—Yo creo que deberías conocerme más —dijo Claire, después de saborear su paleta de grosella—. Es decir, puedo parecer toda una lindura a veces pero la verdad —Miró a Ethan— es que todo el tiempo estoy enojada, y creo que eso no te gustara.

Ethan se le quedaba viendo como si estuviera apreciando alguna loca pintura que tenía que entender, pero en realidad ya lo hacía y le parecía hermosa. Habían esperado a que todos se hubieran ido de la escuela, para así poderse quedar y platicar acerca del gran beso que tuvieron en las escaleras.

Cuando Lily se despidió de Claire, entonces el corazón de la castaña se aceleró y palpito todo lo que nunca antes. Quería estar con Ethan, dejarse ser feliz un poquito en su vida mientras admiraba cada rasgo de él, como sus diminutas pecas, o ese cabello negro que estaba más brillante que el de ella... ni mencionemos la encantadora sonrisa que mostraba cada vez que la veía.

—Aunque salgamos no creo que se me quite este... ¿Cómo lo has llamado? —Ethan encarnó una ceja—. ¡Ah sí! Este capricho que tengo contigo. Así que acéptalo Everlin —Se hundió de hombros—. Me gustas, quieras o no.

Al escuchar esas palabras que salían de Ethan otra vez Claire sintió un revoloteó en el estómago, algo así como un cosquilleo. Siguió comiéndose su paleta, sin importarle cuan rara se viera al hacerlo y que su acompañante se riera de ella.

—Aún tengo la duda de cómo harás para que todo tu club de amiguitos te dejen verme fuera de la escuela. Es decir, si aquí dentro de la preparatoria te tienen más que vigilado...

—Ya no tanto desde que piensan que me gusta Serena —Claire hizo una mueca de desagrado—. Giancarlo me ayudará a planear algo para que no sospechen, pero por lo mientras lo mejor es que mantengamos un bajo perfil.

—Un bajo perfil, ¿eh? —repitió Claire, quien ya se había acabado su paleta de grosella—. Lo dice el chico que para todo buscaba cualquier forma de hablar conmigo después de lo de ayer... Será mejor que lo mantengamos todo a como venía siendo desde hace semanas.

El celular de Claire sonó, eran sus padres. La estaban esperando afuera desde hacía ya mucho tiempo, y eso había hecho que su tono de voz con ella fuera de enojo. Al colgar, le dijo a Ethan que tenía que irse, así que él la acompañó hasta la salida.

—Entonces ¿qué dices? —preguntó de repente Ethan, parándose a escasos pasos de la puerta de entrada.

—¿Que digo sobre qué?

—Sobre si quieres salir conmigo el viernes por la tarde.

—Pensé que saldríamos hasta que salieran las películas de los libros que estaba leyendo —Claire abrió los ojos desorbitadamente—. Claro, si es que los terminas de leer.

—¡Claro que los terminaré de leer! Pero de igual manera falta tiempo para el estreno de la película, y yo lo que quiero es estar contigo antes de eso. —Ella no dijo nada, entonces Ethan empezó a sentirse nervioso. ¿Lo había estropeado todo? ¿Se había precipitado?

—Espero que comamos algún tipo de comida rápida, porque no toleraría tener que aprenderme el debido uso de cada cubierto que ponen en esos restaurantes de lujo.

—De acuerdo —Sonrió Ethan—. ¡Te veo en inglés!

Claire salió de la escuela a la par que veía como Ethan la despedía con una gran sonrisa y un gesto de manos. El joven de cabello negro como la noche todavía se quedó parado ante la gran puerta color gris oscuro por la que había salido Claire Everlin hacía unos segundos. No podía creer lo maravilloso que había sido ese día para él. Estaba en la nubes y cada vez más alto.

—Así que después de todo te gusta ella y no Serena, ¿eh? —preguntaron a sus espaldas.

Ethan dio un salto del susto provocado por esa voz aguda y femenina. Se volteó y vio a Ashley, cruzada de brazos y dándole una mirada de complicidad.

—¡Pensé que ya te habías ido! —Se acercó a su amiga de rubia melena—. ¡Me has dado un gran susto Ash! ¡Y qué bueno que fueras tú la que escuchara y viera todo, y no Giovanna!

—¡De la que te has salvado, pequitas! —se burló Ashley, soltando una risita—. Cuando te dejé fue porque me había llegado un mensaje, supuse al instante que era el chofer diciéndome que estaba afuera, pero no. El mensaje era de Tiffany, en el cual me decía que ya había regresado de sus hermosas vacaciones con el primo de Meredith Williams por Grecia...

—¡Genial! —exclamó Ethan, con sarcasmo puro—. Otra pesada a la que tendré que soportar. A duras penas podía con Giovanna y su divino don de meterse en donde no la llaman, ahora estará Tiffany a quien nadie puede engañar y es tan perspicaz como nadie en la Élite. —Miró por primera vez los ojos azules ojos de su amiga—. ¿Sabes Ashley? Tú eres la única que me cae de maravilla de entre todos ellos.

—Te agradaré más cuando te diga que tu secreto está guardado —Curveó las comisuras de sus labios—. No le diré a nadie lo que traen Claire y tú. A mí también me agrada ella, y no quiero herirla al destruirle sus ilusiones de amor contigo.

Esa misma tarde Ethan supo que podía contar con alguien más que no fuera Giancarlo Mitman, que le agradaban más personas dentro de sus amigos de las que recordaba.

Todo se había acomodado a favor de Ethan ese día. Se pudo dormir en paz, sin saber la tormenta que se avecinaba. Pensó que Claire estaría pensando en él justo antes de dormir, él pensaba en ella; pero había una tercera rueda que en verdad pensaba en Ethan antes de dormir, y era Serena.

Lo último que pensó Serena antes de dormirse por completo, era que tenía que hacer que Ethan se enamorara de ella todavía más de lo que ya estaba —si supiera...—. Así que en la mañana le llamó a Tiffany y le pidió que dijera maravillas sobre sus vacaciones.

Y así fue, en las primeras horas de escuela Tiffany no dejaba de recordarles a todos lo hermosa que era Grecia de día y de noche, los lugares de espléndida vista y sus espectaculares playas.

—¿No es perfecto, Charles? —preguntó Serena, cuando Tiffany dejó de contarles sobre las actividades que había hecho con Erick Williams.

—Sí... ¡Hasta he recordado que hace seis meses que no salimos de vacaciones! —Se acomodó su cabello lacio del color de la mantequilla y prosiguió—. ¿Qué les parece salir de vacaciones pronto?

—¡Una maravilla Charles! —dijo Tiffany—. La verdad es que Erick sólo se la pasaba dándome datos sobre las ruinas griegas y todas esas cosas aburridas de todo un sabelotodo; así que ahora me gustaría ir y disfrutar nada más, ¿qué dices Carlo?

—¿Qué? —preguntó mientras dejaba de escribirle el último texto a Lauren—. ¡Ah sí! Me encantaría. ¿A ti igual, no Jared?

—Sí porque no... Todavía no viene la temporada de exámenes, así que no hay excusa por mi parte.

—¿Qué dices tú Ethan? —le preguntó Serena—. ¡No vayas a decirnos que no!

—Pues... —Se lo pensó con cuidado—. Está bien.

La siguiente clase que tuvieron se la pasaron planificando y encontrando el sitio ideal para vacacionar. Al final se decidieron estar en Bora Bora, el cual Charles había descrito como el paraíso. No les importó el mandar mensajes de texto a sus padres durante las clases.

Todo venía siendo de acuerdo al plan que tenía Serena. Lo único que faltaba era decir el día y hora en el que partirían a ese lugar de ensueño.

A la hora del receso, Ethan sacó el último libro de la trilogía y se lo llevó consigo para terminarlo de una vez por todas. Sus amigos seguían con los planes para tomarse un respiro de la escuela. Miró a su alrededor para localizar a Claire, y cuando lo hizo observó que estaba jugando basquetbol con Ian, Harry, Lily e incluso la perezosa de Lauren Cameron.

Los ojos color almendra de Ethan Miller no dejaban de mirar dirección a las canchas de basquetbol, en donde Claire se veía muy feliz y sin pizca de recordar lo que ayer había pasado, ya que sonreía a menudo hacia Ian. No se podía concentrar en lo que leía al tener en mente que Claire podría estar cayendo ante los nulos encantos que poseía Ian Cowell.

Se imaginaba a Claire tomada de la mano del rubio, sonriéndole y abrazándolo, mientras que Ian sonreía con todos los dientes y le pasaba un brazo por el cuello para pegarla más a él y poder besarle aunque sea la cabeza.

—Está muy interesante el juego, ¿a que no, Ethan?

—¡Baja la voz Ashley! —le pidió, disminuyendo su tono de voz—. Es solo que no puedo creer que en lo que yo estoy aquí sentado, Ian esté tratando de enamorarla sin ningún descaro.

—No lo sabes por mí... —empezó a decir Ashley, quitándose los mechones de cabello de atrás de la oreja para que le cubriera su perfil de ambos lados y nadie la viera decir algo— Pero Lily me ha dicho que ¡le gustas a Claire! Creo que ayer tenías esa pequeña duda respecto al tema. Sí —continuó. Ethan regresó la mirada a Claire—, ella no es mucho de saber expresarse, o eso es lo que nos dijo nuestra espía de pelo color zanahoria... Así que tranquilo, mientras no te alejes o le hagas pensar que te ha dejado de interesar, todo estará bien con la chica Everlin.

—¿Y tú cómo sabes eso?

—La mamá de Lily es la mejor amiga de mi madre, prácticamente nos hemos criado codo a codo. Y si te estás preguntando porqué ella no está en nuestro círculo, es porque no quiso. De igual manera nos hablamos los días que tomamos arquería y equitación juntas.

Las palabras de Ashley no hicieron que Ethan calmara ni un poco sus nervios, e incluso llegó a la etapa de sentir unos celos tremendos de Ian. No quería que nadie se le acercara a su futura novia, que nadie la mirara y se dieran cuenta de lo maravillosa que podía llegar a ser Claire cuando le quitabas lo irónica y respondona que llegaba a ser. Claire Everlin debía de ser sólo para Ethan Miller.

Cuando el timbre sonó para que regresaran a las clases a Ethan le dio un ataque de euforia al saber que podría estar con Claire sin que otro chico de la Élite estuviera por ahí vigilándolo. Tomó su mochila y fue con Giancarlo.

—¿Y cómo te ha ido con Lauren?

—Ah pues podemos decir que un tanto bien. Empezamos a platicar un poco más, y ella me ha dicho que le es imposible no soltarme sarcasmos o reclamarme por algo... La costumbre.

—Oye, ¿y qué harás con el asunto de Tiffany? —Subieron las escaleras para el último piso—. A ella se le ven intenciones de en verdad salir contigo.

—Sí... lo sé. Y Jared ha estado recordándome de lo afortunado que soy de tener una cita con Tiffany. He llegado a pensar que a él le gusta más que a mí.

—Pensé que le gustaba Ashley.

—¡A Jared le gustan todas! Hace unos días discutió con Adam porque le dijo que se le hacía muy atractiva Giovanna...

—Hay que admitir —le recordó Ethan a Giancarlo— que a todos hubo un tiempo que no pensábamos en otra cosa que en tener la atención de Gio... Al principio yo quería ser su novio, luego me enteré que Adam y ella tenían algo y esas ganas se evaporaron.

—De lo que me vengo a enterar... —se burló su amigo.

Ya iban a la mitad del pasillo, cuando Serena les gritó por la ventana de su salón y tuvieron que retroceder hasta el inicio del camino.

—¡A que no lo creen! —exclamó con entusiasmo, agitando con suavidad su cabello ondulado—. Hemos conseguido un viaje a Bora Bora este mismo viernes, ¡no es una locura!

A Ethan se le cayó el alma a los pies. ¡Tenía que ser una broma! ¡No podían irse tan rápido! Entonces cayó en cuenta de que tenía que avisarles a sus padres, y con lo precipitado que era el viaje no lo dejarían.

—Tengo que decirles a mis padres. Y la verdad —Serena había tomado las manos de Ethan— no creo que me dejen ir con lo raudo de la planificación.

—¿Alguna vez alguien me ha dicho que no, Ethan? ¿A mí? —Se rió—. Lo bueno de todo esto es que tú hermano también quería viajar, y cuando le hablé a tu madre para saber su opinión parecía encantada. Así que no te preocupes, ¡tu hermano también vendrá!

—¡Fantástico! —anunció Giancarlo, aguantándose las ganas de carcajearse. 

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¡ÚNANSE!

¡Hola caramelos elitosos! Perdón por no actualizar el lunes, se me olvidó por completo (ya que tuve puente). En fin, hace unos días una lectora de la historia me pidió que pusiera a la Élite en su verdadera esencia, fuera de la escuela entonces se me ocurrió llevarlos de vacaciones. Ahí verán los lujos que se tenía muy bien guardados todos los del círculo de alto prestigio de New High. 

No olviden votar y comentar en el capítulo. Amo ver sus comentarios sobre qué les va pareciendo la historia, qué les gustaría ver, a quién shippean... 

¡Hasta la próooooooxima!