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La cena de los Levinson Pt. 2

Canción del capítulo en la multimedia 


—Un brindis por la gran Élite de New High, en la cual reina el caos —dijo Adam, alzando su copa con champaña. Serena iba caminando hacia donde estaban sus amigos. Adam fingió sorber un poco más de alcohol—: Genial, Serena no se ve nada contenta. La bruja ya viene chicos...

—¡Adam! Ella no es una bruja —lo reprendió su novia, frunciendo el ceño.

—Lo siento Gio, pero esta vez Adam tiene razón. —intervino Ashley— Serena enojada —Fingió que le daba un escalofrío, o tal vez no fingía.

—¿Qué está pasando aquí? —Llegó con ellos Serena. A pesar de su tono enojado en la voz tuvo que disminuir su furia y hacerla notar a través de una mirada que estaba matando a cada uno de los que estaban ahí—. ¡Todos se les quedan viendo! —Reparó en la presencia de Lauren y Tyron—. ¡Ustedes ni siquiera estaban invitados! ¿Qué hacen aquí?

—¿Cómo que qué hacen aquí? ¡Pues acompañarnos! Eso es muy obvio —respondió Giancarlo, con una voz fangosa a causa del tapón de papel que se había puesto en un orificio nasal para que la hemorragia le parara—. ¡Y ni se te ocurra decir algo como Charles! Ya no tendré consideración alguna...

—A mí no me dices qué decir o que no, ¿entendido Carlo? Ahora —Se irguió—. Es mejor que se vayan ellos de inmediato. No quiero que estropeen la noche —Sonrió, y saludó con la mano a alguien a lo lejos—. Tienen antes de la cena para arreglar todo este caos.

—Bien. Me iré —dijo Carlo, tomando de la mano a Lauren—. Y si lo hago también se vendrá conmigo lo que hemos dado para donar a la caridad. Es justo, ¿o no Ser?

Serena se quedó sorprendida. Carlo nunca le había replicado a alguien, siempre se callaba. Miró a su gemelo, esperando que interviniera por ella.

—Yo me encargo de esto —afirmó Jared, acomodándose el cuello de la camisa.

—Me encanta cuando tomas el control —le susurró Tiffany, ayudándole a acomodarse el moño del esmoquin blanco que llevaba.

Jared llevó a su hermano a una parte más privada, en donde todos los veían preguntándose qué sucedía, pero nadie lograba escuchar con exactitud la plática entre los gemelos. Al final llegó su padre, que con sólo una oración entre dientes logró calmar los ánimos de ambos. Carlo se fue de ahí disgustado, con las mejillas hirviéndole de lo enojado. Hubiera lucido más enrojecido de la cara si todavía tuviera el cabello color oro, como Jared.

—Tendremos que quedarnos —le dijo a Lauren—. Mi padre no está contento con el espectáculo que hemos montado. Mucho menos al ver que no he salido con Tiffany y esto puede afectar su negocio con los Olson. Así que espero que no te vuelvas a meter en asuntos que no son tuyos —le dijo a Charles, muy serio.

En ese momento Tyron tomó a su pareja de la mano, y la llevó al pie de las escaleras por las que habían bajado hacía menos de veinte minutos. Ashley estaba confundida, no le había dicho nada en los últimos minutos, y le consternaba que algo malo pasara por la cabeza del castaño a esas alturas de la noche, después de ver el gran problema que había causado su presencia.

—Ash, es mejor que me vaya —empezó por hablar Tyron—. Es muy bien sabido que no soy bien visto por tus amigos en la escuela, ahora mucho menos cuando vengo a acompañarte en este tipo de eventos que son tan exclusivos que nadie sin invitación entraría.

—¡Pero qué dices! Tú vienes conmigo, ¡no con ellos!

Tyron le acarició la mejilla a la chica, quien lo veía con esos ojos azules que reflejaban que la tristeza se estaba apoderando de ella. Ella tomó la mano del muchacho y no dejó que se despejara de su mejilla ni por un instante. Tyron había sido de gran ayuda desde que Ian le había dicho de una forma sutil que nunca podría verla como algo más que amigos. Él era tan atento, inteligente y carismático que empezaba a tener grandes sentimientos por él.

—Lo lamento tanto —susurró el castaño—. Fue un error venir. Espero que tengas una noche fantástica —Sonrió de medio lado. Acercó más a Ashley y le propició un lindo beso en la frente—. Nos vemos.

La dejó sola, entre la multitud que todavía saludaba a sus amigos con fervor, del tumulto que se formaba en las escaleras. Tyron se fue del evento sin siquiera haber intentado dejar a un lado las ofensas de siempre de los niños ricos y mimados que tenía por compañeros. Ashley quería soltar a chillar por aquel vil acto de cobardía de Tyron. Pensaba que esta vez sería diferente.

Inhaló profundamente un par de veces para eludir esas enormes ganas de llorar y se fue de nuevo a la mesa.

—¿Y Tyron? —preguntó Claire, buscando a su amigo entre el gentío.

—Tenía cosas que hacer —respondió Ashley, con una sonrisa fingida.

—Menos mal, una cara menos que tengo que soportar el día de hoy —comentó Charles, todavía sosteniendo una bolsa con hielos en su quijada. Al parecer el golpe le había dolido mucho.

Lauren miró a Claire, y sólo con una mirada y un par de cejas enarcadas ambas supieron que algo andaba mal. Claire sabía de ante mano que su amigo no era un patán, y mucho menos lo podría ser con una chica tan dulce como lo es Ashley. Le iba a marcar cuando se vio interrumpida por la bienvenida al evento.

Los invitados estaban separados. Los jóvenes estaban en su respectiva mesa de Élite: los de West Villa High School, Instituto Westwood, la preparatoria de New High, y otras más que juntaban a preparatorias y universidades, y la más importante de todas, en la que se encontraba Meredith Williams: Álit North College; los adultos estaban en mesas aparte, juntando amistades y también negocios potenciales.

Todos estaban calmados, aunque tuvieron que cambiar lugares para que Charles y Carlo no se sentaran juntos, y mucho menos que Lauren quedara al lado de Tiffany, quien no dejaba de mirarla como si lo que le estuviera haciendo fuera la peor de las torturas y la disfrutara. Lo único que iba bien en esa mesa era el cotilleo que se traían Ethan y Claire con Adam y Giovanna. Lo demás era tensión. Si no hubiera sido por esas dos parejas, cualquiera a lo lejos notaría en seguida que algo andaba mal.

Serena había dejado a sus padres en la mesa principal, y se fue con su círculo de amigos. Degustaron la cena, en donde cada platillo se tenía que comer utilizando cubiertos diferentes, y Ashley tenía que agarrar primero los cubiertos del siguiente plato y hacerlos notar con sutileza a Lauren y Claire, para que sus amigos no empezaran a criticarlas.

—¡Anímate Ashley! —le decía Ethan—. Ese idiota no merece tus lágrimas.

—¡Ni ese ni otro! —recriminó Jared, ayudando a su amigo a alegrar un poco a su amiga—. No te sientas mal. Si de algo sirve mi opinión, te diré que eres muy linda y ¡fue un gran patán al dejarte aquí sola! ¡No sabe lo que se pierde!

—Gracias chicos. De igual manera tenía que irme temprano. Sólo veníamos a comprar algo de la subasta y después nos iríamos, ya que mi hermano arriba en la madrugada a la ciudad, y queremos verlo antes de que se vaya de nuevo a Holanda.

—¿Cómo? ¡No! No puedes irte tan pronto. ¡No estarás para la fiesta juvenil que darán después del evento! —habló Serena, ofendida—. Ash, en serio te tienes que quedar. Si es por ese chico, ¡está bien! Le llamaremos y le haremos ir también al after-party. —Todos voltearon a verla. Charles se impresionó tanto de esas palabras dulces que le había dicho a Ashley—. ¿Qué?

—Es posiblemente lo más tierno que le has dicho a Ashley en siglos —contestó Charles, rodeando con su brazo el cuello de la chica—. Además, a ti no te gusta romper las reglas.

—Es muy obvio que las hemos roto en cuanto vieron llegar a... a Lauren y a Claire —Se tuvo que morder la lengua para no soltar un insulto. Se había dado cuenta de que nunca podría llamar la atención de Ethan si se la pasaba criticando y ofendiendo a las personas—. Además, tengo plena fe en que Tyron Makenzie sólo es un capricho del momento —añadió. Miró a Claire, con una sonrisita poco visible, y después llevó la mirada a Ethan y la sonrisa se agrandó—, ¿o no Ash?

—No creo que sea sólo un capricho —refutó Ethan. Tomó la mano de Claire y la entrelazó con la suya.

—Por cierto, ¿cómo va el mercado de los fármacos, Claire? ¿Cómo le va a tu padre en la inversión? —La chica arqueó una ceja ante la pregunta formulada por Charles.

—Va bien. Mi papá se enteró del tipo de negocios que tienen ustedes y quiere aportar un poco de capital en algún negocio que tengan. Por supuesto le dije que no, que ustedes no necesitarían...

—Mi padre está buscando socios —interrumpió Carlo—. Puede aportar un poco de capital al principio, y después convertirse en socio mayoritario. En cuanto empiece la subasta iré con él y le platicaré de esto.

—¿Estás bromeando Carlo? —le preguntó su gemelo—. ¿Crees que nuestro padre querrá eso?

—Lo único que le importa a él es el ganar-ganar.

—Sí claro...

—No quería decírtelo hermano, pero el negocio es mío. Quiero emanciparme del mercado de la tecnología un poco y variar el horizonte. Si puedo ayudar a Claire con eso no hay manera de que no empiece un buen negocio en el ámbito de la medicina.

—Vaya... Un negocio propio. Eso es algo grande incluso para alguien de nosotros —reconoció Giovanna—. ¡Y pensar que Adam está despreocupado de la vida al saber que algún día heredará todo!

—Estoy dentro —añadió Ethan—. Cuéntame como uno de los socios de tu negocio.

—Si todo va bien en un año, no dudes en que te pediré comprar acciones de lo que sea que planees —habló Serena—. Mi padre quiere que empiece a generar mi propio monto de inversiones, y si es en compañía de amigos mucho mejor.

—¿No aman el olor a dinero en esta conversación? —cuestionó Jared, oliendo el whisky en las rocas que tenía por bebida—. Unos simples niños mimados hablando de negocios —Todos, a excepción de Claire y Lauren, empezaron a reír.

Los Levinson dieron el anuncio de que empezaría la subasta, y que todos aquellos que iban a ser parte de ella fueran con ellos para que les dieran la reliquia con la que modelarían. De la Élite de New High sólo se pararon Tiffany, Giovanna y Jared. Minutos después empezaron a mencionar objetos y parte de la historia de estos. Se veían las pequeñas paletas alzándose por distintos lugares, haciendo de eso la competencia más grande y adinerada que Claire hubiera visto jamás. Ya habían pasado las dos chicas, y sólo faltaba Jared al pasar.

Lo anunciaron junto a un saxofón de chapa de oro, único en su clase. Y al parecer por los gestos del rubio era verdad que pesaba demasiado. Sin embargo, antes de que iniciaran con la subasta, Jared deleitó al público con pequeño concierto romántico. Las chicas parecían dejarse hipnotizar por la música que emitía el instrumento, y por la manera exquisita en la que se le veía al chico Mitman al tocar.

—¿Cómo puedes tocar tan bien el saxo? —le preguntó Ashley, intrigada de la respuesta—. Ni siquiera sabía que tocabas ese instrumento.

—Ni yo... ¡Y eso que soy tu hermano!

—Talentos ocultos, Carlo. Es mi mayor placer en esta vida el tocar el saxo.

—Tocaste bien.

—Gracias Everlin. Raro, pero gracias.

—Jared, mi padre quiere que amenices un poco con el saxo, ¿quieres? Obviamente te remuneraremos como es debido. Por cierto, ¡amé la energía con la que tocaste! Fue casi mágico.

—Seguro. Lo haría gustoso, y sin la necesidad de que me paguen por ello.

—¿Podría acompañarte con el piano? —preguntó Adam.

—No tengas ni una duda sobre ello Blake —El pelirrojo se paró de su asiento y siguió a Jared hacia la pequeña tarima que había.

Todo pareció quedarse en silencio mientras contemplaban la exquisita música que Adam y Jared les hacían favor de tocar. Algunos de sus amigos de otras Élites se sentían celosos, incluso presumían desde sus lugares que tocaban mucho mejor que aquellos dos. El jazz fluía por la estancia haciendo a algunos tararear la melodía e incluso mecerse en sus asientos.

No fue hasta que Charles sacó a bailar a Serena, que otros se pararon y les hicieron compañía. Las damas lucían sus elegantes vestidos de noche de colores neutros, sus collares de perlas auténticas y diamantes enormes. Los caballeros dejaban ver que podían llegar a bailar tan bien la música lenta, haciendo que las tenues luces hicieran brillar sus zapatos de miles de dólares.

Ethan miraba a Claire, quien había cerrado los ojos para disfrutar mejor de la música. Llevó la almendrada mirada a su amigo, quien estaba indeciso sobre sacar a bailar a Lauren. Él quería bailar, pero su acompañante le había negado la oportunidad al momento de decirle que no sabía bailar y no le gustaría que se burlaran de ella y sus nulas dotes de bailarina.

—Lauren —le habló Ethan. Por un momento ni él creía lo que estaba haciendo. Ella le caía mal, pero no dejaba de ser un caballero con ella, y al ver que tenía intenciones de bailar, y que Carlo no se atrevía él sería la salvación de la pelinegra—, ¿quieres bailar?

—S-seguro. Te veo ahora Carlo.

—Vaya, ahora somos dos ridículos sentados en una mesa, viendo a nuestras parejas bailar juntos —habló Carlo, pasándose los dedos por el fino cabello ondulado que tenía—. ¿No crees que será mejor pararnos y hacerles saber que también bailamos?

—Yo no bailo.

—¡Oh vamos Claire! Sé que si sabes bailar —Le tendió la mano—. Di que sí. Por otra parte, recuerda que me debes una al salvarte de esa incómoda charla con Ian en la fiesta de Giovanna.

—De acuerdo.

Empezaron a bailar, y a la mitad de la canción fue cuando Carlo cambio de pareja con Ethan, haciendo que las cosas fueran de nuevo normales. Los brazos de todas las chicas rodeaban los cuellos de sus novios, de sus esposos. Hubo instantes en que el pelinegro hacia comentarios muy chistosos y Claire soltaba en risas. Estaban ya entre varias parejas que podrían perderse si se soltaban las manos. Las melodías de Jared y Adam eran lentas y románticas.

—¿Te puedo decir algo Ethan?

—Sí es para terminar nuestra relación entonces no. No te dejaré hablar si es sobre eso.

—¡No! —Soltó unas pequeñas carcajadas—. Es sólo que... —Lo miró a los ojos, puso sus manos en el pecho del chico—. Quiero decirte que te quiero mucho. Me gusta estar contigo, y cómo me haces sentir. A tu lado me haces una mejor persona, y eso me gusta tanto...

—Claire, estas equivocada. Tú eres la que me hace mejor persona. Tienes ese magnífico don de cambiar a las personas con tan solo una sonrisa, siendo tu misma. En otras palabras: también te quiero, Everlin.

Siguieron bailando hasta que las baladas pasaron a ser un poco más movidas y tuvieron que irse a sentar antes de que Claire le sacara un ojo a alguien al tratar de bailar. Fue hasta ese momento en donde se dieron cuenta que Carlo y Lauren habían desaparecido de la pista de baile.

Ellos se habían escapado a la mitad de la segunda canción que bailaban. Habían ido a caminar por el lugar, tratando de evitar a los amigos de Carlo, para que no lo quisieran volver a llevar a la fiesta. Se estaban riendo de cómo se habían suscitado las cosas al principio de la noche, de cómo Jared hacía sus caras de esfuerzo para tocar el saxofón y demás.

—Necesitamos hablar Carlo —dijeron a sus espaldas. Voltearon y visualizaron a Tiffany.

El vestido color azul naval que llevaba resaltaba la palidez de su piel, sin embargo hacia que sus labios color rojo fueran deseables por cualquiera que los viera.

—¿Hablar sobre qué?

—¿Por qué estás fingiendo? —Se cruzó de brazos—. ¡Por fin entendí todo esto! —Lauren y Carlo se intercambiaron miradas— Fue tan obvio todo este tiempo, pero de igual manera no los supe descifrar.

—No tengo ni idea de lo que estás diciendo —se burló Giancarlo. Lauren soltó una risita comprimida—, así que mejor nos vamos.

—¡Me has querido dar celos todo este tiempo! Oh Giancarlo, pero que poco sutil has sido... ¿Y yo por qué no me di cuenta antes? Es obvio que nunca te fijarías en alguien como ella, y cómo veías que tu gemelo también me quería optaste por hacerme sentir celosa para que supiera que en realidad es a ti a quien quiero.

—Si lo que dijeras fuera cierto, en este momento te estaría besando así —Hizo que Lauren se volteara para verlo de frente. Le sonrió a la chica, y después de quitarle un mechón de cabello que se e había zafado de una trenza, llevó sus labios con los de Lauren. La beso con tanta algarabía que no le importó su el lipstick se le embarrara.

Tiffany empezó a sollozar. Trataba de que sus lloriqueos no se escucharan, al llevarse una mano a taparse la boca. Después del beso Carlo volteó a verla, sonrió y eso hizo romper en llanto a la rubia. Se paró enfrente del castaño y lo abofeteó.

—Bueno, eso salió mejor de lo que esperaba —dijo Lauren, hundiéndose de hombros.

—Sí claro. ¡Lo dices porque no te han soltado dos golpes en la misma noche! Mi amor por ti es tan fuerte cómo los golpes que me han dado. Y si eso no es quererte entonces no sé qué sea.

—Vamos por otra bolsa de hielo. Te vendrá bien.

Fueron con los caterers para que los auxiliaran con un poco de hielo. Carlo le pidió que no fueran de nuevo hacia la fiesta y la llevó a la parte trasera de la hacienda en la que se estaba llevando a cabo el evento. Había una piscina pequeña. Se sentaron, dejando que sus pies desnudos entraran en el agua. Lauren le sostenía la bolsa con hielo por unos instantes, hasta que su mano se congelaba y entonces él se la tenía que sostener por su propia cuenta.

—¿Te acuerdas de vez que nos conocimos?

—¡Oh no! No me recuerdes ese bochornoso momento —respondió Lauren, tapándose la cara.

—¿Por qué? —dijo entre carcajadas Carlo—. ¿Qué hay de malo con que me estuvieras viendo el trasero? —Ella lo vio con fastidio. Lo había hecho. Le había recordado cómo fue que se habían conocido, y no era un recuerdo grato de recordar—. Bien, no fue la mejor presentación.

—En mi defensa diré que traías algo pegado al pantalón.

—¡Ajá! "pegado en el pantalón" Sólo tienes que decirme que te sorprendió ver a un niño con el trasero más grande de la preparatoria.

—Eso no lo negaré. Fuiste el primero que vi que llenaba los pantalones de la parte trasera.

—¿Sabes que amerita todo esto? —Se paró de la orilla de la piscina.

—¿Qué? ¿Ya nos vamos?

—¡Quisieras, Cameron! Lo que amerita la ocasión es que —Le tendió la mano para ayudarla a parar. Cuando ya estaba de pie Lauren prosiguió— mi venganza se cumpla —La aventó al agua y soltó en carcajadas—. Me hiciste sentir muy observado ese día —añadió. Se quitó el saco y la camisa blanca y dio un clavado excepcional.

Los dos se juntaron una vez que sus cabezas también estuvieran empapadas. Se abrazaron.

—Lo lamento tanto. Creo que esa no fue una buena forma de darme a conocer.

—Desde ese día acostumbro ponerme un suéter amarrado a la cintura. Siente culpable cuando me veas cubriéndome la retaguardia.

—¡Lauren! ¡Carlo! —gritaron en la lejanía—. ¿Están aquí? —Ambos abrieron los ojos, asustados de que los pudieran encontrar en esa situación—. ¿Me escucharon?

Salieron corriendo de la piscina en cuanto escucharon que esa voz se volvía más fuerte. Carlo logró ponerse de nuevo la camisa, la cual mojó al instante a causa de que no tenía nada con qué secarse.

—Es un larga historia, no preguntes nada —le pidió Carlo a su amigo.

—Seguro. No quiero saber sus intimidades —aclaró el pelinegro—. Aunque dudo que Lauren diga algo de esa pequeñez que cargas.

—¡Ja, ja, ja! ¡Qué gracioso Miller! —replicó el castaño con sarcasmo—. Quisieras que fuera muy pequeño.

—Ahora veo conque se refería Claire cuando decía algo sobre su extraña forma de molestare. ¡Vaya amistad que tienen!

Ethan y Giancarlo intercambiaron miradas, se rieron silenciosamente.

—¿Para qué nos buscabas?

—Iré a dejar a Claire a su casa, quería saber si querían que los llevara. La limusina que renté está disponible.

—Creo que esta vez declinaremos —Miró a Lauren—. Tenemos una larga plática por delante. Gracias de todas formas Miller. ¿Nos vemos el lunes?

—Dalo por hecho.

Esperaron a que se les secara un poco más las ropa y se fueron a la camioneta en la que habían llegado. Esa ocasión él había querido que un chofer los transportara, así que a la hora de irse ambos ya estaban muy agotados. No pasaron ni diez minutos del trayecto cuando Lauren recargó la cabeza en el hombro de su chico y se quedó dormida, y Carlo recargó la cabeza en la de Lauren y se quedó por completo dormido. 

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¡ÚNANSE!

Caaaaaramelosss ¿Qué les pareció este nuevo capítulo? Yo creo que odiaron a Tyron por un instante. Y también pienso que están reconsiderando el empezar a querer a Jared.

¡Déjenme sus comentarios sobre lo que más les gustó del capítulo, que quieren ver más adelante!

No se olviden de votar y comentar.

Debo muchos capítulos dedicados 😱 así que si alguien quiere uno díganme y si les prometí uno recuerdenme porque tengo memoria de Dory😅

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