Capítulo 7: Nunca te fíes de alguien que te diga que vayas al sótano
Caitlin me despertó en cuanto el avión aterrizó, Tom debía de estar en el quinto sueño porque nos costó casi diez minutos despertarle y otros diez para hacer que se levantara del asiento.
Esperamos a que la marabunta se dispersase para no acabar aplastados contra la puerta de salida y nos desplazamos con dificultad hasta la puerta debido a que las piernas se habían quedado dormidas por estar tanto tiempo sentados y salimos del avión. Fuera nos esperaba una azafata rubia de bote con una sonrisa que se notaba que era artificial, en cambio Tom pareció no darse cuenta de estos detalles y se quedó embobado mirándola.
-Bienvenidos a Atenas, espero que disfruten de su estancia aquí. -Dijo ella sin dejar de sonreír y con una pronunciación un poco forzada.
-Eh, gracias... -Mientras que lo decía ,pensaba en que mañana teníamos que coger otro avión
que nos llevara hasta el oráculo y sólo de pensarlo me daban ganas de volver al avión, esperar a que volviese a despegar y saltar cuando se encontrase en el punto más alto.
Aunque seguramente no tendría tanta suerte porque algún dios me salvaría sin que yo se lo pidiese...
Salimos del aeropuerto sin ningún contratiempo y llegamos al hotel.
Gracias al Señor D. pudimos coger una habitación para los cuatro para esa noche y nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad.
Mientras paseábamos nos encontramos un mapa de toda Grecia (el de multimedia) y lo cogimos por si acaso nos hacía falta durante el viaje, además Caitlin aprovechó para explicarnos algunos mitos de dioses menores, como yo los llamo, "cotilleos sobre la vida pasada de los dioses", y mientras tanto yo miraba las zonas subrayadas.
-Quiero ir al Monte Olimpo. -dije decidida creyendo que no se iban a poder negar a mi propuesta.
-Primero, no tenemos dinero suficiente para cumplir la misión e ir, y segundo, por si se te había pasado por la cabeza tan siquiera pisar sus alrededores, te aseguro que está plagado de monstruos.
Las dos razones me dejaron sin palabras para debatir así que iba a dar la idea por perdida pero para colmo el hijo del trigo tuvo que abrir su bocaza.
- Oh, pobrecita. Ahora que no puedes ir ,¿le dirás a tu mama que nos castigue por ser malos? -dijo burlandose.
Un trueno sonó y yo me tiré en plancha encima suya intentando acertarle con uno de mis puñetazos.
Me daba igual que estuviéramos en plena calle y que todos los griegos se hubiera puesto alrededor de nosotros con cara de preocupación.
Cuando conseguí darle un puñetazo me levanté y fui hacia el hotel mientras los demás hacían lo mismo.
-Me lo vas a pagar Black -escuché que decía Tom a mis espaldas.
"Ya lo veremos", pensé y seguí caminando hasta la recepción.
Cuando llegamos escuchamos decir a una mujer que estaba pasando algo en el sótano.
La verdad es que me llevé una gran sorpresa cuando oí lo del sótano porque los hoteles no suelen tener.
Entonces esa misma mujer se acercó a nosotros y nos dijo que si podíamos ir a investigar que pasaba y que estuviéramos tranquilos que ella nos acompañaba.
Hasta ahí todo bien, el problema fue cuando bajamos.
No había nada excepto telarañas y polvo.
Entonces la mujer empezó a cambiar, la cara se arrugó, las uñas se alargaron y le salieron alas. Teníamos delante a una furia ni más ni menos.
Retrocedimos por instinto y sacamos las armas.
Caitlin llevaba un arco, Tom una espada, Daniel una flauta de pan y yo unas cuantas dagas.
Empezamos a arremeter contra la furia uno detrás de otro, mientras Daniel le hacía varios cortes que la dejaban débil, yo intentaba clavarle una de las dagas ,Caitlin le lanzaba flechas sin parar y Daniel entonaba una canción de cuna.
Cuando la furia estuvo lo suficiente débil como para no poder moverse se me ocurrió preguntarle algo.
-Bien, ahora, ¿serias tan amable de decirnos quién te ha enviado? -dije enseñándole una de las dagas que todavía no había guardado -A menos que quieras que la use.
La furia quería alejarse pero no pudo porque Tom estaba detrás.
-Prefiero que me mates, nunca os lo diré.
-De acuerdo, pues...hasta luego.
Mientras yo le clavaba una de las dagas, Tom la cortaba el cuello desde atrás. La furia se convirtió en polvo y se desvaneció.
Subimos a la habitación sin cenar ya que el combate nos había quitado el hambre, pusimos el despertador para poder llegar a tiempo al siguiente vuelo que nos llevaría directamente a la isla de Delos y hablamos un rato de lo que había pasado.
-Es increíble que hayamos caído en esa trampa tan predecible -dijo Caitlin tumbándose en su cama.
-Ya te digo y se supone que tengo que protegeros...
-No te preocupes por eso Dani -Le sonreí - ,somos lo suficientemente mayores para poder cuidarnos solos, ya lo has visto.
-Ya...
-Mirad el lado bueno ,hemos descubierto que no debemos ir a sótanos en hoteles guiados por una mujer que parezca de confianza.
-Eeeexacto.
-¡Hasta mañana a todos!
-¡Hasta mañana!
Después de eso apagamos la luz y escuché los ronquidos de Daniel y la respiración de Caitlin.
Cuando ya estaba a punto de dormirme escuché una voz en mi oído que parecía de Tom diciendo: "Hasta mañana, Rachel".
Me sobresalté pero pude reaccionar lo suficientemente rápido para contestarle en susurros: "Hasta mañana, idiota"
Escuché que estaba intentando contener su risa y sonreí.
Mañana iba a ser un día muy largo.
Perdón por tardar, empecé el curso y se está poniendo un poco difícil sacar tiempo.
Bueno, aquí tenéis el capítulo y ahora me voy a dormir, hasta otra...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro