Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

31

Ivan POV

-¿Van a estar ahí mirándome toda la noche sin hacer nada? -nos reta con picardía.

- Querida, creo que tenemos ponernos al día. ¿Por qué no te quitas la ropa para nosotros?-Le dice Isaac en tono de orden más que de pregunta

Camina lentamente contoneando las caderas hacia el borde de la cama y comienza a quitarse los zapatos y las bragas, mostrando su sexo en todo su esplendor al agacharse a recogerlas. El deseo en los ojos de nuestra chica envía una ráfaga a través de mi sistema. Isaac podía estar dirigiendo sus acciones, pero sus miradas anunciaban que ella tenía todo el poder.
Ella nos controlaba con cada botón que liberaba. Éramos sus cautivos. Todos nosotros.
En el momento en que se hubo quitado el sostén y se subió a cuatro patas sobre la cama, temblaba de necesidad.

-Estoy aquí -susurró sin aliento- ¿Y ahora qué harán conmigo?

Isaac tenía los puños apretados a ambos lados de su cuerpo. Podía ver el blanco de sus nudillos.

-Ahora, si Isaac no se une a ti, yo lo haré. -Isaac no necesitó que se lo dijera dos veces. Y estuvo junto a ella en tiempo récord, a pasos de su boca para permitir que lo mimara a su antojo.

La habían llamado ángel en el momento que la conocimos. Josef había dicho que era su ángel antes de que no las presentaran a nosotros. Su rostro era perfecto, casi inocente en su belleza. Su cuerpo hacía doler el nuestro. Un ángel caído. Una diosa esculpida para complacer cada pensamiento pecaminoso de un hombre. Una mujer que teníamos que probar. Y caímos muy profundo ante ese ángel, tanto que sentíamos la necesidad de marcarla como nuestra. Pero aun así, ella nunca le pertenecería a ninguno de nosotros.

Irina se inclinó hacia delante y se lamió los labios, deseosa de tomar el duro pene de mi hermano en su boca, cuando mi voz la detuvo.

-Todavía no, Irina. Inclina tus caderas hacia mí. Así es, buena chica. Ahora separa las piernas. Más. Eso es agradable. Bien, ahora puedes saborearlo. Pero no le permitas correrse. No hasta que yo lo diga. No hasta que él esté dentro de ti. Isaac la observaba con atención, tratando de contenerse mientras me maldecía silenciosamente.

Ella se inclinó hacia delante y los puños de Isaac se apretaron en su cabello cuando abrió los húmedos labios sobre la punta de su eje. Su sexo mojándose mientras lo tomaba en su boca. Descaradamente. Feroz. Celestial. Las palabras no eran suficientes para describir la reacción de su cuerpo a este acto. Sus muslos se encontraban húmedos por la excitación. Excitación que sabía que yo podía ver al otro lado del cuarto. Y sabía que ella deseaba que observara. Abrió las piernas más separadas y balanceó sus caderas ante mí a tiempo con el ritmo de su boca. Provocándome. Incitándome a que me uniera a la acción.

-Ivan, no te atrevas a jodidamente a hacerla parar El gruñido de Isaac la hizo estremecer. Necesito esto. Lo necesito. Oh, demonios, Irina ¿Cómo estás?

Las palabras de mi hermano se cortaron en el momento en que ella extendió una mano para ahuecar el saco apretado en la base de su pene, y acariciarlo a medida que deslizaba su boca hacia abajo hasta que sus labios casi tocaron sus dedos. Tragó saliva audiblemente. Los gemidos de sufrimiento de Isaac resonaron en mis oídos.

-Eres perfecta, querida, eres una jodida diosa en la cama.-La alabo mi hermano.

Las caderas de él se sacudieron contra Irina, sus manos guiando su cabeza casi con impotencia, contra su pene.

-No estoy seguro de que pueda aguantar, cariño. Esto se siente muy, muy bueno. Oh, Dios, lo qué puedes hacer con la boca debería tener un cartel de peligro, podría matarte. No te detengas. Así es. Solo. Necesito. Unas pocas más

-Detente. Ahora.-le ordene

Esta acato la orden de manera automática y se apartó sin dudarlo.

Te odio, Ivan gruñó Isaac

No, no lo haces. Lo pensé por un minuto. Bueno, tal vez lo haces ahora, pero me lo agradecerás más tarde.  ¿Estás preparada para más?- le pregunte a nuestra chica.

Su sola afirmación me dio vía libre para seguir con mis planes y diez minutos después la tenía atada a un asiento suspendido del techo elevado. Un asiento que mantenía sus muslos abiertos y su espalda apoyada, pero que no tenía ninguna tela en el medio para nuestro disfrute con su intimidad.
El aire frío en la habitación rozó su piel desnuda, haciendo que se ruborizara. Isaac tomo el lugar de su sexo mientras yo me acerque a ella hasta sentir mi pecho presionado contra su espalda.
Ella se aferró a las cuerdas gruesas de las que colgaba la silla, observándonos asegurar sus piernas y la franja suave pero ajustable de tela debajo de sus apetecibles pechos. Los roces intencionales de nuestras manos mientras ajustábamos el arnés le hicieron anhelar más. Se encontraba ruborizada de necesidad.

-Creo que está lista, Ivan -la voz de Isaac fue áspera- Y sé que yo lo estoy.

Miró por encima del hombro a tiempo para ver sonreír disimuladamente a Irina

-Todavía no, hermano.-Le digo

Levantó una mano y golpeó una de sus nalgas con firmeza, forzando un grito de sorpresa de su garganta.
Su nalga derecha obtuvo el mismo tratamiento. Yo sabía que nuestras acciones, la desesperaban, haciendo que la silla se balanceara con sus movimientos agitados.

-¿Por qué me castigas?- pregunto con voz necesitada.

Isaac se acercó a ella, su pene rígido deslizándose a lo largo de la parte superior de su muslo.

-¿Por qué sabemos que te gusta? Y como buenos amos, si lo disfrutas, nos da placer también-le contesto Isaac

-Por favor, Isaac. Necesito que me toques. Ivan, ¿puedes tocarme ahora? ¿Tomarme?- susurro casi suplicando .El gemido que salió de mi boca fue bajo y largo.

-Como si él pudiera detenerme-Dijo Isaac y dio un paso más cerca entre sus muslos extendidos y acunó su cara con las manos. Inclinó la cabeza, saboreando su boca, suavemente al principio, como si creyera que desaparecería.

-Te necesito- susurro ella contra sus labios

Él se estremeció y profundizó el beso, hasta que sus lenguas estuvieron enredadas en una batalla, sus dientes mordiendo fuertemente, ansiando más. Sus labios eran adictivos y yo lo sabía de sobra. Ella gimió en señal de aprobación, deslizando sus manos por su cuello, baje las mías para acariciar sus senos sensibles a gusto.
Cuando mis palmas rasparon contra sus pezones duros jugueteé suavemente con ellos y un quejido de protesta salió de sus labios

-Infiernos. Lo quieres rudo, ¿verdad, Irina?- le pregunto

-Sí. Su respuesta fue desesperada, dispuesta a aceptar cualquier cosa, siempre y cuando continuara tocándola así-. Fóllenme. No puedo esperar.

Nuestra chica era una ramera cuando estaba necesitada, pero no importaba. Ella quería sentirlo en lo más profundo de si, y quién de nosotros se negaría a sus suplicas. Isaac hizo otro sonido de sumiso acuerdo antes de alinear su pene entre sus muslos y embestir. Y tras lubricar su perfecto trasero entre en ella de una sola estocada, ganándome un grito de placer, su sexo estaba húmedo y su excitación corría por todo mi miembro. Era un ajuste apretado. Perfecto y ceñido. Era el cielo.
Las embestidas acompasadas de ambos la tenían en las nubes, de su boca solo salían gemidos y gritos de placer al estar los dos profundamente sumergidos en su interior. Le propine una nalgada sonora en su glúteo derecho donde de la marca de mi mano resaltaba el parche anticonceptivo adherido hacia un rato, sin pensarlo dos veces y cumpliendo la orden de Josef aun sin estar seguro del por qué, lo arranque. Aumentando la rudeza de las embestidas sabía que ella estaba al límite, su sexo nos apretaba como si fuera una prensa hidráulica.

-Irina. Irina, cariño...  Mía.  -Me abrí camino hasta que mis caderas estuvieron presionadas contra las sus glúteos y los tres dejamos escapar un gemido tembloroso.

Isaac levantó los pesados párpados para echar un vistazo por encima del hombro de ella

-Nuestra, Ivan. Es nuestra.

Esta proclamación un tanto enojada de Isaac hace que Irina ría y ponga los ojos en blanco.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro