14- La vida en la montaña
El campamento en el que estaba Gulf era sólo uno de los incontables que se regaban por el sureste. La zona tomada por los rebeldes comprendía las selvas, montañas, ríos y…recursos materiales que se extendía desde los cincuenta y dos grados a los setenta y cuatro grados de longitud oeste (¿o tal vez era entre los catorce y dieciocho grados de longitud oeste?) y los veinticuatro a cuarenta grados de latitud sur (¿o quizás era entre los noventa y dos y noventa y seis de latitud norte?). Lo que sí era seguro era que este territorio rebelde del sureste se presentaba extremadamente rico en recursos primarios: más del cincuenta por ciento de la energía eléctrica que consumía, por aquellas épocas, el Continente, se producía en ese sector; sin embargo, sólo la tercera parte de los cubículos habitacionales de ese territorio contaban con luz. Los giga vatios sobrantes eran ofrecidos a muy bajo costo a empresas sub-contratistas de Dar El- Beida.
Con la política mercadopoliana funcionando al máximo, las deudas de los campesinos sureños se hicieron cada vez más insostenibles, hasta que fueron obligados a entregar sus campos, milpas y champas. Entonces se exiliaron en las montañas hasta que, aprovechando toda la revuelta rebelde-la que apoyaban desde el comienzo- volvieron a adueñarse de esas tierras. Las mismas que alguna vez les pertenecieron y que habían perdido por la anulación del artículo número veintisiete de la Constitución Continental, que impedían que las parcelas pudieran ser vendidas como mercancía.
Esto provocó el aumento de la pobreza, ya que casi el sesenta por ciento de la población continental habitaba las zonas rurales. Un tercio de ellos no había aprendido el idioma isleño : “el castilla” –llamado así en alusión al Castillo de los Reyes- ya que más del setenta por ciento de los niños no alcanzaba a terminar el primer grado de la escuela primaria.
Con el alzamiento también se puso al descubierto la desigual distribución de la riqueza que condenaba a cada SOIDNI a ganar una unidad monetaria por cada setenta que llegaban al bolsillo del poder.
Estas eran algunas de las causas del levantamiento armado, que llegaron a oídos mercadopolianos, a pesar de los bloqueos de la red informativa de Dar El- Beida.
Sin embargo, nunca se enteraron, por ejemplo, de las violentas represiones a las que eran sujetos los SOIDNI´S, las matanzas colectivas, los presos políticos e ideológicos, los desaparecidos que pasaban añospolianos encarcelados en túneles debajo de las escuelas e iglesias, tomadas a la fuerza y transformadas en cuarteles militares.
A medida que Gulf se enteraba de todo esto, menos entendía el porqué de las cosas.
Pero, Dar El-Beida, en un intento desesperado por exterminar a los alzados y desacreditar las noticias que se filtraban a Mercadópolis preparó lo que se dio en llamar “el gran fraude”, que constaba grosso modo en mostrar un rostro oculto entre sombras quien aseguraba ser un arrepentido rebelde.
El Subcomandante Insurgente Mew vio furioso, en una de las comunidades, la entrevista transmitida por una sub-cadena de la isla. La nota tenía una duración de treinta minutospolianos. Parte del show montado hablaba en los siguientes términos:
—¿Cuál es el motivo real de este alzamiento?
—Es político-económico. No son los verdaderos SOIDNI´S los que encabezan esta sublevación irreal, que además está condenada al fracaso.
—¿Quiénes son realmente los cabecillas?
— Son infiltrados isleños, rezagados del sistema, fracasados religiosos, extremistas y desempleados de las fuerzas militares, alejados por haber sido encontrados culpables de algún acto poco moralista. Los SOIDNI´S carecen de estructura mental, de inteligencia para idear un plan de tamañas características…
—¿Quién financia a este ejército rebelde?
—Plantíos adictivos…
—¿Cómo fue tu vida dentro de ese movimiento?
—Fue difícil. El hecho de que te obliguen a tener conductas de las cuales te avergüenzas o te quitan dignidad es casi intolerable. Las golpizas, las torturas y los castigos son cosa de todos los díaspolianos . Si haces algo que está afuera de lo que te ordenan
simplemente te encarcelan. Hay muchos ajusticionamientos internos y muchas peleas por el orden entre los llamados Fejes.
—¿Puede nombrar algún tipo de castigo que sea frecuente allí en la montaña?
—Puedo nombrar varios. Uno de ellos es el obligarte a comer ratas o serpientes, si no cumples con las tareas asignadas.
—Se han conocido varios casos de pueblos enteros arrasados, donde se encontraron cuerpos masacrados de hombres, mujeres embarazadas y niños…
—Fueron los SOIDNI´S mandados por los Fejes…
—¿Pero por qué motivo…?
—Para culpar al ejército isleño…y desacreditarlo. Eso estuvo planeado desde el comienzo.
—¿Qué buscan, en definitiva, con este alzamiento?
—Desequilibrar a nuestra sociedad, hundirnos en el caos, culpar a Mercadópolis y a todo su sistema de evolución vital de sus propias fallas y errores…Son la basura, los desechos del sistema…los peores…
—¿Por qué te saliste del sistema?
—Por miedo. Porque son crueles y por abusar de la ingenuidad de los pobres SOIDNI´S, quienes aún viven como hace diez mil añospolianos, ya que la naturaleza no los premió con una capacidad craneana suficiente como para llevar una vida civilizada.
—¿Qué puedes decirnos de su portavoz, el mercadopoliano al que llaman Mew?
— Él no existe…Es un invento mediático de una parte del Poder que busca confundir aún más a los isleños. El enemigo SOIDNI y sus cabecillas no son lo único a lo que debe enfrentarse nuestro gobierno global, sombras que hay detrás, movidos por la ambición, están comenzando a surgir y aprovechan este seudo-lanzamiento para debilitar a nuestros líderes actuales. Pero Dar El- Beida sobrevivirá, porque el bien siempre triunfa…
—¡¡¡Es una mentiroso!!! —repetía Mew a cada momento, algunas veces para sí mismo, recordando al supuesto “arrepentido”.—Ni siquiera ha estado aquí…
Utilizando el odio que eso provocó a los Fejes como energía creadora, idearon una contra-propaganda que, aunque el “Gobierno de facto mundial” –como denominaba el Sup Mew a las cabezas de Dar El-Beida- lo negara, hizo caer el velo que cubría los ojos de millones de personas, quienes comenzaron a sentirse incómodas con el sistema. Y al percibir que estaban perdiendo, el Poder mercadopoliano arremetió con ferocidad.
—Esto se está poniendo cada más duro, Mew, —le dijo una noche frente al río, el Feje Moi —el bloqueo económico ya está dando las primeras víctima, no tenemos agua, ni medicinas, sólo a maíz y “chile”…
—Como ha sido siempre…— repuso Mew mientras encendía su pipa.
—Nos están envenenando el río…
—La sociedad civil ya está al tanto…tenemos su apoyo, ya hace tiempo dejamos de estar solos, mi amigo.
—¿Cómo marchan los Junbugos?— preguntó Gulf, uniéndose a la conversación, buscando cortar las “malas vibras” del compañero Feje, al que llamaban Moisés.
—Ahora se llaman PUY´S , y están dirigidos por sus propios representantes…al fin y al cabo ellos mandan en sus propias comunidades…como debe ser…
—Y nosotros…
—Estamos a su disposición, siempre fue así, esta es su decisión…
Mew quedó pensativo. Ni en su más remoto sueño se hubiera imaginado llegar tan lejos, faltaba mucho pero sabía que mucho también era lo que se había conseguido.
— ¿ Por qué estás aquí, Mew?— le preguntó Gulf, dándole un pote de barro lleno de pozol.
—Uumm…delicioso.—repuso él, como si hubiese recibido el manjar más caro del mundo—Me equivoqué de Heli-volante y terminé aquí.
Gulf sonrió.
—Podrías haber regresado…
—Quise hacerlo, le pregunté a un compañero mío de aquellos tiempo, Durito, que dónde estaba la salida.—dijo mientras saboreaba el pozol.
Gulf lo interrogó con la mirada.
— Durito me dijo: “Sup, no hay salida…quédate y al menos aprende algo…”Y me quedé.
—¿Y qué aprendiste?
—Que las “pancremas” son y serán el mejor invento de la humanidad.
—¡¡¡No se puede hablar contigo en serio, verdad!!!
—Quiero más pozol, ya me lo acabé…
A Gulf no le quedó otra alternativa que darle una nueva porción.
—¿Cómo funcionan los PUY´S? ¿Participarás en ellos?
—¿Vas a participar, Mew?— insistió uno de los compañeros calzados que escuchaba la conversación.
—No, son gobiernos descentralizados…cualquier “calzado” que quiera participar en las juntas de buen gobierno, deberá primero renunciar al ejército…
—¿ No quieres ser gobierno…?— preguntó Gulf pícaro.
Mew se limitó a aspirar con fuerza de su pipa.
— Ah…entonces te rajas…
La risa de Gulf le dio a la noche un aire nuevo y la guardia nocturna no estuvo tan pesada después de eso.
Como regalo casual, el día en que Gulf cumplía veinte añospolianos en el campamento, se vio envuelto en una tarea bastante más desagradable de las que hasta ese momento venía llevando. Todos los atardeceres, por Heli-radio, debía atender y anotar las bajas de las diversas comunidades de la parte sureste.
Bajas por enfermedad, por enfrentamientos con los grupos de guardias paramilitares, desapariciones, secuestros y demás. Pero Gulf sufría quizá mucho más cuando le reportaban el deceso de un infante, que nunca bajaban del centenar diario.
Los niños SOIDNI´S padecían mejor que los otros la realidad. Gulf entendió que no sólo la mujeres vivían una doble lucha, sino que sus hijos , también.
De grandes, los niños querían ser rebeldes; de pequeños jugaban a serlo.
A los cinco ó seis añospolianos ya trabajaban a la par de sus padres en la milpa, la caza o la recolección de leña para sus champas. Muy pocos hablaban o entendían el castilla; ninguno sabía leer o escribir antes de la declaración calzada. Si bien , ahora las cosas habían mejorado, con la construcción de “escuelas rebeldes calzadas” ( a lo que el Sup Mew replicó secretamente en la inauguración de una que si venían los de arriba, el título debía ser de chicle, pues lo único que les quedaba era comérselos).
Las niñas, en su mayoría no tenían permiso de ir a la escuela, y los niños sólo completaban- si no morían antes- el primer nivel de educación, porque luego eran requeridos para el trabajo.
Los primeros PUY´S o junbugos ya estaban en marcha. El brazo armado, conocido popularmente como “media luces” o “calzados”- llamados así por su facilidad de avanzar en la oscuridad sin ser detectados- no intervenía en las decisiones políticas internas.
El bloqueo impedía que llegaran medicinas indispensables que podían salvar la vida de un SOIDNI en pocas horas y que tenían el valor comercial de un dulce mercadopoliano.
Si bien se sabía perfectamente lo que debía hacerse para mejorar, en la práctica las cosas no funcionaban tan bien: las mujeres SOIDNI´S debían luchar diariamente por sus derechos y por su educación. Largamente discriminadas, vivían su propio movimiento de lucha y rebeldía. Algunas se reunían en comités , todas se enseñaban unas a otras a defenderse. Se vivían , a diario, enfrentamientos internos que movilizaban a los Fejes de un lado para otro, en reuniones de urgencia y protestas que casi siempre estaban encabezadas por un Gulf cada vez más combativo de ideales pero débil y enfermizo en cuerpo y mente. Mew no le veía buen semblante y sin que el joven se enterara, había puesto una guardia casi exclusiva sobre él y le había quitado muchos de los trabajos asignados.
Gulf estuvo bien por un tiempo, pero dos amaneceres después de un nuevo aniversario en el campamento, una fiebre intensa se apoderó de él. Permaneció en su champa, conciente pero con crudos dolores que le hacían estremecer su cada vez más delgado cuerpo. Nadie sabía qué enfermedad la afectaba; los médicos no llegaban a esa parte del Continente- pero todos , de todas las comunidades- mandaban remedios caseros, algunos ricos en sabor, y otros ,no tanto…
Mew no descartaba ninguna mezcla, infusión o planta que llegaba a sus oídos o manos. Gulf bebía cada cosa que éste le daba, sin protestar. Gulf confiaba en Mew, aunque cada amanecer que pasaba se sentía peor. Mew acompañaba los “remedios y recuartos” con un abrazo y una historia propia, ajena o inventada.
Gulf adoraba escucharlo y sentirlo cerca. Hablaba poco pero le sonreía a menudo. Y cada vez que lo hacía, los ojos de Mew se iluminaban, y sentía nueva inspiración y continuaba hablando aún cuando las otras champas ya estaban en silencio.
— Yo soy el fruto del amor entre dos aves…muy diferentes entre sí.—contaba Mew— Y a una de ellas la desterraron por haberse enamorado de “una” otra muy diferente…
“ Conforme fui creciendo , creía que a mí también me había afectado esa enfermedad de los infantes isleños, esa que te ataca los ojos y te impide ver…Yo lo creía puesto que todo lo que veía era en blanco y negro. Luego llegué aquí y creo que me curé porque ahora veo todo…y descubrí que la tierra tiene colores…
“Me gustan las aves porque soy descendiente de ellas, porque también tengo alas y vuelo y puedo ver cosas que otros no pueden, cosas que aún no se han fabricado o no han nacido…Los colores , eso es lo que más me agrada.
“ ¿Sabes por qué existen los colores?
— Por los dioses…—susurró Gulf, recordando otra de sus charlas.
— Sí…porque el mundo estaba feo en blanco y negro…Y los dioses desparramaron los colores al azar y así quedó todo…El sueño de los dioses era un Xojobil Yu”un, un arco iris donde todos los colores, sin dejar de serlo, formaran un mundo de colores.
“ Algún día, dicen los más viejos, el Xojobil Yu”un va a volver a ser…porque hace más de quinientos años, dejó de aparecer y todo se volvió blanco y negro…o mejor dicho: blanco o negro…Y dicen que ese día…seremos otra vez un arco iris…
“Y por eso luchamos aquí, para crear una tierra donde se vean todos los colores. Donde todos los colores puedan ser…sin vergüenza… Y sin pena…”
Seis mesespolianos más tarde, el primer médico que apareció por aquellas tierras, le dio a Mew la noticia que él ya intuía: Gulf debía ser llevado a un hospital si quería sobrevivir. Mew entró a la champa, pensando cómo decírselo…
— ¿Ya es de noche?— preguntó Gulf.
El Sup Mew asintió.
—¿Tan feo estoy hoy que tienes esa cara de terror?
—Hablé con los médicos…— dijo, tratando de reunir valor para mirarla a los ojos— Un Heli-volante los esperará mañana en la base militar reconvertida en hospital, donde los encontré.
Gulf notó que algo no estaba bien. Era la primera vez que él no se reía de uno de sus chistes.
— Dímelo ya…¿me voy a morir?
—Quieren llevarte con ellos…a Mercadópolis para hacerte un tratamiento…— le parecía imposible seguir hablando.
— ¡NO VOY! — dijo Gulf , sin titubear.
—Entonces…sí, morirás.
— ¿Y qué va a pasar con los demás que también están enfermos?
— Llevarán a todos los que puedan, aunque es difícil, pues el gobierno sólo deja entrar a la isla a sus nativos.
—¡Mew! ¡No quiero ir! No permitas que me lleven…
La súplica de Gulf hizo que Mew se quebrara aún más.
— No voy a permitir…que te me mueras…Por eso les dije que irás con ellos.
— ¿Y cómo voy a regresar? ¿Qué pasará contigo?
—Tu misión aquí terminó. Al menos hasta que te cures. Luego puedes regresar.— propuso mew aparentando no perder la calma.
— Sabes que no me permitirán volver…
—Entonces…iré yo a buscarte.
Gulf sentía la necesidad de decir tantas cosas… Pero las fuerzas le fallaron y prácticamente se quedó sin voz.
El sup Mew le acarició dulcemente, primero el rostro y luego los cabellos. Cuánto habían cambiado desde su llegada un puñado de añospolianos atrás…Estaba su cara cubierta de arrugas tempranas, piel curtida y el pelo más corto y sin brillo. Pero sus ojos, a pesar de la enfermedad, seguían teniendo esa magia que tanto lo había cautivado.
— Anoche tuve un sueño…—le dijo Mew mientras lo abrazaba, cambiando súbitamente su voz, como si las fuerzas hubiesen venido de pronto— Soñé que caminaba por la selva y veía un claro muy iluminado entre dos ceibas y a medida que me acercaba la luz se hacía cada vez más intensa. Cuando pude, por fin, ver a través de ella, observé un espejo. Me encontré reflejado en él y mi “yo” reflejado extendió su mano y me dio una carta.
“ La abrí, para leerla pero me encontré con que estaba en blanco. Volví a mirar a mi “yo” del espejo, quien me dijo: 'Esta carta es una ventana- un lugar mágico donde puedes ver lo que va a pasar antes de que pase’ .
“ – ¡Pero la carta está en blanco!- protesté. A lo que mi “yo” espejado respondió: 'no todo está escrito; tú debes hacer tu parte.’
“ No entendiendo demasiado, volví a mirar la carta y…—la voz de Mew se quebró— te vi a ti Gulf, sano , feliz, sonriendo, señalando el cielo. No pude ver lo que señalabas pero algo me decía que lo que veías te daba júbilo.
“ Luego la imagen de la carta cambió súbitamente: te vi en este lecho, ya sin vida, y yo llorándote casi muerto de tristeza, a tu lado.— la voz de Mew era sólo un hilo casi imperceptible.
Mew respiró profundo y prosiguió:
— No lo comprendí entonces pero ahora sí lo comprendo. Si realmente depende de mí tu futuro, escojo para ti la salud, la que no tendrás si te quedas aquí. Ya una vez nos separamos y te prometí que haría lo imposible porque volviéramos a vernos. Si no hubieses aparecido ese día, yo tenía planeado buscarte. Cumplí. Ahora, aquí, así, te lo vuelvo a prometer. Y ten esperanzas porque lo cumpliré.
Y llorando ambos, Mew selló su promesa besándolo suavemente en los labios. Sin decir nada más, esperó junto a Gulf, el amanecer, sin dejar de abrazarlo y prometiéndole no decirle “adiós” sino “hasta pronto”…
Un Gulf somnoliento por los efectos de un potente sedante, atravesó en una camilla de troncos, las tres horas de caminata hasta la base devenida en hospital. Pero no fue hasta el siguiente amanecer que un Heli-volante cargó a los enfermos y los llevó hasta Dirdam.
Para cuando llegó a un hospital de la isla, Gulf había perdido el conocimiento y entrado en un estado profundo de coma.
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