Capítulo 8 [Parte 2]
Emily
Estábamos Carolyn y yo sentadas en la mesa de siempre, todos a nuestro alrededor comían y hablaban de muchas cosas a la vez y no se entendía nada.
Ribaldo nos trajo algo para comer, solo le pedí un poco de arroz, mi más grande adicción es el arroz.
Estaba preocupada, movía el arroz en el pequeño Pozuelo de izquierda a derecha, me entraba un poco a la boca de ves en cuando mientras Carolyn comía un emparedado de queso frito.
Quería irme ya, solo para ir a buscar la tarjeta en la lavandería; pero nos habían dicho que este mismo día tendríamos una prueba, Carolyn en violín y yo en Dibujo o Pintura.
Seguía comiendo con la mirada perdida en uno de los utensilios de la mesa cuando alguien se para detrás de mí.
Levante la mirada y vi la expresión de Carolyn. Ya sabia quien era.
-¿No te cansas de fastidiar? -Pregunte a la que se encontraba detrás de mi-.
-¿Creer que te dejare en paz niñita?, este colegio no es para personas como ustedes -Repuso caminando con los brazos cruzados hasta quedar frente a mi, apreté los diente-.
-Largate. -Le ordeno Carolyn, mis ojos se abrieron como platos, era la primera vez que se defendía de ella-.
Esta pareció no prestarle atención y el rostro de Carolyn se enrojeció de la iras, de verdad que estaba asustada, muy pocas veces vi a Carolyn enojada y verla así no fue nada lindo.
-¿Y que rayos estas comiendo -Me quito mi porción de arroz de las manos, -Arroz.. Te pondrás como vaca.
-Si me convierto en vaca, no dudes que lo primero que haré es aplastarte con mi cuerpo como una cucaracha -Dije mirándola desafiante, al parecer esta se enojo por lo que dije y tiro el arroz al piso-
A continuación, vi como mi amiga se levantaba de su asiento tomando su baso de agua, sabia lo que pensaba hacer; me levante rápidamente para detenerla porque podía darle problemas hacer eso.
Estaba a punto de tirarle todo el agua a la chica arriba. Pero, antes de que si quiera lo intentara, una chica grito algo.
-¡Los 4A! *4Artistas*
Muchas chicas se levantaron de sus asientos y se amontonaron en la entrada de la cafetería como si estuvieran en una tienda con descuentos de hasta el 40% de descuento; pero dudó que esas chicas necesiten descuento.
Carolyn no pudo hacer nada, ya esa chica había corrida hacia la multitud con las demás chicas. Me di cuenta que aún no sabía en nombre de esa chica, no ha tenido la cortesía desde que llegue de decírmelo.
Suspire por lo bajo, estaba aliviada de que ese problema se fuera.
Pero mi alivio y lo poco de buen humor que tenia desapareció al instante, Santiago había entrado a la cafetería con tres chicos más.
Solo pude reconocer a uno, él chico que comparte asiento con mi amiga. Al parecer era de su grupo, otro chico de hermosa sonrisa; nunca había visto una igual a la suya. El otro era al parecer el mas mayor de todos, con el pelo mas rebelde que sus demás amigos y mejor cuerpo; pero igual de guapo.
Él chico de la hermosa sonrisa era él más amistoso, saludaba a todas las chicas con la mano y le lanzaba besos a algunas, el compañero de mi amiga se veía muy tímido, con la cabeza gacho y sus manos en los polvillos. Él mayor, bueno, él saludaba y sonreía a algunas cuantas. Pero ese antisocial de Santiago ni se paraba a ver a todas las chicas que suspiraban por él.
Se cree mucho, no usa el uniforme y se cree la gran cosa por ser el hijo de la dueña del colegio.
Él se dirigió sin vacilar hacia una maquina de sodas que se encontraba en una esquina de la cafetería. Entró la moneda en la ranura y precio no el botón de la Coca-Cola.
Ya casi todas las chicas se habían sentado en su asiento, solo algunas que hablaban con sus amigos y otras en grupos mirándolo de lejos. ¡Que horror! Es un estúpido Idol aquí, y para colmo es la persona mas arrogante del mundo.
Después de unos segundos de que él presionara el botón, vi como golpeaba la maquina; supuse que se había tragado su moneda.
Rodee los ojos al ver lo infantil que se veía, decidí y a darle una mano para que no siga golpeando la pobre maquina hasta descomponerla. Le dije a Carolyn que iría ha ayudarlo y esta asintió y volvió a su comida.
Camine hasta a él que aun golpeaba furioso la maquina, una chica con una coca-cola de lata en su mano se le acerco. Me detengo en ese preciso momento. Era una chica un lentes, cabello negro lacio y largo, estaba con la cabeza gacha; por lo que no pude verla muy bien.
-Hola.. -Comenzó tímida. Este la miro de reojo con aire de molestia, -¿Quieres mi Coca-Cola? -Se la precio por fin levantando la mirada, era muy bonita-.
Ella puso su dedo en la anilla de la lata y la abrió, él la miro de arriba a bajo sonriendo; pensé que la tomaría porque extendió su mano hasta la lata.
-Yo no quiero nada de ti -Le dijo, luego le dio un golpe a la lata por la parte de abajo, todo el liquido negro cayo sobre el uniforme de la chica. Mi mandíbula cayo al piso en ese momento, todos se rieron de ellas, mas el grupo de la anoréxica como le dice Ribaldo.
La chica se fue llorando, salio de la cafetería corriendo mientras todos reían. Santiago estaba parado como si no hubiera pasado nada; acto seguido se fue a su grupo de amigos.
Mi sangre hervía de rabia, mis puños estaban cerrados con fuerza y me lastimaba a mi misma. Camine dando tumbos hasta la maquina, no quiero presumir pero soy experta con las maquinas de soda; ya muchas me habían hecho lo mismo de tragarse mi moneda, pero sabia como hacer caer esa lata.
Di unos golpesitos a la maquina, escuchaba atentamente donde estaba hueca, y.... ¡Vingo!, es aquí.
Nadie me prestaba atención, me hecho para atrás y le di una patada. El golpe había captado la atención de algunos chicos y chicas. La lata cayo, la recogí y la abrí; fui directo hacia él, estaba de espaldas y no podía verme.
-Querías soda, toma soda -Se la vacíe toda en la cabeza, este chillo-.
-Ahhh.
Se volteo hacia ha mi con los labios fruncidos de la ira.
-¡Hey!, la chica heroína le tiro Coca-Cola a Santiago -Grito un chico y todos los demás se echaron a reír, menos las chicas, claro-.
-Callense malditos -Vociferó Santiago molesto, todos dejaron de reírse, -Tú.. -Me señalo, yo retrocedí un paso -Me las pagaras.
Camino furioso hasta la salida, con chicas detrás con pañuelos en sus manos, muchos de los chicos que estaban ahí me aplaudieron.
Sus amigos estaban aun parados ahí, él de la hermosa sonrisa me sonreía y él mayor me veía con gracia. Él compañero de mi amigo ahogaba son risa con su mano. Nunca lo había visto así.
Los tres caminaron hacia mi, Carolyn ya estaba al lado mio.
-Hola -Comenzó él de la hermosa sonrisa, -Soy Gabriel, un gusto conocerte al fin -Me tomo la mano y la beso-.
Estaba sorprendida, nadie nunca me había besado la mano.
-Yo soy Joseph -Se presento él de aspecto mayor-.
-Y este pequeño callado es Daniel.
Él de la hermosa sonrisa, que ahora se que se llama Gabriel, halo a su amigo.
-Hola... -Dijo él con voz casi inaudible-.
-Hola -Dije yo.
-¿Y quien es la bella chica que te acompaña? -Pregunto Gabriel, Carolyn se presento ella misma-.
-Soy Carolyn -Contesto mi amiga con una gran sonrisa-.
-Bien.. Ya que nos conocemos, ¿Cual es su talento? -Otra vez pregunto Gabriel, al parecer es él mas hablador-.
-Yo estoy en dibujo y pintura -Respondí.
-Yo toco el violín.
-Bien, espero verlas hoy en la prueba, y sean de las mejores.
-Gracias, ¿Y que practican ustedes? -Quise saber-.
-Este chico toca el violín -Señalo a Daniel- y este grandote la batería -Apoyo su mano en su otro amigo-.
-Genial.. -Dijo Carolyn.
-¿Y tu? -Le pregunte.
-Yo estoy en Escultura.
Vi como Joseph miro su reloj y volvió la vista a su amigo.
-Ya es hora de la practica -Anunció Joseph-.
Mis nervios se hicieron presente, nunca había estado en una práctica con tanta personas, seguro eran muchos los que estaban en mi categoría y mejor que yo tal vez, pero este no es el momento de ser gallina; no me echare para atrás en este momento. Hoy daré todo de mí, aunque tenga mil obstáculos.
----Gracias por leer---
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