Epílogo
Había pasado ya un año desde que Ethan se había ido a Londres, donde las cosas fluían muy bien para el más pequeño de los Miller. Lo habían integrado de inmediato a la Élite de Buckingham, en la cual se rumoraba que tenían seguido contacto con el príncipe William y su familia. Y claro que apareció en la sección de sociales de los periódicos estadounidenses, en los que decían que le depararía un gran futuro allá después de su relación fallida con una chica más de la ciudad.
A pesar del ajetreo que tenía por ir a los eventos sociales con sus nuevos amigos, a Ethan no se le había olvidado aquella galería de fotos a la que tenía que asistir en Alemania a mediados de septiembre.
Todos los días sin falta se metía a los perfiles de Claire para ver qué tal le iba con su nuevo novio, el cual a cada rato en entrevistas la mandaba saludar y le decía un lindo comentario acerca de su belleza. Le dolía ver cómo era que alguien más amaba a su castaña, cómo otro la respetaba y le hacía saber que era su todo de la manera correcta, no como él, quien dejó pasar la oportunidad más valiosa de su vida.
Justo dos semanas antes de que empezaran de nuevo las clases en la universidad, Carlo, acompañado de su novia, fue a visitar a su amigo; y a pesar de que Lauren no le caía nada bien, la soportaba porque era la única manera de tener información del amor de su vida.
—Las cosas no van tan bien a como lo hacen ver las redes sociales. Justo ayer Claire me llamó para decirme que otra vez habían peleado.
—Juro que ganas no me faltan de tomar el jet privado e irle a partir la cara a Chad.
—Haces eso y estoy segura que Everlin le dice a Tyron que te deforme la cara como hace unos años —comentó Carlo, muy divertido al recordar ese momento.
—¡Cállate Mitman!
Después de esa visita que le hizo su mejor amigo fue una odisea que se volvieran a ver por las tareas que les dejaban en la universidad, por los eventos a los que concurrían y por supuesto que por la distancia entre ellos.
A principios de otoño el pelinegro se sentía tan sólo en esa mansión que decidió decirles a sus nuevos amigos que se fueran a vivir con él, ya que tenía suficientes cuartos para todos, y así la convertirían en su guarida residencial, en donde gracias a una de las chicas de larga cabellera color cobre, de nombre Harriet, los paparazzis no dejaban ni un milímetro de los grandes jardines sin cámaras apuntando a cualquier lado de la casa.
—Miller, vamos de compras para el intercambio de acción de gracias —Entró una chica de cabello rubio y ojos color miel. Él siempre le decía a Madisson que le hacía recordar mucho a su mejor amiga de los Estados Unidos, y por consecuente la quería mucho—. Oh no... ¡Ya deja de ver el Instagram de esa chica! Sólo te torturas al ver las fotos que sube con tus amigos y con ese idiota de primera por el que te cambió. Ya hasta la empiezo a odiar, y eso que no la conozco.
Madisson le arrebató el iPhone 7 de las manos y lo aventó lejos.
—Anda, vamos. Todos nos están esperando y sabes que a Liam no le gusta que lo hagamos esperar por mucho tiempo.
—Dile al estúpido de Liam que el que manda soy yo —Se levantó del sillón que tenía junto a la chimenea de su habitación y fue por el celular—. ¡Genial Mads, has roto mi celular! Ahora tendré que comprarme uno nuevo.
—Ni te hagas el digno, tonto, que sé que lo ibas a cambiar hoy porque ha salido ya el iPhone X. Es más, te lo regalaré yo —Lo tomó de la mano—. Ahora vamos, tienes muchas bolsas que cargarme a mí a Rachel.
Dicho y hecho, fue el que ayudó a las chicas a cargar las bolsas de sus compras, mientras los demás chicos se iban a ligar con otras chicas de la Élite de Francia que habían recién llegado para pasarla con ellos y sus familiares que vivían ahí. Después de un rato fue a comprarse un nuevo celular y a tomarse un café a las tiendas que estaban afuera del centro comercial.
—¡Mira a quién tenemos aquí! —Ethan alzó la vista del celular—. ¡Ethan Miller en persona!
Él sonrió por inercia al ver esa linda cabellera lacia caer por los hombros descubiertos de la chica.
—Por un instante no te he reconocido con ese nuevo tinte. Así que ahora eres rubia, ¿eh? —Se paró—. Por favor, toma asiento Anika.
Hacía mucho tiempo que el chico no se la pasaba de maravilla con otra chica, y por un momento sintió que podría empezar de nuevo.
El tiempo pasaba, y la vida de los chicos avanzaba cada vez más. Algunos de ellos estaban a nada de graduarse y poder ejercer sus profesiones sin miedo a quedarse en la miseria al ver que los negocios de sus padres florecían cada vez más y aumentaban sus fortunas.
Claire estaba fascinada con su universidad, amaba mucho la carrera que había escogido, y de vez en cuando le llegaban nuevos trabajos de modelo que aceptaba gustosa al saber la cantidad de dinero que le pagarían. Se había separado de Lauren tras quedar en universidades diferentes, pero seguían comunicándose y viéndose en los eventos, sin embargo con Lily cortó la comunicación para siempre al enterarse de que había hecho que Adam y Giovanna terminaran su relación de cuatro años.
A pesar de que ella era la cabecilla de la recién fundada Élite de Los Ángeles, no actuaba como una monarca con el poder de poner cabezas en la guillotina social. Era amable con todos y se juntaba con los chicos que no eran parte de su séquito de amigos nuevos. Siempre iba a sus clases en bicicleta para admirar las bellas playas por las que pasaba y que la brisa la inundara miles de veces. Esas simples actitudes hacían que más de uno la quisieran como su novia y otros más de su círculo envidiaran a Chad por la suerte que tenía de estar con ella.
Durante todo un año las cosas cambiaron drásticamente. Nunca pensó que al separarse de Lauren, ahora Serena fuera quien ocupara su lugar de mejor amiga. Ambas se hicieron muy unidas después de tener que posar en una sesión fotográfica para ser las nuevas caras de la marca Guess. También ayudó que Meredith dejara que Claire participara en los preparativos de su boda con su tío Eliot, y ésta, a su vez, le pidió ayuda a la chica Levinson por su buen gusto a la hora de organizar un evento.
Mientras más tiempo fluía, menos tiempo pensaba en cómo estaría el pelinegro, de quien había leído en internet, tenía una nueva conquista; una bella modelo rumana, con la que ya se le había vinculado anteriormente, de nombre Anika.
—Tranquila Serena, ¿qué pudiste hacer que fuera tan malo?
—He enviado la invitación de Ethan, pero con dos boletos, no uno.
El corazón de Claire se detuvo por un instante, haciendo que sus ojos de verde esmeralda se abrieran por completo.
—Estás muerta Levinson.
—¡Perdóname amiga! No fue intencional... Juro que esta vez no lo hice con malas intenciones. Le marcaré en este momento a pequitas y le diré que ese boleto es para su hermano. Lo tendré que arreglar de inmediato.
Claire empezaba a sentir como su corazón se aceleraba más de la cuenta. Caminaba de un lado a otro de su apartamento, y posterior a dos vueltas por el lugar se detuvo enfrente del ventanal y admiró las playas.
—Déjalo así. No le digas que has cometido un error. Si llega con alguien tendré que hacerme a la idea que ya no es mío.
—¿Aún lo quieres?
Se escuchó como abrían la puerta de su apartamento.
—Me tengo que ir, Tyron ha llegado. Mañana te veo para acompañar a Meredith por su vestido de novia, adiós.
Una vez al mes, ambos amigos se veían para poder mantenerse al tanto de sus vidas. En esa ocasión Tyron le comentó que ya tenía un gran equilibrio en su vida entre las dos carreras que estudiaba, Ashley y ella; también que su madre por fin había conocido a la rubia y que la había aceptado por completo en la familia. Pero cuando llegó el momento de Claire le dijo todas sus preocupaciones sobre el incidente que cometió Serena, sobre el estrés que era tener que ser dama de honor, las tareas y sobre todo las fuertes peleas que tenía ya muy seguido con Chad.
—Parece que está celoso del fantasma de Ethan, pero no entiendo por qué.
—La otra vez te descubrió mirando su perfil de Facebook, y los mensajes que se habían estado mandando hace un par de meses. ¿Cómo no quieres que se ponga celoso?
—Somos amigos. Él y yo somos amigos, sólo eso. Ethan quiso compartirme un poco de cómo le iba por allá, que nos extrañaba a todos...
—Pero omitió el hecho de que estaba saliendo con Anika, ¡hasta te lo negó! —dijo Tyron, yendo directo a la nevera para sacer el bote de nieve sabor chocofresa—. Y no digas que es mentira, porque el mensaje sigue ahí.
—Lo sé. Por eso no le he dicho de las peleas con mi novio.
—Hablando de eso... ¿Sigues pensando en..?
—¿En terminar con él? —Suspiró con pesar, con una triste mueca en su cara—. Cada día estoy más convencida de eso. Todo empeoró desde que entró a la universidad y se vino acá a estudiar.
Sólo faltaban días para el gran día de Meredith y Eliot. Todos corrían de un lado a otro para cerciorarse de que las cosas estuvieran en orden y que fueran lo ellos querían. Habían llegado a Londres con una semana de anticipación para cualquier cosa que se les atravesara. En esos días, personas de diferentes lugares del globo terráqueo empezaron a llegar para instalarse y estar listo para el 23 de julio por la noche.
Chad llamaba a su novia para saber a qué hora se desocuparía y pasar por ella para tener una cena romántica; al ver que todas sus llamadas se iban directo al buzón decidió ir hasta el apartamento en donde se estaba hospedando por el momento. Compartía el cuarto con Lauren y Serena, y ellas se limitaban a pedirle que bajara la voz y que no gritara tanto que hasta a ellas las estresaba.
Escucharon como tocaban la puerta con desesperación, pero Claire estaba al teléfono peleándose con el servicio de meseros.
—Ni creas que abriré la puerta —le dijo Serena a Lauren, mientras se seguía viendo el manicure.
La otra chica se limitó a poner los ojos en blanco y a maldecirse por aquella vez en la que esas dos se conectaron para ser amigas, y abrió la puerta. La chica de ojos verdes miró el pórtico y con un gesto le pidió a su novio que se marchara.
—Ahora no puedo, te veo luego. Adiós.
Chad no se fue. Se quedó ahí parado, con la mirada color azul zafiro incendiándose por el enojo. Espero a que su novia terminara de hablar por teléfono y empezaron a pelear. Se empezaron a echar en cara muchas cosas, desde que él había sido el que la había salvado de volver a ser nadie en la vida, hasta ella por los celos estúpidos.
—¡Ya no puedo más! Hasta aquí se termina esto.
—Amor, ¡tranquila! No... No es para tanto. Lo-lo lamento.
—Esto se acabó Chad. No te quiero ver jamás. Ahora márchate antes de que llame a seguridad y te saquen a la fuerza —El chico se quedó petrificado ante esas palabras, después de unos minutos comprendió que lo había arruinado todo y se marchó de ahí.
—Qué bueno que han terminado, ¡no lo soportaba! —dijo Serena, yendo con su amiga a abrazarla.
Claire no lloró ese día, pero tampoco se alegró; sólo sintió paz y ese sentimiento de atosigamiento se esfumó. Se sentía en paz y tranquila con ella misma. Lo malo de todo eso era que mañana sería la boda, y ahora todos empezarían a rumorear que había sucedido con su chico.
Al día siguiente estaban hechas locas las tres chicas en ese apartamento. Gritaban y corrían de un lado a otro mientras las arreglaban, y después de mucho tiempo a Claire se le hizo un nudo en la boca del estómago. Había estado tan ocupada con los preparativos que se le había olvidado por completo que después de dos años y medio lo volvería a ver. De un momento a otro le espetaba a todos que necesitaba hablar con Tyron de inmediato, sino no saldría de ahí. Serena y Lauren hicieron lo imposible para que el muchachito de cabellos castaños llegara en un santiamén ahí con ellas.
Una vez que llegó todos abandonaron el lugar para darles privacidad. Hablaron y ella empezó a sentirse menos ansiosa.
—No puedo hacerlo Ty... ¡No puedo!
—Claro que sí puedes. ¡Eres Claire Everlin, la chica que le rompió el corazón a ese gran patán! Si ya lo hiciste una vez, lo volverás a hacer. Además, Adam nos ha dicho que no te dejara sola ni un segundo en cuanto se enteró de la tontería que hizo Serena.
—¿Y Jared? ¿También estaría ahí conmigo?
—Todos estaremos de tu lado, pitufo —Le acarició la mejilla y esto hizo que la castaña se tranquilizara—. Ahora vámonos, no queremos que Meredith nos eche la culpa del retraso.
Al llegar a la iglesia en donde sería la ceremonia religiosa reino por un momento la tranquilidad de que todo iba saliendo a la perfección. Las bancas se llenaban de personas que iban a celebrar ese maravilloso matrimonio. Ella nunca lo vio llegar, haciéndola tranquilizarse demasiado.
Una vez que terminó la ceremonia se fueron al palacio de Buckingham en donde estarían festejando esa linda unión de familias. La recepción estaba a reventar de personas. Claire estuvo todo el tiempo acompañada de Adam mientras ayuda a Meredith en varias cosas, aunque su prima Caroline no la dejaba del todo. A ella no le gustaba para nada que fueran familia.
—Que intensa es Caroline... No pensé que nadie superara en maldad a Serena.
—No me imagino como estará todo el alumnado de New High con esta nueva Queen B —habló Claire—. Vamos con Jared, lo quiero saludar.
Todos los que alguna vez fueron la mejor Élite de la preparatoria de New High se saludaban y abrazaban después de tanto tiempo sin verse por más de diez minutos. El grupo estaba casi completo. En una mala jugada del destino, Claire volteó a la entrada de lugar y vio entrar aquella cabellera negra que antes le provocaba todo un torbellino de emociones, y esos ojos color avellana que le daban insomnio. Al ver que la chica no dejaba de ver en esa dirección todos la imitaron. Iba acompañado de una rubia muy hermosa.
—¡Ethan! —Salió corriendo Ashley a abrazarlo
—Genial, vino con Anika —comentó ella, con decepción en su voz.
—Pero ella... —comenzó a decir Adam, sin embargo Tyron le dio un codazo en las costillas para que no dijera nada.
—Es mejor hacerle creer que ella es Anika. —le susurró Tyron, al oído al pelirrojo.
Lo que siguió fue que todos volvieron a estar juntos, a excepción de Giovanna, quien estaba en esos momentos desfilando en Milán y llegaría más tarde. Cuando el pelinegro empezó a saludar a todos Claire se fue de ahí, no toleraría tener que estrecharle su mano.
Aún no lo había superado. Nunca lo había hecho. Estuvo con Chad para tratar de olvidarlo, para pagarle con la misma moneda; y a pesar de que lo llegó a querer mucho y se veía feliz, no lo era porque no lo veía como un simple amigo que estaba ayudando a superar a un idiota. Fue poco lo que ambos habían vivido, pero eso era lo que más le dolía a ella, que hubiera sido poco y que Ethan lo hubiera arruinado todo.
Durante toda la fiesta Claire estuvo acompañada de alguno de sus amigos, empero al final de la fiesta ya casi todos se habían ido. Ya no había nadie con quien pudiera estar ella después de mencionarle a todos los que le preguntaban por Chad, que lo suyo había terminado.
—Un día ajetreado, ¿a que sí?
Ella volteó al escuchar que alguien le hablaba a sus espaldas.
—Sí, lo ha sido —le respondió a Ethan—. Es mejor que me vaya, tengo que regresar a Los Ángeles y reponerme para las clases del lunes, además, creo que tu novia te está llamando para que ya se vayan. Me dio gusto verte... —Le tendió la mano y él la estrechó.
Ella se fue para tomar el coche en el que Serena la estaba esperando para irse directo al aeropuerto. En cuanto la vio subirse a la limusina llegó a su lado la rubia.
—¿Qué te ha dicho? —le preguntó.
—Pensó que eras mi novia —Soltó una pequeña risa—. ¿Qué acaso mi mejor amiga de Londres no me puede acompañar a eventos?
—Que chica tan más rara —comentó Madisson, divertida—. Conseguí lo que querías. Al parecer ella y su novio han terminado ayer por la noche, o eso es lo que me dijo tu amigo..., el gemelo. No fue fácil sacarle la información con su novia a un lado. Tienes razón, Lauren me cayó mal.
—Por algo eres mi mejor amiga —Le sonrió a la rubia, haciendo caso omiso de lo primero. Se quedaron callados unos segundos hasta que él analizó lo que le había dicho antes su amiga—. ¿Ya no están juntos?
—No. Al parecer Chad la alteró tanto con sus celos y su falta de paciencia que lo terminó... No pensarás en...
—Si no funcionó con Anika, ni con Rachel, fue por algo, ¿no lo crees?
Madisson esbozó una linda sonrisa llena de complicidad.
—Creo que tienes trabajo que hacer. Envíame una postal desde Nueva York. Y no te preocupes, correré a todos los idiotas de tu casa.
—¡Muchas gracias Mads! Eres la mejor —Le plasmó un sonoro beso en la mejilla y salió corriendo.
Su corazón se desboca al saber que nunca llegará a tiempo para decirle a Claire que ha madurado y que la extrañaba. Quería gritarle a los cuatro vientos que había sido un imbécil por arruinar algo tan lindo que tenía con ella hacía unos años, que había sido un cobarde al hacerle todo lo que le hizo, y que ahora era otro.
Cuando llegó al aeropuerto ya era tarde. No podía dejar todo así. Era su oportunidad de volver a intentar. Marcó un número y espero a que le respondieran.
—Tiffany, ¿aún no te vas?... Perfecto, no despejes. Necesito que me lleves en tu avión privado hacia Los Ángeles, así que dile al piloto el cambio de planes.
El avión en donde estaban Serena y Claire había hecho una escala en Nueva York, así que lo aprovecharon para cambiarse los vestidos de gala por unos jeans y unas playeras Calvin Klein y fueron a desayunar a los restaurantes que estaban dentro del aeropuerto. Después de ser las modelos más jóvenes que habían representado a Guess, los paparazzis las perseguían y las exaltaban en las revistas como las nuevas Kendall Jenner y Gigi Hadid.
—No puedo creer el descaro de pequitas al llevar a su novia a la boda... ¡A la boda de tu tío!
—Serena, ¿podemos evitar hablar de él? Por favor.
La castaña asintió con la cabeza y prosiguió a comer su platillo.
Cuando el avión aterrizó por completo en Los Ángeles, Serena llevó a su apartamento a Claire. Sólo checó que su amiga se metiera al edificio y se fue.
Claire llegó hasta el sexto piso y una vez que abrió la puerta, lo primero que hizo fue echarse a su cama a descansar lo que le quedaba del domingo. Cerró los ojos y dormitó un buen rato hasta que unos golpes en la puerta la volvieron a despertar. De seguro era Tyron, quien quiso ir a verla para saber cómo estaba.
—Makenzie, ¿para qué tocas si tienes la llave? —Abrió la puerta y se llevó una gran sorpresa—. ¿Qué haces aquí?
—Se dice buenas tardes Claire, después preguntas lo que quieras —Bufó el pelinegro—. Vaya modales que tienes ahora.
—Si estoy en lo correcto, estamos en Los Ángeles, no en Londres, así que... ¿Qué haces aquí?
—¿Puedo pasar? —Ella asintió con la cabeza y lo dejó entrar.
—Vine por algo que por mucho tiempo se me había olvidado aquí.
—Antes vivías en Nueva York, no aquí —Cerró la puerta y se encamino hacia él—. ¿Y tu novia? De seguro no le ha causado gracia que estés aquí conmigo. He escuchado que varias chicas londinenses me odian por el hecho de que las desprecias al decirles que aún no estás listo para salir de nuevo. Anika de seguro se enojará por esto.
Ethan tomó asiento en uno de los sillones y volteó a verla.
—¿Novia? —Recordó a Madisson. Soltó una carcajada que hizo a Claire enarcar una de sus cejas—. ¿Creíste que ella es Anika? —Negó rotundamente con la cabeza—. Estás tan equivocada Everlin... ¡Ella es Madisson! Mi mejor amiga.
—Ah... creí que...
—¿Creíste qué? ¿Qué llegaría con novia a la boda de uno de tus tíos, sabiendo que estarías ahí? —Bufó—. Y si fuera así, lo mío con Anika no funcionó. Sólo duró dos meses y le dije adiós. Pensé que lo sabías, dado a que me has estado stalkeando.
—¿Qué? ¡Ya quisieras!
—Claire, se te fue un me gusta en una de mis publicaciones de hace ocho meses... —Sonrió, e hizo mover todas las pecas de su tabique nasal.
—Da igual, ¿qué haces aquí en mi apartamento?
Ethan se levantó y caminó hacia ella. Cuando estuvo a un metro de distancia se detuvo.
—Ya te lo he dicho, vine por algo que me hace falta —Alzó la mirada al techo e hizo algunos gestos en lo que acomodaba sus ideas—. Y es una suerte que ya no la tenga atada ese chico que aborrezco con mi vida. Hubiera venido antes, pero aún no estaba preparado: seguía siendo el mismo idiota arrogante —Bajó la mirada y se dio el lujo de perderse una vez más en esos ojos que tanto amaba—, un patán de primera... Bueno, ya sabrás que tantas imprudencias era. Sin embargo, creo que con tres años lejos de todo este drama, me ha ayudado a pensar muy lo que quiero en esta vida, y me di cuenta que... —Se detuvo un instante, se humedeció los labios
—¿De qué Ethan? ¿De qué te has dado cuenta? —preguntó Claire con premura a saber la respuesta. Él curveó las comisuras de sus labios—. ¡Habla de una vez Miller!
—Me di cuenta de que lo que quiero para toda mi vida se encontraba al otro lado del globo terráqueo, estudiando ciencias de la comunicación y siendo modelo en sus tiempos libres. Y tengo miedo de que me corra de su apartamento en este momento, pero lo entenderé si lo hace...
Se vio callado por un beso que la muchacha le había robado para que dejara de hablar.
—Espero que no fuese un beso de despedida —susurró él, emocionado por lo que acababa de acontecer.
—Eso depende de ti.
—Perfecto, porque no dejaré que lo sea —dijo Ethan, para después besarle la frente.
—Es muy emotivo todo esto, pero en verdad me muero de hambre y quiero descansar.
—Vamos a comer, y así podemos platicar mejor de todo esto —Se separaron y se dirigieron a la puerta.
—Funciona para mí, siempre y cuando me dejes pagar mi parte.
—No. No te dejaré hacerlo —Abrieron el pórtico y salieron.
—¡Lo harás Miller! Puedo pagarme mis lujos yo solita.
—Han pasado tres años y sigues siendo una necia de primera...
—Pero así me amas —Claire le sonrió.
—Sí. La verdad es que lo hago.
¡TAN TAN! Ahora sí ha sido el final caramelos. Les aclaré una duda que muchos tenían acerca de Chad y Claire como novios, espero hayan puesto atención.
¿Creen que Ethan aprovechará esa oportunidad con Claire, o lo arruinará de nuevo? ¿Se esperaban esa nueva amistad (Serena y Claire)?
En el grupo subiré algunos datos de la historia, ¿Es la Élite de New High verdadera? ¿Ustedes que creen?
Feliz fin de año caramelos. ¡Los quiero mucho! Espero que el 2018 esté lleno de mucho éxito en sus vidas, amor y salud. Los amo mucho. Les deseo lo mejor para este año que sigue.
LES PRESENTO A ANIKA:
NOS VEMOS EN EL 2018 CON MÁS HISTORIAS <3 ¿LES GUSTARÍA QUE LA ÉLITE SALIERA EN FÍSICO?
Canciones ethaire
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