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Capítulo extra: Un anónimo para Tyron

Canción de #Maklaire en multimedia

Estos son capítulos extras de la historia, y se los estaré subiendo en la semana como agradecimiento por los 20k de leídos y los 2k de votos. Muchas gracias por su apoyo y amor. La Élite los ama, y los demás alumnos de New High también. 

PS. Esta cap extra se da antes de la historia de Ethan y Claire.


Decir que fue inevitable que se diera la amistad de Claire y Makenzie es decir una vil tontería. Ella no conocía de él. El primer año de preparatoria no estaba interesada en conocer a un chico que parecía ser un rudo de primera, sin modales y gruñón el noventa por ciento del tiempo. Sin embargo fue imposible que no se conocieran, ya que Lily se había hecho su amiga, y este empezó a tomarle afecto a la pelirroja.

Sí. Así fue como Maklaire nació. En realidad, ambos tenían malas opiniones del otro. Tyron pensaba que la chica era algo tímida y estúpida por reírse de todo las veinticuatro horas del día, y eso que no estaban en el mismo salón de clases. Fue en un paseo de la escuela al parque de diversiones, en donde él tuvo un problema de conducta contra Jared Mitman, y casi lo expulsan, pero para su buena suerte uno de sus amigos, Ethan, fue quien intervino por él y sólo lo cambiaron de salón.

Así es. Makenzie ya estaba en el salón en donde eran alumnas Lily, Lauren y Claire. Él tenía que soportar a la castaña para ganarse el afecto de Lily, quien lo había ablandado de una forma loca y rara y todos se preguntaban qué pasaba con él, quien todavía seguía pidiéndole a su ex novia que volviera con él.

—Tu amigo es raro, ¿sabes? —le dijo Claire a Lily—. El que acaba de cambiarse a nuestro salón.

Iban caminando por los casilleros, ya casi todos se habían retirado de la escuela, a excepción de los chicos que tenían actividades extracurriculares. Makenzie era una de ellos, y practicaba la guitarra. Él adoraba con todas sus fuerzas y ganas a Kurt Cobain, lo tenía en un pedestal y a su grupo también, tanto que en una de las presentaciones de que tenían que dar de la materia Cívica y ética, donde tenían que tomar a un famoso para interpretarlo, recitó toda la vida del artista sin miramientos y sin ningún error.

Tyron estaba en uno de los salones de abajo, y logró escuchar lo que le decía la castaña a la chica que le empezaba a gustar.

—Tú eres lo que le sigue de rara, Everlin, y nadie te dice nada —replicó él, desde el marco de la puerta de salón. Curveó las comisuras de los labios en un gesto por no dejar ver lo mal que le caía Claire y volvió a sus asuntos.

Desde ese momento esos dos no dejaron de reprocharse cosas y hacerse quedar en ridículo con sarcasmos y burlas. Y no fue hasta que encontraron que podían odiar y criticar a las mismas personas que les caían mal, que decidieron comenzar a hablarse un poco más.

—Es decir, ¿qué tiene la profesora Mariella? ¡Está loca!

—¡Maldición! Pensé que era la única que pensaba que algo le pasa antes de venir a la escuela y haga que nos esté gritando de forma altanera toda la clase.

—Para mí que su esposo no le da...

Se empezaron a caer bien al ver que podían compartir el mismo tipo de humor, que ella no se reía de la nada porque toda su vida era como un gran cliché del que nadie podía salvarse, pero no se atrevía a confesárselo. El castaño quería seguir ocultando que le empezaba a agradar Claire, porque temía que ésta cambiara sus actitudes para con él y empezara en verdad a odiarla por cambiar.

Fue en un día nublado en donde la maestra no había llegado a dar la clase, que Lily empezó a leer y Tyron se le quedaba viendo como si su mundo no estuviera allá afuera, sino que estaba justo enfrente de sus ojos. Él suspiraba y no dejaba de admirar lo linda que era Lily con su cabello pelirrojo, esos ojos verdes y la sonrisa de encanto que había heredado de su madre. Lo hacía porque parecía un ángel para él, y no le importaba que estuviera al otro lado del salón.

—Demonios, en serio que te gusta —habló Claire, quien estaba justo a una banca a la izquierda atrás de él.

—No me digas que tienes celos de tu amiga, Everlin.

—¿Celos? No gracias. Prefiero antes tener que besar al idiota de Miller o a Charles que enamorarme de ti —Hizo como si se metiera el dedo a la garganta para poder provocarse el vómito.

Tyron se rió de la acción y por un instante se olvidó de lo que había estado haciendo los pasados cuarenta minutos.

—Bien, porque de seguro conseguirías besarlos a ellos antes de que me fijara en ti y tu soberbia.

—¿Te ha dicho tu madre que naciste con idiotez mental? ¿No? Bueno, ya te lo he dicho, mis condolencias.

Su convivencia se fue dando cada vez más y más. Todos los días Tyron esperaba a Claire en los casilleros a la hora de la salida para poder irse juntos al carrusel de carros y platicar de Lily. Sí, de ella, pero a la castaña no parecía importarle mucho el hecho de que la plática girara entorno a su amiga, porque lo que a le gustaba era tener la compañía del ese chico de cabellos castaños claros, y ojos almendrados.

No podía ocultarlo por más tiempo. A Claire le estaba gustando Tyron, pero no se atrevía a decírselo por temor a terminar con la amistad que habían estado formando gracias a los consejos que ella le daba sobre cómo abordar a Lily y cómo hacer que se fijara a él. Sin darse cuenta había estado poniéndose la soga al cuello.

—No... ¡Demonios Claire! No me digas que en serio te gusta el tonto de Makenzie. Tiene que ser una broma.

—¡Ni yo sé por qué me empezó a gustar, Lauren! —Se echó una de sus almohadas al rostro para disminuir el sonido de sus quejidos.

—Y justo a unos días de San Valentín... ¿Alguien más sabe de esto?

—El chico pelirrojo de mi clase de inglés. Él se dio cuenta y aunque prometió guardar mi secreto, no sé si lo haga.

—Adam... Es buen chico, a pesar de sus malas influencias en el medio elitista. Seguro que se queda callado —Pasaron unos minutos sin que ninguna de las dos dijera nada—. ¿Y si le haces una carta a Tyron diciéndole lo que sientes?

—¿Qué? —Claire volvió a sentarse. Tan sólo escuchar su nombre le provocaba un hormigueo en la boca del estómago—. Pero no quiero que lo sepa.

—¡Sólo hazla! Al final si no se la das pues ya te habrás desahogado y no sentirás el impulso de confesárselo. Sabes que ahora Lily y él están quedando —Lauren hizo un gesto dejando ver que había más detrás de ese plan.

—¿Por qué? ¿Qué hice para merecer esto Dios? —se lamentó una vez más.

No había momento en donde no recordara los lindos ojos de Tyron, o como la veía con ellos; o su sonrisa y esa dentadura blanca que tenía porque le gustaba tener una higiene bucal alta, o la forma en cómo se humedecía los labios para después mordérselos. Estaba empezando a alucinarlo y no le gustaba eso porque convivía mucho con él y no quería confundir sus sentimientos y arruinarlo todo con él.

Los días que le siguieron, Claire tuvo que practicar un nuevo estilo de tipografía para que no se diera cuenta su amigo que esa carta provenía de ella. Cuando menos se dio cuenta ya había terminado su declaración de amor a un chico que estaba perdidamente enamorado de otra, y esa otra era una de sus mejores amigas.

Faltaba un día para que fuera San Valentín. Ella se encontraba nerviosa de tener que convivir con él ya que no quería que se diera cuenta de sus sentimientos, los cuales se habían visto modificados a los que tenía por él antes de conocerlo en realidad.

—Estaba pensando en comprarle una rosa a Lily, pero como no le gusta lo común y le encanta el color negro, pensé en pintarla con aerosol —mencionó el chico, desde el suelo, pues le había tocado un casillero de hasta abajo. Después de cambiar los cuadernos que se llevaría a casa para decir que intentaría hacer las tareas, se paró y se sentó en las mesas junto a su amiga—. ¡Ey! ¡Tierra llamando a mi pitufo!

Claire negó con la cabeza para espantar esas ideas que se le estaban formulando sobre que Makenzie sabría de quien era la carta e iría corriendo a ella confesándole su amor.

—Lo siento, ¿qué decías?

—¿Estás bien? En estos días te he visto muy enajenada, incluso podría decir que me evitas; cómo hoy en el receso, ¿a dónde te fuiste? Me dejaste desayunando solo, se supone que los días miércoles estamos juntos en el receso.

—Lo siento, no... No lo recordé.

—Tienes algo, a mí no me mientes —Empezaron a caminar hacia la entrada—. Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿cierto?

—Sí lo sé.

Llegaron a la entrada y vieron extravagantes carros entrar, era la hora a la que recogían a todos esos engreídos que se habían apoderado de la preparatoria desde el primer año. Claire pudo recordar cómo en la bienvenida que organizó la escuela, quiso conocerlos y le pidió a Serena poder juntarse con ellas. No tenemos que decir que Serena se carcajeó en la cara de la castaña y le empezó a enlistar las cosas por las cuales ella jamás se sentaría con ellos.

—Olvidé algo en los casilleros, ya vuelvo —mintió Claire, esperanzada de que al regresar él ya se hubiera ido.

Se tardó unos diez minutos y regresó, pero en ese momento vio a su amigo acostado en el cemento, con sus audífonos puestos mirando al cielo. Trató de irse por otro lado y así ya no volver con él y empezar a gustar más de él, pero Makenzie la vio a lo lejos y le gritó:

—¡A dónde crees que vas! ¡Ven aquí y acuéstate conmigo!

Una vez que estuvieron uno al lado del otro, escuchando por casualidad una canción que no era de Nirvana, sino de The Clash, ella supo que estaba gustando de su mejor amigo más de lo que debería, y que esa carta debía ser destruida para que no le quitara esos lindos momentos que tenía de vez en cuando con él.

Al día siguiente en cuanto Claire vio que Tyron estaba con Lily, tocándole con la guitarra y que su amiga tenía no una, sino una docena de rosas negras (pintadas por el chico) en los brazos, se acobardó de entregarle esa carta que con tanto esmero le había escrito.

—¡No puedo Lauren! A él en serio le gusta Lily... No tengo ni la más mínima oportunidad con él. Sería como masoquista esto.

—En serio que no puedo creer lo cobarde que eres. ¿Crees que Lily lo va a aceptar? ¡Ella estaba saliendo con Adam Blake! ¿Crees que cambiaría a un millonario, pelirrojo y sensual chico, por uno que parece que está peleado con el mundo, que su genio es el de los mil demonios, y que sólo piensa en golpear a los amigos de con quien estaba saliendo?

—Pero... ¿Adam no es novio de Giovanna?

—¡Ay Claire!, ¡qué inocente eres! Ellos pueden hacer y deshacer a su antojo, son los Reyes del lugar, y obviamente Giovanna no sabría nada sobre todos esos engaños por parte de Adam. Pero no me cambies el tema —Lauren se cruzó de brazos—. ¿Dónde está la carta?

Su amiga se la enseñó y en ese momento se la arrebató y se echó a correr entre la multitud del alumnado para entregar esa carta, pero Claire la alcanzó antes de que lo hiciera. Se pusieron a discutir y al final Lauren fingió que no haría lo inevitable, pero en lugar de dársela ella a Makenzie, le pidió a otra chica que se la diera.

Esa misma tarde Tyron le llamó a Claire para decirle que alguien le había enviado aquella carta, y que estaba sospechando que había sido Tiffany Olson, a quien le había hablado en los pocos meses que duró en aquel salón en los que estaban los de la Élite.

—¡Sí Claire! Todo encaja... Me declaró su amor en una carta porque es obvio que no puede estar conmigo. No al culpo, es decir, nadie se puede resistir a un chico tan rudo como yo.

—Sí, nadie se puede resistir —admitió de un de repente. Se maldijo por dentro.

—¡Ja, ja! Tu sarcasmo no me causa gracia —Al escuchar eso por la bocina del teléfono, Claire pudo volver a respirar—. Esto es serio. ¡Quiero saber quién me ha escrito estas cosas tan bonitas!

—¿Para qué quieres descubrir eso? ¿No me has dicho que estás como un tonto por Lily?

—Sí, quiero y adoro a Lily con todo mí ser. Quisiera que fuera mi novia y poder tomarla de la mano, incluso robarle un beso, o dos, o mil... Pero me gustaría saber de quién es la carta, es por puro morbo. Eso de que me en las cosas por anónimos no me gusta nada.

—Sí, lo sé.

Ese mismo día por la noche Claire quería que se la tragara la Tierra por haber dejado que Lauren le diera la carta. Lauren. La imagen de su amiga de cabellera negra apareció en su mente y decidió llamarla para informarle de la gran estupidez que había cometido. Discutieron tan fuerte que se pelearon y los siguientes días no se hablaban.

Los siguientes días Lily se enteró de la carta porque el castaño le había comentado que a pesar de tener a una que otra chica a sus pies, él la prefería a ella ante cualquiera. Lily recurrió a la ayuda de Claire para que les ayudara a descubrir quién había enviado esa carta, y ella aceptó ayudar, esperanzada en alejarlos lo más posible de su persona y que no la descubrieran.

Las cosas con Lauren no iban mejorando, y eso provocó que la pelinegra recurriera a un acto de venganza hacia Claire por las cosas que había despotricado en su contra con Makenzie y Lily. En esa semana ellos tenían exámenes, así que al no saber nada del examen de Física I, Lauren se salió y fue corriendo a decirles a Makenzie y a Lily quien había mandado ese anónimo.

—Oye Claire, no es por nada pero Tyron te quiere ver, dice que tienen que platicar —le comentó Ian, después de estar encubriendo a la chica de ojos verdes para que ellos no la encontraran.

—Ah... Sí, está bien, yo luego le hablo a Makenzie. Mientras, ¿podría seguir escondiéndome?

No duró mucho el jugar a esconderse de ellos, pues en la siguiente clase se sentaba al lado de Lily y su amigo estaba a unas hileras lejos de ellas. Así que por medio de notas Lily y Claire empezaron a platicar y la castaña le pidió perdón a su amiga por tal atrocidad de su parte. Lily no la culpó porque sabía que el chico podría ser irresistible una vez que lo conocía uno bien, pero sí le había dolido que no le dijera lo que ocurría.

Para el final de clases todo estaba bien entre ellas, y Lily hizo que Lauren se disculpara con Claire por lo que había ocasionado. Cuando el timbre sonó Claire salió con rapidez del salón y se escondió en las escaleras que daban para el tercer piso del edificio. Pensó que eso haría que Tyron pensara que se había ido al carrusel con velocidad para huir y no hablar con él.

Tomó aire y después de veinte minutos fue hacia los casilleros. Checó que ya nadie estuviera ahí y con tranquilidad dejó y agarró libros. Cuando ya iba caminando por las canchas de basquetbol sintió que alguien la seguía pero no le tomó importancia y siguió caminando hasta que alguien más grande que ella se le atravesó en el camino.

—Tenemos que hablar —dijo Tyron, tomando a su amiga de los hombros—. Y no quiero que me vuelvas a evitar o intentes huir. Lo tenemos que hacer.

Tomaron asiento en una de las gradas y comenzaron a platicar. Tyron dejó que su amiga se disculpara por aquello que había hecho, pero a él no le importaban las disculpas por ese gesto que tuvo con él.

—¿Desde hace cuánto sientes todo eso?

—La verdad no sé. Pero ya llevo tiempo así —admitió Claire, bajando la mirada porque en esos momentos no quería ni mirarlo a la cara.

—¿¡Y por qué no me lo dijiste!? No te lo hubieras guardado —Makenzie se paró de las gradas y las bajó y ayudo a la chica a bajar también y empezaron a caminar a paso lento.

—No te quería decir nada porque sabía que te gustaba Lily, y además tenía miedo de que nuestra amistad se acabara —Ella vio cómo su amigo dejó de caminar y la abrazó.

—¡Pero no tiene nada de malo decirme que te gusto! ¡Mucho menos es malo que alguien te guste! —La estaba abrazando con fuerza, haciéndole saber que todo estaba justo como antes. Se separaron y se miraron a los ojos—. Te gusto, ¿y qué? ¿Qué tiene de malo que te guste tu mejor amigo?

—Pues nada... No tiene nada de malo pero ahora siento que las cosas entre nosotros van a cambiar. Yo no te gusto, sino Lily

—¿Y eso qué? ¿Qué tiene que ver que me guste Lily en la atracción que sientes por mí? Pitufo, es normal que te gusten las personas, y yo no puedo controlar quien te gusta y quién no. Me dolió más que me lo ocultaras y me lo dijeras en una carta, que en persona; Pero eso no cambia nada en nosotros.

—Está bien —El chico la volvió a abrazar y se fueron caminando así.

No avanzaron más de tres metros cuando Tyron dijo:

—Aún no puedo creer que te guste... ¡Uuuuuy! Te gusto.

—¡Oh, cállate gran pedazo de porquería! —Y lo aventó en forma de juego.

Ese día Claire había sido friendzoneada por su mejor amigo, y no había sido destruida por eso, porque sentía que se había quitado un peso de encima el saber que Tyron sabía que gustaba de él, y que eso podría apagarse en cuanto él la hiciera enojar, y eso era cotidiano en su relación. 

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Hola caramelos elitosos. Les traigo un pequeño maratón esta semana con capítulos extras de la historia, ya que si lo hiciera un maratón con el curso que lleva la historia, sólo faltarían como dos capítulos para acabarla. Así que espero que les gusten. 

¿Qué piensan de Tyron de primer año de preparatoria? ¿Les gusta la forma en la que era? ¿Qué piensan del friendzoneo de Maklaire? ¿Alguien los shippeaba? 

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