33
Irina POV
Me dirigí a mi habitación con ganas de matar a esa chica, como se atrevía a insinuársele delante de mí, repetidas veces a mi hombre. Josef venía detrás de mí siguiéndome a pasos rápidos.
Al cerrarse la puerta mis demonios se desatan y el primer golpe cae fuertemente sobre su mejilla.
- Como, por qué, en este mundo, dejas que otra mujer te toque y te diga que quiere acostarse contigo y no la rechazas al instante- le digo propinándole otra cachetada.
Solo pasa un minuto antes de que sostenga mis manos a cada lada de mi cuerpo con firmeza.
- Irina, mi reina, la chica no me estaba tocando y yo la iba a rechazar, no te alteres más - me pide soltando mis manos para sostener mi cara entre sus manos esta vez.
- ¿Necesitas a otra para complacerte?- pregunto sin mirarle a los ojos, dolida. Una inseguridad que no tengo idea de donde sale me embarga.
- Solo a ti, Irina, yo no soy Andreev, yo soy tuyo, no voy a traicionarte como él lo hizo, soy tuyo- me dice recordándome a ese hijo de puta que me engaño como a una tonta con cuanta golfa le pasaba por delante.
Una imagen llega a mi mente tras la sola mención de ese nombre.
… Estoy en las caballerizas justo cuando veo a Josef dirigirse hacia mí como una flecha, su cara es la máxima expresión de la rabia pero aun así reconozco que se está conteniendo.
-¿Estas bien?- indago al joven de dieciséis años frente a mí del cual he tratado de alejarme el último año sin conseguir nada, es como un imán, con solo mirarme es suficiente para hacerme sentir cosas que no debería.
-Quiero que vengas conmigo, no pienso seguir permitiendo esto- declara dejándome confusa.
-¿A dónde?- cuestiono.
Pero en lugar de contestarme entrelaza su mano con la mía y me lleva al otro extremo de la mansión, justo donde está el cuarto de armas de mi padre, la puerta esta entreabierta y fuertes gemidos se escapan de allí.
-Quiero que mires dentro- me pidió serio.
-¿Por qué debería de hacer eso?- dudo
-Porque si no lo dejas voy a matarlo- declaro justo en el momento en que la persona que gemía grita un nombre que me deja en shock.
-Andreev, oh dios, si- chilla la voz familiar.
Mirando los ojos verdes frente a mí con una furia mal dirigida entro en la habitación mientras quito el seguro al arma en mi cinturilla.
-Lucy- saludo entre dientes haciéndola saltar de la impresión.
-Irina yo- antes de que pudiera terminar de hablar una bala había atravesado su frente.
-Cariño, yo puedo explicarlo- murmura quien hasta ahora había sido mi novio lívido del susto.
Apunto el arma hacia el justo al instante en el que Josef la arranca de mi mano.
-¿Qué estás haciendo?- le recrimino enojada.
-Evitando que tu padre te regañe más tarde- aclara- no puedes matarlo pero yo me hare cargo, sal de aquí, este imbécil no volverá a tocarte…
Sin poder contener la posesividad en mi interior algo escapa de mis labios no más salir del trance.
- Eres mío- reclamo- Nadie va a tocarte porque yo soy capaz de darte todo lo que necesitas- le aseguro imperativa.
- Y por qué no me lo demuestras reina- me dice retándome.
- Tengo que estar abajo en veinte minutos- le digo.
- Te sobra tiempo para complacerme en la ducha- dice comenzando a quitarme la bata que me cubría.
El agua cae sobre nosotros mientas nos devoramos como animales. Él se introduce dentro de mí con brusquedad. Sus manos toman mis caderas y las acercan a su cuerpo para penetrarme más profundo con un agarre que lastima mi piel, pero esa brusquedad es bienvenida. Toda muestra de su posesividad lo es.
- ¿Quieres qué te dé más fuerte?- interroga antes de mordisquear mis pezones lo que aumenta mi deseo.
- Si, Josef, dame todo, no te contengas. Puedo aguantar lo que me des- digo colmada de placer.
Su ritmo se vuelve casi violento, la rapidez y fuerza de sus envites hace que cuelgue del límite en cuestión de minutos.
- Eres capaz de complacer mis momentos más salvajes, Irina, nunca dudes eso, tú eres mía para complacer, eres mía para torturar y eres mía para cuidar- dice mientras muerde mi hombro con salvajismo.
Un grito ahogado sale de mi boca y es seguido por un orgasmo que me deja exhausta. Siento como su simiente se vierte en mi interior otra vez el día de hoy.
Aun llevándome cargada me acuesta en la cama con las caderas y la cabeza sobre sendas almohadas sin salir de mi interior.
- Mi amor, ¿me darías lo que te pidiera?- me pregunta suavemente acariciando mi mejilla.
- ¿Depende de que quieras?- le respondo algo somnolienta.
- ¿Me darías lo que más deseo?- pregunta ansioso.
- Si es lo que más deseas- le digo sonriente- sí, te lo daría.
- Quiero un hijo mi reina, quiero un hijo tuyo- pide esperanzado.
Esa noticia me deja en shock, no, él no puede desear eso seriamente.
- Deja de bromear, Josef- dudo un poco.
- Estoy hablando muy en serio Irina, quiero un hijo contigo, quiero algo que nos una de por vida- dice mirándome a los ojos, con esa posesividad subyacente desde el día que me entregue a él.
- No, no Josef, pídeme...pídeme lo que quieras pero eso no, todo menos eso- la voz me tiembla ante lo que esto implicaría.
- Dijiste que me darías lo que más deseara Irina, eso es lo que más deseo- asegura serio.
-Soy tuya Josef, me entregue a ti, no hay nada que nos una más que eso- intento suavizar la situación para tratar de que cambie de idea.
-Nina, quiero esto hace mucho tiempo, si, te entregaste a mí, pero sabes perfectamente que siempre he deseado más de ti y quiero una familia contigo- trata de razonar conmigo lo que asusta aún más ya que es capaz de convencerme de cualquier cosa.
- Josef, no quiero hijo,- digo demasiado seria y al ver su expresión de dureza cambiar a una triste me corrijo- no ahora, no estoy lista.
- Lo que quieras- agrega con rabia contenida- vas tarde- me dice y sale de la habitación dando un portazo.
*****
El duelo fue algo fácil, la chica era débil y yo quería quitar de mi mente la proposición tan loca que me había hecho Josef. La chica difícilmente pidiera salir del hospital en unos meses, pero no volvería a tocar lo que es mío. Agachándome cerca de su oído le dije algo que seguro entendería.
-Pourquoi si tu sais que tu vas terminer blessè tu continus sans jamais tarreter? (¿Por qué si sabes que vas a terminar dañada sigues sin parar?)- pronuncio suavemente
Poniéndome de pie frente a todas las reclutas deje algo muy en claro.
- A la próxima que se acerque con intenciones sexuales o románticas a los trillizos- digo haciendo un ademán para señalar a los dos de ellos presentes en el gimnasio- va a terminar peor que Mila. ¿Queda claro?- exijo
- Si, zarina- dicen todas a la vez
******
- Ivan, donde esta Josef- le pregunto al bajar a cenar.
- Esta en su habitación, le dijo a Clarie que no quería cenar, y que le llevara cuatro botellas de vodka.
- Esta bien- les digo -vamos a comer, por cierto, ¿Qué dijo el médico de Mila?
La risa de Isaac me dijo que nada bueno había sido.
- Tiene cuatro costillas fisuradas, fracturas en varios huesecillos de la muñeca y una contusión en la cabeza, tiene relativamente poco para habérsele insinuado a tu favorito- dice con un poco de envidia en la última frase.
- Los tres son mis favoritos, no digas sandeces Ivan- le digo para luego besarlos, pese a que hay un poco de verdad en sus palabras.
10:30 pm
- Josef, abre la puerta en este instante- le digo con una bandeja en la mano y tras varios intentos para que me abra.
- Vete Irina- dice algo atolondrado.
- Te ordenó que me abras en este instante- demandó y por fin la puerta es abierta. La habitación parece un tiradero y esto solo demuestra lo mal que le vino el rechazo, Josef es una persona compulsiva, que no soporta el desorden. Busco dejar la bandeja en una superficie plana lo que resulta bastante difícil.
- ¿Estás borracho?- le pregunto.
- ¿Por qué no quieres darme un hijo?- indaga atolondrado confirmando mis dudas
- Hagamos algo, en cinco años te daré un hijo- le digo acariciando su mejilla con cariño para calmarlo, sabiendo que no recordará nada mañana pero eso al menos evitaría que siguiera bebiendo.
- ¿Si me darías un hijo?- pregunta dudoso.
- Si, pero no ahora, en cinco años- le recuerdo.- Y solo si comes.
- Esta bien, ¿dormirías conmigo?- dice tirándome sobre la cama.
- Vamos a dormir- le pido
- Te amo- dice para luego quedarse dormido con la cabeza apoyada en mi pecho.
Paso media noche acariciando su espalda, cabello y rostro hasta quedarme profundamente dormida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro