Aclaración:

Sé que en la Película Jack tuvo sus recuerdos de manera bien rápida pero en esta historia los recuerdos de Solari serán más largos y un poquito más detallados.

Sólo era eso, por los posibles comentarios de "Uy pero si Jack estuvo menos de un minuto recordando"

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El albino seguía encadenado a Solari.

Seguían trabajando pero el albino no hablaba mucho, hasta dejaba de hacer bromas.

Sólo se limitaba a hacer su trabajo, Solari intentó hacerlo reír pero este sólo la ignoraba.

Hasta que un día Solari no pudo soportar más.

- Terminó de esparcir la luz en un pueblo en ruinas.- Ya terminé.- Suspiró.- Que recuerdos.

- Yo sólo veo rocas y ... más rocas.- Dijo Jack sin ninguna emoción.

- ¿Cómo puedes decir eso?.- Agarró una roca con dibujos algo desgastados.- Esto es una reliquia ... todo esto fué una civilización.- Señaló todo el lugar.- Los humanos lo consideran un tesoro nacional.- Miró la roca.

- No tiene nada interesante son sólo un montón de rocas y polvo.- Se dió la vuelta para comenzar a volar.

Pero la rubia tiró de la cadena provocando que el albino se estrellara contra el suelo.

- Ya me tienes harta, ¿Qué te sucedió?.- Vió a Jack molesta.- Preferiría que me estuvieras molestando a qué te conviertas en una roca.- Le mostró la roca que tenía en la mano.

- ¿Qué te importa?.- Preguntó de mala manera mientras se levantaba.- Sólo intenta no acercarte tanto a mi.

La rubia sintió un pequeño punzón en el pecho provocando que ella destruyera la roca con su mano.

- ¿Qué no era una reliquia?.- Preguntó Jack sin ninguna importancia.

- Solari comenzó a envolverse en llamas mientras se acercaba peligrosamente al albino.

___ ... !___¡ ....

La rubia se quedó pasmada al escuchar esa voz, era la de un niño pequeño, el albino se dió vuelta y vieron cómo su bolsillo comenzó a brillar.

- ¿Qué ... qué es eso?.- Preguntó ___ mientras el albino lo sacaba de su bolsillo.

- Ah ...- La miró a los ojos.- Es tuyo ...- Se lo acercó.

- ¿Qué? ...- Tomó el cilindro dorado que tenía un lado en dónde parecía estar adornado con pequeñas figuras de diamantes de diferentes colores.

- Son tus recuerdos.- Se rascó la cabeza.- Hada me lo dió en el banquete.

- Y ... ¿tú me lo das después de cuatro días? ... ¿Porqué ... Es una broma?.- La rubia lo vió de manera decepcionante.

- Yo ... no sabía si dártelo en ese momento o no.- Dijo el albino bajando la mirada.- Perdóname ... en serio.

- Miró el cilindro apretándolo un poco fuerte.- Y ... ¿Qué hago ahora?.

- El albino la vió y se acercó.- Es fácil ... Sólo debes tocar el centro con tu mano.

El albino tomó la mano derecha de Solari, ella lo vió de una manera dulce a lo cuál él se sentía avergonzado.

Pasó la mano de Solari por el centro del cilindro y este comenzó a desboronarse mientras que comenzaba a brillar.

Dentro de los recuerdos de Solari se veía a una niña castaña encima de una colina mirando el horizonte, mientras el sol se estaba ocultando, con un vestido verde.

- ¿___?.- Preguntó un niño castaño  de ojos claros acompañado de una mujer embarazada.

- Simon.- Dijo la pequeña mientras se acercaba y tomaba la mano del niño.- Mamá no puede venir hasta aquí y tú tampoco.

- No puedes desaparecer así jovencita.- Dijo su madre algo molesta.- Tu padre está muy molesto porque no sabía dónde estabas.

- Lo siento mamá.- Abrazó a su hermano.

- Se inclinó para ver a los niños.- Quiero que cuándo lleguemos a casa corran rápido hacía su habitación, ¿De acuerdo?

Los niños asintieron.

- ___, confío en que lo hagan, tienes que proteger a tus hermanos.- Se tocó el vientre.- A todos ellos.

La pequeña frunció el seño y asintió con la cabeza.

Los tres caminaron hasta un pueblo, al llegar a su casa los niños hicieron lo que les dijo su madre.

Trabaron la puerta con pequeño tronco que ocultaba debajo de una de las camas.

Se escucharon gritos de un hombre que provenía de la sala.

La pequeña escuchó a su hermano llorar así que lo abrazó.

- Tranquilo.- Se separó para tomar unas pequeñas rocas y una vela, intentaba crear una chispa.

Lo logró y prendió la vela.

- La niña vió a su hermano.- Canta conmigo.

El pequeño paró su llanto cuándo escuchó que el hombre tocaba la puerta.

- Luz, me protegerás ...- Cantaba la pequeña.

- De ... la oscuridad ...- Dijo el pequeño.

El golpeteo de la puerta cesó.

- Un nuevo día llegará,
Volveré a ver el sol salir ...- Cantaba la pequeña.

- Flores recogeré del jardín ...- El niño se acercó a la pequeña y apoyó su cabeza contra su pecho.

- La noche pasará,
El día volverá,
El sol está felíz porque estoy contigo
Estarás conmigo
Hasta el final.

El pequeño se quedó dormido, quedando los dos abrazados con la luz de esa pequeña vela.

Otro recuerdo se hizo presente.

La niña ahora era una jóven de diecisiete años, quién estaba recolectando frutos del bosque con su hermano de trece y su pequeña hermana de diez.

- Ya tenemos suficientes moras.- Dijo ___ mientras levantaba una canasta del suelo.

- ¿Puedo comer una?.- Preguntó la niña.

- Claro pero sólo aquí.- Le dió tres moras.

Los llevó al pueblo, la jóven al pasar con sus hermanos recibía miradas de parte de jóvenes y adultos.

La jóven sólo bajaba la mirada.

Llegaron a su hogar, la jóven le dió una señal a sus hermanos y estos se fueron a su habitación.

La jóven se asustó un poco al ver a su padre acercarse a ella.

- ¿A dónde fueron?.- Preguntó su padre mientras se sentaba en la silla.

- Quería mostrarle a Molly que Simon y yo recolectábamos moras con mamá en el bosque cuando ella ...- Bajó la cabeza.

- Tu mamá ya no está, más bien deberás enseñarle a cómo cuidar una familia.- Tomó una mora.- El Señor Laimen está interesado en casarse con ella.- Comió la mora.

- Pero ...- Se asustó.- Sólo tiene diez años ...

- ¿Y?.- Preguntó indiferente.

- Por favor.- Se arrodilló.- Deja que yo tome su lugar.- Le suplicó.- Por favor padre ...

- La tomó del rostro.- Eres la viva imágen de tu madre ... sería una pena que te cases con un viejo ébrio.- La soltó empujándola al suelo.- No lo haré ...

- ¡Padre!.- Gritó con brotes de lágrimas.

- ¡Cállate!.- La abofeteó.- No quiero escucharte.- Tomó una mora y se fué lentamente a su habitación.

La castaña se quedó mirando el suelo, terminó golpeándolo hasta que sus manos sangraron.

Salió de su casa a buscar a su único amigo de confianza.

Era un granjero, muy pacífico, amable y humilde.

- ¡Hola ___!.- Saludó el granjero bajando una bolsa con maíz de su carreta, vió que le sangraban las manos.- ¿E-estás bien? ... ¿Te hizo algo ese salvaje?.- La sujetó de los hombros.

- Tienes que ayudarme.- Rompió en llanto.- Por favor, ayúdanos.- Se dejó caer en brazos del Granjero.

El Granjero la tranquilizó, le prometió ayudarla a ella y sus hermanos a lo cuál ella se puso muy contenta.

Por la noche los jóvenes salieron de su casa encapuchados, caminaron hacia una colina alumbrados por una pequeña linterna que tenía ___, los niños tenían miedo en el camino por los árboles que parecían mounstros pero la castaña no iba a dejar que se detuvieran.

- Molly.- Llamó la atención de la niña.- Canta conmigo.

- Sí ...- Una lágrima se le escapó.

- Luz, me protegerás.- Dijo la castaña.

- De la oscuridad.- Cantó Simon.

- Un nuevo ... día llegará ...- Dijo la pequeña.

- Volveré a ver el sol salir
Flores recogeré del jardín
La noche pasará,
El día volverá,
El sol está felíz porque estoy contigo
Estarás conmigo
Hasta el final.- Cantaron los tres al mismo tiempo.

A lo lejos se escucharon ladridos de perros que alarmaron a los jóvenes.

___ tomó la mano de su hermano y le entregó la linterna.

- Sigan el camino, el granjero los espera en el final con una carreta, pase lo que pase no vuelvan, jamás.- Los abrazó fuertemente.- Los quiero.

Se separó de ellos yendo hacia los sabuesos, la pequeña quería seguir a su hermana pero su hermano no lo permitió y entre quejidos y algunos pequeños golpes los niños se fueron.

La jóven pasó cerca de los perros alarmando a los que la seguían, encendieron antorchas y afilaron sus tridentes.

Si no volvía con sus hermanos, la acusarían de brujería y la quemarían en la hoguera.

Corrió lo más que pudo, cayó la primera vez provocándose una cortada en la pierna, se quejó un momento pero siguió corriendo, en la segunda uno de los perros logró morderle un brazo dejándolo inútil, la castaña le clavó un cuchillo que tenía por seguridad para quitarse al perro de encima.

Siguió avanzando y llegó a un acantilado, en el horizonte vió la luna llena, pensó que era la vista más hermosa que había presenciado ... antes de morir.

Su padre se acercó de entre la gente y lo amenazó son su tridente, la castaña retrocedía hasta el borde.

En un momento dejó de escuchar los ladridos de los perros y los gritos de aquellos hombres.

Miró la luna y se sentía tan cálida y segura que sin pensarlo se tiró del risco, mientras caía dijo Ayuda.

Y cayó al mar.

Los hombres creyeron que la chica había muerto por la gran caída, a los niños no los volvieron a ver, comenzaron a ser los hijos del granjero quién los cuidó de la forma más dulce que su hermana hubiera querido.

Hombre de la luna alumbró a la jóven quién se hundía cada vez más hasta llegar a la arena.

Cuándo se le acercaron peces curiosos, la jóven comenzó a brillar y emitir calor asustando a los peces.

La jóven abrió los ojos y salió disparada del océano, sin saber cómo llegó, cómo había llegado a ese océano, y vió a una mujer que se le acercaba en el horizonte.

- ¿Quién eres? ...- Miró sus manos.- ¿Quién soy? ...- Se tocó el rostro.

Madre Naturaleza se acercó a la jóven abrazándola mientras que ella estaba confundida por la situación.

- Tú.- Levantó su rostro.- Eres ____ Solari Solar, Diosa del Sol.- Le sonrió.- Y yo soy Madre Naturaleza, diosa de cada ser viviente en este planeta.

- Solari ...- Dijo la jóven mientras cerraba los ojos y sentía el calor que emitía Madre Naturaleza, era una sensación muy agradable.

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El viernes 15/05 publicaré el siguiente cap.

Sin más que decir.

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