Club deportivo: Krone
*Canción de Ashron en la multimedia*
De un momento a otro el club empezó a recibir a más gente que tenía la invitación para ver la competencia de la semana. Meredith contra Ashley, y algunos otros, pero todo se concentraba más en ellas que en los demás. Claire ayudó a Ashley a peinarse para que pudiera ponerse el casco, aunque no duró mucho su encanto de ser estilista de una Griffin cuando su madre entró con los mejores estilistas de la ciudad, acompañada por su hermano mayor y su padre, quienes llevaban unos hermosos arreglos florales.
—¡Tú puedes ganarle a cualquiera en equitación! —le animó su hermano.
—Gracias Asher, aunque...
—¡Nada de aunques, Ashley! Tienes que salir confiada al campo, montar a Colmena y ganar esto. —La abrazó su padre, un hombre fornido de cabello cano y barba prominente de color blanco. Se lo había pintado así para afrontar que algún día el tinte que usaría sería de su tono—. ¡Ánimo, eres una Griffin! Haz que el apellido resalte de hoy en adelante.
Afuera todos estaban ocupando sus lugares. Charles y Serena tenían los lugares junto con Ethan y Claire, y debajo de ellos estaban los primos Strasser, quienes todavía estaban organizando la galería que se abriría en un rato. Caroline fue con sus familiares a disculparse por dejarlos de lado en esa ocasión y se excusó en que ahora su lealtad estaba en otro lugar siendo que los de New High la habían aceptado sin ninguna objeción y a continuación se le unió a sus próximos compañeros de mafia (¿Y quién no querría tener a un miembro de la familia Williams en la sucesión de la jerarquía de la escuela? ¡Sólo haría más importante a La Élite!). Ella había cedido su lugar en la Álit North College por un chico que le encantaba con su vida y que desde hacía años lo seguía con la mirada, pero ahora, resultaba estar comprometido con una chica que no se lo merecía.
Por otro lado la parejita célebre de New High, a la que a muchos todavía les sorprendía que siguiera en pie después de la humillación que pasó Miller en el evento de los Levinson, donde Claire resbaló en la pista de baile y todos se rieron de ella, estaba platicando de qué fue lo que habían hecho antes de estar ahí sentados. El chico pidió que les llevaran de aperitivos la fruta deshidratada que desde hacía unos minutos a su novia se le había antojado. Ambos se veían muy felices, sonriéndose y besándose en cada ocasión que tenían. Se veían tan tiernos vestidos de la misma manera, por la forma en la que Claire había apoyado su cabeza en el hombro de su novio y él la estuviera abrazando de la cintura.
—¿Te he dicho que mi mamá te quiere conocer? —preguntó Ethan, separándose un poco de ella, pero no tanto como para no poder darle un beso en la coronilla.
—¿Qué? ¡No! No es que no la quiera conocer pero... —Apretó tan fuerte la mandíbula que se notó a leguas la tensión que la había producido esa simple oración— Da miedo tu madre, ¿te lo han dicho?
Ethan soltó en carcajadas. Ya había escuchado eso antes, pero no del mismo modo en el que lo había dicho ella, quien había palidecido tanto como un fantasma. No era mentira, su madre quería conocer a Claire desde que la vio tan enamorada de su hijo hacía una semana. Le intrigaba mucho el saber qué era lo que su hijo veía en la chica de mirada verdosa y cabello ondulado; pero se estaba haciendo una idea. Ella tenía algo que no había visto en muchas chicas dentro de la Gran Élite de la ciudad.
—Sí, me lo han dicho —Sonrió—. Prometió no hacerte daño, eso es un gran avance viniendo de mi madre... No soporta la idea de que otro de sus "pequeños" fuera engatuzado por una chica para después quitárselo.
—Bien. Esto me está dando miedo Miller... Tengo la retorcida teoría de que sólo lo hace para poder burlarse en mi cara por la gran caída que tuve el sábado por la madrugada...
—Fue tan chistosa tu caída que no me sorprendería que se hubiera reído en privado. —Claire entrecerró los ojos y trató de parecer seria—. Sabes que te adoro —Frunció la nariz al igual que ella, le sacó la lengua de una forma tierna y volvió a abrazarla.
La contienda ecuestre empezó con Meredith, quien mostraba un conjunto de rojo y beige, y su caballo era un purasangre inglés color negro. Todo estaba en silencio, dejando que se concentrara en su labor. Los jueces parecían imparciales ante cualquier salto que se llevara a cabo, sólo se limitaban a observar y anotar.
Serena no dejaba de susurrarle a Charles cuantas penalizaciones había visto hasta el momento, cuando ella apenas sabía un poco de deporte. El rubio se limitaba a asentir con la cabeza y pensar en que 8/10 penalizaciones que había visto Serena eran imaginarias.
Luego llegó el momento de Ashley, quien vestía de azul naval y beige, que hacía juego con su caballo Cuarto de milla palomino. Claire se la pasaba alentando a su amiga, y los demás la veían con desdén, deseando no estar al lado de la vulgaridad que estaba haciendo la novia de Ethan.
—¡Vamos A... Ay por dios! —se calló Claire y trató de ocultarse atrás del pelinegro.
—¿Qué pasa? ¿A quién viste?
—Por allá está mi tío Elliot —susurró la castaña—. ¿Para qué vino? —Se miraron y se dieron la respuesta correcta al unísono—: Meredith...
—Pensé que era un capricho de Meredith... Mira que romper las reglas de la Élite sólo para salir con... ¿Por qué me miras así?
—¿Recuerdas qué hacías antes de que fuera parte tu círculo?
—¿Salir con la chica más hermosa que jamás había visto? —Claire frunció los labios.
—Bien jugado Miller, bien jugado. Pero eso no te salva de la tontería que ibas a decir...
—¡Oye! Pero hay excepciones para este tipo de cosas. ¿Cómo no romper las reglas cuando tus ojos te incitan a pecar?
Terminando Ashley, la tensión disminuyó un tanto. Los demás contrincantes eran aplaudidos, pero no tanto como las dos primeras participantes. Recibían más aplausos los otros que Ashley y Meredith, y se debía a que nadie quería ser el causante de la desconcentración de alguna de esas dos chicas. Al final hicieron pasar a todos los concursantes para dar los resultados.
—El tercer lugar se lo lleva el joven Jeremy Underwood —Le dieron la medalla de bronce a un chico de cabello color cobre. Se subió al lugar que le correspondía del podio—. Aquí se define todo amable público. La diferencia fue de cuatro puntos; sólo un error le costó el primer lugar. Señorita Ashley Grffin, señorita Meredith Williams háganos el favor de dar un paso en frente. Una de ustedes dos ha sido la mejor en la prueba ecuestre. Una de las dos se llevará hoy la gloria y el triunfo, sin mencionar el hermoso trofeo de oro 24 quilates. —Meredith abrazó a Ashley, se estaban susurrando cosas, pero buenas cosas—. El primer lugar es para —Abrió el sobre y leyó el contenido el presentador—: Meredith Williams.
A la chica de cabello achocolatado le dieron la medalla de oro y su enorme trofeo, el cual agarraba con orgullo mientras estaba en el primer lugar del podio. A Ashley le dieron su medalla enorme de plata y un reconocimiento también para su caballo. Fue un momento en donde a los tres los fotografiaron con sus respectivos premios, e incluso una famosa revista le pidió una entrevista a Ashley para saber qué seguía en su camino, las emociones del momento y demás.
Por los altavoces se anunció que en una hora podrían ir a admirar las pinturas que se mostraban en exhibición por vez exclusiva para el club deportivo-artístico. Serena y Charles apoyaron a su amiga tras quedar en segundo lugar y por ende la querían llevar a cenar como recompensa, ya que para ellos, ella había sido el primer lugar en todo. Pronto llegaron Jared y Tiffany, quienes fueron notificados de los resultados y abrazaron a Ashley y dijeron que estarían con ella en la cena, una vez que hubieran visto la obra de arte en la que aparecía la rubia de ojos azules.
—¿No quieres venir? ¡Ya van a abrir la exposición! —terció Claire, haciendo pucheros—. Anda Ashley, ven con nosotros, ¿con quién estarás si no..? —detuvo la oración al recordar que Tyron no había contestado sus mensajes para saber si vendría o no.
—Estaré bien —Sonrió con falsedad—. Iré a asear a Colmena. Quiero hacerlo yo misma después de eta derrota, me aliviará un poco —Se hundió de hombros—. Nos vemos al rato.
—De acuerdo... Sólo por esta ocasión dejaré que hagas los quehaceres que otro puede hacer por ti Griffin —la reprendió Serena—. Te vemos a las ocho en la puerta principal. El restaurante que Charles reservó es una maravilla —Miró al rubio de la misma forma que lo había hecho en su tiempo cuando estaban juntos.
Ashley observó cómo sus amigos se alejaban. Al perderlos de vista caminó al establo en donde habían puesto a su hermoso semental. Le acarició el hocico y recargó un poco su cabeza en el animal.
—Qué bueno que nunca me has defraudado Colmena... No sé qué haría si lo hicieras... —Vio llegar a algunos trabajadores, listos para asear al caballo—. Yo lo haré hoy... Necesita un buen baño este chico después de la gran competencia.
—¿Está segura señorita Griffin?
—Muy segura Peter. Hoy me haré cargo de mi caballo. Si me escuchas gritando será porque me he mojado toda. ¡Ten una linda tarde con tu familia!
—Muchas gracias señorita. Igualmente —El empleado se despidió, pero al cabo de unos minutos volvió para dejarle todo listo para el baño y sin más se fue.
Ella se fue a cambiar y empezó por agarrar la manguera para mojar al semental. Iba todo bien, su caballo relinchaba y alzaba la cola. Había empezado a enjabonarlo cuando escuchó cómo los otros caballos empezaban a hacer ruido, y eso significaba que alguien había entrado. No le había tomado importancia, tal vez Meredith o el otro ganador habían mandado un equipo eficiente para los cuidados de su caballo.
Siguió en lo suyo, sin tomarle importancia lo que pasaba en su alrededor.
—Si hace un año alguien me hubiera dicho que estaría viendo como, la gran Ashley Griffin, estaba aseando a su cabello por sí misma, me hubiera reído muy fuerte.
La rubia estaba del otro lado de caballo, así que al escuchar esa voz se congeló, sintió como si todo el balde de agua y jabón le hubiera caído encima. Se puso de puntitas y pudo ver la melena castaña de alguien. Rodeó el caballo.
—¿Tyron? Pero pensé que...
—¿Qué me había perdido la oportunidad de verte cabalgando? No —negó con la cabeza—, es uno de los placeres que nunca se repiten en la vida. No me has visto porque no estaba con todo tu séquito de engreídos amigos, y sí, incluí a Claire en la oración. —Suspiró—. En fin, estaba sentado por el área de algunos chicos de Westwood villa. ¡Estuviste increíble! Mi cerebro todavía no entiende porque...
—¿Qué haces aquí?
La pregunta sorprendió a Tyron. En su mente nunca se imaginó que esa pregunta saldría a flote. Frunció el ceño, tratando de buscar la respuesta idónea para el momento. Se llevó las manos a los bolsillos delanteros de los jeans que llevaba.
—A verte competir, claramente.
—No. No me refiero a eso —Dejó la esponja llena de jabón en el balde de agua y caminó a él—. Me refería al hecho de qué hacías aquí, en el establo. Después de que no contestaste mis mensajes, de que te perseguía en los pasillos de la escuela... Todas esas evasiones de tu parte ahora me hacen preguntarme ¿qué haces aquí?
—Me di cuenta que estaba siendo un inmaduro con esta situación que estaba pasando entre nosotros. Tenía miedo de que algo malo pudiera pasar. Lo que menos quiero hacer es darte excusas que has escuchado por lo menos un par de veces...
—Lo único que quería era conocerte, dejar que todo fluyera poco a poco. También tenía miedo, ¿sabes? ¡Qué bufonada! Debí de haberlo intuido desde el inicio de esa noche en la que huimos de la ciudad. No te culpo Makenzie, soy yo la que siempre se hace ilusiones muy rápido.
—¿Y si iniciamos de nuevo?
—¿A qué te refieres con eso? —inquirió Ashley, cruzándose de brazos. Él se le acercó mucho más.
—Hola, ¿qué tal? Me llamo Tyron, pero me puedes decir Makenzie —Extendió su mano para estrecharla con la de ella—. Mucho gusto.
Ashley sonrió por más que se quiso contener a no hacerlo. Miraba la mano del chico, haciéndolo dudar sobre si la estrecharía con él o no. Después de un instante que al muchacho le pareció eterno, le estrechó la mano.
—Mucho gusto Makenzie, me llamo Ashley, pero me puedes decir Ash.
—Qué lindo nombre tienes Ashley... —La rubia se sonrojó—. Entonces, ¿quieres ayuda con tu caballo? —Fue hacia el animal—. ¡Qué linda eres! —Le acarició el hocico.
—Seguro, si es que a Colmena le agradas y te deja asearla.
—Ah... Conque es semental. Lo siento mucho amigo —le dijo al caballo.
—Toma la esponja, te espera un arduo trabajo.
—Cómo usted mande, jinete —contestó Makenzie, llevándose la mano a la frente en señal de saludo.
Acabaron empapados, y el caballo limpio, siendo secuas de una llama que había sido avivada con solo una sonrisa y las miradas tímidas de color marrón y azul cielo.
Al otro lado del club varios de los que habían asistido a la competencia ecuestre se habían esperado lo suficiente para que el artista inaugurara su presentación. Tiffany presumía de cuanto amaba su retrato y que éste la haría todavía más famosa y la llevaría a modelar por las pasarelas de Milán. Había como máximo unos veinticinco oleos, y cada uno era un panorama diferente. Eran retratos, paisajes, etc, que reflejaban la belleza de la vida.
—¿Sabes por qué no vino Carlo? —le preguntó Ethan a Jared.
—Ashley no le dio el boleto para su... para ya sabes quién. No sé si se quedó en casa o salió a pasear con ella. Y espero y anhelo que haya sido la segunda opción.
—Somos dos los que pensamos eso —Chocó las palmas con el rubio—. No termina de caerme mal la pelinegra... Y mi novia lo sabe —añadió al ver a Jared abrir la boca para reprochar algo—. ¿Y tú? ¿Cómo van las cosas con Tiff?
—¿Qué? ¿Tiffany y yo? —Ethan enarcó una ceja, dejando expresar su victoria—. ¿Es muy obvio?
—¡Por supuesto! Nadie va con compras con una chica si en verdad le gusta, ¡y mira que más con Tiffany! Que es como un gurú de la moda.
—Es perfecta —Jared se ruborizó—. Oye, a nadie se le dice de esto hasta que ella y yo sepamos que hacer con lo nuestro, ¿de acuerdo Miller?
—Mantendré el secreto —Chocaron las copas llenas de vino—. Ahora te dejaré, tengo que regresar con Claire, a quien le había prometido regresar en cuanto llenara su copa, y, como habrás visto me la he terminado.
—Nos vemos el lunes.
Ethan localizó con la mirada a su novia, quien se había quedado paisaje marino. Fue a la barra para que le sirvieran un poco más de vino para Claire. Miró a un lado al ver que alguien bebía con rapidez lo último de champán que tenía.
—¡Pero mira a quién tenemos aquí! —exclamó el pelinegro—. Una menor de edad a quien le han dado alcohol.
—Tu springbreak por tierras latinas no quiere decir que tú ya eres mayor de edad. En este país todavía eres un menor, ¡y adivina qué Ethan! Te han dado de beber —replicó Caroline.
—Touché. ¿Qué tal te la estás pasando? —Recibió el vino—. Gracias.
—La velada es amena, no hay muchos chicos de mi edad, y eso es raro, dado a que las preparatorias y universidades tienen que ir viendo quienes serán sus sucesores.
—Tienes razón, casi no hay chicos nuevos. ¡Hubieras traído a tu novio!
—No tengo novio, pero...
—¿Pero qué?
—Pero hay alguien que me gusta. —habló Caro, sin tratar de tartamudear.
—¿Y qué esperas? ¡Ve y háblale! Te puedes llevar una gran sorpresa. Es de la Élite, ¿cierto?
—Sí, lo es. Y por otra parte, no me atrevería a hablarle, mucho menos al ver que tiene a alguien y es amor correspondido...
—No lo escuchaste de mí, ¿de acuerdo? —Ella asintió con la cabeza— Pero ¡puedes quitarle al novio! Es una tarea muy sencilla —dijo Ethan, sorbiendo un poco de vino—. Yo solía hacerlo a menudo, ¡y las chicas caían rendidas! Te repito, no le digas a nadie, aunque sé que me dieron la categoría de "el mejor patán" en la preparatoria. —La miró y le sonrió—. Siempre es fácil obtener lo que uno quiere, sólo empéñate por conseguirlo. Me tengo que ir, he perdido de vista a mi novia y necesito ir a buscarla. ¡Nos vemos Caroline!
—Seguro, adiós —se despidió, y cuando él estuvo unos pasos adelante añadió—. Me empeñaré en conseguirte.
Mientras Ethan estaba platicando con Caroline, Claire se había ido a admirar otras pinturas que no había podido ver a detalle cuando pensó que ya estaba abierta al público la exhibición. Se detuvo ante el retrato de un chico de ojos verdes y cabello negro, si no hubiera sido por el hecho de que el chico al que habían pintado no tenía pecas y el color de ojos, hubiera pensado que se trataba de Ethan. Inclinaba la cabeza para ver si eso le ayudaba más a intentar entender cómo se sentía la persona retratada al momento de que el artista lo plasmó en el óleo.
—Por más que la mires estoy seguro de que la pintura no cobrará vida, como en El retrato de Dorian Gray.
—¿Has leído el libro? O sólo has visto la película.
—Ambas —contestó Chad, dándole una copa de champán. Se posó a su lado—. ¿Y tú?
—Prefiero el libro, aunque he de admitir que está entretenida la película —contestó Claire, sin dejar de ver la pintura—. He visto las demás pinturas, y por más que intento en pensar en otra cosa siempre me provocan el mismo sentimiento: tristeza.
—Es raro, a mí me infunden paz. Lo siento Claire, no puedo evitar pensar en que has entendido mi referencia literaria. Nadie de aquí la había entendido hasta ahora.
—¿Hablas en serio? —Lo miró, incrédula—. Fue uno de los primeros libros que leí. Es muy bueno, si me o preguntas, y todos aquí deberían leerlo al menos una vez en sus vidas.
—¿Fan de la lectura?
—De la lectura, de la música, un poco de la pintura... ¿Cuáles son tus aficiones?
—La fotografía. Es una pasión que tengo desde los diez años. Sé de vista lo que es hermoso y todavía lo que es como arte—La miró, y ella al instante se vio intimidada por esos ojos color azul—. Espero que alguna vez me dejes fotografiarte.
Ella iba a replicar algo, cuando llegó Ethan con ellos. Chad se dejó cohibir un poco por el pelinegro y sus múltiples pecas. Podía ser todo un seductor, pero con Claire le pasaba algo raro, como si quisiera conquistarla a toda costa, pero a la vez protegerla de él mismo.
—¿Nos vamos, amor? —preguntó Ethan—. Ya casi es hora de irnos con los demás a la cena de Ashley.
—Seguro. Adiós Chad, algún día me gustaría ver las fotografías que has tomado —Le sonrió. Entrelazó la mano con su novio y se fue de ahí.
Era el inicio del final. Un final indiscutible que iba a terminar mal.
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¡ÚNANSE!
¡Hola caramelos! Recién llegamos a 10K de lecturas. ¡Muchísimas gracias! Ese número de lecturas me hace pensar que en realidad sí les está gustando la historia. Quería agradecerle mucho a los lectores ya sean nuevos o viejitos. Gracias por el apoyo a la novela.
¿Qué les pareció el capítulo? ¿Creen que sucederá algo malo? En mi opinión personal, estaba que me moría de ganas de juntar a Ashley y Tyron, ¿y ustedes? Háganme saber en los comentarios que opinan de los personajes, el capítulo, las teorías locas que tienen. ¡Todo! No saben cuanto amo ver qué piensan de la historia.
¡NO SE OLVIDEN DE COMENTAR Y VOTAR!
Canción de Claire en el evento de los Levinson:
https://youtu.be/kcyNKf-prnQ
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