Capítulo VIII
El futuro.
¿Qué es el futuro? El conjunto de acciones que se realizan en el presente creando líneas expresas del porvenir, o algo así, al menos para él tendría ese significado; en el caso de ellos, el futuro está estrechamente relacionado con las Nornas, aquellas videntes que representan al pasado, presente y futuro, un futuro que Skuld jamás deja ver a los dioses, tejen hilos que algún día serán cortados con el final de la vida de alguno de ellos, antes, durante e inclusive después del Ragnarök pero Loki no se deja llevar por esas cosas, el cree fervientemente que se puede cambiar el futuro, qué no está escrito y puede modificarse con las determinadas acciones que hacemos. Una prueba viviente es él mismo y Thor, en conjunto, el caos y la tranquilidad, una simbiosis perfecta, viviendo el uno por el otro, morir el uno por el otro, quién sabe.
El punto es ese, el no se casó con Lady Sigyn ni Thor con Lady Sif y no hubo represalias más que la prueba de Odin al quererles imponer sus matrimonios, vaya que lograron aprobar y tener sus bendición, claro que Odin nunca les explicó lo que pasaría si cambiaban tan drásticamente el rumbo de la historia, la pequeña alternancia en el futuro debido a esto, una pequeña "profecía" qué muchos dioses preferían ignorar al venir de una bruja cualquiera que había llegado de un lugar remoto y no creían posible pues no era algo común que dos hombres de la realeza se emparejaran...
Pero no hablaremos de eso en esta ocasión, después...
Loki se marchó después de un par de horas, no quería dejar a la niña sola, la soledad no era un buen amigo, menos para alguien tan joven, el lo sabía muy bien; andaba por los pasillos lentamente, mirada perdida, nadie irrumpía su tranquilo paseo mientras sus dedos tocaban las paredes doradas y de vez en cuando, se detenía para acariciar los relieves de las figurillas talladas ya fueran de cuervos entre otros animales, el silencio era acogedor y la soledad lo hacía pensar con claridad sin tener que estar clasificando los distintos ruidos para ignorarlos, pensando en todo y en nada, las toscas pisadas que ya conocía se acercaba hasta él.
Cuando cruzaba el pasillo lo había divisado al final de este, con dirección a la Cámara de Armas, no se le hacía extraño verlo deambular por esos lares pues mientras más se acercaba más notaba su aura pensativa, malicioso pensó en darle un buen susto para compensar el daño hecho hace un rato, la desición estaba reflejada en su rostro, la diversión en su sonrisa y la malicia en su mirada.
Pero al ver su expresión solo pudo detener el plan maligno en su mente, apreciaba mucho ciertas partes de su anatomía como para perderlas por algo así, era estúpido pero no demasiado. Estaban frente a la enorme entrada del salón, los guardias que estaban ahí custodiando marcharon un poco más lejos para darles privacidad.
-Thor...-murmuró el ojiverde con suavidad
- ¿Qué sucede, Loki? -cuestionó acercándose hasta quedar detrás suyo, posando sus brazos en su cadera para acercarlo
-No crees que...-sé mordió los labios y negó sutilmente con la cabeza colocando sus propias manos sobre las que descansaban sobre su abdomen-nada, olvídalo-
-Vamos, mi amor, dime ¿qué te tiene tan pensativo? -pidió dándole un beso en la cabeza
- ¿Quieres tener un hijo? -fue su rápida pregunta
- ¿He? -exclamó realmente sorprendido- ¿a qué viene eso? -
-Sólo responde, ¿quisieras tener un hijo? -volvió a cuestionar ahora separándose bruscamente del mayor y alejándose varios pasos sin darle la cara
-Pues-sé rascó la nuca algo confundido-me encantaría tener un hijo, cuidar de un pequeño bebé, verlo crecer... Tuyo y mío-ladeó ligeramente la cabeza- ¿por qué? -
-Por nada...-masculló yendo al interior de la Cámara rápidamente
-Espera Loki, yo contesté la pregunta ahora tu contesta la mía-le alcanzó tomándolo del brazo sin brusquedad para girarlo y qué este le mirara
-No es nada, sólo que... -suspiró agachando la cabeza-yo no puedo darte un hijo...-
-Oh Loki, no seas tonto-dijo en tono divertido ante la ocurrencia de su amado, él lo sabía desde un principio y eso no pudo importarle menos
- ¡No es gracioso Thor! -levantó la vista al igual que su tono de voz, frunciendo el ceño-yo no puedo darte un hijo, el reino exige un heredero y no puedo dártelo, necesitarás una mujer para tener un hijo y cumplir con tu deber, tu obligación-
-Loki, sabes que en este momento estás pareciendo una chica, ¿verdad? -rió fuertemente ante el gesto que puso su pareja y la comparación
-Demonios Thor, ¡esto es serio! -bramó molesto, dándole un puñetazo en el pecho con su mano libre sin verdadera fuerza
-Lo sé pero Loki, eso no me importa, nuestro reinado cambiará un montón de cosas, entre ellas eso, podemos elegir un sucesor, hacer un hechizo o una poción para que podamos tener un hijo netamente tuyo y netamente mío, ¡ahora todo es posible! Son más de diez mil años los que han pasado desde el reinado de Rey Bor, nuestro abuelo... Cinco mil de Odin, las cosas han cambiado, podemos encontrar una salida para eso-
-Eres un maldito tonto... Un tonto muy romántico y mío...-sonrió el pelinegro de forma gatuna con una cálida sensación brotando en su pecho y extendiéndose por todo su cuerpo, le besó con pasión
Después de tan emotivas palabras y entre besos demandantes, caricias furtivas y uno que otro gemido, caminaron hasta sus aposentos donde sé entregaron una vez más en cuerpo, uniendo sus almas a la luz de una Luna asgardiana que pocas veces se dejaba ver así de hermosa y enorme, cómo mil años atrás no se veía.
Un nuevo indicio del destino.
Odin desde su recámara observaba tan bello acontecimiento de la Luna desde el amplio balcón que conectaba con sus habitaciones, traía puesta su ropa de dormir mientras esperaba a qué su esposa saliera del curto de baño para dormir. Pensaba acerca de esa niña que misteriosamente había aparecido en su reino pocas horas atrás, Heimdall había sido muy explícito con sus palabras y podía dar fe de ello con aquellas nubes que aun yacían en el horizonte acercándose, acechando su reino,el viento se intensificaba paulatinamente, nunca escuchó la puerta del baño ser abierta ni cerrada.
Frigga sabía sin preguntar donde estaban los pensamientos de su amado esposo, caminó hacia el balcón con su ropa de dormir también puesta y el cabello ligeramente húmedo por el reciente baño que había tomado, su pulso se aceleraba y cuando llegó al ventanal semiabierto que lo separaba de su esposo lo sintió.
-Den fruktbare natten-
Dijo lo suficientemente alto como para captar la atención de su rey que de inmediato volvió su mirada hacia ella que cerraba mejor su bata de dormir mientras el viento se volvía más y más agresivo, cómo si las palabras dichas fuesen algún tipo de encantamiento prohibido, sé miraron por largos minutos desde sus posiciones sin moverse ni un ápice hasta que el viento sopló con tal fuerza que las puertas de cristal comenzaron a moverse ligeramente por la magnitud y ambos, con la rubia caminando hacia su esposo, su mirada se volvió preocupada, recargó su cabeza en el fuerte pecho de su amado dejando que la abrazara protectoramente una vez ambos estuvieron juntos, las ráfagas de aire no cesaban.
-Ha sucedido, esposo mío... Él comienzo de la desdicha para nuestros hijos-
-Tranquila esposa mía, sé qué ellos lograrán cambiar su destino, esa niña... Esa niña es la clave de todo-le aseguró con convicción, mirando la Luna-tengo el presentimiento de que podrán sobrevivir a la guerra incluso antes de comenzar-
Ambos entraron a sus habitaciones una vez más, sabiendo que en el próximo nuevo día....
Las cosas iban a cambiar, para bien... O para mal.
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