Ya era fin de semana, y los chicos de toda la Élite de la ciudad estarían reuniéndose en el club deportivo que frecuentaban para mantenerse al tanto de lo que pasaba en sus vidas como en la escuela.

Serena había pasado por Ashley y Giovanna para encontrarse con los demás. Tenía tantas ganas de llegar a tiempo para ver a Ethan jugar soccer, que conducía como maniática, haciendo a un lado todo lo que sus amigas le estaban diciendo.

—... ¡Serena! ¡Con más cuidado, que me vas a despeinar! —protestó Giovanna, se arregló el ondulado cabello castaño.

—¡Qué mal que estaremos separados este San Valentín! —dijo Ashley—. El año pasado quedó todo muy bien en el puesto de <<Cupido por un día>> —Serena soltó en carcajadas—. ¿De qué te ríes Serena?

—¿Acaso no lo recuerdas? —le preguntó a la rubia, mientras echaba una fortuita mirada por el retrovisor para encontrarse con los ojos azules de Ashely. Al ver que su amiga negaba con la cabeza, continuó—: ¡Fue el día en que le mandamos una flor a Claire! La pobre pensó que tenía algún admirador secreto, o que por fin le había gustado a alguien. ¡Hubieran visto su cara! —añadió con tono burlón. Era evidente que se estaba aguantando las ganas de carcajearse de nuevo—. Todos le preguntaron que quién la había enviado haciendo de su cara del color que tiene el puré de tomate... ¡Pobre chica, nunca podrá gustarle a nadie!

Giovanna se rió ante tal anécdota. Ella había acompañado a Serena a entregarle la rosa a Claire y había visto la reacción de la chica. Por otro lado, Ashley se contenía las ganas de decirles que Claire estaba a punto de salir con Ian en una cita, y es que ella era muy amiga del muchachito de ojos color azul índigo. No obstante no se pudo controlar lo siguiente:

—¡A Ethan parece gustarle Claire!

Fue una suerte para todas que no hubiera coches tan cercanos cuando Serena se frenó de un momento a otro. Sus amigas voltearon a verla con el ceño fruncido y una mueca de disgusto.

—¡Qué gran cómica eres Ashley! —comentó Giovanna—. ¿Cómo crees que a Ethan le va a gustar alguien como Claire Everlin? ¡Es más que obvio que se muere por ser novio de Serena desde que la conoció!

—Pues yo nunca he visto que te invitara a salir —se dirigió a Serena, quien había vuelto a conducir—. A ti ni te gusta Ethan, ¿o sí?

—Al principio no. Yo sólo quería a Charles como mi novio, y eso hasta él lo sabe... Pero en los últimos días me ha llamado la atención Ethan... Creo que es por el nuevo corte de cabello que lo hace lucir mucho más atractivo.

—No es por nada, pero parece que a él ya no le atraes tanto —añadió Giovanna—. ¿O cómo puedes explicarnos sus gestos cada vez que quieres estar con él, o cuando entrelazaste tu brazo con el suyo en la plaza la semana pasada?

—¡Estaba de mal humor! —se excusó Serena, levantando de más sus hermosas cejas tupidas—. ¡Ya verán en San Valentín como me pedirá que salgamos!

Ashley rodó los ojos. Ya no podía hacer nada más que esperar a ver qué haría Ethan con respecto a Serena y a Claire. Se estaba compadeciendo de la pobre chica Everlin, porque a leguas se veía que estaba completa, verdadera, y profundamente cayendo ante los encantos del pelinegro más odioso y pecoso de todo la preparatoria.

Las chicas estaban a pocos minutos del club, no obstante Giovanna decidió llamarle a Adam para que las esperaran un poco más y no se perdieran el poder escoger a su contrincante en esgrima.

Ethan estaba calentando mientras charlaba con Giancarlo. Discutían por el hecho de que el rubio no estaba de acuerdo de que Ethan quisiera coquetear con Claire siendo que no quería que le gustara más la muchacha.

¿Quién entendía a Ethan Miller? En un momento está haciendo todo lo posible para alejarla y al otro segundo ya estaba planeando todo para que ésta cayera rendida a sus pies.

—Ni pienses que te voy a ayudar en esto Ethan —le advirtió Giancarlo—. No quiero tener problemas con Serena o con Charles... Al único que podrías decirle es a Adam, quien se lleva bien con C laire. Pero... ¡Sólo piénsalo! Ella no hace otra cosa que traer problemas. ¡Y SI SE ENTERAN! —añadió, poniéndose la máscara— ¡Oh no! ¡Ni pensemos en que pasará si se enteran que quieres salir con alguien fuera de la Élite!

—Mira, nadie podrá darse cuenta de mis intenciones. Mi plan no consiste en otra cosa que llamar la atención de Claire mientras la fastidio, cosa que a Jared se le da de maravilla con ella; y no pensamos que le gusta o algo parecido...

Giancarlo, a pesar de que sabía —por obviedad— que su amigo no le podía ver el rostro, rodó los ojos. Quería a su amigo, y no quería que se metiera en problemas por alguien que ni siquiera caminaba por él, y mucho menos cruzaría un océano lleno de problemas.

El resto de la tarde Giancarlo ayudaba a Ethan de escaparse del lado de Serena. Incluso Giancarlo empezó a coquetear con su amiga para llamar su atención.

Cuando todas las medidas que habían tomado no habían funcionado, entonces Ethan empezó a coquetearle a Meredith Williams, la cabecilla de la monarquía que había formado su familia desde hace mucho, haciéndole entender a Serena que no quería nada con ella, ni siquiera en lo más remoto.

Cuando Ethan llegó a su casa la revisó, y no se encontró a nadie. Solo estaban las cosas de uno de sus hermanos, quien habían llegado el viernes para pasar tiempo con él, pero era lo último que hacían... irónico.

Se decidió a reposar un rato mientras veía la televisión en su respectivo cuarto cuando una notificación le llegó.

"C. Everlin te ha enviado solicitud de mensaje"

Tan rápido como pudo desbloquear el celular y se metió a la conversación sus ilusiones quedaron echas polvo.

"Ni te emociones, te estoy escribiendo para que hagas un grupo con todos los demás para la actividad de San Valentín. No quiero si quiera buscar el perfil de Serena, y mucho menos el de Giantonto... Así que hazlo... AHORA."

Claire estaba furiosa con Ethan, tanto que quería estrangularlo vía internet en el momento en el que se decidió por enviarle el mensaje para que la ayudara a organizar su actividad en la kermés de la escuela.

Ambos estaban acostados, viendo hacia arriaba, respirando entrecortadamente, con el corazón palpitándoles como unos bólidos corriendo y las mejillas enrojecidas.

A Ethan le costó mucho tiempo el admitirse que le gustaba Claire; fueron arduas semanas en las que se quedaba despierto pensando en ella y en esa sonrisa que casi nunca mostraba, o en la forma en la que siempre fruncía el ceño cuando lo miraba...

Ahora Claire estaba en la misma posición que Ethan hace algunos ayeres. No quería admitir que podría permitirse sentir algo por alguien tan arrogante y sin sentimientos como Ethan Miller, no después de que se burlara sobre el hecho de que nunca había tenido novio. Estaba aferrada a una cobija, viendo a la nada, pero pensando en cualquier otra cosa, pero siempre venía él a su cabeza de forma consciente o no.

Oh no... Claire se estaba enamorado del peor de todos los chicos. Lo estaba haciendo aún sabiendo que no era más que un patán con ella. El celular sonó, advirtiendo que era una notificación de mensaje, no tuvo que abrirlo todo, dado que era pequeño el recado y se podía leer en la pantalla bloqueada:

"Mañana llega temprano a la escuela para ponernos de acuerdo."

Cuando menos se dio cuenta Claire se estaba fijando en las horas que tenían que transcurrir antes de ver esos ojos cafés que estaban por darle el mejor insomnio de todos los tiempos. De pronto se le vino a la cabeza que tenía que evitar a toda costa que sus sentimientos se vieran con claridad, sino Ethan se aprovecharía de ello. Claire solo tenía que seguir actuando de la misma forma que lo hacía desde que lo conocía: hacerle gestos de disgusto, contestarle con sarcasmo y ser la chica más cortante con él.

Ella no lo sabía, pero estaba haciendo exactamente todo lo que a Ethan le encantaba de ella. 

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