Entramos a esa granja de fresas, aunque poco después me di cuenta de que parecía un campamento de verano.
-¿Este era el campamento de verano al que dijiste que me llevarías?
-Sí, aquí estamos, bienvenida al Campamento Mestizo.
-Espera un momento...estamos en Noviembre... ¿Cómo puede haber un Campamento DE VERANO en Noviembre? -dije recalcando "de verano" en la pregunta.
-Este campamento no sólo está abierto en verano, entra y lo entenderás.
Quise entrar lentamente ya que no me fiaba de lo que pudiese haber allí ,así que paré un momento para observar el bosque, pero parecía que Daniel quería que entrase lo más rápido posible así que no se guardó el impulso de empujarme por la puerta de entrada.
Se puede decir que no fue una entrada de película ,simplemente imaginaos a un inválido con muletas empujando a una chica para que pasase a través de un arco qué hacía de puerta, y yo tampoco es que cayera tipo princesita de cuento sino que caí dándome con todas las costillas en una tierra cubierta de ramitas .
Da igual cómo os lo imagineis pero fue así, os lo puedo asegurar porque me salió un moratón en la zona de las costillas que me estuvo doliendo durante cinco días.
-Por Pan, ¡lo conseguí!
-¡Ah! .-Me quejé por la caída hasta que vi que no me hacía mucho caso y estaba intentando quitarse los pantalones...un momento ¡Se estaba quitando los pantalones allí, delante de todo el mundo! -.¿¡Qué haces!?
Antes de que me contestara vi que debajo de esos pantalones y de esas zapatillas había pelo y pezuñas, nada de pies y carne humana.
-Eres... una cabra. -dije completamente en shock.
-En realidad soy un sátiro , se podría decir que mitad humano mitad cabra. -Se quitó la gorra y pude ver unos cuernitos que salían de debajo de su pelo.
No sabía que decir, ahora entendía lo que acababa de decir hace unos pocos minutos ,no podía creer que los sátiros de la mitología griega existieran de verdad, pero eso no era más que empezar.
Giré la cabeza y vi a muchos chicos de diferentes edades entrenando con diversas armas, sobre todo espadas.
-Vamos, es hora de que conozcas a Quirón.
-Quirón..., a qué me recuerda ese nombre.
Daniel sonrió y eso me aclaró la mente.
-¿El mismo Quirón que entrenó a Hércules y a Perseo?¿El centauro?
-Ya lo verás. -dijo y volvió a sonreir.
Me llevó a una especie de casa bastante grande con varios pisos.
En el jardín de la entrada había dos hombres jugando una partida de cartas, cuando nos acercamos uno de ellos que iba en silla de ruedas levantó la vista de las cartas para mirarme detenidamente , después miró a Daniel, asintió como señal de aprobación y volvió a concentrarse en sus cartas.
Unos cinco minutos despues el otro hombre que tenía una camiseta hawaiana levantó la cabeza.
-¿Por qué seguís ahí parados? ¿Cómo te llamas niña? .
-Eh, Rachel Black y perdone pero ¿qué se supone que deberíamos hacer si acabamos de llegar?, no sé quizás estoy equivocada pero no creo que le venga bien a este campamento tener a alguien con tan mala actitud hacia los nuevos campistas.
-Rachel...calmate .-Me susurró Daniel. -Él es el señor D, del director de actividades del campamento.
-Encantado, deberías hacerle caso a tu amigo niña impertinente y creo que también deberías tratarme con más respeto o ¿es que acaso no sabes quién soy?.
-Acabo de llegar así que supongo que no lo sé ,¿debería?
-Es Dionisio el dios del vino. -Me susurró Daniel al oido como si le tuviera miedo.
-¿En serio es usted Dionisio? -Le pregunté al tal señor D.
-Pues claro niña, D de Dionisio y ahora déjame acabar la partida Rachel Balack.
-Black.
-Como sea.
Entonces el otro hombre que iba en silla de ruedas empezó a hablar.
-Bienvenida al Campamento Mestizo ,Rachel Black, ¿sabes ya de que padre o madre divino eres hija?.
-¿Que? Soy hija de Ryan Black .
-Y¿ tu madre?.
-No la conocí.
El hombre y Daniel se miraron de reojo y él continuó.
-Me llamo Quirón. -En ese momento se puso de pie, yo tenía miedo de que se cayera pero no se puso de pie como la gente normal invalida sino que vi cómo unas patas delanteras de caballo blancas salían de la silla de ruedas y después las traseras hasta que la silla se quedó vacía como una caja y vi que estaba delante de un centauro blanco.
En ese momento debí de poner una cara bastante graciosa de ver porque Daniel se empezó a partir de risa.
-E-Encantada Quirón.
-El placer es mío, bien, creo que es hora de que te instales en una cabaña hasta que tu madre divina te reconozca y esa es la cabaña 11, ahora vuelvo. -Dijo dejando sus cartas encima de la mesa, haciendo una señal a Daniel para que las vigilara porque no se fiaba de que le hiciera trampas y me acompañó hasta la cabaña que había mencionado antes.
-Ésta es la cabaña de Hermes y bueno, como ves hay muchos campistas como tú que todavía no han sido identificados...
Se acercó un chico que sería el líder de la cabaña y preguntó:
-¿Normal o por determinar?.
-Por determinar .-respondió Quirón y el chico se fue con un suspiro de cansancio. - Te quedarás aquí hasta que tu madre divina te identifique como su hija.
-Y ¿eso cuándo pasará?
-Ya debería de haberlo hecho así que no lo sabemos.
Después de esa conversación me acurruqué en un rinconcito de la cabaña mientras que Quirón volvía a la Casa Grande para terminar esa partida que había dejado a medias y me puse a pensar en todo lo que creía que no era cierto y ahora sabía que sí . Para empezar, los dioses del Olimpo existen y había estado 15 años pensando que todas las catástrofes naturales eran causadas por el calentamiento global ,la contaminación y cosas parecidas que nos hacían creer a todos desde pequeños para que la vida tuviera un sentido que se pudiera demostrar con la ciencia y segundo, mi madre no es una humana normal y yo tampoco lo soy.
Salí de la cabaña y vi que había otras diecinueve dispuestas en forma de Omega la letra griega "Ω", es lo bueno de estudiar griego.
Paseé alrededor de las otras cabañas observando que cada una era muy distinta a la otra, tenían que serlo ya que cada una representa a un Dios griego.
La 1 y la 2 eran bastante grandes comparadas con las demás y estaban vacías.
Después de darme ese paseito por el campamento volví a la cabaña de Hermes y me acurruqué otra vez en el hueco de la cabaña que había libre.
Entonces Daniel apareció en compañía de una chica.