[mansión Vermillion]

-el vestido, los zapatos, la música, los invitados, la decoración- una mujer azabache enumeraba cada cosa.

-señora Isabella, esta bien, yo me puedo encargar- la rubia trato de tranquilizarla.

-¡no! Quiero decir, es su boda y todo, pero también quiero ayudar sobretodo ahora que Ray me informo de lo frágil que es tu salud- la contraria solo sonrió nerviosa por la mentira de Ray, no tan mentira pero tampoco es que pudiera hacer mucho.

-veamos, tenemos mucho que hacer, vayamos de compras- sonrió y jaló a su próxima nuera del brazo.

[...]

-¿huiste de casa?- menciono Norman al ver al azabache otra vez en su oficina.

-si...- soltó en un suspiro, pues los nervios de su madre por la boda eran contagiables- ella ya vivió esa etapa, que deje hacer a Anna lo que quiera.

-no puedes detenerla, simplemente dejarla- y los dos suspiraron, aquel tema simplemente era muy agotador.

-¿y qué vas a hacer tu?- cambio de tema.

-¿sobre qué?- el albino sabía a qué quería llegar pero no tenía ánimos de decir algo.

-ya sabes ¿te quedaras soltero toda tu vida?- bromeó.

-que gracioso, claro como tu ya tienes prometida- el azabache rio- creo que si, hay alguien que me interesa, pero... No.

-¿pero no? Eventualmente cuando seas emperador el pueblo querrá un heredero- dijo en tono preocupado.

-lo sé, lo sé- suspiro- mira, te diré esto a ti y nadie más que a ti- el contrario asintió- amo a Emma, pero ya sabes como es esto de las clases sociales.

-... ¿Emma?- su mirada quedó en blanco- ¿la ruidosa Emma? ¿¡Qué le viste!?

-¡hey! Que a ti te irrite es una cosa, pero ella es una buena mujer ¿si?- frunció su ceño levemente enojado.

-bien, no criticare tus gustos- alzó los hombros tratando de restarle importancia.

-además yo no te dije nada cuando te enamoraste de Anna- susurro audible para el contrario.

-no puedes compararlas, Anna es un ángel, ella es mucho mejor que cualquier mujer- los dos se quedaron mirando con un tenue enfado y luego estallaron en carcajadas.

-miranos, discutiendo por mujeres- rio el albino.

-si, quien diría- suspiro.

-tengo miedo, la casa más cercana además de los Vermillion querrá comprometerme con su hija y si me quiero casar con Emma la tendré solo como segunda esposa más no como mi emperatriz... Ella... Sera torturada por los aristócratas y no quiero eso...- agachó la mirada al suelo.

-entiendo, aunque tu situación es peor... Pero pensemos que gobiernas el imperio solo, el pueblo querrá un heredero no importa como ¿esa no sería tu oportunidad de aprovecharte de los anhelos de los demás? En otras palabras ellos no importa como querrán un heredero aún si es de una guardiana.

-... No creo que lo acepten así de fácil, pero dejame pensarlo, además tampoco se si Emma sienta lo mismo- se cruzó de brazos.

-eres el próximo emperador ¿eso importa?- bromeó a lo que el albino golpeó ligeramente su hombro- pegas como niña jaja.

-ya cállate- volvieron a reír.

[...]

-ya llegue- entro a la mansión encontrándose con varias cajas- ¿qué paso aquí?

-ayuda- entre el mar de cajas se veía una delgada mano, Ray rápidamente la tomó y cargo a la muchacha entre sus brazos.

-no se como pasó, todo fue tan rápido- la rubia se aferro a su pecho.

-tal vez pasate mucho tiempo con mi madre, te llevaré a tu habitación- la cargo teniendo cuidado con las escaleras hasta dejarla en su cama.

-gracias...- suspiro.

-¿cuántas tiendas compraron?- se burló de todo lo comprado.

-se supone que sólo iriamos a probar el vestido y los zapatos- empezó a recordar cada suceso- pero terminó así...

-¿enserio? Iré a ver- pero Anna lo detuvo con su ceño ligeramente fruncido.

-no, no puedes verlo.

-eventualmente lo veré- pero la ojiceleste siguió negando la cabeza- esta bien ¿ya arreglaste las cosas con Chris?

-... No... No se que hice mal- se arropo en su cama tapando toda su cara.

-no es algo que hayas hecho, solo dale tiempo- acarició su cabeza.

-por cierto ¿cómo va la publicación del libro?- asomo su cabeza.

-va bien, es popular tanto en aristócratas como plebeyos- la cara de la rubia se iluminó.

-que bien, así tu padre nunca será olvidado- sonrió.

-si... Por cierto, gracias por acompañar a mi madre, hace tiempo no la veía enfocada en otra cosa que no sea el luto- tomó su mano y la entrelaza con la suya.

-esta bien, no es una mala compañía tampoco, es bastante agradable- apretó el agarre.

-¿hablamos de la misma persona?- bromeó a lo que los dos rieron.

-vamos, te digo la verdad, esto de la boda también la está distrayendo...

-si, me di cuenta, la veo mas sonriente- el azabache sonrió y luego eso sus labios comenzaron a temblar, de sus orbes amatista bajaron lágrimas.

-Ray- apresuró a levantarse y consolarlo, acariciando tanto su cabeza como su espalda, aun era difícil.

-lo extraño tanto, no es lo mismo- su voz se notaba más frágil y débil a lo normal.

-tranquilo, el está en un mejor lugar, de seguro sonriendo como siempre lo hace- el azabache apretó el agarre a la cintura de su prometida.

-no me dejes- la rubia se sorprendió por eso y se quedó callada, no podía responderlo- por favor no me abandones.

-no es que quiera abandonarte, es que simplemente no manejo este transcurso- su voz temblaba.

-aún hay algo que podamos hacer, dejame intentarlo, déjame buscarlo, yo te quiero a mi lado.

-esta bien así, aunque sea por un tiempo déjame disfrutar contigo- lo abrazó y este al final resignado correspondió.

Pronto sería el gran día.

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Yo en medio de la madrugada escribiendo esto: tmr que triste... ¡¡Yo misma me pongo a llorar!!

Mi mamá levantándose por escucharme llorar: ;-;

Y bueno chicos otra obra que pronto llegará a su fin, joder, hemos avanzado tanto, más de 40 capítulos uff.

Espero les haya gustado y nos vemos en el próximo capítulo.

Psd: ya lance mi "drabbles RayAnna" auto spam xd