Maraton 7/10
Emma y Alana se ducharon en el vestuario, ya habían arreglado los fluorescentes. Antes de ir a la biblioteca pensaron que era mejor dar una vuelta afuera, había un bosque precioso y decidieron ir por allí. Mientras salían del internado iban hablando de lo que había pasado en gimnasia.
- No me lo puedo creer, nos han gritado delante de toda la clase - dijo Emma enfadada.
- Yo tampoco lo puedo creer, pero que se piensan, no soporto que me griten - dijo Alana
- Yo tampoco lo soporto, me pone de los nervios - Emma miró a Alana - pero cuando estaba tan cerca de Aaron y le decía esas cosas, tenía unas ganas horribles de besarle - dijo tapándose la cara.
- Tranquila, a mi pasó lo mismo con Alex, quería cogerle la cara y plantarle un beso de no te menes.
Se miraron y rieron.
- Pero seguimos enfadadas con ellos, tienen que aprender que no nos pueden gritar así, por lo tanto los ignoraremos, pero solo un ratito y luego los perdonamos, vale? - dijo Alana.
- Vale Alana, oye a ti te gusta Alex, verdad?- Alana asintió un poco roja- y yo tengo que reconocer que me gusta Aaron. Pero yo no soy de esas que a la primera de cambio se van a la cama, puede que parezca un poco lenteja pero yo soy así.
- Yo tampoco soy así, te has fijado que muchas veces se nos quedan mirando muy fijamente? Que te parece si se la devolvemos?- dijo Alana.
- No entiendo- dijo Emma frunciendo el ceño
- Sí, mira yo creo que nos miran tanto o nos dicen algunos piropos para vernos sonrojarnos, entonces lo que digo es que cada mirada, cada guiño y cada piropo se lo devolvamos.
- Vale, además será divertido ver sus caras. Sabes Alana? Nos conocemos desde ayer pero parece como si hubiéramos sido amigas desde siempre.
- Es verdad, somos muy parecidas- Alana se paró porque se dio cuenta de que estaban en lo más profundo del bosque - Emma tendríamos que ir yendo al internado.
- Tienes razón, nos hemos distraído hablando y no nos hemos dado cuenta de que estamos un poco lejos.- dijo Emma.
Cuando se iban a dar la vuelta para ir hacia el internado vieron a lo lejos una figura negra correr muy deprisa hacia el otro lado. Emma y Alana se miraron extrañadas.
- Que a sido eso?- dijo Emma
- No lo se, algún animal? dijo Alana- un lobo quizá?
- Un lobo?- Emma se estaba empezando a asustarse
- Hay dios, un lobo y nos va a comer! - dijo Alana poniendo la mano en su frente dramáticamente.
- Mira que eres payasa Alana! - dijo riéndose- anda vámonos!
No pudieron dar ni dos pasos cuando vieron pasar a otros tres correr como el primero. Se giraron y no pudieron dar ni un paso al ver un lobo negro muy grande, dieron un paso atrás; se volvieron a girar y ahí estaban tres más. Uno era marrón, con la cara y orejas blancas, ojos azules. Otro era marrón claro, ojos marrones y el ultimo negro claro y blanco por el hocico con ojos azules, ese parecía una hembra. Parecían más pequeños que el negro.
- Virgen... del.... camino....seco! - dijo Emma, mirara por donde mirara veía lobos enormes.
- La madre del cordero! - Alana cogió la mano de Emma - hola lobos bonitos, por favor, no nos comáis, sí? - se acercó a Emma y susurró - crees que en el internado sabrán que en el bosque hay lobos?
- Seguro que lo saben
- Y eso porque?
- Pues porque sino lo saben, hay dos opciones: que se escondan muy bien o están tan cegatos que no ven lo grandes que son.- dijo Emma como si fuera obvio.
Lo que no sabían es que esos lobos; Aaron era el negro, Alex el marrón y blanca la cabeza, Teo marrón claro y Sofi el negro claro y blanco aunque a ella todavía no la conocían. Los chicos no se creían que siguieran hablando entre ellas. El lobo de Aaron gruñó, Emma y Alana se asustaron pero luego Emma se acercó al lobo negro, puso las manos en su cadera, lo miró a esos ojos grises que le recordaban algo y dijo muy seria.
- Me acabas de gruñir, lobito?
- Emma que haces y si te muerde?- dijo Alana; no vio al lobo marrón de Alex acercarse y lamerle la mano. Alana se sobresaltó, se iba alejar pero le vio agacharse y mirarla con ojos de cachorro. Se olvidó del susto, se agachó enfrente de él y le acarició; escuchó como ronroneaba.
- Emma seguía mirando al lobo negro frunciendo el ceño.
- Tus ojos.... - dijo ella acariciándole la cabeza
Aaron estaba impresionado porque no le tenía miedo, le gustaba que le tocara, se sentía en el séptimo cielo.
- Eres hermoso - dijo fascinada- y esos ojos son iguales a los de Aaron- le dio un beso en la frente. El lobo le dio un lameton en la cara y le dio risa, Aaron y su lobo Max estaban felices de tener a su mate así de cerca y que no le tuviera miedo.
- Gracias por no comernos - le susurró Emma cariñosamente- espero verte más a menudo grandullón, pero sin gruñirme,eh? Nos tenemos que ir - le abrazó por el cuello y le dio después un beso en el hocico - vamos Alana tenemos que irnos.
Ellos no se movían, pensaban que a lo mejor ( puff lo más seguro) que no las entendieran.
- Tenéis que dejar irnos
Pusieron cara de el gato con botas y resultó porque se apartaron de su camino. Les acariciaron una vez más y se fueron al internado prometiendo no decir nada sobre sus lobos.
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