos resuena en la mansión, Milenka entra de la mano de Perla a la habitación casi arrastrando a la más pequeña con su velocidad.

- Madre, están atacando la mansión- me informa agitada.

- Vengan conmigo rápido, no quiero que les pase nada- le pido levantándome de prisa para llevarlas al búnker en mi oficina.

Bajamos corriendo las escaleras para encontrarnos con un intenso tiroteo entre dos bandos, las armas eran disparadas frenéticamente y el fuego cruzado no disminuía su intensidad.

- Bajen la cabeza y síganme- les ordeno con rapidez a las niñas que acatan la orden sabiendo el riesgo.

Antes de llegar a la oficina uno hombre alto de cara deforme le apunta a Milenka con un arma pero antes de que la bala impacte contra ella me interpongo en el camino del proyectil, un ardor se extiende por mi brazo izquierdo pero otro disparo a sus espaldas hace que el hombre caiga y un reguero de sesos se esparza en mi ropa. Josef me toma en brazos y les pide a las niñas que lo sigan, estas sin cavilaciones cumplen la orden hasta que estamos dentro del búnker.

- Acaso estás loca- me grita Josef- podías haberla empujado para que saliera del camino de la bala, no interponerte entre ella y el proyectil .Podrían estar muertas, ya no eres tu sola, joder.- Me regaña enojado a medida que se acerca a mí con un botiquín de primeros auxilios y dándome su camiseta en la mano, ya se lo que viene.

- Muérdela - ordena- voy a sacar la bala- alega cortando mi camisa en el lado de mi brazo izquierdo.- Milenka, ayudame con tu madre- le ordena a la pequeña que se acerca rápidamente.

- ¿Qué necesitas?- le pregunta ella fría, sé que la buena relación existente entre ellos murió esta mañana, con las palabras fuera de lugar de Josef.

- Dame una pinza que hay casi al fondo de la caja y gasas con alcohol- le pide el con el mismo tono cariñoso en el que siempre le había hablado lo que causa que ella haga una mueca de disgusto.

Tras limpiar la herida con alcohol comienza a introducir la pinza en el agujero que dejo el proyectil en mi brazo haciendo que muerda con fuerza su camiseta, esta mierda duele. Siento cuando la pinza choca con algo de metal y luego el habla.

- La tengo- expresa y comienza a retirar la pinza hasta que la bala cae al piso.

Tomando unas gasas tapa la herida y tras eso la venda para luego ponerse de pie.

- Voy a ayudar afuera, quedate aquí y no arriesgues más a nuestros hijos, y es una orden Irina- me ordena cortante.

Espere a que se fuera para tomar un par de armas y tratar de salir tras de él.

- Madre, no, él tiene razón- alega Milenka.

- Lo siento chiquilla, pero si quieres ayudar, toma- digo dándole un auricular y poniéndome otro- ve a las cámaras y guiame por donde no haya peligro.

- Como ordene madre- me contesta decidida para luego tomar lugar frente a las cámaras.

No más salir vuelvo a sellar el búnker con ambas niñas dentro y me dirijo al pasillo.

- Madre, dos en el pasillo de la izquierda, nada más que salgas estarás en su campo de visión- me alerta.

Con dos disparos están ambos muertos.

- Milenka, ¿hay alguien cerca?

- Depende de que quieras hacer- cuestiona.

- Solo quiero ver si tiene alguna marca de quien los envía- afirmó.

- Si puedes, pero date prisa, hay dos hombres esperando dos pasillos a la izquierda pero Ivan esta tras ellos.

Tras oír las indicaciones corto la camisa del tipo y las correas del chaleco antibalas, en el medio de su pecho un símbolo de la Yakusa del norte está marcado en fuego, malditos japoneses de mierda, nunca les basta con lo que se les ofrece.

- Milenka, dónde está el centro de la batalla- le pregunto.

- El salón principal madre- me contesta y me dirijo rápidamente hacia allá.

- Mamá, no, Josef se va a enojar si apareces allí y te pasa algo- me pide la pequeña.

- No te preocupes cariño, nada va a pasar- le tranquilizo mientras corro al salón seguida por Ivan que me frena empujándome hasta inmovilizarme contra una pared.

- Esta loca, vuelve al búnker- me exige.

- No, nunca lo he hecho y ahora no comenzaré a hacerlo- le contradigo autoritaria.

- Piensa en el niño, Irina, no eres solo tú.

- Mis hijos sabrán ser tan fuertes como yo, Ivan, como sus padres y abuelos, así que suéltame ya- le ordeno.

- ¿Vas a tenerlo?- pregunta curioso, la esperanza iluminando su rostro.

- No es momento para eso, pero si, por las niñas y por mí- le digo.

- ¿Y por nosotros?- pregunta Josef llegando desde el pasillo contrario- No te importa nuestra opinión.

- A ti no te importo la mía al momento de hacer no sé qué para dejarme embarazada, así que no. Ahora ayúdenme a terminar con esto- les ordeno a ambos.

- Cómo lo hacemos, el salón está repleto, los que estaban afuera están muertos, pero esos están dando guerra.- Afirma Ivan.

- Ivan, tu cúbreme la retaguardia y Josef el frente, cuando lleguemos a la sala cada uno de ustedes abarcara un tercio de un circulo y yo el restante, daré la orden en ruso de todos al suelo, nuestra guardia entenderá pero ellos no, en ese momento disparen- les narro el plan.- Listos.

- Si- asienten ambos

El plan sale según lo indicado con un solo inconveniente, cuatro de mis muñecas estaban siendo apuntadas en la cabeza por los hijos de puta que quedaban en pie.

- ¿Qué quieren? - pregunte en Japonés.

- A ti, nuestro jefe te quiere a su lado, como su esclava- me comunica riendo.

- Y que les hace pensar que aceptaré- rebato.

- La vida de tus preciosos juguetes- dice uno de ellos aferrando fuertemente a Topacio de las caderas, al punto que esta grito de dolor.

La rabia me consumía al punto de que al mirar a mí alrededor no sabía qué hacer, Koby desde el suelo calibraba algo para liberar a Topacio pero eso mataría a las demás por lo que lo pare con un simple gesto con la mano.

- Mile- consulte en un susurro- ¿ves lo que está pasando?

- Si- aseguro sería.

-  ¿Cuáles son los puntos débiles?

- La cabeza, son más altos que las muñecas pero si bien ustedes son tres, cuando disparen una de ellas morirá a manos del que sigue vivo- me comunico firme.

- ¿A qué estás pensando en que hacer perra?- se mofo uno de ellos.

Las armas de todos estaba en el suelo por lo que solo quedaba una opción, una opción que no me gustaba para nada.

- Milenka, baja y ayudame, es una orden, pero deja a Perla dentro- le ordene.

- Cómo desee madre.

La sentía por el auricular cruzando los pasillos a toda velocidad, pero necesitaba ganar tiempo.

- ¿Por qué tu jefe me querría como su esclava?- le pregunte al primero en hablar mientras informaba el plan por señas a los chicos.

- Solo quiere una puta nueva para su burdel más exclusivo y creeme, tu cumples sus expectativas- me dijo el hijo de puta al momento que vi a Milenka asomarse por las escaleras apuntando al más cercano a ella.

Con un movimiento de mi mano todos estaban listos.

- Pues lamento que tu jefe no pueda cumplir su sueño- dije al momento en que cinco disparos resonaron en la habitación.

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