El tiempo no cura todas las heridas, pero si ayuda al corazón a sanar, aunque sea lentamente; los descubrimientos pueden ser impactantes, las confesiones pueden resultar complicadas, pero, cuando el corazón te anima a ello, no debes decirle que no, sino decir si por una nueva Era.

Puede que Oceanía Psicósis no estuviese del todo curada de esas cicatrices, pero, lo que si sabía era que, poco a poco, iba forjándose una nueva vida, aún a pesar de que esa Doble Cara la siguiese atormentando.

Y esas visiones hubiesen vuelto.

Y nuevamente esas estrellas malditas estuviesen apareciendo con más frecuencia.

Las horas de paz habían terminado, para dar paso a una nueva amenaza, el cuento de nunca acabar...

sin embargo, tras su sonrisa, ¿quien se imaginaría toda la mierda que la acompañaba?

Solamente Ryo Ishizaki, su reciente novio.

Al cual le había confesado todo, aún temiendo que la tomase por loca, pero él simplemente la abrazó y le susurró:

-"pase lo que pase, estaré contigo, vengan los peligros que vengan, y aparezcan las criaturas que quieran, te quiero y pienso ayudarte con todo lo que pueda, aún si eso significase correr graves riesgos"- para terminar su bonita declaración con un dulce beso, sello de su amor eterno.

Decírselo a los demás fue más complejo, ya que no encontraba el momento oportuno para contarlo con todos juntos, pues, por una cosa u otra, cuando decían de quedar alguno siempre estaba ocupado.

Cuando finalmente llegó el día, Tsubasa llegó acompañado de un chico, ambos agarrados de la mano, y la peli-blanca enseguida se dio cuenta de que ambos se amaban profundamente.

-Chicos-habló Tsubasa, sentándose en el sofá junto con su acompañante- él es Genzo Wakabayashi... mi...novio...-murmuró, sonrojado, siendo abrazado de la cintura por su pareja-.

Todos aplaudieron, felices por ellos, seguro que conocerían a Wakabayashi.

Espera...

Wakabayashi...

¿por qué a la oji-morada le parecía haberlo escuchado antes?

Wakabayashi...

¡espera un momento!

¿¡HOSHI NO TENÍA ESE APELLIDO!?

Sonrió ante la escena del recuerdo de aquella chica tímida, y se dijo a sí misma que su amigo sería verdaderamente feliz.

-Bien, chicos-habló autoritaria la única de cabellos blancos, siendo observada por la parejita de Tsubasa y su novio, al igual que la parejita de las chicas, Sanae y Yayoi, las cuáles se veían genial juntas <3-

-tengo que deciros una cosa de extrema importancia-

-¿el qué?- Preguntó un Tsubasa curioso-

-veréis, lo primero que tenéis que saber es que, yo no soy de aquí...-.

-Lo sabemos, eres extranjera- corearon todos-

-pero, el tema es aún más profundo, y para ello debéis escucharme con atención-

-de acuerdo-dijeron todos, con la atención centrada en la chica que de pie ante ellos estaba- 

-todo comenzó hace mucho, en el Reino Celestial, mi hogar, un lugar donde el tiempo y el clima son diferentes al del resto de los infinitos universos y opciones que se encuentran dispersas por cada mundo, así empezó todo...-.

Una localización desconocida, donde todo ahora estaba gobernado por una tirana cruel, la cual había enviado hacía mucho a variados de sus esbirros para espiar a la joven reina, en su mente solo existía la palabra

V-E-N-G-A-N-Z-A

la detestaba y deseaba destruirla a como diera lugar, y si eso significaba acabar con los que Psicósis más amaba, la tirana con gusto lo haría.

-No derrotarás a mi hija, es mucho más fuerte de lo que tú nunca podrás ser incluso absorbiendo todo mi poder, cuando su amabilidad se vaya y descubra toda la verdad, estarás perdida-

-¡cállate, no te he pedido tu opinión respecto al tema!- Le espetó, haciendo que unos rayos la atacasen, haciéndola gritar-

-puede que... ahora a mi... me tengas... sometida... pero... créeme cuando te digo que... no eres rival para Ocean... su poder es tan descomunal que... ni siquiera los dioses... se atrevieron... a conquistar el Reino...- habló con dificultad, antes de escupir sangre y caer al suelo, inconsciente-.

-Maldita... ¿de verdad te crees que la mocosa podrá salvaros a todos de mis pesadillas? Pones todas tus esperanzas en vano, te serviría de más guardar tus energías para tratar de escapar, pero, tonta de ti, las das para tus "ciudadanos"

no te servirá de nada, la Maldad gobernará por siempre,

además, ella está entre la espada y la pared, 

a tu querida salvadora la oscuridad la está matando poco a poco- rio malignamente, sin ser consciente de que todavía no había visto nada-.

Que aquello no había hecho más que apenas comenzar.

Que su soberbia la destruiría.

Que sería derrotada.

Pero, eso ya es

otra historia...

FIN (POR AHORA ;)