Capítulo 7 [Parte 2]
Emily
Todo paso como si solo hubiera cerrado los ojos y los volviera abrir. Ya las primeras clases habían terminado y me encontraba sentada en una de las mesas de la bella cafetería que exhibía el real colegio Whisphor. En casi todas las paredes podías degustar una hermosa pintura; una mas impresionante que la otra. Pude apreciar a Picasso y una que otra de Van Gogh.
No teníamos hambre por el desayuno que nos había brindado Edward a primeras horas de la mañana.
-Emily, ¿Porque no vamos a los jardines? -Sugirió Carolyn-, no estamos haciendo nada aquí, y me encantaría ver los jardines.
Carolyn tenia razón, no hacíamos nada aquí y habían lugares mas hermosas en este gran lugar. Pero no tuvimos tiempo de pararnos, cuatro chicas se habían parado frente a nosotras con las brazos cruzados.
-Aquí esta la "Gran pobre heroína" y su amiga la estúpida sombra -Comenzó la chica del cabello negro que vi en la clase-.
Carolyn puso una cara de disgusto pero no hablo, su expresión era evidente; le había molestado profundamente el comentario de ella.
Las demás chicas se rieron, yo apreté los dientes de la ira y apreté los puño. Pero se fueron directamente a la expresión de Carolyn.
-¿Que pasa sombra? -Pregunto con voz burlona-, ¿Dije algo que no fuera verdad?.
Esa fue la gota que derramó el vaso, me levante de mi asiento con brusquedad quedando frente de ella; su cuerpo y el mio estaba a poco centímetros. Yo no la golpearía, pero si ella me toca, tomare medidas. Solo quería que dejara de molestar a Carolyn.
-Dices una palabra más, y te arrepentirás -le advertí, ella se echo para atrás con miedo-.
Ella estaba apuntó de hablar cuando alguien hablo a sus espaldas.
-Dejen a la señorita Emily en paz -Dijo alguien detrás de ellas con un asentó italiano-, ustedes odiosas arpías, largo de esta mesa.
Ese asentó me parecía muy familiar, a mi mente llego la voz que pedía ayuda aquel día del incendio. Las chicas se quitaron del camino de donde venia la voz.
-Ya me escucharon, largo -Murmuro-.
-Yo estoy donde me de la gana gordo italiano -Escupió irritada-.
-Mira flaca anoréxica, sal de aquí, porque no te tengo miedo -Repuso el cocinero cocinero continuando- Tengo el poder de hacer que te echen de este colegio. Tengo tanto dinero como tu padre.
Ella se quedo pasmada, era increíble la forma que la puso en su lugar. El traía una bandeja con dos platos en ella y la dejo caer encima de la mesa.
-Esto no se va a quedar así, ya veras.. -amenazo vencida y se marcho seguidas por sus dos amigas-.
Esas si son sombras, dije para mi misma.
-Perdona la escena, es que esa chica es un gran problema -Se disculpa él-.
-Ni lo digas, se ve a distancia que es una busca lios -Carraspeo Carolyn algo molesta-.
Yo me senté de nuevo, suspire para quitarme la frustración de encima. Esa chica iba a convertirse en otro problema para mi.
-No se preocupe, no es su culpa -Dije volviendo a respirar-.
-Les he traído esta a las dos, es la hora del almuerza, así que supuse que tendrían hombre -Nos ofreció la comida con amabilidad-.
Solo con escuchar la palabra hambre, y con lo bien que se veían esos platos me entro un hambre atroz. Y por la expresión de Carolyn, supongo que a ella también.
-Quiero que mi salvadora y su hermosa amiga coman y se sientan bien los dos años que pasaran en Whisphor; y es mi deber ayudarlas -Sonrió de manera tierna-, coman mi pechuga de pollo deshuesada a las finas hiervas con las papas al horno, por favor. -Nos extendió dos cubiertos, uno para cada una.
Las dos los tomamos con timidez y comenzamos a comer. En serio que si estaba delicioso, he comido cosas ricas y esto entro en la categoría de los mejores platos.
Mientras comíamos el se degustaba viéndonos comer, parecía hacerlo muy feliz.
-Estoy muy feliz de que usted este aquí señorita Emily, me salvo la vida y no tengo como pagárselo -Dijo un poco avergonzado, lo mire con una leve sonrisa-.
-No es nada .... -Me di cuenta que no sabia su nombre, pero el pareció notarlo-.
-Ribaldo.
-No es nada Ribaldo, lo hice porque no podía dejar que alguien muriera sin hacer algo al respecto.
-Pero aun así, Gracias -Apretó mi mano-, terminé de comer, que se enfría- me animo-.
Comí hasta terminarlo, Carolyn y yo nos fuimos cuando sonó en timbre a nuestra siguiente clase. Entramos al salón y pude ver como la busca líos estaba de brazos cruzados muy enojada. Reí por lo bajo sin que nadie me viera y me senté en mi asiento sin hacer nada mas, solo observar la clase que estaba a punto de comenzar; sin tomarle importancia a mi compañero se asiento que parecía disgustado por tenerme a su lado.
-
Cuando por fin sonó el timbre de finalizada del día de clases Edward nos esperaba a mi y a Carolyn a la salida del colegio. No me di cuenta que Santiago estaba caminando cerca de nosotros hasta cuando escuche su voz.
-Edward, lleva me a casa rápido, necesito practicar mi canción en el... -No pudo terminar, Edward nos había saludado a mi y a Carolyn e ignorado a él-.
-Buenas tardes Señoritas, ¿Como estuvo su día? -Su sonrisa de media luna de hizo presente, pude ver como Santiago apretaba la mandíbula de la ira. Pero no le tome importancia-.
-Buenas tardes, nuestra mañana estuvo bien -Dije mirando a Carolyn para que me siguiera el plan de molestar a Santiago-.
-Si, sin contratiempos -Carolyn casi explota de la risa al ver la cara de Santiago con la boca entre abierta como si lo ofendiera que lo ignoraran-.
-Edward.. -Masculló Santiago para que Edward notara su presencia, al parecer le molesta que tenga otra favorita-.
-Oh, joven Santiago entre al auto -Le abrió la puerta, este exclamó un pequeño grito de disgusto y entro al auto molesto-.
Carolyn, Edward y yo nos reímos por lo bajo, a continuación entramos detrás de el una después de la otra.
Mi lugar era el de la ventana derecha, Carolyn se encontraba entre Santiago y yo. Miraba por la ventana cuando el auto se ponía en movimiento hasta salir por completo del campus del colegio.
Veía caer los pétalos rojos de los arboles, cuando vi un gran grupo de niños con una monja entre ellos. Tenían pequeños carteles en la mano cada uno:
POR FAVOR, DONEN AL ORFANATO.
En ese preciso momento vi a una pequeña niña rubia de ojos azules, parecía muy triste con el pequeño cartel en la mano. Me entro un gran dolor en el pecho al ver el sucio vestido que traía puesto.
-Edward, para un momento por favor -Le pedí a Edward y este paro, Santiago me miro mal humorado-.
-¿Ahora que vas hacer panadera? -Pregunto con voz áspera, sus ojos marrones estaban duros y fríos como si no tuviera sentimientos-.
-Callate estúpido Robot - Salí del auto lejos de él-.
-¡Oye, panadera vuelve aquí -Exclamo-.
No le hice caso, llegue hasta el tumulto de niños, los autos lujosos Pasapán frente de ellos y ninguno de esos ricachones se dignaba ni a verlos. Me dan asco las personas que se creen mejor que otro, como si tener dinero te da el poder de ignorar y criticar al otro, si ante los ojos de Dios somos todos iguales.
-Hola ¿Como te llamas? -Salude a la niña-.
-Samantha -Susurro ella-.
-¿Por que estas triste Samantha? -Le pregunte con la voz un poco triste-.
-Quiero una familia -Repuso bajando la cabeza-.
La monja se dio cuenta de mi presencia y se para detrás de Samantha.
-Samantha fue rechazada esta mañana una pareja de recién casados, al parecer, querían una niña mas pequeña -Esta bajo la cabeza-, es difícil para los niños mas grandes encontrar una familia y ya no tenemos los fondos suficientes para seguir ayudándolos.
Baje la cabeza con el corazón roto, no solo por lo que la monja acababa de decir, sino porque yo no podía hacer nada.
Pensé en algo rápido para alegrar a la niña que se parecía que estaba a punto de llorar.
-Samantha te daré un regalo, espera -Busque en mi mochila mi libreta de dibujo, a continuación mi lápiz se movió sobre el largo papel.
Quería dibujarle a Samantha su sueños, aunque acabo de conocerla y con lo poco que he hablado con ella, ya me había encariñado con ella.
Cuando termine, despegue el dibujo de la libreta y se lo pase.
-Toma Samantha.
Ella tomo el dibujo entre sus manos, contemplo el dibujo con una gran sonrisa. Los hermosos ojos azules le brillaban con mucha intensidad.
-Samantha, nunca pierdas la esperanza de que una familia de adopte -Le dije acariciando su cabeza-, te prometo que te iré a visitar cuantas veces pueda y cuando cumpla la mayoría de edad, si aún estas en el orfanato, buscare la forma de como adoptar te -Le prometí, esta me abrazo la cintura-
-Gracias -Su voz había cambiado un poco de tono-.
-¿Podría decirme donde queda el orfanato? -Pregunte a la monja-
-Claro, aquí esta nuestra tarjeta -Extendió una pequeña tarjeta blanca-, ahí también esta nuestra cuenta de correo electrónico, por si desea donar al orfanato.
-Gracias -Agradecí a la monja- te iré a visitar, ¡Y a ustedes también niños! -Les prometí a todos-
Me despedí de ellos con la mano y volví al auto de muy buen humor. Santiago estaba que botaba chispas cuando llegue.
-Edward, abrirle la ventana a Santiago o se incendiara el auto -Bromee feliz, Edward obedeció para seguirme la broma-.
-Jaja, que graciosa -Bufo-, ¿Porque estas tan feliz? -Inquirió al darse cuenta de mi buen humor-.
-Hoy hice a alguien feliz,
No con un regalo de un millón de dolares, pero para mi ver la sonrisa de aquella niña, es un motivo más para perseguir mis sueños.
-Hermoso pensamiento señorita Emily -Comento Edward-.
Santiago volvió a mirar por la ventana ignorandome, el auto se puso en marcha y ninguno hablar en todo el camino.
--------
Ok, ok.. Segunda parte del capitulo 7, espero os guste mis sexy's lectores 7w7 los amo. V': ok ya dejare las bromas. Comenten que les pareció y dejen su voto. También quería invitarles a leer mi nuevo proyecto Sirius, ya esta disponible y subiré cap de ella todos los días porque es novela corta, dejare el link aquí:
http://my.w.tt/UiNb/FK4IV1svzt
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro