POV Morinaga:

" Esta mañana amanecí con él, pegado a él; con todo su cuerpo caliente entrelazado en mis brazos y piernas.
Desnudo, hermoso como es. Casi inconsciente por tanta pasión.
No tuve reparos ni restringí para nada mis deseos. Lo abrí, lo expuse todo...
Miré con calma su piel de ceda blanca, y dibujé con las manos sus mas secretos rincones.
Besé cada parte y cada forma, miles de veces recorrida con la lengua y los sentidos, disfruté las lineas entre sus piernas y sentí como se hinchaba su hombría. conozco de memoria como se va poniendo la piel de gallina en la punta de su pene antes de dejar salir su néctar... abracé con la boca sus testículos y él enredó sus piernas en mi cuello y mi espalda.
Su torso en un espasmo... todo alrededor de sus caderas es un creciente colapso de deseo... hasta su ano supone un shock al contacto de mis dedos. Gime y se estremece. Sabe que ya voy a penetrarlo. Es tan bello verlo rendirse, sudar, rogar con la mirada... quiere mas, yo quiero mas...!
Sus ojos entreabiertos iluminados por el primer rayo de sol... ya no huye, ni se quita, solo permanece quietecito como un conejo entre las fauces del león, pero no esperando morir... sino sentir cada parte de su fuego revivir. Desde sus muslos hasta su garganta se sienten sus músculos convulsos de placer... estrecho, cálido, húmedo y dulce. Así es él cuando se deja atrapar por el aroma de nuestros cuerpos, levanta la cabeza, como en trance, pidiendo un beso sin pedirlo, reclamando caricias, sin decir nada, no hace falta... todo su cuerpo habla por él, cada palmo, cada lagrima habla por él.

Lo amo, oh Dios!, como lo amo... nunca me lo quites, mi Dios. Moriría de dolor sin este hombre, sin sus ojos que me miran así, sin su abrazo, sus palabras.

Él es mío, por fin después de casi seis años de dolor, es mío y yo suyo. no quiero a nadie mas, amo lo que soy por él, amo quien es conmigo...

Por favor Dios Mío!... Nunca me lo quites...¡

Entre miedo y dolor, llega el éxtasis. Dentro de su cuerpo puedo sentirme uno con mi amado, y todos los miedos se disipan... todas las tristezas se esfuman. Solo puedo sentir gozo, al fundirme con él en este abrazo, largo y palpitante de nuestros cuerpos cansados y jadeantes. Un beso y otro... y mil mas sin dejar de ver su cara sonrojada y su boca ardiendo con los moretones de mis besos y la aspereza del asomo de mi barba de dos días, rozando en su lampiño rostro."

_____

__ Tengo hambre, Mori...Baka! desde que llegaste solo... hacemos tus cochinadas¡ __

Dice el chico de pelo largo intentando sacarse a su amante de encima. Hace dos días que regresó de Shizouka y solo han atinado a entregarse el uno al otro mil veces hasta caer rendidos, después de mas de dos meses de separación. Rápido se levanta y busca su pantalón de pijama entre las ropas en el suelo.

__Buscas esto, Senpai?__ Le dice su pícaro "novio", con la prenda en su nariz y aire juguetón.
__Dame acá, idiota... ya es suficiente!__

A Morinaga le encanta verlo moverse después del sexo, como salido de un trance, avanza torpe y desnudo hacia el cuarto de baño. Ese va y ven rítmico de su cuerpo y su pelo son una delicia a la vista que no puede soportar. Sin permiso entra a la ducha y el juego vuelve a empezar.

__Nunca te cansas? Te he dicho que no quiero... (beso) que entres a... la...(beso) ducha...(beso y manoseo) conmigo...BAAAKAAAA!!!__

Un fuerte golpe es el indicio de que en realidad no esta dispuesto a mas caricias.

__AAYY Senpai malo, quedamos en que no me golpearías mas!__

__Sí, ¡pero tú no aprendes...!!__

__Dijiste que tenias hambre... Si me baño contigo será mas rápido...Podremos salir y ...!__

__Quéeee? No vas a cocinar para mi??? Pretendes que salgamos a gastar dinero?? Qué desconsiderado de tu parte!... Sabes cuanto llevo comiendo porquerías de la calle??__

__Cierto! Perdóname Senpai, ya había notado que estas un poco mas delgado... te haré algo muy rico... Disfruta tu baño, ok? Te amo, mi dulce bebé!__

__¡Aghh! que no me pongas sobre nombres cursis y menos BEBÉ...¡¡Largo!!__

El día transcurrió tranquilo, entre charlas y besos robados, y alguna que otra risa. Ahora Morinaga podía disfrutar mas abiertamente de su relación. Bromeaba y hasta podía dejar un beso inesperado en algún lugar de su Senpai sin ser castigado por ello. Aprendió a medir los momentos en donde podía coquetearle indirectamente y guardar distancias convenientes para no cansarlo. Pero de cuando en cuando sus ganas de tocarlo sobrepasaban los limites y una mano traviesa ingresaba en zonas no permitidas en ese momento. Ahí era cuando Souichi le encajaba un zarpazo o un buen puntapié. Pero la riña nunca duraba mas de diez minutos. y siempre era el de pelo largo quien cedía a las miradas de cachorro triste de Morinaga.

__Quita ese almohadón, Voy a sentarme ahí...__

Y resultaba que el lugar elegido era el mas cercano a su compañero, que si bien el apartamento era pequeño, no lo era tanto como para no sentarse a suficiente distancia del atrevido muchacho.

Pasó el día y la tarde, hasta llegar la noche. Dos manos entrelazadas y dos hombres tras una puerta de salida del apartamento, la maleta lista y todo el lugar ordenado, como si no hubiera pasado todo, como si no hubiera pasado nada. Hacía una hora que Morinaga notaba como las risas y el calor comenzaban a apagarse. dejando paso a un aire frío y silencioso. No solo a él comenzaba a dolerle el alma. Su Senpai de inexpresiva calma se iba tornando meditabundo y mas silencioso que de costumbre.

__Sabes por qué no voy a la estación... verdad? No es lo mismo que recibirte, no me gustan las despedidas... Además, tú siempre lloras y todos se quedan mirándonos. A tí no te importa porque te vas, pero yo me quedo ahí, solo... con la gente viéndome raro...__

__Lo sé, Senpai, mi amor. Igual tampoco me gusta no poder abrazarte a la puerta del tren... Te voy a extrañar demasiado... No sé cuanto tiempo mas podré hacer esto... me destroza separarme de ti...Te amo demasiado..._

__Ya BAKA! Nadie se esta muriendo... A ver...? El próximo feriado esta cerca, creo que es mi turno de ir ...ok? No llores... __

Con la carita triste de su amante entre las manos Souichi tubo que usar todas sus fuerzas de tsundere y no lagrimear con él, en cambio le dio un tierno beso en los labios, la frente y lamió una lágrima, dejando una sonrisa en su cara. Esto era, en alguna medida, la medicina para el alma que había ideado, en caso de ver a su amado destrozado por la separación. Pero de ningún modo seria meloso ni cursi... solo ese gesto y listo...

Morinaga entendía la rutina, un beso, un abrazo fuerte bastante quiebra-huesos y un "hasta pronto", "llamaré desde la Estación".

Luego Souichi quedó con nada mas que sus brazos vacíos... una puerta cerrada y una rara sensación de silencio invernal...