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⭐Capítulo 5⭐

      —Tú.. tú. —Me señaló el chico de la banca con su dedo índice.

       Me sorprendí al ver su reacción y me señale como si no supiera que me señalaba a mí —el caso era que si sabia y sé porqué  razón me señala— en la noche anterior nos habíamos conocido de una forma muy peculiar y diferente, además de que nuestra despedida fue la más rara de todas.

       —¿Yo? —Pregunté, miré hacia atrás como si hubiera alguien detrás de mí.

        —Si, tú, —Musitó— ¿Qué haces aquí en mi casa? —Preguntó  con tono de ser un gran rey.

         —Eso quisiera saber yo -Continúe. —Me han traído aquí a la fuerza sin mi consentimiento.

       Él se quedo algo pensativo y miro a su madre con una expresión burlona en su rostro.

         —¿Ahora te dedicas a trata de blancas? —Preguntó de la forma mas incrédula que escuché en mí vida.

       —Ese no es tu problema Santiago,vete de aquí —Continuó. —Estoy tratando algo con la señorita.

        Que raro que ahora me llamara señorita, antes era "Esta mujer", ¿como puede haber alguien tan hipócrita como ella?. Solo quería salir de ese lugar para irme a casa. No quería saber nada de lo que esta mujer quería tratar conmigo ni porque me fuera a dar cien millones de dólares. A continuación, este me miró con una mirado intimidante y se digno a decir:

       —No se que trama esta bruja. —Señaló a la mujer sentada en el escritorio y continuó- Pero no es nada bueno,te lo aseguro -Me advirtió.

       —Es algo muy bueno para ella. —Musitó aquella mujer.

        —¿Pueden ir al grano ya?,me estoy desesperando. —Musité esperando de que la mujer por fin hablara.

        —Bueno.. ya que no puedo con este muchachito, —Miro a su hijo y este le sacó la lengua de una forma infantil— Ya que el comité del colegio Whisphor me ha pedido a mí, la dueña, te recompensara con algo. —Hizo una pequeña pausa—; He tomado la decisión de que como tienes uno de los talentos, que mi prestigioso colegio perfecciona. He decidido darte una beca completa. —Finalizo anunciando la noticia.

       Me quedé con la boca entreabierta,eso fue algo que no esperaba y menos que esta mujer fuera la dueña del colegio que tanto amaba, pero yo no era la única que estaba sorprendida. Él chico al lado, al cual le di el apodo de "El chico de la banca" parecía muy desconcertado y confundido por lo que había dicho su madre. Yo me encontraba en una posición incomoda y a la vez confundida.

      —Dime ¿qué decides? —Quiso saber.

       Yo estaba sin habla, no sabía que contestar y mas sabiendo que a aquel chico aparentemente llamado Santiago no le gustó la idea para nada. Cuando me salí de mis pensamientos absurdos mi garganta se aclaró y solo pude expresar la respuesta mas adecuada para ese incomodo momento:

     —Déjeme pensarlo unos días —Dije algo nerviosa—, Así podré analizar con mas cuidado lo que decidiré.

       —Esta bien, —Tomó un bolígrafo con sus delgados dedos y me miró a los ojos —Pero ten en cuenta que no me hagas esperar mucho -Advirtió.

      Me sentí amenazada y a la vez intimidada, no solo por la mujer, sino por su hijo que me miraba de una manera odiosa,como si me tratara de un animal.

     —Quiero irme a casa. —Pedí bajando la cabeza para sentir menos las dos miradas que se clavaban en mi.

     Me daba miedo la actitud de ese chico, primero me advertía de lo peligrosa que es su madre, y luego se comportaba de una forma diferente ;o tal vez le molestaba la idea de que alguien como yo entre a ese colegio artístico. Sinceramente las personas egoístas y envidiosas no saben hasta que punto van soltar la maldad en el mundo.

      Aquella mujer tomó su celular y el habló a alguien diciéndole que me lleve a mi casa. El chico que aun estaba parado sin decir ni una sola palabra se volteó hacia  mí golpeando el suelo con su pie derecho.

      “Te advierto que si aceptas la propuesta de mi madre, te irá muy mal. Haré tu vida un infierno donde quiera que vayas.”

      Ya estaba de camino a casa, aun me encontraba en una parte de aquella ciudad que no conocía, grandes mansiones de estilos y tamaños diferentes pasaban reflejándose en los cristales del auto que me transportaba. Mire por fin al frente, mi vista se dirigió en seguida al conductor. Era el mismo hombre de traje negro que había recogido a aquella señora con su hijo pequeño aquella noche. Me di cuenta de que no sabía nada de aquella mujer, la que me hizo la propuesta de entrar al colegio de mis sueños; en algún otro momento o si fuera otra persona que me hubiera propuesto lo mismo, si lo aceptaría sin vacilar; pero no era persona de fiar y tenia que pensarlo bien. Cuando el coche dobló una esquina tomé valor para preguntarle a aquel hombre sobre aquella mujer;pues no era tan vieja ni tan joven.

      —¿Quién es ella? —Pregunté sin la mas mínima esperanza de que respondiera a mi pregunta. Pues son cosas que los empleados no debían tratar con desconocidos sobre sus jefes. El hombre al momento de escuchar mi voz miró por el espejo retrovisor.

      —¿Quieres saber como se llama? ó ¿quién es?

      —Las dos cosas. —Aclare.

      —Su nombre es Clarisa Whisphor, creadora del colegio que lleva por nombre su apellido. Aparte de ser la dueña del colegio es la vice-presidenta de empresas Whisphor. —Contestó  finalmente.

       —Empresas whisphor es una empresa que la familia dek esposo de Clarisa Whisphor, él padre de Santiago y de Richard; pero... Desafortunadamente el señor Whisphor murió hace algunos años. —Aclaró él.

     —Oh, siento mucho eso. —Hable con rotunda pena, se le notaba triste la voz a Edward hablar de ese tema.

—Gracias, fue un buen jefe. —Sonrió de una manera un poco triste, yo coloque mi mano en su hombro para darle mi apoyo. 

       Ahora que estaba informada de quien era y con que clase de personas estoy tratando, me he dado cuenta de que sin saber; me encontraba entre la boca del lobo,sin ninguna salida.

      Ya en casa al fin me bajé de aquel coche. Me despedí cortésmente de aquel hombre que me había abierto la puerta para salir y este se inclino ante mí. Yo estaba sorprendida no solo por la forma en que el me trataba, sino por lo que me había pasado este día. El día que se puede convertir en el mas loco de mí vida.

      Ya dentro de casa me encontré a Carolyn, mi hermano y mis padres prácticamente comiéndose los dedos de la angustia. Cuando Carolyn me vio entrar saltó encima de mi como si me hubiera ido de viaje por diez años. Mis padres suspiraron aliviados junto a mi hermano. Me preguntaron muchas cosas como ¿Dónde estaba?, ¿Quién me había llevado en ese coche? y ¿Por qué?.

     Yo contesté a cada una de sus preguntas y se quedaron atónitos cuando terminé la pequeño historia.

     —¿Es en serio? -Preguntó mi madre.

      —¿Qué parte?

       —La de la propuesta para ingresar a Whisphor.

      —Sí. —Conteste seca, es mi sueño, pero cuando pienso en ese chico; me dan hasta escalofríos.

       —Debes hacerlo.

       —No estoy segura.

       —Si salvaste ese colegio de quedar hecho cenizas y te están recompensando con algo debes aceptarlo. —Tal vez tenia razón y yo estaba paranoica, pero no dejaba de pensar en lo que el hijo de Clarisa —Santiago el rey de España— me había dicho antes de irme:

       “Te advierto que si aceptas la propuesta de mi madre, te ira muy mal. Haré tu vida un infierno donde quiero que vayas.”

       Un escalofrío recorrió la punta de mi espalda hasta mi nuca.¿Como alguien podía ser tan intimidante?; pero no podía olvidar de la forma en que él dormía, tan sereno que no parecía él. Unos golpesitos en la puerta me sacaron de aquellos múltiples recuerdos, Alex fue corriendo a ver quien era.

       —Buen día ¿se encuentra Emely y los señores Steel? —Preguntó alguien en la puerta. Aquella voz me parecía muy familiar y recordé la voz del hombre que me trajo a casa. Al parecer había vuelto y no sé por cuales razones. Mis padres se levantaron con una velocidad impresionante del sofá.

      —Nosotros somos los señores Steel. —Anunciaron con nerviosismo al unísono.

     —Señor, madan. —Aquel hombre se inclinó frente a mis padres.

       —Vaya, nadie nunca me llamo madan -Musito mi madre encantada.

      —Por favor, ¿podrían dejarme pasar para hablar con ustedes?

        —Claro. —Dijo mi madre.

      En un abrir y cerrar de ojos ya estábamos todos sentados en la mesa, yo estaba preocupada. Aquel hombre se encontraba en silencio junto a una caja que había buscado luego de que mis padres afirmaran su entrada. Esta era grande y plata. Me daba curiosidad de lo que había dentro y por fin uno de mis padres rompió el silencio:

       —¿Qué es lo que vino a decirnos? —Pregunto mi padre con aparentes nervios.

       —Estoy en estos momentos frente a ustedes, porque Clariza Whisphor me ha mandado aquí a proponerles lo mismo que ella le propuso a su hija —Continuo—, ¿Están de acuerdo con que su hija entre a Whisphor?

      —Claro que si, no tiene que preocuparse, ella ira mañana mismo si es necesario -Le confirmó sin mi consentimiento.

Lo que dijo me indignó, como podía decidir algo así sin primero escuchar lo que pienso.

      —Yo no he dicho que sí. —Me defendí.

      —¿Tu sueño no es entrar a Whisphor? -Preguntó mi madre con autoridad.

      —Si, pero.. —No me dejó continuar.

      —Sin pero, no quiero escuchar ni una palabra más, Whisphor es lo mejor para ti.

       —Claro. —Miró a mi hermano— También él podrá entrar cuando tenga la debida edad y practique algún arte o instrumento.

      —Entonces, ¿yo también podría entrar? —Quiso saber Carolyn.

     —Claro, solo si la señorita Emily acepta -Me miró a mi. Yo aun estaba con la mirada perdida. —Aquí esta el uniforme, no sabíamos bien la talla pero creo que le queda —Abrió la caja que reposaba sobre la mesa y la deslizo hasta mi. Escuche palabras de asombro de parte de mis padre, el uniforme era hermoso: Era negro, una falda holgada que seguro no me llevaba a las rodillas, una camisa blanca con botones negros muy delicados, una chaqueta negra con diseños en color blanco, medias blancas hasta las rodillas y unos zapatos alto de cuero negro. Contemplé la mirada suplicante de Caloryn, la quiero mucho, pero yo quiero entrar a Whisphor por mis medios.

     —Lo siento, pero no puedo entrar. —Anuncié tranquila.

      Todos a mi alrededor se quedaron mirándome como si estuviera loca.

      —¿Estas chiflada? —Protestó mi madre.

     —Hija, ¿no crees que Whisphor es lo mejor para ti, tu hermano y hasta para Carolyn? —Insistió mi padre.

     —Lo sé, pero.. -Mi madre no me dejó terminar, se levantó de su asiento y colocó su mano en mi boca para que no siga hablando.

      —Señor.. no se preocupe, ¡esta niña! —Me miró desafiante y continuó— y Carolyn asistirán a Whisphor desde mañana.

      —Eso espero. —Dijo él de una forma muy respetuosa.

      En ese preciso momento sabia que ya no podía hacer nada, mi entrada a Whisphor iba hacer definitiva y ese chico hará de mi vida un infierno. Pero ya veremos si lo dejo. Esto sera una guerra.

Se que esta algo corto pero espero les guste n.n pronto nuevo cap. Bye

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