2. Neptuno
No sé qué es peor, si esperar o cuando tengas a tu mundo alejarlo.
- ¿Porque debo decirle que se vaya?- Yo que apenas estaba conociendo el mundo cuestionaba.
¿Porque debía decirle que se fuera si él era importante para mí? ¿Porque debía alejarlo ahora que el reloj no marcaba las 9pm?, ¿Porque debía decirle que se fuera ahora que mi espera había dado frutos?
Ahora que por fin lo podía ver, ahora que estaba conmigo. Las palabras de mi segundo mundo que insistía en que lo corriera me confundían.
No sé qué me dolía más, si su petición o el hecho de que mi primer mundo la apoyará. Sus peticiones dolían, no lo quería alejarlo. Tal vez el era un 2006 QV89 y yo solo tenia que rezar para verlo como el acontecimiento raro que era.
En estos momentos todo me parecía injusto, había esperado y mi espera había dado frutos, no quería alejarlo, quería tenerlo cerca conmigo, como llevaba queriéndolo desde que empecé a razonar.
Aprieto mis manos formando puños tratando controlar mis sentimientos -un mundo no se derrumba fácil, debo ser fuerte- me repito torpemente en mi mente, sé que esto no lo puedo decir en voz alta, al final de cuentas en estas situaciones la luna me traicionaba haciendo que la marea de mis ojos no estuviera en paz y empezara a descontrolarse, algo que nunca me gusto, no debía ser débil.
-¿En verdad debo hacerlo? - pregunte nuevamente, rezando para que la respuesta fuera no, para que me permitieran quedarme con el aunque fuera un poco.
-Si tienes que hacerlo.
Las palabras de mi segundo mundo dolían, no quería alegarlo, lo quería conmigo. volteo a ver a mi primer mundo, le suplico con la mirada, trato de contener fuertemente la marea de mis ojos, pero la luna me ha traicionado y controlar la marea yo sola no es fácil. Y al ver los ojos de mi primer mundo, veo que también me traicionó.
Muerdo el interior de mis mejillas, trago saliva, aprieto más los puños de mis manos tratando de soportar el dolo que siento, la marea que se descontrola, se lo que debo hacer, no es la primera vez que me pasa, ya he estado en esta situación antes, suelto un último suspiro tratando de sacar en el mi dolor, parpadeo un par de veces y me acerco a la puerta.
-Hola- le dijo al verlo tratando de ser fuerte, en estos momentos ya no soy yo, me he puesto una máscara para ocultar lo que siento, me vuelvo actriz por unos instantes. me acerco a él para abrazarlo.
Hola- lo escucho decir. Me aferro a él tratando de no parecer desesperada, pero lo estoy, el aroma de Etanol que desprende mi tercer mundo es notorio. Ignoro el aroma tratando de concentrarme en él, en estos pequeños instantes que puedo convivir con él.
Pero su fricción atmosférica está haciendo efecto en mi -debo alejarme- me digo en la mente, pero se que no es fácil, no cuando espere mucho para presenciarlo como el acontecimiento raro que es. Me estoy ablandando, no me sorprende, estoy en su atmosfera, me siento pequeña en sus brazos. el dolor es presente en mi, pero sigo con mi papel de actriz, me aferro a la máscara que me coloque al salir.
En sus brazos me estoy evaporando, la marea que trato de controlar yo sola se descontrola en sus brazos -debo ser rápida- mi mente me dice eso, pero mi corazón.
-Solo un poco más...-Mi corazón se niega a alegarse, estoy en su fricción atmosférica, la erosión ya es presente, me estoy evaporando, pero me reusó a mostrarlo, aunque sé que estoy a nada de la desintegración.
El intenso calor y las fuerzas de presión pueden causar que el meteorito se fracture o desintegre. Las tensiones internas debido al calentamiento desigual pueden llevar a la fragmentación del meteorito en piezas más pequeñas.
Lo sé, soy consciente de ello.
El calor en sus brazos es agradable, es doloroso, pero es lo que llevaba queriendo desde hace tiempo. sé que mi primes y segundo mundo me están viendo en estos instantes, sé que ya no puedo prolongar más esto, estoy por la desintegración, contengo la marea que no se calma, me fuerzo a hacerlo por unos instantes,
-Tienes que irte -digo finalmente reuniendo el valor, pero eso solo hace que la marea se descontrole más, a pesar de que me e alejado un poco todavía siento su presión atmosférica.
-¿Quieres que me vaya? - sus palabras son un golpe directo a mi centro.
La marea se descontrola más, pero me fuerzo a ser fuerte -un mundo debe ser fuerte, llorar solo te hace débil- me digo en mis adentros. Lo veo a los ojos -no, no quiero que te vayas, quiero que te quedes, aunque me destruyas- pienso, no soy lo suficientemente fuerte para pronunciar esas palabras.
-Si- respondo a su pregunta, la máscara que me puse ahora muestra una grieta que me fuerzo a ocultar, estoy algo lejos de mi tercer mundo, pero aun así me sigo quemando.
Cada vez compruebo más que no soy un mundo si no un meteorito, a pesar de ser uno pequeño me fuerzo a ser uno grande solo para soportar su presión atmosférica, aunque sé que al ser pequeño terminare en fragmentos.
Lo veo levantarse, él es alto, imponente tal vez el es una especie de Neptuno y yo un meteorito que se atrevió a entrar estúpidamente en su atmosfera, trato de dirigir mi dirección a otro lado, pero no quiero, quiero quedarme con él aunque eso signifique desintegrarme antes de pueda llegar a su corazón.
Quiero intentarlo, aunque se que es inútil, veo su espalda, ancha, aunque ya me alejé de su atmosfera lo puedo ver.
- ¿Vendrás mañana?- aunque sé que me está destruyendo permanezco ahí, aferrándome.
Mi tercer mundo se queda quieto. Trato de controlar la marea, estoy a nada de perder el control de ella, solo mi tercer mundo puede calmarla o alterarla más.
-Lo intentare- lo escucho decir mientras lo veo partir, su silueta se vuelve cada vez menos visible hasta desaparecer.
Mi marea sigue intranquila, pero sus palabras me traen un poco de consuelo, vuelvo a esperar pacientemente a que el vuelva, aunque se muy en mis adentros que su atmosfera me destruirá, pero aun así permanezco esperándolo, en ese momento no lo entendí, si no fue muchos años después.
Una vez que un meteorito ha entrado en la atmosfera de Neptuno no puede escapar.
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