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Capítulo VI

Después de una relajante ducha, aun con el cabello ligeramente húmedo cubriendo su cuello en las zonas exactas donde habían marcas rojizas pero ya vestido con su usual traje, salió de la habitación con porte elegante tan caracteristicamente suyo caminando en dirección desconocida hasta que un agudo grito femenino captó su atención, de un pasillo conjunto salió corriendo una sanadora con rapidez casi chocando con él en el proceso, Loki rió con gracia en vez de molestarse puesto que sea lo que sea que haya visto la hizo huir a la velocidad de la luz (metafóricamente hablando) ya que el pasillo en sí era muy largo como para recorrerse en segundos.

Siguió su caminó pasando el pasillo hasta que varios pasos más adelante se escuchó un tumulto de personas, botas pesadas pisando con rapidez el suelo, armaduras sonando estruendosamente con el movimiento, frunció el ceño confundido dándose media vuelta para ver que diablos estaba ocurriendo, ahora las personas iban y venían como si el caos se hubiera desatado en dirección del cuarto de sanación, detuvo a la misma sanadora que ahora regresaba temblando ligeramente.

— ¡Un gigante de hielo, su alteza! —

Esa fue la respuesta que recibió cuando preguntó que la había hecho llamar a los Einherjer y qué estos llegaran prácticamente en segundos, la dejó ir a quién sabe donde con él mismo gesto hasta que comprendió la gravedad del asunto. ¡Kida! Ella era la única gigante de hielo a parte de él que estaba en el castillo, se reprendió mentalmente por su estupidez al olvidar algo tan importante, estúpido Thor que lo dejaba todo idiota después del sexo, corrió también escuchando voces más adelante, debía apresurarse antes de que algo malo ocurriese.

—Hey, tranquilzense—alzó las manos a la altura de su cabeza en claro signo de alto

— ¡No se mueva! —habló uno de los Einherjer apuntando más cerca del rostro de la menor

—Demonios....—masculló entre dientes rodando los ojos, no es como si no pudiera defenderse pero las heridas, el gran gasto de magia y energía y por sobretodo el no querer llamar demasiado la atención para no levantar sospechas

— ¡Qué está pasando aquí! —por fin había llegado al dichoso cuarto—bajen sus armas, ¡es una orden! —

—Su alteza, no podemos... Una Jötun—exclamó uno de los soldados más cercanos al joven príncipe

— ¡Qué las bajen! Es una invitada en el castillo de Odin—colocó las manos sobre sus caderas mirándolos con imponencia

—Pero...—

—Pero nada, ahora ¡bajenlas! —rugió una vez más

Desconfiados bajaron sus armas lentamente no queriendo enfrentarse al menor de los príncipes y pareja de su futuro rey, o a ambos, Loki rodó los ojos y pasó entre los soldados que le abrían paso para avanzar, al llegar a la cama notó con una sonrisa la belleza hipnótica de la Jötun frente a sus ojos sintiéndose reconfortado de una extraña manera y orgulloso sin saber porqué, ojos rojos y hebras negras adornadas con un par de cuernos pequeños aun faltos por desarrollar, runas tatuadas en su rostro y lo que sus ojos alcanzaban a mirar debido a la ropa, sintió que era como verse en un espejo, quizá así debió verse cuando niño y sí se hubiese dejado crecer el cabello desde ese entonces.

—Te vez tan hermosa—apremió con una sonrisa en los labios

—Gracias—una ligera sonrisa apareció en sus labios—he... Yo... Lo siento, tuve una pesadilla y mi transformación se presentó, ver a tantas personas y apuntándome... Ciertamente no ayudan para calmarme—dijo apenada

—Comprendo, a mi me pasaba igual—confesó después ladeando la cabeza hacia los soldados—déjenos solos—

—Estaremos afuera—anunció el líder del grupo haciéndolos salir a todos—permiso, alteza—siendo el último en salir cerró la puerta tras de sí

—Discúlpalos, nuestro reino no está muy bien que digamos con los Jötun, hay órdenes estrictas de al ver uno, rápidamente avisar y detenerlo—explicó tomando asiento en la cama

—Ya veo... "Desde siempre han estado así, bueno, abuelo Odin me lo explicó alguna vez" —asintió a sus palabras, suspirando

—Supongo que debe ser difícil estar en esta forma—se señaló a si mismo

—Algo así—rió levemente— ¿Puedes abrazarme y acariciar mi cabello? Por favor—su voz fue casi un susurro, apenada

—Por supuesto—accedió enternecido

Se quitó el calzado para subir los pies a la cama, metiéndose entre las mantas, la pelinegra ya se había hecho a un lado para darle espacio y cuando se acomodó a su lado no dudó ni un segundo en abalanzarse encima de él, buscando refugio en sus brazos, al rodearla, rápidamente su piel fue tornando de un ligero azul, la ropa evitaba por mucho que el contacto fuese más directo y por ende, no ocurría la transformación como tal, pero incluso ese frío se le hacía cálido y familiar, acariciaba sus cabellos con una dulzura que no creía capaz de dar.

Y la hija que proviene del futuro rápidamente fue calmandose, olvidando por un momento que no estaba en su hogar ni en su tiempo y qué quién en ese momento la reconfortaba no era su madre como tal, sino lo que fue antes de que naciera, pero los sentía tan igual, tan cariñosos, ¿cómo no olvidar? La tranquilidad envolvía su ser, su piel azul volvía a su color "natural", ese tacto siempre lograba su cometido, por eso su madre lo aplicaba cuando estaba inquieta, decaída o enojada, ya que normalmente las emociones fuertes fueran de la índole que fuesen siempre provocaban esa reacción.

Thor se había escabullido envuelto en unas cortinas que encontró entre tantas cosas viejas en esa habitación, no sabía por qué razón las tenía pero fueron de gran ayuda, ya llevaba ahí dos horas cubriendo sus partes intimas con sus manos y gracias a los dioses nadie había entrado al despacho, cuando salió no vio a nadie en los pasillos, se escuchaban voces a lo lejos pero no les tomó importancia prefiriendo correr a los aposentos que compartía con su amado pelinegro, dio un salto de felicidad cuando llegó pero su felicidad se vio opacada cuando al girar la puerta no se abrió y qué por el contrario, le dio una descarga eléctrica.

¡Loki estaría en grandes problemas!

~En un futuro no muy lejano~

En el castillo del Rey Laufey se escuchaban los pasos apresurados de los guardias corriendo de aquí para allá y los gritos furiosos del gigante de hielo hacia sus más poderosos hechiceros al no recibir respuestas convincentes a sus cuestionamientos ni resoluciones a sus dudas.

— ¡Dónde demonios están los hermanos Helblindi y Býleistr*! ¡Ellos no son tan ineptos como ustedes! ¡Largo de mi vista! —tal rugido fue suficiente para los pobres gigantes que salieron corriendo del Salón.

Y mientras ellos salían, un par de gemelos hacían acto de presencia ante su rey, envueltos en una bruma blanca dejándolos de pie erguidos sin temor alguno y ambos con un báculo, Býleistr, el mayor, estaba de lado derecho sosteniendo el objeto con la diestra y Helbindi en su lado izquierdo sosteniéndolo con la zurda, cubiertos con una túnica que no dejaba ver sus rostros, solo un par de rojizos ojos, la calma regresó de a poco en Laufey e incluso su gesto se suavizó imperceptiblemente al verlos aparecer.

—Hijos míos*, su presencia me es grata—

—Nuestro señor....—habló el mayor mientras ambos hacían una reverencia

—Tenemos la respuesta—secundó el otro gigante

—Viajar al pasado debe ir...—

—Hablar con su alterno ahí...—

—Un plan idear—

—Sin error a fallar—

—Manténgase oculto....—

—Sospechas no levantará—

—Al séptimo día de su llegada—

—Al castillo deberán entrar—

—Disfrazados de Odin y Frigga—

—Mientras ellos no están—

—Se llevaran a la niña, sin más—

—Confía en sus abuelos, pero ojo...—

—Nadie más los puede mirar—

—Para mermar su poderes—

—Esto le deberán hacer tomar—

Ambos hermanos, con voces profundas hablaron intercalados el uno del otro, mientras Býleistr extendía su brazo derecho con un frasco transparente donde un líquido negruzco se apreciaba en su mano, espeso y brillante y Helblindi extendía su brazo izquierdo con un collar en forma de estrella de cinco picos de color blanco opaco y qué parecía estar sucio, volvieron a hablar, el mayor siendo el primero, mientras el rey se levantaba de su trono para acercarse y tomar los objetos mencionados con sumo cuidado, una sonrisa satisfecha en los labios delataba su felicidad.

—Coloca este collar en su cuello...

—Sus poderes atrapará...—

—Aunque no podrás empuñar el martillo...—

—Dueño de un poder invencible serás...—

—Mantén a la niña a tu lado...—

—Nunca te separes de ella...—

—Ten cuidado con aquel par...—

—No dejes que interfieran...—

—O todo lo perderás...—

Y al ver su trabajo hecho, se marcharon sin más de la misma forma en que aparecieron, dejando a un Laufey absorto en su felicidad, planeando, ya después él mismo se encargaría de buscarlos y traerlos consigo para aquel viaje....

*En la mitología, ellos son hijos de Laufey, hermanos de Loki, aquí los adapté para que fueran sus hechiceros de confianza y los más poderosos.

*Laufey los aprecia tanto y habría estado encantado de ser su progenitor, de "cariño" los llama así, y hacen hincapié en lo que son en la mitología.

¿Qué les pareció? Opinen mis amores, sé que no es la mejor de mis historias pero me esfuerzo para traerles un trabajo de calidad, espero comenten y me digan que es lo que piensan al respecto.

¡Los amo!

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