Aaron abrió los ojos y vio a todos a su alrededor, lo último que recordaba era a Damian delante de él y luego dolor. Giró la cabeza hacia su derecha y vio a Emma tumbada en el suelo, no parecía moverse. Se levantó deprisa y se posicionó a su lado junto con los demás.

- Qué le a pasado? - dijo Aaron aterrado.

- A usado las últimas fuerzas que le quedaban para salvarte la vida - dijo Soraya.

- Y eso puede llevarse la suya. Soraya tenemos que llevarla a casa, solo allí podrá curarse! - dijo Tris.

- No!! Aquí se curará, solo necesita descansar - dijo Aaron acariciando la cara de Emma.

- No lo has entendido. Sí no la llevamos rápido a casa morirá, después de la batalla y salvar tu vida a agotado casi todas sus energías pero si vamos a casa, todas las brujas reunirán sus poderes para mantenerla con vida. Así la darán tiempo a recuperarse. - dijo Tris.

- Sí, es cierto. Allí somos más poderosas, vámonos no hay tiempo que perder - dijo Soraya.

- Yo voy con vosotras - dijo Aaron levantándose.

- No, tú no vienes; no puedes - dijo Tris.

- No voy a separarme de ella - dijo Aaron enfadándose.

- Vas a tener que hacerlo, nadie que no sea valquiria o bruj@ puede llegar hasta la mansión. Todo el que intenta llegar, el hechizo lo mandará de vuelta de donde vino y sin memoria. -dijo Tris.

- Porqué hicisteis eso? - dijo Aaron.

- Desde que nos encontró Lautaro, estábamos vulnerables y todas las brujas juntamos nuestro poder hechizando la mansión para que solo los nuestros nos localizaran. Ahora nos tenemos que ir, nunca nos encontrarás.

Sin más, las valquirias ayudadas de las brujas desaparecieron en la lluvia. Aaron se tiró al suelo gritando de rabia y dolor el nombre de Emma. Alex lo levantó diciendo:

- Tranquilo Aaron, volveremos a verla.

- No! Tengo que buscarla, no puedo estar sin ella. La encontraré y la traeré de vuelta - dijo desesperado.

- No oíste a Tris? No la podrás encontrar, volverás aquí sin memoria -:dijo Teo.

- Entonces nunca más veremos a Emma? - dijo Alana empezando llorar.

- No digas eso! - dijo Aaron

- Tranquilo Aaron, Alana está triste - dijo Alex abrazando a Alana.

- No quiero tranquilizarme, quiero a Emma conmigo! - dijo Aaron gritando - iros todos, dejadme solo -dijo en tono alpha.

Todos se fueron tristes viendo a Aaron así y por Emma que no sabían sí la volverían a ver. Aaron notaba a Max llorar de dolor y arrinconarse en un rincón de su mente. Tendría que recorrer todo el mundo para estar junto a ella; dejó a su padre a cargo de la manada mientras la buscara. Sus amigos querían acompañarlo pero no los dejó, así pasó un año recorriendo todos los sitios, matando a todo los rogue que encontraba, volviéndose cada vez más huraño, agresivo y peligroso. Cada día que pasaba sin encontrarla más se perdía así mismo, ya nada le importaba y ni siquiera se podía transformar. Deambulaba por las zonas sin rumbo, ahora inspiraba miedo a todo aquél que se acercara a él; un amigo del padre de Aaron, un hombre lobo de otra manada lo vio acercarse amenazante y le disparó un sedante llevándolo a la manada Luna Menguante. Todos lo vieron con Aaron inconsciente, el padre de Aaron; Nicolás se adelantó a él y dijo:

- Que le a pasado, que has hecho?

- Solo lo e sedado, a llegado a mi manada dispuesto a matarnos a todos.

- No, no puede ser. Él no es así - dijo Nicolás viendo a Aaron sucio y desaliñado, casi irreconocible.

- Mira, tu hijo se a vuelto peligroso, se a ganado esa fama matando a todo lo que se le ponía por delante. No lo mato por la amistad que tenemos pero tienes que encerrarle en una celda; no puedes dejarle salir. Ahora solo es una bestia, sabes que está perdido amigo.

Nicolás devastado de ver a su hijo así lo cogió en brazos. Se dirigió al sótano de la casa seguido de su mujer, madre de Aaron llamada Diana, Alex y Teo. Los demás se quedaron fuera apesadumbrados, Alana y Sofi se cogieron de la mano preguntándose porqué Emma no aparecía. Es que no iba a volver? Ya no quería a Aaron? Eligió quedarse con su familia? Se había olvidado de ellos así sin más? Eran preguntas que sin Emma se quedarían sin respuestas.
Nicolás abrió la puerta y dejó en un colchón a su hijo con cariño. Salió de la celda cerrándola, todos se le quedaron mirándole tristes; después de ese día, siempre había alguien vigilando y a veces tenían que dispararle sedantes porque se daba golpes contra la pared o intentaba salir de la celda amenazando a todos con matarles. Lo peor era cuando se quedó en un rincón agazapado sin hablar, con la mirada pérdida. Ni siquiera parecía reconocer a nadie, solo se quedaba tumbado con los ojos vacíos mirando a la nada, esperando a la muerte.