Capítulo 22
“Me encantará la luz porque me muestra el camino, pero soportaré la oscuridad porque me muestra las estrellas”.
Og Mandino.
Su alma sintió un gran vacío al abrir los ojos, sentía que si alguien la tocaba se iba a quebrar. Helena había llegado a ese punto de su vida en el que ya no importaba si vivía o moría.
Ahora solo respiraba por mantener con vida a su bebé.
《Oh pequeña Helena que no sabía el gran dolor que iba a vivir》
Al abrir los ojos lo primero que vio fue a Hecate, no sabía cómo había llegado ella ahí, vio a las ninfas mirarla con pena y cuando Hecate abrió la boca quiso callar la a golpes.
—Lo siento mucho Helena, pero has perdido a tu bebé. -su corazón se partió en dos y quiso morir.
Nadie pudo evitar el grito que se avecinaba, y mucho menos que la reacción de Helena fuera tan violenta, pero los enormes brazos de Hades la cubrieron y reconfortaron.
—Te prometo que todo estará bien- susurró el acariciando su cabello — llora todo lo que desees, saca todo el dolor -susurró arrullandola en sus brazos.
—Tío Hades -Apolo se acercó a el una vez salió. —Ares ha empezado a buscarla.
—No te preocupes, las entradas están selladas para el, no podrá acercarse a Helena.
—Sabes que Zeus la buscará también, aprovechara lo que paso para tenerla.
—Tampoco Zeus puede entrar, nadie lo hara sin que yo lo sepa. -Apolo asintió.
A las fueras del Reino de Hades, en los cielos del Olimpo, Artemisa ponía la noche y con ello hacia que las pistas de Helena se borrarán del camino de Ares.
La noche era una buena amiga para hacer olvidar dolores o para hacerlos recordar.
Hecate se acercó a la puerta y miro a la mujer con enojo, ya suficiente tenían con Apolo adentro, no necesitaban a otro ser de luz.
—Leto -Hecate la miró, sus otras dos cabezas la vieron de mala gana.
—He venido a ver a Helena, ¿Hades donde esta?
—Pasa -suspiro la diosa de la brujería y le indicó a la ninfa que la llevará hasta Hades.
Helena no había parado de llorar en días, estaba más delgada que antes y su rostro contenía enormes ojeras, Anne no sabía que hacer, solo Hades podía calmarla y hacerla dormir.
—Deberías de comer un poco -susurra Apolo a su lado.
—No quiero -Apolo suspiro rendido.
—¿Y que harás? ¿morirás? Tienes una hija que esta creciendo más rápido de lo que pense, está muy triste al igual que tu, extraña a su madre.
—No quiero comer Apolo- Apolo bufo y la miró con molestia, pero la comprendió, a él también le dolió su perdida.
—Yo me encargo -una tercera voz se hizo presente, ambos se giraron hacia la puerta.
—Madre- susurró Apolo — adelante- Leto se acercó a Helena y la abrazo con todas sus fuerzas.
—Ya mi pequeña, todo pasará -le susurró la mayor acariciando su espalda. —el dolor pasará y vendrán las alegrías -le susurró al oído.
—¿Y si no es así?
—Eres muy fuerte mi pequeña, has salido adelante a pesar de todo-la arullo en su brazo como aun bebé.
—Las dejo solas -murmuró Apolo saliendo del lugar.
A las fueras en los Elíseos una hermosa princesa corría con alegría por el lugar.
Hades había propuesto sacarla del Palacio y llevarla al hermoso lugar.
Ya'tkeim pronto salió comenzó a sonreír y jugar con Cerbero.
Paso de tener el cuerpo de una niña de cuatro años, a tener el de una de trece años.
Hades se sorprendió al verla crecer en pocos días, pero Anne y Apolo le habían dicho que la tristeza de Helena la hizo crecer rápido.
—Señor Hades, ¿cuándo me vaya me dejara verlo?
—No te irás pequeña, tu madre y tu se quedarán - Anne lo miro y sonrió en sus adentros.
—¿La ama? -susurro para los dos, Hades la miró.
—Y mucho -Anne sonrió con ternura.
—Señor Hades, es adorable -soltó una pequeña risa y fue junto a Ya'tkeim para jugar.
—Se aman- dijo la mujer viendo a los jóvenes.
—Y mucho, ¿ya actuarás?
—No, deja que las cosas sucedan tal y como son, no puedo inmiscuirme en las cosas del destino.
—Pero al más mínimo peligro entrare y ayudaré- dijo el menor.
—Tú siempre- dijo su hermana dando por terminada la reunión.
Hades entró a la habitación y la miró con ternura, dormía abrazada a una almohada, al fin estaba tranquila y dormía en paz, Hypnos tuvo que ayudarla a dormir.
—Mi hermosa Helena- susurró acariciando su mejilla— te juro que aunque me cueste la vida te haré feliz. -Helena soltó una corta sonrisa al oirlo y abrió sus ojos.
—¿Me ama señor Hades? -el brinco en su lugar y la miró con un leve sonrojo.
—Siempre lo hice Helena -la rubia soltó una pequeña risa y se acercó a el.
—Desde que estoy aquí tengo la paz que quiero, a pesar de mi dolor, me hace feliz saber que estoy cerca de usted -Hades le sonrió con ternura.
—Si me permites, déjame consquitarte.
—Ya lo hiciste- susurró ella con una sonrisa.
—Déjame hacer lo más- susurro juntando sus labios, pero nada más.
No llegaron a besarse, sólo se quedaron ahí con los labios juntos y sus miradas en uno al otro.
—Bien señor Hades- susurró ella en sus labios— puede consquitarme.
—Lo haré cada día Helena, lo prometo.
—Y yo lo amaré cada día- susurró ella con una sonrisa — Pero sigo casada.
— Déjame eso a mi, me hare cargo de todo.
Helena sonrió y se lanzó a sus brazos para abrazarlo con fuerza.
Finalmente sus corazones estaban empezando a unirse y el amor estaba listo para llevar al rey del inframundo a la felicidad.
Pero sobre todo a la diosa de la maldición a encontrar aquel amor que nunca tuvo.
Hefesto soltó una corta risa al escuchar las noticias, Helena al fin se había ido de las garras de Ares, y al fin podía ser feliz.
Ahora tenía el campo libre para ver a su pequeña feliz, aún si eso es lejos de el y en el lugar en el que muchos piensan que la felicidad no llega.
Al fin termine el capítulo uwu.
Helena y Hades al fin se dijeron que se quieren.
¡me emociona mucho!
Pero no todo será color de Rosa, cuidado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro