Capítulo 17.
Su andar se detuvo en cuanto pisó el enorme palacio, su vista recorrió todo el lugar con cautela, su corazón latia rápido y se aceleró mas cuando la vio. Tan hermosa como la última vez, pero mas triste que antes, su sonrisa se dejo ver al ver a la pequeña que la acompañaba, se parecía mucho a su padre, pero poseía los hermosos ojos de su madre.
Oh hermosa Helena, casi saboreo su nombre.
—Deja de verla -Hecate golpeo su hombro —ahí anda Persefone.
—Tienes suerte de que Menthe no quisiera venir.
—Tienes suerte tu- Hecate negó yéndose de su lado, Hades recorrió cada mesa hasta quedar en una cerca de Helena.
Iba a hablar con ella hasta que vio a Apolo sentarse a su lado y darle una enorme sonrisa que ella le regreso, sintió envidia y deseo ser el.
—¿Que me pasa contigo? -susurro para el y acepto el trago que Hecate le dio.
Helena sintió una fuerte mirada sobre ella, busco en todos lados hasta que dio con el, Zeus de nuevo la tenía en la mira y Ares no estaba para esconderse detras de el.
—Tranquila, no podra acercarse- la mirada azulada de Hecate hizo contacto con ella, la rubia le sonrió de lado y asintió. —Soy Hecate -acaricia la mejilla de la pequeña.
—Helena -sonrió viendo a todos lados.
Ambas pasaron las horas siguientes charlando sobre sus vidas y las aventuras que la diosa protectora había tenido.
Al entrar la madrugada la rubia optó por irse sin Ares y escoltada por Eros que había ido especialmente para verla.
—Trataré de venir cuando el no este- acarició su mejilla— cuídate hermana.
—Lo haré Eros, ve antes de que el regrese -Eros beso su frente y desapareció rápido.
Al caer los rayos del sol Helena sintió un movimiento brusco a su lado, Ares le dio vuelta con rapidez y se deshizo de su ropa en un abrir y cerrar de ojos.
Helena se quedo en silencio y dejo que Ares acabará con ella rápido, su delgado cuerpo cayó a la cama en un fuerte golpe y Ares se puso de pié.
—Ven aquí querida, de rodillas -Helena negó rápido, se sentía tan pequeña y sucia cuando hacía aquello.— ¡Hazlo! -el rugido que emitió Ares la hizo levantarse y ponerse de rodillas de inmediato.
Estaba cansada de el y sus maltratos.
Pero debía de ser fuerte por su pequeña hija.
Los días pasaban y Helena vio partir a Ares y a sus hijos, irían a una guerra que no tenía sentido, como muchas.
Podía disfrutar de la tranquilidad que le daba que Ares no estuviera ahí y podía salir sin que el la estuviera siguiendo.
—Anne, cuida a la pequeña, saldre unas horas- la ninfa asintió en silencio y se acerco a ella.
—Vaya rápido -sonrió hacia ella y Helena termino de arreglarse para salir a paso rápido.
Camino por algunos minutos hasta que se detuvo frente a una fuente, extrañaba esa libertad. Extrañaba todo.
Camino por algunos minutos en aquél hermoso prado, se detuvo cuando vio al hermoso perro jugar con una flor y se agacho a acariciar lo con esperanzas de que no la mordiera.
—Hola pequeño -sonrió viendo como su cola se movía sin cesar hasta que de repente dos cabezas salieron detrás de el— eso es nuevo -solto una pequeña risa y las acarició.
—Normalmente no deja que nadie lo toque - la gruesa voz de Hades se hizo presente, Helena se sonrojo y se levanto para hacer una torpe reverencia. —No hagas eso -sonrió el— solo cuando haya mas gente, pero estamos solos- Helena asintió y siguió acariciando al perro— le agradas, siempre que ve a alguiem desconocido lo ataca y le arranca la mano- ella rio.
Su risa era hermosa como ella —penso el dios viéndola.
—El temible cerbero -sonrió ella— es muy lindo.
—Lo es -sonrió el— ¿vamos? -señaló una banca cerca de ellos, Helena asintió viendo a todos lados.
—¿Que hace el aqui? Digo, podría comerse a alguien -lo sento en sus piernas y lo acarició.
—Lo mas seguro, pero le gusta ver el sol a veces -la miró y ella asintió— siento preguntar ¿y la pequeña?
—Oh, Ya'keitm -sonrió tan grande que Hades quizo guardar en su mente aquello. —esta en casa.
—Es igual a ti -el la miró directo a los ojos, Helena vio el universo en aquellos ojos azules.
—Si -susurro, su corazón se aceleró y sus mejillas tomaron color al ver la mirada de Hades en sus labios— debo regresar ya.
—¿Te veré pronto? -Helena se sonrojo mas.
¿por que sentía todo eso?
—Mañana, a esta misma hora- sonrió y corrió hasta su casa.
—Hay Hades, meteras en problemas a la ninfa -Hecate apareció detrás de el.
—Hecate -susurro el y ella lo miró — creo que la amo.
—Apenas la conoces -el sonrió.
—Pero ya siento que la amo.
—Entonces saca a Menthe de tu reino- Hades la miró y suspiró.
—No tengo futuro con Helena -susurró y cargo a cerbero para desaparecer de el lugar.
—Madre - el rubio se detuvo frente a la peli negra. —ya sufrió mucho.
—Sabes que ya no puedo hacer nada -susurro con tristeza — fue maldecida de bebé y yo no tengo ese poder.
—Pero puedes protegerla de el.
—Ya es tarde...
—Nunca lo es, su corazón cada día deja de latir, la esperanza murió en ella, solo vive por esa pequeña, de lo contrario hace tiempo se hubiera matado. Es muy fuerte, pero ellos la han quebrado. -el Rubio negó al deecir aquello, le dolia mucho.
—Sigue siendo tarde.
—Tarde será cuando decidas decir la verdad.
—Ya no discutan por ellos - una tercera voz se dejo escuchar y su delgado pero bien formado cuerpo se dejo ver. —Yo vi lo que el amor hizo. Pronto su salvación llegará, pero no promete ser feliz.
—Nunca promete ser feliz -suspiro el hombre.
—La maldición no se romperá aún, pero ese es su don, nosotros ya no podemos hacer nada -la mayor los miró y ambos negaron.
—¿Dejarás que el destino y el amor hagan su juego? -la rubia la miró.
—Ese es su trabajo, lo mío vendra luego. -y sin decir mas, ambos jóvenes se retiraron de el lugar.
Al fin otro capítulo.
¿qué piensan de la historia?
¿qué creen que pase?
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