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Josef POV
Al darse cuenta de que había marcado a fuego su glúteo solo la hizo mojarse aún más, su orgasmo fue devastador y algo se apodero de mí, ese sentimiento de propiedad que había perdido hace algunos años. La sonrisa no desapareció de mi cara mientras la tenía sobre mis rodillas y la mimaba, su pelo estaba hecho un desastre pero era suave como la seda, sus pupilas estaban dilatadas por el placer y sus ojos no dejaron los míos hasta que comenzó a moverse y acariciar su bajo vientre antes de que se desmayará tras un espantoso chillido de dolor.
Trate de despertarla, pero al ver que no lo hacía solo me puse más nervioso de lo que ya estaba. Poniéndome rápidamente el bóxer la tome en brazos y me dirigí a su habitación casi corriendo, en el camino hacia esta solo pensé en la facilidad con la que se estaba desmayando en el último tiempo y la frecuencia con la que vomitaba, me preocupaba grandemente su salud y estaba asustado como la mierda en este momento, Irina era alguien con un elevadísimo umbral del dolor por lo que ese grito significaba que algo estaba muy mal. Al entrar la recosté en la cama y me disponía a taparla cuando me alertaron tres firmes golpes en la puerta, encaminándome hacia esta me encontré con mis hermanos que me miraban con seriedad.
- ¿Está bien?-Pregunto Ivan dejándome confuso.
- ¿Qué?- interrogué dudoso, estaba de los nervios.
- Te vimos correr con Irina en brazos hacía aquí y tu cara se veía preocupada, ¿ella está bien?- cuestionó Isaac.
- No lo sé - le digo desesperado- la he visto enferma desde hace un tiempo y en mi enojo no he hecho nada por ella- les digo acercándome a la mesa de noche junto a ella.
Al abrir la gaveta para tomar el teléfono encuentro algo que había perdido; un regalo para Irina si me perdonaba y aceptaba mi mayor deseo, pero qué hacia ella con eso, tal vez querrá complacerme. Un hilo de sangre corre entre las piernas de Irina y algo dentro de mí se llena de preocupación. Con todo esto y su enfermedad en la cabeza decido llamar al médico de nuestra familia para que venga a examinarla lo más pronto posible.
****
El médico llegó cerca de media hora después y nos sacó de la habitación para realizar su trabajo. El nerviosismo por que algo estuviera mal con ella se acrecentaba a cada minuto que éste permanecía dentro de la habitación, Irina había despertado cinco minutos antes de la llegada del doctor y había saltado de la cama para correr directamente al baño a vaciar su estómago pero sus ojos se fijaron en la sangre y tras lavarse se puso una almohadilla femenina.
Clarie había llegado con la guardia veinte minutos antes que el doctor Maricov y las niñas estaban en sus habitaciones por lo que fui a ponerme algo de ropa antes de que estas salieran de sus cuartos para ver que estaba mal con su madre.
Un rato después la puerta es abierta por un doctor con expresión seria que nos invita a pasar y tomar asiento en el sofá más alejado de la cama de nuestra chica la cual se encuentra sentada sobre esta con la cabeza apoyada sobre las rodillas en espera al diagnóstico del médico, su rostro aun es una máscara de dolor, una vía intravenosa está conectada a su brazo y al vernos entrar pone mala cara, como si no entendiera algo.
- ¿Por qué los hace pasar doctor?- pregunta incómoda.
- Están aquí ya que lo que les debo informar les compete a todos como pareja, ¿Puedo hablar? – pide permiso
- Si claro- conteste antes de que Irina negará.
- Perfecto, le realicé algunas pruebas hace unos minutos a la señorita y el resultado concluyente es que…
-¿Algo está mal con ella?- Le interrumpo preocupado.
-Nada está mal con ella pero me gustaría que me dejara hablar señor Komarov- me regaña como si fuera un niño pequeño.
-El problema doctor Maricov es que se está demorando mucho en hablar y me pone nervioso- le rebato.
-Entonces seré directo, señorita Marcova, usted se encuentra embarazada, así que felicidades- nos dijo dejándola en shock.
-Peroestoy sangrando- le asegura incapaz de creerlo.
-Usted sufrió una pequeña amenaza de aborto, pero he logrado controlar el sangrado y todo está resuelto ahora gracias a dios-agregó ante la pregunta de la misma, por mi parte una inmensa alegría hace a mi corazón dar un vuelco.
¡Lo conseguí! Es la única frase que reina en mi mente.
-No, no, no, no es posible- niega ella reaccionando de forma brusca antes de arrancar la vía de su brazo. De un momento a otro abraza sus rodillas y comienza a mecerse hacia adelante y atrás sobre la cama como cuando era niña, una reacción que no esperarías para nada de alguien como Irina. El médico observa con detenimiento su reacción antes de hablar.
- Irina, querida- dice tan viejo amigo de la familia calibrándola, hace que su tono de voz sea dulce para evitar agitarla demasiado, su condición no era buena como para agregarle estrés además de que podría causarle una crisis psicótica- estas cerca de seis semanas, supongo por las hormonas, pero tendría que confirmarlo. ¿Por qué me dices que no es posible? ¿No lo quieres?
- Yo, yo no lo quiero Aleksey, yo no quiero tener hijos, yo me cuidaba, fui desde joven contigo para que te aseguraras de que esto no pasaría, no es posible, usted está equivocado- Dice casi histérica y comienza a llorar, mi felicidad es manchada por su negación pero ya mi hijo viene en camino, está muy estresada en este momento, lo aceptara pronto.
-Cariño, todos los métodos anticonceptivos tienen sus fallos, no es culpa de nadie, debes calmarte, esto no es bueno para ti- le regaña de forma discreta tratando de calmarla.
- ¿Qué… dime que debo hacer para evitarlo?- le pregunta tomándolo por la manga de la camisa desesperada.
- Bueno- dice mirando hacia nosotros con pena ya que le había mencionado mi deseo de dejarla embarazada pero el deber se lo exige- Puedes hace una interrupción del embarazo, pero no te lo recomiendo Irina, piensa bien lo que vas a hacer antes, estas muy alterada ahora para tomar decisiones, piénsalo un poco, aún hay tiempo si tras hablarlo calmadamente decides hacerlo- le sugiere.
- No lo quiero, ¿Cuándo puedo hacerlo?- le demanda y la furia dentro de mí no hace más que crecer.
- Irina, basta ya, no digas estupideces- le grito y está mira a mis ojos suplicante, veo la vulnerabilidad en cada uno de sus rasgos, tiene miedo.
- Esto no tenía que pasar, no hice nada para que pasará- me grita de vuelta antes de girarse para mirar al doctor- cumplí con todos los requisitos, esto no debía pasar- le dice.
- Yo lo hice joder- se me escapa en el arrebato del momento, así su ira estalla y esta, no conoce límites.
- Doctor, puede marcharse por hoy, gracias por sus servicios, luego lo llamaré- le dice y este se retira rápidamente para no quedar en el centro de la pelea que puede llegar a las manos. El mejor que nadie sabe que los arranques de ira de Irina son cualquier cosa menos pacíficos. No más cerrar la puerta se desata el infierno.
- Eres un maldito hijo de puta egoísta, y luego me reclamas acerca de lo mismo, no piensas en lo que haces, no sabes las consecuencias de tus actos, no lo quiero joder, prefiero matarlo ahora a que venga a este jodido mundo a vivir una infancia de mierda y que un cabrón me lo mate por venganza, ¿por qué coño no me entiendes? - dice hecha una furia.
- Irina - intento calmarla en lo que analizó sus razones- cariño...
- Cariño una hostia, eres el ser más sínico que conozco, tomas mis decisiones y juegas con mi vida como si fuera tu puta elección a tomar. Y tú- dice señalando a Ivan- Estoy segura de que lo sabías y no me dijiste, si no por qué hubieras insistido tanto en que lo había lastimado al no cumplir su deseo- le recrimina.
-Irina, para ya, esto es entre tú y yo, ellos no tienen nada que ver- les defiendo como había prometido, fue mi idea así que yo asumiré las consecuencias.
-Claro, como no se me ocurrió antes, cuando me lo pediste ya lo tenías todo planeado
Su diatriba termina por unos instantes antes de que ponga un beso en su palma y la lleve a su casi inexistente vientre. Su gesto me conmueve pero las palabras que lo siguen no hacen más que destrozarme.
- Hola mi amor, soy tu mamá, quiero que sepas que te amo y por eso voy a evitar que llegues a este mundo cruel a sufrir como lo he hecho yo- le dice al bebé y mi mundo se derrumba, no puedo dejar que eso pase.
- Amor, no hagas eso- le suplicó- vamos a calmarnos hoy y mañana lo hablamos más tranquilos, sí.
- No te metas Josef, es mi cuerpo, mi hijo y mi decisión- réplica.
- También es mi hijo joder- grito a todo pulmón.
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