Ethan la invitó a pasar a su departamento, Katheryn se sentó en su sofá realmente elegante, se sintió cohibida al sentir su fragancia de él en todo el departamento.
-¿Gustas algo de beber?—le ofreció él, sonriendo.
-Agua estaría bien.
Le ofreció una botella de agua y ella lo cogió.
-¿De qué querías hablar?
-Sobre un sueño que he tenido dos veces. —le respondió seria, él la miró dejando sus cosas en la mesa.
-¿Qué tengo que ver yo en eso?—quiso saber.
-Tienes mucho que ver, Ethan, porque tú estabas en ellos.
-No entiendo a qué te refieres, Katheryn. —tomó asiento junto a ella, más cerca de lo que ella imaginó.
-He soñado dos veces seguidas que estoy en un bosque oscuro, estoy sola pero luego apareces tú, acompañado de varias personas más, todas tienen sus cabellos iguales a los nuestros, pero tú ahí me repites que yo soy la última y que debo ir con ustedes para estar a salvo, ya estoy abrumada…-dijo exasperada. —no puedo seguir soñando eso, dime, ¿Por qué te apareces en mis sueños y me dices esas cosas que carecen de sentido?
Ethan la observaba con sus ojos verdes esmeraldas sin parpadear. Pero al cabo de dos segundos abrió la boca y dijo:
-El hecho de que te parezca sumamente atractivo y me sueñes, no quiere decir que yo tenga que ver en eso. —Dijo indiferente, pero algo en él estaba rígido, sus ojos estaban absortos. —ha sido solo un sueño, Katheryn, yo no elijo aparecer en ellos.
Por una fracción de segundo Katheryn se sintió avergonzada, en cierto modo él tenía razón, había sido sueños y él no tenía nada que ver.
A modo de disculpa ella apretó los labios y salió al balcón dejándolo sentado a Ethan en el sofá.
-¿Ya te vas?—él la siguió hasta el balcón.
-Sí.
-¿Por qué?
-Por qué eso era lo único que quería decirte.
-¿Tienes planes esta noche?—le preguntó mirando las manos de ella, que no dejaban de temblarle. — ¿te sientes bien? Estás temblando.
-Eh…-balbuceó en respuesta. —estoy bien, es solo frío.
-Bien, ¿Entonces… tienes planes hoy?—arqueó una ceja, una sonrisa sensual se dibujó en sus labios.
-No, no tengo planes…
-Entonces quiero invitarte a dar un paseo, te paso a ver a las ocho, ¿te parece?—recargó su peso sobre la pierna izquierda y se cruzó de brazos esperando la respuesta de Katheryn.
-Falté al trabajo solo para poder hablar contigo y me parece razonable la invitación. —dijo Katheryn sonriendo divertida. Él también sonrió divertido.
-Te veo a las ocho.
-Estaré lista antes.
Ella pasó a su respectivo balcón, era las tres de la tarde y tenía tiempo de sobra para arreglarse.
Las horas pasaron con rapidez, Clara había llegado dos horas atrás y estaba emocionada por la salida de Ethan de Katheryn.
-Tienes que estar perfecta amiga, tienes que estar preciosa. —la jaló al closet para elegir prendas formales.
-Oye, solo daremos una vuelta. —Katheryn estaba aturdida por la ropa que su amiga le había dado. —esto es para ir a alguna alfombra roja a recibir un premio.
-Pero por supuesto que sí debes ir con ese vestido, Katheryn, es hermoso.
-Pensará que estaba loca por salir con él, es muy extravagante. —Katheryn se despojó de aquel vestido rojo escarlata y cogió uno de sus vaqueros gastados y una playera de un grupo llamado The Fray. —con esto basta.
-¿Qué?—el rostro de su amiga se contrajo de repulsión. —estás loca, no llevarás esa ropa tan… inadecuada, ¡Es una cita! No una reunión de amigos, Kath.
-Pero no me interesa parecer una zorra frente a él, entiende. —se negó a ponerse el vestido.
-Te juro Katheryn que si sales con el sexy Ethan vestida así te jalaré en el pasillo y te pondré el vestido a la fuerza, tú decides.—se cruzaron las dos de brazos y fulminándose con los ojos.
-No voy a elegir nada, solo elegiré mi ropa. —le respondió malhumorada. —solo es un paseo Clara, no te pongas en ese plan.
-Brenton amaba cuando usaba ese tipo de vestidos. —sonrió con tristeza y Katheryn sintió lástima por ella.
-Brenton es otra persona, Ethan es distinto.
-Pero es un chico y a los chicos les gusta vernos bien.
-Tengo ropa Clara, me pondré lo que yo quiera y punto. —alardeó.
Pasaron los minutos y ninguna se decidía porque ropa elegir, el sonido del timbre las sobresaltó a las dos, Katheryn ahogó un grito desesperada.
-Ve a abrirle, yo veré que me pongo. —la empujó a la sala y ella se encerró en su habitación.
No podía escoger sus jeans favoritos pero tampoco ponerse el vestido extravagante pero luego pensó, “Para que ponerme ropa que después pasará de moda, pasaran los años y todo esto de Ethan pasará a la historia como todas las cosas”
Dejó a la perspectiva la ropa, salió tal y como estaba.
Clara por poco grita al ver a Katheryn vestida así, Ethan al verla le sonrió divertido, él estaba vestido como siempre, de pantalones color caqui, camisa beige y unos botines jeep color crema, con el cabello revuelto y algo mojado, sus mechones dorados estaban despeinados y sus ojos verdes esmeraldas brillaban.
-¿Estás lista?—preguntó él acercándose a ella. —te tengo un regalo, no es algo fuera de lo común pero pensé que te gustaría.
Extendió sus manos mostrando una pequeña caja azul aterciopelada. Clara se fue alejando hacia la cocina con una sonrisa llena de perversidad en su rostro mientras que Katheryn estaba con los ojos bien abiertos observando el obsequio.
-Tómalo.
-¿Qué es?—preguntó apenada.
-Solo ábrelo. —la animó.
Katheryn aun dudosa de agarrarlo y abrirlo lo tomó entre sus manos, se mordió el interior de sus mejillas, con las manos temblorosas abrió la cajita. Adentro había una pulsera de plata muy brillante que tenía escrito Katheryn alrededor.
-Ethan, ¿De verdad me lo regalas?—apenas podía hablar.
-Por supuesto, es tuyo. —sacó la pulsera y se la puso. — ¿A caso no te agrada?—dijo al mirar el rostro de Katheryn que estaba neutro.
-Es lindo, gracias Ethan. —le respondió con una sonrisa.
-¿Lindo? ¡Es hermoso!—exclamó su amiga detrás de ella. —Ethan fue muy lindo el detalle que nos diste.
Katheryn se volvió hacia Clara y clavó sus grisáceos ojos en la muñeca de ella. Su amiga tenía la misma pulsera que ella pero en vez de decir Katheryn, decía Clara.
-¿Les gusta?—preguntó él sonriendo. Katheryn quiso golpearlo.
-¿Por qué nos diste una pulsera igual a las dos?—preguntó enfadada.
-Pensaba darles un collar pero las pulseras son mejores.
Por un momento Katheryn había creído que Ethan le había regalado esa pulsera solo a ella como un detalle más íntimo pero estaba equivocada, a su amiga también le había dado lo mismo.
Tomó la cajita azul se quitó la pulsera, la colocó de nuevo en su lugar, y la puso sobre el comedor de una manera salvaje.
-¿Ya nos vamos? ¿O quedarás toda la noche con Clara?—Katheryn no sabía cómo ocultar sus celos.
-Eh… no, por supuesto que no. —dijo Ethan perplejo. —vamos…
Katheryn cogió su chaqueta y se adelantó a salir al pasillo sin mirar a su amiga que estaba boquiabierta por su actitud.
Ethan se despidió de Clara con la mano y cerró la puerta del departamento al salir.
-¿Te sucede algo?—le preguntó confundido.
-No, ¿Por qué?—espetó.
-No te pusiste la pulsera, Katheryn, la compré especialmente para ti.
-¿Especialmente para mí? Por lo que veo Clara tiene una igual. —rió llena de ironía.
-Mmm ya veo porque te pusiste así. —sonrió deliberadamente, y descendieron hasta la recepción. Katheryn no entendió el motivo de su sonrisa pero no le preguntó.
Ethan le abrió la puerta del auto a Katheryn con caballerosidad pero ella ni si quiera lo miró y entró enfadada.
-Así que estás celosa de tu propia amiga. —encendió las luces y puso en marcha el auto. —interesante…
-¿Celosa? ¡Ja!—se cruzó de brazos ruborizada. —por supuesto que no.
-Estás celosa, acéptalo.
-Según tú, ¿Por qué debería de estarlo?
-Por qué le regale la misma pulsera a Clara que a ti y tú querías que solamente a ti te la regalara. —Despegó los ojos de enfrente para mirarla a ella. —eso es algo egoísta de tu parte Kath, ella también merecía un obsequio.
-Entonces si tanto te gusta Clara, ¿Por qué no la invitas a salir a ella en vez de invitarme a mí?—el rubor de sus mejillas oscilaba en todo su rostro.
-¿Quién te ha dicho que me gusta?—enarcó una ceja.
-Se nota a simple vista, Ethan.
-Anteriormente te dije que no estoy listo para una relación, ¿lo olvidas?
-Y justo esa vez me dijiste que mirabas atractiva a mi amiga. —dijo llena de veneno pero al parecer Ethan estaba relajado, incluso sonriendo.
-¿Y luego preguntas que por qué te digo que estas celosa?—rió.
-No estoy celosa y menos de ti, Ethan Quin. —lo fulminó con la mirada.
-Pruébalo que no.
-¿Qué?—lo observó perpleja. No tenía idea a que se refería.
-La invitaré a salir mañana a esta misma hora, la besaré y tal vez es posible que ninguno de los dos regrese a dormir…
Unos celos llenos de rabia y rencor subieron por el estómago de Katheryn y rebozó en su garganta. Tuvo ganas de abofetearlo en el rostro sin piedad. Pero no podía hacerlo, Ethan no era nada suyo. Era solo un amigo de ella y de su amiga. Nunca había sentido celos, y menos por alguien que conocía de apenas seis días o menos.
-Suena bien. —Dijo por fin con una falsa sonrisa. —necesitarás un condón porque ella es sexualmente activa y su antiguo novio, Brenton, era un jodido mujeriego que no usaba protección.
Los ojos verdes de Ethan se abrieron de sorpresa y se echó a reír.
-No es gracioso, por tu seguridad…
-Que buena táctica de esquivar tus celos, Katheryn. —Se encogió de hombros. —tus celos me dan ternura.
-¡No estoy celosa! ¡Ni si quiera… ni si quiera me gustas!—balbuceó. Sus mechones plateados se alborotaron al igual que los de Ethan, y una ráfaga de aire se coló entre los cristales junto con un fuerte rayo.
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